FACTORES QUE AYUDAN PARA UNA SOBRIEDAD FELIZ
Son factores cardinales que contribuyen a la prolongada duración de la sobriedad de miles de miembros de A.A., su humildad, fortaleza, amor y su disposición para servir.
Las siguientes definiciones ayudaran a lograr una comprensión aceptable de estos factores:
HUMILDAD:- Valorización veraz de las cosas tal como son; buena voluntad para afrontar los hechos; reconocimiento de nuestra condición de alcohólicos; liberación del orgullo y la arrogancia; comprensión de la debida relación entre nosotros y un poder superior, así como entre nosotros y nuestros semejantes; aceptación y practica de esta relación durante 24 horas.
HONRADEZ:- Liberación de la vana ilusión; integridad en los actos y en el pensamiento; sinceridad en nuestro deseo de recuperarnos del alcoholismo; buena voluntad para admitir un error; equidad en todo nuestro trato con los demás; resistirse a esa primera copa tomada a escondidas.
FE:- Seguridad, esperanza y confianza en el Programa de A.A.; creencia en que podemos recuperarnos como lo están haciendo otros miembros; en que la práctica de los Doce Pasos son Poder Superior.
FORTALEZA:- Estado de ánimo que nos permite tratar los problemas y las realidades de la vida sin depender para ello de lo necesario para una abstinencia juiciosa que conduce a la sobriedad feliz: Buena voluntad para recurrir a la ayuda de un alcohólico; entereza para sobrellevar las cosas que no podemos cambiar; una determinación de sostenerse en la actitud de pedir la ayuda de Dios para todo problema ya sea agradable o desagradable, que pueda hacernos volver a la borrachera; ausencia de miedo en la práctica de la fe, la humildad, la honradez y la abnegación.
AMOR:- El amor es continuidad al milagro de nuestra sobriedad. Es necesario cultivar esta actitud mental. A medida que desarrollamos nuestra disposición para amar aumentamos nuestra capacidad para ser felices y serviciales y para estar contentos en nuestra sobriedad. La falta de amor y borrachera van de la mano.
SERVICIO:- Servir a Dios y a nuestro semejantes es la clave del buen éxito en A.A. ayudar a otros alcohólicos que necesiten y quieran que se les ayude nos da la tolerancia y la humildad necesarias para estar contentos. Sirviendo se combate el egocentrismo y nos recuera nuestra impotencia contra el alcohol. El servicio desinteresado y bien fundado constituye la sangre vital de la Agrupación de A.A.
LOS DOCE PASOS:- (Nuestro Programa de Doce Pasos para la recuperación es indicado en el Libro “Alcohólicos Anónimos”. Véanse los Capítulos 5, 6 y 7).
sábado, 12 de enero de 2019
viernes, 11 de enero de 2019
44 Preguntas Acerca de "Alcohólicos Anónimos" (Parte 2)
¿Puede un alcohólico volver a beber "normalmente"?
Hasta donde ha podido determinarse, ningún alcohólico ha vuelto a dejar de serlo. El solo hecho de haberse abstenido del alcohol durante varios meses o años, nunca ha sido suficiente para que un alcohólico pueda beber "normalmente" o socialmente. Una vez que el individuo ha traspasado la frontera entre beber mucho y beber irresponsablemente, no puede volver atrás. Pocos son los alcohólicos que deliberadamente tratan de beber hasta hallarse en apuros, pero los apuros y molestias parecen ser la consecuencia inevitable que espera a los alcohólicos. Después de abstenerse por algún tiempo, puede pensar que no corre peligro experimentando con unas cuantas cervezas o unos pocos vasos de vino suave. Puede engañarse con la falsa idea de que si sólo bebe un poco con las comidas, evitará meterse en problemas.
Pero no tardará en verse nuevamente en las garras del alcohol, aunque con toda sinceridad desee limitarse a beber con moderación y en reuniones de sociedad.
La respuesta, basada en la experiencia de A.A., es que quien es alcohólico nunca será capaz de controlar el alcohol durante un período de tiempo apreciable. Eso deja abiertos dos caminos: dejar que la enfermedad siga empeorando progresivamente, con todas sus terribles consecuencias, o abstenerse totalmente del alcohol y desarrollar una nueva manera de vivir constructivamente.
¿No puede un miembro de A.A. beber ni siquiera cerveza?
Naturalmente, en A.A. no existen preceptos de carácter obligatorio y nadie vigila a los miembros para cerciorarse de si están bebiendo o no. La respuesta a esta pregunta es que si un individuo es alcohólico no puede arriesgarse a tomar alcohol en ninguna forma. El alcohol no deja de ser alcohol aunque esté en la forma de un martini, un whisky con soda, un brandy con agua, una copa de champaña o un vaso de cerveza.
Para un alcohólico, una bebida alcohólica en cualquier forma puede ser demasiado, y veinte tragos de licor pueden no bastarle.
Para asegurarse de su sobriedad, el alcohólico tiene que abstenerse totalmente del alcohol, sin que para nada importe la cantidad y sin que influyan la mezcla y el grado de concentración que se crea capaz de soportar.
Claro está, que muy pocos son los que pueden emborracharse con sólo una o dos botellas de cerveza. El alcohólico lo sabe tan bien como cualquiera. Puede hasta convencerse de que apenas va a tomarse dos o tres cervezas y no más durante el día.
