sábado, 15 de diciembre de 2018

Llegamos a Creer (Cap 9 - Parte 3)

OTRO TIMONEL
Por años, mi literatura favorita fue Homero: "La Odisea", porque toda la vida es un viaje; "La Ilíada", porque toda la vida es una batalla. Ahora me pregunto: ¿Empero necesita la vida ser tal como Homero parece haberla visto? ¿Por qué debo estar viajando constantemente, escapándome de mí mismo? ¿Constantemente batallando conmigo y resistiéndome de esta vida que Dios me ha dado? ¿Por que no relajarme y dejar que Alguien que está muchísimo más capacitado que yo, maneje el timón y haga los planes?.
Seattle, Washington.


TENGO QUE APRENDER
Muchos en nuestra Comunidad expresan nuestras tres etapas de aprendizaje y crecimiento de esta manera: "Yo llegué, Yo llegué a . . . Yo llegué a creer".

En mi caso, pasaron unos tres años antes de que comenzara la tercera etapa. En los años que siguieron, creo haber experimentado un fortalecimiento gradual y un crecimiento de la frecuencia en mi comunicación con Dios tal como yo le comprendo.

"El hombre está dispuesto a morir por una idea, siempre que esa idea no esté muy clara para él", escribió Paul Eldridge. Esa es la manera como el lado espiritual del programa de A.A. me parece a mí. Me meto en dificultades si intento analizarlo; no trato de comprenderlo. Estas notas al azar representan la mejor manera en que puedo expresarlo en palabras:

El Cardenal Newman, dijo, "Es la energía misma de tu pensamiento la que te mantiene alejado de tu Dios". Así me sucedía a mí, según creo. El dicho "Ríndete y Entrégate a Dios" debe hacer sido escrito precisamente para mí . . .

Para mí, Dios es esa tranquila, sosegada voz que oigo tantas veces durante cada día, diciendo, "¡Roy, eso no es suficientemente bueno!" . . .

Vivo a solas y hubo una vez en que me sentí solo. Pero ahora puedo disfrutar de las recompensas que vienen únicamente en los momentos de soledad . . .

A menudo protesto contra las cosas que me parecen limitaciones y obstáculos. Pero éstas podrían ser en verdad las cosas que más necesito. Porque lo que llamo impedimentos, obstáculos o desalientos son probablemente oportunidades que Dios me da.

Conforme trato de crecer en este programa de A.A., ocasionalmente debo "recordar cuando . . ." - pero no con objeto de cavilar acerca del pasado. A.A. me enseñó cómo manejarlo, cómo ponerlo en su propio sitio y perspectiva. Creo que necesito aprender que debo dejar que Dios me enseñe, que la única forma de poder liberarme de mi pasado, es lograr extraer de él un futuro. Dios no desperdicia nada . . .

Ahora que estoy sobrio y que he intentado poner mi voluntad y mi vida bajo el cuidado de Dios, creo que el regalo más grande que puedo otorgar - al mundo, a cualquier grupo de personas o a cualquier persona del mundo - es mi propia persona. Creo que Dios nos dio a cada uno de nosotros una personalidad única, para que a nuestra vez podamos dársela a otros. Ahora la puedo dar, con alegría de vivir, con calor, amistosamente feliz, ¡sobrio!. . .

Creo que Dios nos hizo a todos diferentes por otra razón: Estoy convencido de que hay alguna cosa en particular que puedo hacer mejor que cualquiera otro en este mundo. Es designio de Dios. ¡Y El quiere que yo la haga!. Por medio de los Doce Pasos, un buen número de miembros de A.A. han encontrado cuales son sus asignadas tareas en este tierra. Y las están haciendo.
Por eso, los Doce Pasos deben continuar siendo más apremiantes y más obligantes para mí que cualquier otra cosa que encuentre en mi vida. Porque sólo trabajando estos Pasos puedo estar cerca mucho más cerca de conocer las intenciones de Dios para conmigo.

