3°. MÉTODO: LA PSICOTERAPIA
Antes de
descubrir los medicamentos antidepresivos y electrochoque, casi el único medio
que se usaba para combatir la depresión era la psicoterapia.
Su
definición más sencilla es: "el tratamiento por medio de la
conversación".
El
paciente habla libremente con su consejero y le expresa Lo que siente, lo que
piensa y sufre. El consejero le ayuda a entender Si a sí mismo y a mejorar su
vida de relación con los demás.
Si la
causa principal de su depresión es el rechazo a la pérdida de un ser amado, el
consejero trata ya de ayudarle a conseguir un afecto sustituto que reemplace en
su corazón y en su mente el ser que ya no corresponde a su amor.
Probablemente
el aspecto que más ayuda a la curación con este método es que el individuo
desesperado que se siente rechazado y desesperanzado, encuentra un consejero
que se interesa por él, qué trata de comprenderlo y ayudarlo. En este caso el
consejero llega a ser como una muleta que le permite dar los primeros pasos
hacia Su rehabilitación definitiva.
Defectos
La
psicoterapia tiene el defecto de Qué es larga y es costosa. Por lo general el
psiquiatra cobra muy altas sumas de dinero por cada consulta y hay que ir
bastantes veces a consultarle (a no ser que se consulte a un sacerdote, y éste
no cobra nada). Además, muchos y crea tras no dan ellos mismos las soluciones,
sino que dejan al paciente que trata de encontrar las por su propia cuenta.
Pero el paciente está tan deprimido que no logra encontrar por sí mismo las
soluciones, y es frecuentemente el caso que después de muchas consultas y
largas sesiones de conversación con el psiquiatra, terminen muy frustrados el
que consultó y el que la escuchó. El único que casi nunca termina en
frustración es el bolsillo o la cartera del psiquiatra.
(Nota:
aquí no hablamos de la dirección espiritual que se pide y se recibe de un buen
sacerdote. Estas sillas de provecho seguro y no trae peligro ni para el alma ni
para la cartera del dirigido).
La
psicoterapia se torna peligrosa cuando el consejero trata de imponerle sus propios
principios morales al aconsejado, y el consejero es un tipo amoral. Muchos de
los que aconsejan cuando notan que un paciente sufre de un grave complejo de
culpabilidad tratan de quitarle importancia al hecho qué motiva el sentido de
culpabilidad del paciente, y de convencerlo que lo malo no es malo y no es
pecado, y van destruyendo así sus principios morales. Y sucede que, al invitar
al paciente a una vida corrompida y pecaminosa, como este consejero viene
acompañado de toda la autoridad de un psiquiatra, se sigue sin más ni más. Pero
desgraciadamente el nuevo estilo de comportamiento inmoral, Aunque al principio
trae una Euforia y tranquilidad pasajeras, es seguido luego por una aplastante
consciencia de culpabilidad y vuelve mucho peor el problema que antes tenía.
Ahí dirigidos que pueden decir al psiquiatra lo que un joven dijo al malvado
Voltaire: "instruirte mi cerebro, pero mataste mi alma".
Hay otro
peligro: la terapia de grupo. Esta puede obtener felices
resultados y los componentes del grupo son personas de alta moralidad y fuertes
ideas religiosas. Pero si no es así, puede venir la catástrofe.
Una mujer
muy deprimida empezó a participar en una terapia de grupo, donde todos trataban
de ayudar a todos. Pero eran personas de una moralidad miserable. Lo primero
que lograron fue quitarle sus ideas "anticuadas" de moralidad. Empezó
una vida libertina y Aunque al principio se imaginó, cómo le habían dicho, que
este sería el camino de su felicidad y liberación, ahora se encuentra en el más
desesperante grado de depresión, tambaleando bajo el peso abrumador de su
culpabilidad. Quedó esperando un hijo y era soltera. Y para toda esta tragedia
tuvo que pagar una gran cantidad de dinero por la terapia de grupo.
Aquellos
falsos consejero se les había olvidado aquel adagio tan Antiguo y tan
verdadero: "Pecar significa reír sólo un momento, para llorar después
Toda una vida".
Debe haber otros métodos mejores para curar la
depresión.