En algunas ocasiones puede incluso seguir ese programa durante varios días o semanas. Pero eventualmente llega a la decisión de que ya que está bebiendo más vale "hacer las cosas bien hechas" y va aumentando la cantidad de vino o de cerveza, o se pasa a un licor fuerte y, antes de darse cuenta, vuelve a estar donde había empezado.
Yo puedo dejar de beber por un tiempo entre una y otra borrachera; ¿Cómo puedo saber si necesito a A.A.?
La mayoría de los A.A. dicen que todo está en cómo se bebe y no en la frecuencia con que se bebe. Muchos bebedores pueden pasar semanas, meses y hasta años entre una y otra borrachera. Durante sus períodos de sobriedad puede que hasta ni siquiera piensen en el alcohol. Sin hacer gran esfuerzo mental o emocional, pueden tomar o no tomar, y prefieren no tocar el alcohol.
Luego, por alguna razón inexplicable, o incluso sin razón, se entregan a una borrachera prolongada. Dejan a un lado su oficio, descuidan la familia y demás deberes cívicos y sociales. La borrachera puede durar apenas una noche o prolongarse por días o semanas. Cuando pasa, la víctima se siente débil, llena de remordimiento, resuelta a no dejar que vuelva a ocurrirle semejante cosa. Pero, es seguro que volverá a ocurrirle.
Este tipo de borracho, que pudiéramos calificar de "periódico", sorprende no sólo a quienes le rodean sino que se sorprende él mismo. No puede comprender cómo es que interesándole tan poco el licor durante largos períodos de tiempo, llega el momento en que basta con que empiece a beber para que pierda todo el dominio de sí mismo.
El bebedor periódico puede o no ser alcohólico. Si comienza a beber de seguido y si los períodos de sobriedad entre una y otra borrachera van volviéndose progresivamente más cortos, lo más probable es que llegue el momento en que tenga que ver que se encuentra ante un problema verdadero. Si está listo a convenir en que es un alcohólico, ha dado el primer paso hacia la sobriedad progresivamente constructiva de que disfrutan miles de A.A.
Otros dicen que no soy alcohólico. Pero bebo más cada día. ¿Debería ingresar en A.A.?
A muchos de los miembros actuales de A.A. les habían asegurado sus médicos, amigos y parientes, que no eran alcohólicos. El alcohólico mismo generalmente complica su problema porque siente repugnancia a encararlo seriamente. No siendo totalmente honrado consigo mismo, el borracho consuetudinario le dificulta la tarea al médico que trata de ayudarle. Lo sorprendente es que, en realidad, tantos médicos hayan podido penetrar el engaño de los bebedores típicos y hayan podido diagnosticar acertadamente el problema.
Nunca se recalcará demasiado sobre que, la resolución decisiva —soy alcohólico— tiene que tomarla el bebedor mismo. Sólo él —no su médico, ni su familia, ni sus amigos— puede tomar tal decisión. Una vez que lo haya hecho, habrá ganado la mitad de la lucha para lograr su sobriedad. Si deja que otros resuelvan lo que sólo a él le toca resolver, únicamente habrá prolongado innecesariamente las serias consecuencias de sus intentos de conquistar el alcohol.
¿Puede una persona "por sí sola" lograr la sobriedad leyendo la literatura de A.A.?
Unas cuantas personas han dejado de beber después de leer el "Libro Grande" de A.A., que enuncia los principios básicos del programa de recuperación del alcoholismo. Pero casi todos los que han podido hacerlo, han buscado a otros alcohólicos inmediatamente, para compartir con ellos su experiencia y su sobriedad.
El programa de los A.A. tiene mejores resultados para el individuo que lo reconoce y acepta como programa que incluye a otras personas. Cuando trabaja con otros alcohólicos de su grupo local, el bebedor problema adquiere, al parecer, apoyo y simpatía. Se encuentra rodeado por otros que comparten sus experiencias del pasado, sus problemas del presente y sus esperanzas para el porvenir. Deja a un lado la sensación de soledad que quizás fue uno de los factores importantes que lo llevaron a la bebida.
Hasta donde ha podido determinarse, ningún alcohólico ha vuelto a dejar de serlo. El solo hecho de haberse abstenido del alcohol durante varios meses o años, nunca ha sido suficiente para que un alcohólico pueda beber "normalmente" o socialmente. Una vez que el individuo ha traspasado la frontera entre beber mucho y beber irresponsablemente, no puede volver atrás. Pocos son los alcohólicos que deliberadamente tratan de beber hasta hallarse en apuros, pero los apuros y molestias parecen ser la consecuencia inevitable que espera a los alcohólicos. Después de abstenerse por algún tiempo, puede pensar que no corre peligro experimentando con unas cuantas cervezas o unos pocos vasos de vino suave. Puede engañarse con la falsa idea de que si sólo bebe un poco con las comidas, evitará meterse en problemas.
Pero no tardará en verse nuevamente en las garras del alcohol, aunque con toda sinceridad desee limitarse a beber con moderación y en reuniones de sociedad.
La respuesta, basada en la experiencia de A.A., es que quien es alcohólico nunca será capaz de controlar el alcohol durante un período de tiempo apreciable. Eso deja abiertos dos caminos: dejar que la enfermedad siga empeorando progresivamente, con todas sus terribles consecuencias, o abstenerse totalmente del alcohol y desarrollar una nueva manera de vivir constructivamente.