Quizás Dios piense que una tarea muy modesta en mi comunidad es todo lo que soy capaz de hacer. Pero esta tarea está ahí. Es real. Y así, con la ayuda de mis amigos en A.A., debo buscar cual es esa tarea. ¡Luego, con su ayuda, tengo que hacerla!.
Toronto, Ontario, Canadá.


FUENTE DE FORTALEZA
Pocos años antes de venir a A.A. me di cuenta de que me estaba volviendo loca. Me recuerdo gritándole a Dios que me ayudara. En alguna forma, obtuve la fortaleza para dejar a mi esposo. (Tenía miedo que, en una de mis violentas borracheras lo matara, o me matara él). Fue un largo camino desde ese momento hasta la hora en que fui capaz de conseguir ayuda y saber que Dios estaba en mi vida.

Tuve el primer vislumbre de esperanza en mi primera reunión de A.A. Mí temor era que yo pudiera no tener la enfermedad del alcoholismo; si así fuera, sabía que nunca lograría salid adelante. La vida había dejado de funcionar para mí en cualquier forma normal; mis depresiones eran paralizantes.
A.A. parecía presentarme la dirección y la estructura que había anhelado. Comencé a tener apenas una leve motivación , débil voluntad de vivir. Durante meses de dolorosa supresión y hostilidad, lentamente comencé a escuchar dentro de mí una voz que tenía que ser oída. Me forcé a hablar en una reunión porque así podía demostrarme que existía. Luego empecé a sentir alguna libertad, pero en realidad no estaba en comunicación con los demás. Había encontrado amigos en A.A., y ésta se convirtió en una familia para mí; pero después de un tiempo esto no fue suficiente. Al enfrentar la vida por primera vez, estaba llena de miedo. Podía discutir problemas con estos amigos y con los médicos, pero había un ingrediente que faltaba en mi vida.

Anteriormente siempre me había puesto en las manos de un hombre y había hecho de él la única razón de mi existencia y de mi deseo de vivir. Sabía que si hacía esto de nuevo, mi desilusión sería difícil de soportar. Debía tener mi propio deseo de vivir. Y es así como empecé a confiar en Dios. Alguien que me protegiera, Alguien que no me poseería, Alguien a quien podía silenciosamente hablarle y orarle. Quizás llegué a estar dispuesto a creer.

Le decía a una amiga mía, quien estaba teniendo los mismos problemas, que yo rezaba a Dios, para no tomarme un trago hoy y para no casarme hoy. Era una especie de pacto. Fui muy seria al respecto. Parecía no poder manejar bien el romance y a Dios al mismo tiempo. Y Dios comenzó a darme la fortaleza que yo siempre creí vendría del hombre de mi vida.

Cada día necesito el poder, porque me hastiaba. Pero con A.A. como mi estructura, y Dios como fuente de mi fortaleza, puedo encarar la vida sin tomarme un trago. Ya no tengo que mirar fijamente a través de la ventana en completa desesperación. El océano, el sol, los árboles y toda la fantástica belleza que Dios ha creado, finalmente han llegado a ser muy reales para mí. Anhelo y necesito la presencia de la naturaleza. Pero también debo tener presente que es el espíritu dentro de mí, el cual viene de Dios, el que va a ser la fuerza curativa. Puedo entregarme a El en donde quiera que yo esté.
Ahora deseo muchísimo compartir de mí con otro ser humano. Temo dar ese paso. Pero, entonces pienso que también he estado temerosa de todo lo demás, y ahora sé que es posible superar el miedo.
New York, New York.

viernes, 14 de diciembre de 2018

Viviendo Sobrio (Parte VI)

PONERSE EN ACTIVIDAD

Es muy difícil sentarse calmadamente a tratar de no hacer una determinada cosa, o aun de no pensar acerca de ella. Es mucho más fácil ponerse en actividad y hacer alguna otra cosa, diferente del acto que estamos tratando de evitar.