¿No puede un miembro de A.A. beber ni siquiera cerveza?
Naturalmente, en A.A. no existen preceptos de carácter obligatorio y nadie vigila a los miembros para cerciorarse de si están bebiendo o no. La respuesta a esta pregunta es que si un individuo es alcohólico no puede arriesgarse a tomar alcohol en ninguna forma. El alcohol no deja de ser alcohol aunque esté en la forma de un martini, un whisky con soda, un brandy con agua, una copa de champaña o un vaso de cerveza.
Para un alcohólico, una bebida alcohólica en cualquier forma puede ser demasiado, y veinte tragos de licor pueden no bastarle.
Para asegurarse de su sobriedad, el alcohólico tiene que abstenerse totalmente del alcohol, sin que para nada importe la cantidad y sin que influyan la mezcla y el grado de concentración que se crea capaz de soportar.
Claro está, que muy pocos son los que pueden emborracharse con sólo una o dos botellas de cerveza. El alcohólico lo sabe tan bien como cualquiera. Puede hasta convencerse de que apenas va a tomarse dos o tres cervezas y no más durante el día.
En algunas ocasiones puede incluso seguir ese programa durante varios días o semanas. Pero eventualmente llega a la decisión de que ya que está bebiendo más vale "hacer las cosas bien hechas" y va aumentando la cantidad de vino o de cerveza, o se pasa a un licor fuerte y, antes de darse cuenta, vuelve a estar donde había empezado.
Yo puedo dejar de beber por un tiempo entre una y otra borrachera; ¿Cómo puedo saber si necesito a A.A.?
La mayoría de los A.A. dicen que todo está en cómo se bebe y no en la frecuencia con que se bebe. Muchos bebedores pueden pasar semanas, meses y hasta años entre una y otra borrachera. Durante sus períodos de sobriedad puede que hasta ni siquiera piensen en el alcohol. Sin hacer gran esfuerzo mental o emocional, pueden tomar o no tomar, y prefieren no tocar el alcohol.
Luego, por alguna razón inexplicable, o incluso sin razón, se entregan a una borrachera prolongada. Dejan a un lado su oficio, descuidan la familia y demás deberes cívicos y sociales. La borrachera puede durar apenas una noche o prolongarse por días o semanas. Cuando pasa, la víctima se siente débil, llena de remordimiento, resuelta a no dejar que vuelva a ocurrirle semejante cosa. Pero, es seguro que volverá a ocurrirle.
Este tipo de borracho, que pudiéramos calificar de "periódico", sorprende no sólo a quienes le rodean sino que se sorprende él mismo. No puede comprender cómo es que interesándole tan poco el licor durante largos períodos de tiempo, llega el momento en que basta con que empiece a beber para que pierda todo el dominio de sí mismo.
El bebedor periódico puede o no ser alcohólico. Si comienza a beber de seguido y si los períodos de sobriedad entre una y otra borrachera van volviéndose progresivamente más cortos, lo más probable es que llegue el momento en que tenga que ver que se encuentra ante un problema verdadero. Si está listo a convenir en que es un alcohólico, ha dado el primer paso hacia la sobriedad progresivamente constructiva de que disfrutan miles de A.A.
Otros dicen que no soy alcohólico. Pero bebo más cada día. ¿Debería ingresar en A.A.?
A muchos de los miembros actuales de A.A. les habían asegurado sus médicos, amigos y parientes, que no eran alcohólicos. El alcohólico mismo generalmente complica su problema porque siente repugnancia a encararlo seriamente. No siendo totalmente honrado consigo mismo, el borracho consuetudinario le dificulta la tarea al médico que trata de ayudarle. Lo sorprendente es que, en realidad, tantos médicos hayan podido penetrar el engaño de los bebedores típicos y hayan podido diagnosticar acertadamente el problema.
Nunca se recalcará demasiado sobre que, la resolución decisiva —soy alcohólico— tiene que tomarla el bebedor mismo. Sólo él —no su médico, ni su familia, ni sus amigos— puede tomar tal decisión. Una vez que lo haya hecho, habrá ganado la mitad de la lucha para lograr su sobriedad. Si deja que otros resuelvan lo que sólo a él le toca resolver, únicamente habrá prolongado innecesariamente las serias consecuencias de sus intentos de conquistar el alcohol.
¿Puede una persona "por sí sola" lograr la sobriedad leyendo la literatura de A.A.?
Unas cuantas personas han dejado de beber después de leer el "Libro Grande" de A.A., que enuncia los principios básicos del programa de recuperación del alcoholismo. Pero casi todos los que han podido hacerlo, han buscado a otros alcohólicos inmediatamente, para compartir con ellos su experiencia y su sobriedad.
El programa de los A.A. tiene mejores resultados para el individuo que lo reconoce y acepta como programa que incluye a otras personas. Cuando trabaja con otros alcohólicos de su grupo local, el bebedor problema adquiere, al parecer, apoyo y simpatía. Se encuentra rodeado por otros que comparten sus experiencias del pasado, sus problemas del presente y sus esperanzas para el porvenir. Deja a un lado la sensación de soledad que quizás fue uno de los factores importantes que lo llevaron a la bebida.
jueves, 10 de enero de 2019
El Amor En El Matrimonio (Parte 7)
(De la exhortación Apostólica "Amorosa Letitia"
R.P. Pedro Herrasti, S.M.
Folleto EVC)
CONCLUSIÓN
la
frivolidad del mundo moderno y la falta de preparación religiosa previa al matrimonio,
han debilitado desde los cimientos aquello de "casarse por la
iglesia".
si los
novios acuden a su parroquia llevando ya la cabeza la idea de "si me va
bien y si no me divorcio", todo es una farsa, una mentira. "Se
les olvida que los hijos no sólo quieren que sus padres se amen, sino que
también sean fieles y sigan siempre juntos".
Por
desgracia las estadísticas nos dicen que más de la tercera parte de los
matrimonios terminan divorciándose, causando en la prole un trauma fatal.
"La
vida familiar sería mejor si cada día se vivieran las tres sencillas palabras
'permiso', 'gracias' y 'perdón'. cada día experimentamos la fragilidad y
la debilidad, y por eso todos nosotros familias y pastores, necesitamos una
renovada humildad que plasme el deseo de formarnos, de educarnos Y ser
educados, de ayudar y ser ayudados, de acompañar, de discernir e integrar a
todos los hombres de buena voluntad".
SS
Francisco
miércoles, 9 de enero de 2019
Comprendiendo El Anonimato (parte 2)
El anonimato personal
P. Después de contar a mis seres más queridos que soy miembro de A.A., ¿debo pedirles que no revelen esta información a nadie más?
R. Este es un asunto completamente personal, pero en general es mejor para todos los interesados que el miembro decida cuándo y a quién contarlo.
P. Si mis parientes, mis amigos íntimos, y conocidos de trabajo comentan sobre la mejora de mi apariencia y mi comportamiento después de lograr mi sobriedad, ¿les debo decir que soy miembro de A.A.?
R. Por lo general, la familia y los amigos íntimos se alegran de saber que usted es miembro de A.A. Con respecto a los compañeros de trabajo, lo más prudente podría ser decirles que usted ha dejado de beber, aplazando por unos meses la decisión de revelar su pertenencia a A.A.
P. En el caso de encontrar viejas amistades en las reuniones de A.A., ¿qué debo hacer?
R. No es necesario pedirles que protejan su anonimato. Asisten a la reunión por el mismo motivo que tiene usted. En general, ellos respetarán su anonimato, como usted, a su vez, debe respetar el de ellos.
P. ¿Qué debo hacer si veo a personajes de renombre público en las reuniones?
R. Como todos los demás, los personajes públicos deben disfrutar de la protección del anonimato, en el grado que lo deseen.
P. Entiendo que no debo revelar los nombres de los miembros que oigo mencionar en las reuniones de A.A., pero, ¿qué se debe hacer respecto a otras informaciones personales?
R. Los miembros de A.A. comprenden que toda la información personal revelada en una reunión de A.A. debe ser considerada como confidencial. Por ejemplo, si sus amigos afuera del programa conocen a algunos de sus amigos A.A. y saben que son miembros, usted debe tener cuidado de no revelar ninguna información obtenida en una reunión, por muy insignificante que parezca.
P. ¿Puedo decir a las personas que parecen tener un problema con el alcohol que soy miembro de A.A.?
R. Esta es una decisión personal. Sin embargo, el espíritu del programa es el de compartir, y los resultados de una encuesta reciente de los miembros de A.A. indican que una gran proporción de los A.A. vinieron a la Comunidad por medio de otra persona. Antes de tomar una decisión al respecto, a la mayoría de los miembros les parece útil discutirlo con sus padrinos u otros miembros de A.A.
P. ¿Debo revelar mi pertenencia a A.A. a mi jefe, para poder salir temprano del trabajo a fin de asistir a las reuniones de A.A.?
R. Pedir trato especial por ser miembro de A.A. no está conforme con el espíritu de las tradiciones de anonimato
P. Después de contar a mis seres más queridos que soy miembro de A.A., ¿debo pedirles que no revelen esta información a nadie más?
R. Este es un asunto completamente personal, pero en general es mejor para todos los interesados que el miembro decida cuándo y a quién contarlo.
P. Si mis parientes, mis amigos íntimos, y conocidos de trabajo comentan sobre la mejora de mi apariencia y mi comportamiento después de lograr mi sobriedad, ¿les debo decir que soy miembro de A.A.?
R. Por lo general, la familia y los amigos íntimos se alegran de saber que usted es miembro de A.A. Con respecto a los compañeros de trabajo, lo más prudente podría ser decirles que usted ha dejado de beber, aplazando por unos meses la decisión de revelar su pertenencia a A.A.
P. En el caso de encontrar viejas amistades en las reuniones de A.A., ¿qué debo hacer?
R. No es necesario pedirles que protejan su anonimato. Asisten a la reunión por el mismo motivo que tiene usted. En general, ellos respetarán su anonimato, como usted, a su vez, debe respetar el de ellos.
P. ¿Qué debo hacer si veo a personajes de renombre público en las reuniones?
R. Como todos los demás, los personajes públicos deben disfrutar de la protección del anonimato, en el grado que lo deseen.
P. Entiendo que no debo revelar los nombres de los miembros que oigo mencionar en las reuniones de A.A., pero, ¿qué se debe hacer respecto a otras informaciones personales?