Lo mismo sucede con la bebida. El tratar simplemente de evitar la bebida, o no pensar en ella, por sí mismo no parece ser suficiente. Mientras más pensemos acerca del trago, del cual estamos tratando de alejarnos, más ocupará nuestra mente, por supuesto. Y eso no es bueno. Es mucho mejor ocuparse en algo, cualquier cosa que sea, que absorba nuestra mente y canalice nuestra energía hacia la salud. Miles de nosotros nos preguntábamos qué íbamos a hacer cuando dejáramos de beber, teniendo disponible tanta cantidad de tiempo. Claro que, cuando logramos parar, todas aquellas horas que anteriormente gastábamos planeando, consiguiendo nuestra bebida o bebiendo o recuperándonos de sus efectos inmediatos, se nos presentaron de repente como huevos de tiempo grandes y vacíos que teníamos que llenar de alguna manera.

Casi todos nosotros teníamos que trabajar. Pero aún así, había varios espacios largos y vacantes de minutos y de horas en los cuales no encontrábamos nada que hacer. Necesitábamos conseguir nuevos hábitos o actividad para llenar esos espacios abiertos y utilizar la energía nerviosa que previamente era absorbida por nuestra preocupación o nuestra obsesión por la bebida.

Cualquiera que haya intentado alguna vez modificar un hábito sabe que es mucho más fácil encontrar una actividad nueva y substitutiva que dejar el antiguo hábito sin colocar nada en su lugar.
Los alcohólicos recuperados dicen frecuentemente que "El solo dejar la bebida no es suficiente". Simplemente no beber es una cosa estéril y negativa. Esto está claramente demostrado por nuestra experiencia. Para mantenernos abstemios, hemos encontrado que necesitamos colocar un programa positivo de acción en el lugar que antes ocupaba la bebida. Hemos tenido que aprender a vivir en sobriedad.

Es probable que el temor nos haya empujado a algunos de nosotros hacia la consideración de alguna eventual posibilidad de que pudiéramos tener un problema de bebida. Y durante algún corto período, ese solo temor ha sido suficiente para alejarnos del licor. Pero un estado de temor no es feliz ni descansado como para mantenerlo durante mucho tiempo. Por consiguiente tratamos de desarrollar un saludable respeto por el poder del alcohol, en vez de atemorizarnos por él, así como la gente tiene un saludable respeto por el cianuro, el yodo o cualquier otro veneno. Sin necesidad de vivir constantemente preocupados por esos venenos, la mayoría de las personas respetan lo que ocasionan en el cuerpo humano, y tienen el suficiente sentido como para no ingerirlos. Nosotros en A.A. mantenemos el mismo conocimiento y el mismo cuidado, respecto al alcohol. Pero naturalmente, se basa en una experiencia de primera mano, y no en el simple respeto que ocasionan una calavera y unos huesos pintados en una etiqueta.

Ya que no podemos confiar en el miedo para que nos acompañe durante esas horas vacías en que tratamos de no beber, ¿qué podemos hacer entonces?

Hemos encontrado que hay muchas clases de actividad útiles y provechosas, algunas más que otras. presentamos aquí dos de ellas, en el orden de su eficacia tal como las hemos experimentado.

A. Actividad dentro de A.A.

Cuando los miembros experimentados de A.A. dicen que han encontrado la utilidad de mantenerse activos en su proceso de recuperación del alcoholismo, generalmente quieren significar que se han puesto en actividad en y alrededor de A.A.

Si usted lo desea, puede empezar a hacerlo aun antes de decidir si quiere o no convertirse en un miembro de A.A. No necesita ni el permiso ni la invitación de nadie.

De hecho, antes de que usted tome una decisión acerca de su problema de bebida, sería una magnífica idea que gastara algún tiempo observando nuestra agrupación. No se preocupe, el sentarse para observar las reuniones de A.A. no lo convierte a usted en alcohólico o en miembro de A.A., así como el sentarse en un gallinero no lo convierte en gallina. Usted puede perfectamente asistir como a un ensayo general de A.A., antes de decidirse acerca de su afiliación.

Las actividades que frecuentemente utilizamos al principio en A.A. pueden parecer muy triviales, pero los resultados demuestran ser invaluables. Podríamos llamar estas cosas "rompe hielos", porque logran que nos sintamos a gusto entre gentes que no conocemos.

Cuando terminan las reuniones de A.A., usted verá generalmente que algunos de los presentes empiezan a organizar el salón, vaciar ceniceros, arreglar las sillas, encargándose de limpiar los utensilios usados para el café y las gaseosas.

Únase a esas personas. Se verá sorprendido pro el efecto que pueden ejercer sobre usted estas pequeñas rutinas. Usted puede ayudar a lavar las tazas y platos del café, guardar la literatura o limpiar el piso.

El ayudar con esas pequeñas y fáciles tareas físicas no quiere decir que usted sea el celador o conserje del grupo. Nada de eso. Por los años que llevamos haciéndolo y observando a nuestros compañeros que lo hace, sabemos que prácticamente todas las personas actualmente recuperadas en A.A., han tomado sus turnos en esos detalles menores de limpieza, organización y cuidado general del grupo. Los resultados que hemos sentido al efectuar esas tareas son concretos, benéficos y usualmente sorprendentes.

En realidad, muchos de nosotros empezamos a sentirnos cómodos dentro de A.A., solamente cuando empezamos a ayudar con esos simples actos. Y nos sentimos más en confianza, y mucho más alejados de la bebida o del recuerdo de ella, cuando aceptamos alguna responsabilidad pequeña pero específica en forma regular, tal como conseguir los refrescos, ayudar a prepararlos y servirlos, estar pendiente de recibir a las personas recién llegadas, formar parte del comité de hospitalidad, o simplemente ejecutar tareas que tenían que hacerse. Simplemente observando a los demás miembros del grupo, usted se dará cuenta de qué se necesita para alistar las reuniones de A.A., y para arreglar la sala después de ellas.

Nadie tiene la obligación de hacer tales cosas, por supuesto. En A.A., a nadie se le pide que haga o deje de hacer. Pero estos deberes simples, baladíes, y la promesa que nos hacemos a nosotros mismos de cumplirlos fielmente han tenido efectos inesperadamente buenos en muchos de nosotros, y todavía lo logran. Con ello se le da algún cuerpo real a nuestra sobriedad.

A medida que usted permanece dentro de un grupo de A.A., podrá observar otras tareas que necesitan efectuarse. Escuchará al secretario dar los avisos y verá al tesorero hacerse cargo del sombrero de las contribuciones. El servir en una de esas funciones, una vez que usted haya adquirido algún período de sobriedad (90 días, en la mayoría de los grupos), es una magnífica manera de ocupar parte del tiempo que antes utilizaba para beber.

Cuando este tipo de "trabajos" le interese, valdría la pena que diera un vistazo al folleto "El Grupo de A.A.". Allí se explica qué es lo que hacen los "funcionarios" de grupo, y cómo son elegidos.
En A.A. nadie está ni por "encima" ni por "debajo" de los demás. No hay clases, ni estratos ni jerarquías entre los miembros. No hay funcionarios formales, ni tienen ninguna clase de poder, gobierno o autoridad. A.A. no es una organización en el sentido ordinario de la palabra. En vez de eso, es una comunidad de iguales. Todos nos llamamos unos a otros por el nombre de pila. Los miembros se turnan para llevar a cabo los servicios que necesita el grupo para poder funcionar y reunirse.