R. Los miembros de A.A. comprenden que toda la información personal revelada en una reunión de A.A. debe ser considerada como confidencial. Por ejemplo, si sus amigos afuera del programa conocen a algunos de sus amigos A.A. y saben que son miembros, usted debe tener cuidado de no revelar ninguna información obtenida en una reunión, por muy insignificante que parezca.
P. ¿Puedo decir a las personas que parecen tener un problema con el alcohol que soy miembro de A.A.?
R. Esta es una decisión personal. Sin embargo, el espíritu del programa es el de compartir, y los resultados de una encuesta reciente de los miembros de A.A. indican que una gran proporción de los A.A. vinieron a la Comunidad por medio de otra persona. Antes de tomar una decisión al respecto, a la mayoría de los miembros les parece útil discutirlo con sus padrinos u otros miembros de A.A.
P. ¿Debo revelar mi pertenencia a A.A. a mi jefe, para poder salir temprano del trabajo a fin de asistir a las reuniones de A.A.?
R. Pedir trato especial por ser miembro de A.A. no está conforme con el espíritu de las tradiciones de anonimato
martes, 8 de enero de 2019
Hacer Lo Correcto En Cada Relación
¿Por qué la gente está dispuesta a hacer lo que no ha hecho a lo largo de la relación cuando le terminan?
He podido ver a muchas personas que cuando se encuentran con una negativa para continuar una relación –contractual o afectiva- se declaran dispuestas a hacer todo lo que no han querido, no han podido o, simplemente, no han hecho, a lo largo de la relación.
Hay promesas y evaluaciones, hasta sinceras, que les permiten pensar que la relación puede ser de otra manera, pero ¿por qué no actuaron antes? ¿por qué ahora sí? ¿hay tiempo para volver a intentarlo?
La verdad, no tengo una respuesta mágica ni una fórmula, pero sí traigo para ti una reflexión que, ojalá, ayude a tomar conciencia de saber vivir al lado de otros.
Para empezar, estoy seguro de que todo está atravesado por la bendita rutina y por el acostumbrarnos a vivir sin evaluaciones ni análisis de nuestro comportamiento. Muchos están acabando con su relación sin percatarse de ello, porque no caen en la cuenta de su falta de esfuerzo y dedicación.
Claro, cuando llega el “hasta aquí”; cuando se les anuncia que la relación no puede continuar hay sobresaltos que hacen conciencia de lo vivido y de la manera como nos relacionamos, y claro, concluimos que la vida tiene que girar en torno a otros ejes de comportamientos. Por ello, se dan todas las promesas de cambio y de hacer mejor las cosas.
La pregunta que debemos hacernos es si la otra persona nos cree, si está dispuesta a darnos otra oportunidad o si, definitivamente, es posible la relación.
En algunos casos la respuesta es negativa; y ese que ahora tiene tan buenas intenciones, debe aceptar que la relación no tiene más futuro. Esto, aunque suena duro y difícil, es necesario aceptarlo.
Nadie puede obligar a otro a que lo quiera, ni hacer que el otro vuelva a sentir lo que antes sentía y ya no siente.
TAREA DEL DÍA:
¿Estás haciendo lo que corresponde en cada una de las relaciones que tienes? Que no te sorprenda una terminación por no hacer lo que tienes que hacer
TAREA DEL DÍA:
¿Estás haciendo lo que corresponde en cada una de las relaciones que tienes? Que no te sorprenda una terminación por no hacer lo que tienes que hacer
lunes, 7 de enero de 2019
El Amor En El Matrimonio (Parte 6)
(De la exhortación Apostólica "Amorosa Letitia"
R.P. Pedro Herrasti, S.M.
Folleto EVC)
CRECER EN
LA CARIDAD CONYUGAL
en el
título de la exhortación papal es "La alegría del amor", pero existe
una dificultad: ¿qué es el amor? Esta palabra tan frecuentemente usada, esconde
un sin fín de significados equivocados muchas veces.
Por eso
el Papa Francisco se refiere ahora a la "Caridad conyugal", que por
lo pronto nos llama la atención. "La Caridad conyugal es el amor que une a
los esposos, santificado, enriquecido e iluminado por la gracia del Sacramento
del Mismo". Esto cambia todas las cosas y las enfoca desde otro punto de
vista.
"Es
una 'Unión afectiva' espiritual y oblativa, pero que recoge en sí misma la
ternura de la amistad y la pasión erótica, Aunque es capaz de subsistir cuando
los sentimientos y la pasión se debiliten".
Cuando
una pareja celebra su matrimonio sacramentalmente, "Dios, por así decirlo,
se refleja en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carácter
indeleble de su amor por nosotros".
"Después
del amor que nos une a Dios, el amor conyugal es la 'máxima amistad'. Es una
Unión que tiene todas las características de una buena amistad: búsqueda del
bien del otro, reciprocidad, intimidad, ternura, estabilidad y una
semejanza entre los amigos que se va construyendo con la vida compartida.
pero el
matrimonio agrega a todo ello una exclusividad indisoluble que se expresa en el
proyecto estable de compartir y construir juntos toda la existencia".
domingo, 6 de enero de 2019
El Pequeño Libro Rojo De AA (Introducción)
INTRODUCCION
La introducción a los Doce Pasos del Programa de Alcohólicos Anónimos es ofrecida humildemente a los hombres y mujeres cuyas vidas “han llegado a ser ingobernables” debido a su impotencia contra el alcohol.