No se necesita experiencia o educación profesional particular. Aun en el caso de que usted no haya sido coordinador o presidente o secretario de ninguna entidad, verá, como lo hemos hecho nosotros, que dentro del grupo de A.A., esos servicios son muy fáciles de cumplir y que obran maravillas en nosotros, pues constituyen un fuerte respaldo para nuestra recuperación.
Veamos ahora el segundo tipo de actividad que nos ayuda a mantenernos alejados de la bebida.

B. Actividad no relacionada con A.A.

Es muy curioso, pero cierto, que algunos de nosotros cuando dejamos de beber, al principio parecemos experimentar una especie de falla temporal de la imaginación.

Es muy curioso, porque durante nuestros días de bebedores, muchos de nosotros exhibíamos poderes imaginativos casi increíblemente fértiles. En menos de una semana, podíamos inventarnos instantáneamente más razones ('0 excusas?) para beber, que aquellas que usa la mayor parte de la gente para otros propósitos en el transcurso de toda su vida. (Incidentalmente, es una buena fórmula práctica el saber que los bebedores normales, es decir los no alcohólicos, ¡nunca necesitan justificaciones particulares para beber o para no beber!).

Cuando ya no tenemos necesidad de darnos excusas a nosotros mismos para poder beber, nos parece que nuestras mentes entran en un estado de neblina. ¡Algunos de nosotros parece que no pudiéramos pensar en cosas no alcohólicas por hacer!. Tal vez esto se deba a que estamos totalmente desentrenados. O tal vez la mente necesita un período de convalecencia descansada después de que cesa el alcoholismo activo. En cualquier caso, esa apatía se desvanece. Después de nuestro primer mes de abstención, muchos de nosotros notamos una gran diferencia. Después de tres meses, nuestras mentes parecen aun más claras. Y durante nuestro segundo año de recuperación, el cambio es sorprendente. Parece que tenemos mucha más energía mental disponible que la que hemos tenido previamente.

Pero es durante aquellos días aparentemente interminables del primer período de abstención cuando usted escuchará que algunos de nosotros decimos, "¿Qué podemos hacer?".

La lista siguiente se da solo para empezar en esa época. No es muy excitante, pero cubre las clases de actividad que muchos de nosotros hemos utilizado para llenar nuestras primeras horas de ocio cuando no estábamos en nuestra ocupación habitual o con otras personas no bebedoras. Sabemos que funcionan. Nosotros hicimos cosas tales como:

1. Caminar especialmente a lugares distintos, o en parques, o en el campo. Caminatas lentas y apacibles, no marchas fatigosas.

2. Leer, aunque muchos de nosotros nos cansábamos muy pronto cuando tratábamos de leer algo que requiriese demasiada concentración.

3. Asistir a museos y galerías de arte.

4. Hacer ejercicio; natación, atletismo, yoga y otras formas de deporte aconsejadas por el médico.

5. Poner manos a la obra en aquellas tareas abandonadas, tales como limpiar el desván, arreglar nuestros papeles, contestar cartas, colgar cuadros, o algo por el estilo que hemos venido posponiendo.
Hemos visto que es muy importante, sin embargo, que no exageremos ninguna de estas actividades. Programar la limpieza de todos los closets, de todo el desván, o el garaje o el apartamento, parece simple. Sin embargo, después de un día de ardua labor física en ellos, podemos terminar exhaustos, sucios, sin acabar la tarea y desanimados. Por ello nuestro consejo es el siguiente: trate de elaborar un plan que pueda llevarse a cabo. Empiece, no por organizar toda la cocina o todos los archivos, sino un estante o un folde o una carpeta. Continúe otro día con la tarea restante.

6. Ensayar un nuevo hobby o entretención, nada que sea costoso o demasiado exigente, sino una diversión agradable en la cual usted no necesite ganar o competir, sino que puede disfrutar de algunos momentos de placer y tranquilidad. Muchos de nosotros hemos escogido hobbies con los cuales no habíamos soñado antiguamente, tales como bridge, costura, ópera, peces tropicales, carpintería, tejidos, béisbol, escritura, canto, crucigramas, cocina, observación de pájaros, teatro, artesanía en cuero, jardinería, navegación, guitarra, cine, bailes, colecciones, etc. Muchos de nosotros hemos hallado que ahora gozamos realmente con cosas que antes ni siquiera considerábamos.

7. Reanudar un antiguo pasatiempo, excepto el que usted ya sabe. Tal vez, guardado quién sabe dónde, haya una caja de acuarelas que usted no ha tocado durante muchos años, o un juego de herramientas, un acordeón, un equipo de ping-pong, una colección de discos o el bosquejo para una novela. Para algunos de nosotros, ha sido muy importante escarbar aquellas cosas guardadas, y reanudar nuestro contacto con ellas. Si usted decide que ya no desea seguir con esas ideas, no vacile en desecharlas.

8. Tomar un curso. ¿Ha deseado usted alguna vez poder hablar swahili o ruso? ¿Aprender historia o matemáticas? ¿Arqueología o antropología? Casi en todas partes pueden conseguirse cursos por correspondencia, instrucción por la televisión o la radio, clases para adultos (no necesariamente con objetivos académicos) y que usted podría tomar. ¿Por qué no ensaya? Nosotros hemos visto que un curso de esos no sólo puede añadirle una nueva dimensión a la vida, sino en ocasiones conducirnos a una carrera totalmente diferente.
Si el estudio se convierte en algo pesado, no vacile tampoco en abandonarlo. Usted tiene el derecho de cambiar sus decisiones y abandonar algo que no vale la pena el esfuerzo necesario. A veces es necesario tener el valor para quitarse de las cosas que no nos convienen, que no añaden facetas nuevas, positivas y agradables a nuestra vida.

9. Ofrecerse de voluntario para prestar servicios útiles. Muchos hospitales, orfanatos, iglesias y otras instituciones y organizaciones necesitan urgentemente personas voluntarias para toda clase de actividades. La selección es muy amplia, ya que usted puede desde leer para un ciego o sellar sobres para la correspondencia de su iglesia, hasta conseguir firmas para memoriales políticos. Pregunte en el hospital, iglesia, agencia gubernamental o club cívico de su localidad para que le informen qué clase de servicios voluntarios necesitan en su comunidad. Hemos visto que nos sentimos mucho mejor acerca de nosotros mismos cuando contribuimos con algún pequeño servicio para el beneficio de nuestros semejantes. El solo acto de investigar las posibilidades de prestar uno de esos servicios es por sí mismo muy interesante e informativo.

10. Hacer algo acerca de nuestra apariencia personal. Muchos de nosotros nos dejamos abandonar demasiado. Un corte de cabello, algunos vestidos nuevos, tal vez unos anteojos o aun el arreglo de nuestra dentadura pueden tener efectos maravillosos. En ocasiones, hemos intentado hacer algo a ese respecto, y los meses subsiguientes al comienzo de nuestra abstención parecen ser una buena época para preocuparnos por eso.

11. ¡Ensayar algo totalmente frívolo! No todo lo que hacemos tiene que ser un esfuerzo dirigido hacia el mejoramiento personal, aunque siempre tales esfuerzos son valiosos y nos proporcionan un alza en nuestra propia estimación. Muchos de nosotros creemos que es importante equilibrar los temas serios con las cosas que hacemos por pura diversión. ¿Le gusta a usted el deporte? ¿Los zoológicos? ¿El chicle? ¿Las películas de los Hermanos Marx? ¿Las lecturas de ciencia ficción o las historietas de detectives? Si no es así, busque a otra actividad no alcohólica con la cual sienta agrado y diviértase en seco. Usted se lo merece.