El propósito de esta interpretación es el de ayudar a los miembros a resolver un plan aceptable de 24 horas de vivir según A.A la materia de que se trata se funda en la información básica de nuestro libro “Alcohólicos Anónimos”.
Todo el material suplementario está basado en la experiencia práctica de la vida de compañeros alcohólicos que han encontrado tranquilidad mental y una sobriedad feliz por medio de una manera de vivir espiritual planeado que está expuesta en el Libro “Alcohólicos Anónimos”.
Es frecuente que no nos demos cuenta hasta qué grado estamos física, mental y espiritualmente enfermos y por ignorancia tratamos de reducir el programa para que se adapte a nuestro punto de vista distorsionado…
Es obvio que mucho bueno puede lograrse compartiendo el acopio de conocimiento que han adquirido con la experiencia los miembros de mayor antigüedad que han tenido buen éxito. El propósito de esta introducción y el objeto de esta interpretación atienden a ese fin.
Como bebedores sin control, pocos de nosotros nos dimos cuenta de lo peligroso de nuestra situación o hasta qué grado la enfermedad del alcoholismo había deteriorado nuestro organismo y nuestra mente. Tampoco nos dábamos cuenta del significado completo y de la efectividad de nuestro sencillo programa si nos hubiéramos tenido la ayuda y cooperación de miembros compresivos que habían logrado arrestar su alcoholismo.
El programa de A.A. por medio del cual realizamos nuestra recuperación, es sencillo.
En realidad, necesita de poca interpretación en sí mismo. Dara resultado si lo vivimos conscientemente. Las barreras que se interponen al buen éxito son: ignorancia acerca de nuestra enfermedad, reservas, indiferencia, falta de honradez: así como daños orgánicos severos. A.A. no es una religión. No tiene responsabilidades con la religión organizada, la medicina o la psicología. Sin embargo ha tomado de todas ellas virtudes terapéuticas moldeándolas en una “Nueva Forma de vivir” de acuerdo con la cual vivimos en sobriedad y volvemos a ser útiles y respetados en la sociedad.
El programa de A.A. esta ideado para los bebedores sin freno que sinceramente quieren una sobriedad permanente y que están dispuestos a llegar a todos los extremos para conseguirla. Pero invariablemente les falla a los alcohólicos que únicamente buscan aprender a controlar su manera de beber. Los hombres y las mujeres que se interesan en una sobriedad limitada en controlar su manera de beber, no están listos para este programa.
Véase el capítulo 3 del Libro “Alcohólicos Anónimos”
Una rigurosa honradez con uno mismo es requisito indispensable para la recuperación. El deseo vehemente de ponerse bien y la creencia en un Poder Superior a nosotros mismos también son esenciales para el buen éxito. Es necesario abrazar conceptos espirituales, pero repetimos, esto no implica religión organizada y aunque debemos creer en un Poder Superior, tenemos sin embargo el privilegio de interpretarlo de acuerdo con nuestro propio concepto.
Los Alcohólicos que se han recuperado a través de la Agrupación de Alcohólicos Anónimos son una refutación internacional a la convicción secular de que todos los alcohólicos son indignos de confianza y que están destinados a terminar en borrachines desahuciados. Los miles y miles que lo han logrado son una refutación a esto y cientos de ellos están comprobando diariamente que viviendo según la Filosofía de A.A. el alcoholismo puede ser arrestado.
La sobriedad diaria es la finalidad sencilla de A.A. Pero el hecho de no beber no es suficiente. Tenemos que adquirir honradez, humildad y respeto a nosotros mismos y destruir el egocentrismo para poder mantenernos sobrios.
Los Doce Pasos no son un Programa para tomarse al azar y no debemos tratarlos atolondradamente. Puede ser que sea nuestro último puerto de escala. Los miembros de A.A. que admiten su alcoholismo y siguen la manera de vivir de A.A. rara vez dejan de lograr una sobriedad feliz.
Es verdad que ciertos miembros no han tenido buen éxito. Estas son algunas razones de sus fracasos.
1. Aquellos que ven en el alcoholismo un problema moral más bien que una enfermedad
fatal.
2. Algunos tenían lesiones cerebrales avanzadas ocasionadas por el alcohol
3. La auto-aplicación de sedantes hace fracasar. El empleo de estos impide el cambio de personalidad que es tan necesario para recuperarse del alcoholismo.
4. Algunos fueron forzados a ingresar al movimiento. Les faltaba sinceridad y por eso no duraron
5. Algunos bebían con exceso, pero no eran alcohólicos. No eran mental ni físicamente uno de los siete de cada mil adultos que son alcohólicos.
6. De vez en cuando ha habido un ateo que no está dispuesto a aceptar el concepto espiritual de A.A. (Véase el Apéndice “Experiencia Espiritual” del Libro Grande).
7. El alcohólico que “por razón de su propia naturaleza no es honrado” tiene pocas probabilidades de recuperarse. No puede ser honrado con el mismo. (Véase el capítulo 5
del Libro Grande)
8. Algunos buscan nuestra ayuda para apaciguar a sus esposas, a sus patronos o al juez: otros para evitar males inminentes que son resultado de beber durante mucho tiempo. El problema de ellos es temporal. No tenemos nada que ofrecerles mientras no se califiquen ellos mismo como alcohólicos y quieran dejar de beber.