12. Llene este espacio usted mismo. Esperamos que la lista que le hemos dado le abra alguna idea diferente de todas las que le hemos enunciado . . . ¡Si es así, magnífico! Proceda.
Unas palabras de precaución. Muchos de nosotros sabemos que tenemos la tendencia a exagerar y ensayar demasiadas cosas al mismo tiempo. Tenemos para eso un buen remedio, que usted podrá leer en la página 71. Se llama "Tómelo con calma".

jueves, 13 de diciembre de 2018

El Amor En El Matrimonio (Parte 3)

(De la exhortación Apostólica "Amorosa Letitia"
R.P. Pedro Herrasti, S.M. 
Folleto EVC)


SIN VIOLENCIA INTERIOR
Lo primero que nos pide San Antonio de Asís, es la paciencia, podemos sentir irritación e indignación internas, no manifiestas, que nos pone a la defensiva ante los otros. "Esto no sirve para nada, sólo nos enferma y termina aislándonos. la indignación es sana cuando nos lleva a reaccionar ante una injusticia, pero esa nena cuando tiende a impregnar todas nuestras actitudes ante los demás".
el papá nos ha dicho en repetidas ocasiones que hay que vivir cotidianamente en paz con los demás. "Por ello nunca hay que terminar el día sin hacer las paces en la familia". El enojo, el rencor, la amargura, tienden a instalarse en el alma, el corazón y ahí se pudren haciendo cada vez más difícil perdonar o pedir perdón.

NO BUSCA SU PROPIO INTERÉS
El amor propio es fundamental. Debo amarme a mí mismo, debo cuidar mi salud, comer adecuadamente, llevar una vida sana y equilibrada. Nuestro cuerpo es un don de Dios y mal tratarlo es una ingratitud.
de la misma manera y más aún todavía debemos cuidar nuestra alma que existirá por la eternidad. El enemigo del alma es el pecado que nos puede llevar a la condenación.
Pero el amor propio también es un peligro. San Pablo nos dice en la carta a los Filipenses 2,4 "no se encierran en sus intereses, si no busquen todos los intereses de los demás". es tan fácil ser egoístas!
"En cuanto quién es incapaz de amarse a sí mismo, añade el Papa Francisco, encuentra dificultades para amar a los demás". Santo Tomás de Aquino ha explicado que 'pertenece más a la Caridad querer amar que ser amado' y que de hecho 'las madres, qué son las que más aman, buscan amar más que ser amadas'.
Por eso, el amor puede ir más allá de la justicia y desbordarse gratis, sin nada a cambio, hasta llegar al amor más grande, qué es dar la vida por los demás" (Jn 15,13).

NO LLEVA CUENTAS DEL MAL
no es casualidad que viene el padre nuestro haya nuestro señor incluido el espinoso tema del perdón, pero de una manera muy riesgosa: "perdónanos como nosotros perdonamos", o sea, nos estamos colocando la soga al cuello, nos estamos obligando a perdonar so pena de no ser perdonados por Dios. Una persona rencorosa, no debe atreverse a rezar así.
"La tendencia suele ser la de buscar más y más culpas, la de imaginar más y más maldad, suponer toda clase de malas intenciones y así el rencor va creciendo y se arraiga". Esto puede ser una especie de falso alivio cuando no podemos convivir con las propias limitaciones y pecados, cuando no podemos perdonarnos a nosotros mismos.

NO SE ALEGRA CON LA INJUSTICIA
qué mal corazón es de aquel que se goza cuando ve que se hace de injusticia o le pasó un percance a otra persona. El cristiano, por todo lo contrario, se alegra de corazón con el éxito de los demás, que comparte su felicidad. Hay gente que siempre está compitiendo, comparándose, necesitando ser el primero. Esto puede pasar hasta con el propio cónyuge, hasta el punto de alegrarse secretamente de sus fracasos.
"Nuestro Señor aprecia de manera especial a quién se alegra con la felicidad del otro. La familia debe ser siempre el lugar donde alguien, que logra algo bueno en la vida, sabe que allí lo van a celebrar con él".

miércoles, 12 de diciembre de 2018

FRASES #73

No es tener una relación. Es saber mantenerla.