9. Aquellos que tienen un historial de alcohólicos relativamente corto y para quienes la
bebida es más un inconveniente que asunto de vida o muerte.
10. Aquellos que solo aceptan parte del Programa de los Doce Pasos y no tratan de
vivirlo en su totalidad.
11. Aquellos que quieren dar a todos los Pasos una interpretación distorsionada y
egoísta para fines de su propia conveniencia.
12. Aquellos que son psicopáticos.
Los miembros que están comprendidos dentro de cualquiera de los grupos aquí catalogados, con la posible excepción del grupo 9, tienen pocas posibilidades de recuperación mientras no consideren al alcoholismo como una enfermedad fatal y tengan un vital interés en ponerse bien.
Los catalogados en el grupo 9, pueden recuperarse si llegan a “conocerse a sí mismo”. Habiendo sufrido pocos quebrantos, tienen que ser muy receptivos para poder beneficiarse con las amargas experiencias de otros. Esto requiere un tratamiento riguroso de su enfermedad a base del Paso Doce
Véase el Capítulo 3 del Libro Grande
Algunas personas que razonan que no son alcohólicos ¿podrían estas evitar el alcoholismo perteneciendo a un grupo de A.A.? Esto es problemático, porque no es sino hasta que el alcohólico se ha castigado duramente y castigado a su familia cuando piensa seriamente acerca de su alcoholismo. Aun entonces, tiene que probarse a sí mismo que “no puede beber”. Tenemos que aporrarnos la cabeza contra el muro del alcoholismo durante mucho tiempo, antes de conocernos.
Véase “Doce Pasos” y “Doce Tradiciones”
Para los que califican como alcohólicos y están dispuestos a aceptar el Programa de A.A. como medio de su recuperación del alcoholismo, recomendamos un estudio detenido del Libro “Alcohólicos Anónimos”. Estúdiese repetidamente.
Este libro contiene todas las respuestas; fue escrito por alcohólicos. Para alcohólicos y está basado en los ensayos y en las experiencias de los primeros cien miembros de A.A.
Usando este libro de texto, asistiendo con regularidad a las sesiones de A.A. y refiriéndonos a las interpretaciones de los Doce Pasos a medida que avanzamos, cimentaremos una base firme para poder rehacer nuestras vidas.
No nos preocupemos mucho pensando que el apego estricto a este Programa requiere perfección. Sabemos que la percepción es imposible. Únicamente hacemos lo posible por perfeccionarnos nosotros mismos en un modo de vivir que es necesario mantener para una sobriedad feliz, salud y un comportamiento cuerdo en nuestro programa de recuperación.
La introducción a los Doce Pasos del Programa de Alcohólicos Anónimos es ofrecida humildemente a los hombres y mujeres cuyas vidas “han llegado a ser ingobernables” debido a su impotencia contra el alcohol.
El propósito de esta interpretación es el de ayudar a los miembros a resolver un plan aceptable de 24 horas de vivir según A.A la materia de que se trata se funda en la información básica de nuestro libro “Alcohólicos Anónimos”.
Todo el material suplementario está basado en la experiencia práctica de la vida de compañeros alcohólicos que han encontrado tranquilidad mental y una sobriedad feliz por medio de una manera de vivir espiritual planeado que está expuesta en el Libro “Alcohólicos Anónimos”.
Es frecuente que no nos demos cuenta hasta qué grado estamos física, mental y espiritualmente enfermos y por ignorancia tratamos de reducir el programa para que se adapte a nuestro punto de vista distorsionado…
Es obvio que mucho bueno puede lograrse compartiendo el acopio de conocimiento que han adquirido con la experiencia los miembros de mayor antigüedad que han tenido buen éxito. El propósito de esta introducción y el objeto de esta interpretación atienden a ese fin.
Como bebedores sin control, pocos de nosotros nos dimos cuenta de lo peligroso de nuestra situación o hasta qué grado la enfermedad del alcoholismo había deteriorado nuestro organismo y nuestra mente. Tampoco nos dábamos cuenta del significado completo y de la efectividad de nuestro sencillo programa si nos hubiéramos tenido la ayuda y cooperación de miembros compresivos que habían logrado arrestar su alcoholismo.
El programa de A.A. por medio del cual realizamos nuestra recuperación, es sencillo.
En realidad, necesita de poca interpretación en sí mismo. Dara resultado si lo vivimos conscientemente. Las barreras que se interponen al buen éxito son: ignorancia acerca de nuestra enfermedad, reservas, indiferencia, falta de honradez: así como daños orgánicos severos. A.A. no es una religión. No tiene responsabilidades con la religión organizada, la medicina o la psicología. Sin embargo ha tomado de todas ellas virtudes terapéuticas moldeándolas en una “Nueva Forma de vivir” de acuerdo con la cual vivimos en sobriedad y volvemos a ser útiles y respetados en la sociedad.
El programa de A.A. esta ideado para los bebedores sin freno que sinceramente quieren una sobriedad permanente y que están dispuestos a llegar a todos los extremos para conseguirla. Pero invariablemente les falla a los alcohólicos que únicamente buscan aprender a controlar su manera de beber. Los hombres y las mujeres que se interesan en una sobriedad limitada en controlar su manera de beber, no están listos para este programa.
Véase el capítulo 3 del Libro “Alcohólicos Anónimos”
Una rigurosa honradez con uno mismo es requisito indispensable para la recuperación. El deseo vehemente de ponerse bien y la creencia en un Poder Superior a nosotros mismos también son esenciales para el buen éxito. Es necesario abrazar conceptos espirituales, pero repetimos, esto no implica religión organizada y aunque debemos creer en un Poder Superior, tenemos sin embargo el privilegio de interpretarlo de acuerdo con nuestro propio concepto.
Los Alcohólicos que se han recuperado a través de la Agrupación de Alcohólicos Anónimos son una refutación internacional a la convicción secular de que todos los alcohólicos son indignos de confianza y que están destinados a terminar en borrachines desahuciados. Los miles y miles que lo han logrado son una refutación a esto y cientos de ellos están comprobando diariamente que viviendo según la Filosofía de A.A. el alcoholismo puede ser arrestado.
La sobriedad diaria es la finalidad sencilla de A.A. Pero el hecho de no beber no es suficiente. Tenemos que adquirir honradez, humildad y respeto a nosotros mismos y destruir el egocentrismo para poder mantenernos sobrios.
Los Doce Pasos no son un Programa para tomarse al azar y no debemos tratarlos atolondradamente. Puede ser que sea nuestro último puerto de escala. Los miembros de A.A. que admiten su alcoholismo y siguen la manera de vivir de A.A. rara vez dejan de lograr una sobriedad feliz.
Es verdad que ciertos miembros no han tenido buen éxito. Estas son algunas razones de sus fracasos.
1. Aquellos que ven en el alcoholismo un problema moral más bien que una enfermedad
fatal.
2. Algunos tenían lesiones cerebrales avanzadas ocasionadas por el alcohol
3. La auto-aplicación de sedantes hace fracasar. El empleo de estos impide el cambio de personalidad que es tan necesario para recuperarse del alcoholismo.
4. Algunos fueron forzados a ingresar al movimiento. Les faltaba sinceridad y por eso no duraron
5. Algunos bebían con exceso, pero no eran alcohólicos. No eran mental ni físicamente uno de los siete de cada mil adultos que son alcohólicos.
6. De vez en cuando ha habido un ateo que no está dispuesto a aceptar el concepto espiritual de A.A. (Véase el Apéndice “Experiencia Espiritual” del Libro Grande).
7. El alcohólico que “por razón de su propia naturaleza no es honrado” tiene pocas probabilidades de recuperarse. No puede ser honrado con el mismo. (Véase el capítulo 5
del Libro Grande)
8. Algunos buscan nuestra ayuda para apaciguar a sus esposas, a sus patronos o al juez: otros para evitar males inminentes que son resultado de beber durante mucho tiempo. El problema de ellos es temporal. No tenemos nada que ofrecerles mientras no se califiquen ellos mismo como alcohólicos y quieran dejar de beber.
9. Aquellos que tienen un historial de alcohólicos relativamente corto y para quienes la
bebida es más un inconveniente que asunto de vida o muerte.
10. Aquellos que solo aceptan parte del Programa de los Doce Pasos y no tratan de
vivirlo en su totalidad.
11. Aquellos que quieren dar a todos los Pasos una interpretación distorsionada y
egoísta para fines de su propia conveniencia.
12. Aquellos que son psicopáticos.
Los miembros que están comprendidos dentro de cualquiera de los grupos aquí catalogados, con la posible excepción del grupo 9, tienen pocas posibilidades de recuperación mientras no consideren al alcoholismo como una enfermedad fatal y tengan un vital interés en ponerse bien.
Los catalogados en el grupo 9, pueden recuperarse si llegan a “conocerse a sí mismo”. Habiendo sufrido pocos quebrantos, tienen que ser muy receptivos para poder beneficiarse con las amargas experiencias de otros. Esto requiere un tratamiento riguroso de su enfermedad a base del Paso Doce
Véase el Capítulo 3 del Libro Grande
Algunas personas que razonan que no son alcohólicos ¿podrían estas evitar el alcoholismo perteneciendo a un grupo de A.A.? Esto es problemático, porque no es sino hasta que el alcohólico se ha castigado duramente y castigado a su familia cuando piensa seriamente acerca de su alcoholismo. Aun entonces, tiene que probarse a sí mismo que “no puede beber”. Tenemos que aporrarnos la cabeza contra el muro del alcoholismo durante mucho tiempo, antes de conocernos.
Véase “Doce Pasos” y “Doce Tradiciones”
Para los que califican como alcohólicos y están dispuestos a aceptar el Programa de A.A. como medio de su recuperación del alcoholismo, recomendamos un estudio detenido del Libro “Alcohólicos Anónimos”. Estúdiese repetidamente.
Este libro contiene todas las respuestas; fue escrito por alcohólicos. Para alcohólicos y está basado en los ensayos y en las experiencias de los primeros cien miembros de A.A.
Usando este libro de texto, asistiendo con regularidad a las sesiones de A.A. y refiriéndonos a las interpretaciones de los Doce Pasos a medida que avanzamos, cimentaremos una base firme para poder rehacer nuestras vidas.
No nos preocupemos mucho pensando que el apego estricto a este Programa requiere perfección. Sabemos que la percepción es imposible. Únicamente hacemos lo posible por perfeccionarnos nosotros mismos en un modo de vivir que es necesario mantener para una sobriedad feliz, salud y un comportamiento cuerdo en nuestro programa de recuperación.
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