Tomar agua nos da vida, pero tomar conciencia nos dará agua

Plan A: blarte. Plan B: sarte. Plan C: ducirte. Plan D: searte. Plan E: namorarte. Plan F: ctivo

Ama a quien te ama, no a quien te ilusiona

Al Facebook solo le falta que diga: tiene una relación con: ________, la (lo) engaña con: _________, y sigue enamorada(o) de: _______

¿Amor? Amor es mantenerse enamorado a pesar de las peleas y discusiones, y luchar para que las cosas puedan mejorar. Eso es amor

La fe se profesa con la boca y con el corazón, con la palabra y el amor

Human law is law only by virtue of its accordance with right reason

Nothing in all the world is more dangerous than sincere ignorance and conscientious stupidity

De los buenos líderes, la gente no nota su existencia. A los no tan buenos, la gente les honrará y alabará. A los mediocres, les temerán y a los peores les odiarán. Cuando se haya completado el trabajo de los mejores líderes, la gente dirá: «lo hemos hecho nosotros»

El éxito... parece estar conectado con la acción. La gente exitosa sigue moviéndose. Comete errores, pero no renuncia

Se ha alcanzado la excelencia como líder cuando la gente lo sigue a uno a todas partes, aunque sólo sea por curiosidad

Si te dijo "suéltame" y la soltaste, si te dijo "tengo frío" y no la abrazaste, si te dijo "adiós" y te fuiste, fracasaste como hombre

Nadie verá las cosas buenas que haces hasta el día en que les haga falta.

Ser honesto puede no crearte muchos amigos, pero te creará los correctos

Dime que me amas y haré hasta lo imposible para que nunca cambies de opinión

Perdonar a alguien es fácil, pero ser capaz de confiar en ellos otra vez es una historia totalmente diferente.

Siempre estoy pensando en ti, aunque sientas que te estoy olvidando

¿Volviste a hablar con ella? —No. —¿Y la echas de menos? —Sí. —¿Y por qué no la buscas? —Porque aparentemente está mejor sin mí...

martes, 11 de diciembre de 2018

44 Preguntas Acerca de "Alcohólicos Anónimos" (Parte 2)

¿Puede un alcohólico volver a beber "normalmente"?

Hasta donde ha podido determinarse, ningún alcohólico ha vuelto a dejar de serlo. El solo hecho de haberse abstenido del alcohol durante varios meses o años, nunca ha sido suficiente para que un alcohólico pueda beber "normalmente" o socialmente. Una vez que el individuo ha traspasado la frontera entre beber mucho y beber irresponsablemente, no puede volver atrás. Pocos son los alcohólicos que deliberadamente tratan de beber hasta hallarse en apuros, pero los apuros y molestias parecen ser la consecuencia inevitable que espera a los alcohólicos. Después de abstenerse por algún tiempo, puede pensar que no corre peligro experimentando con unas cuantas cervezas o unos pocos vasos de vino suave. Puede engañarse con la falsa idea de que si sólo bebe un poco con las comidas, evitará meterse en problemas.

Pero no tardará en verse nuevamente en las garras del alcohol, aunque con toda sinceridad desee limitarse a beber con moderación y en reuniones de sociedad.

La respuesta, basada en la experiencia de A.A., es que quien es alcohólico nunca será capaz de controlar el alcohol durante un período de tiempo apreciable. Eso deja abiertos dos caminos: dejar que la enfermedad siga empeorando progresivamente, con todas sus terribles consecuencias, o abstenerse totalmente del alcohol y desarrollar una nueva manera de vivir constructivamente.


¿No puede un miembro de A.A. beber ni siquiera cerveza?

Naturalmente, en A.A. no existen preceptos de carácter obligatorio y nadie vigila a los miembros para cerciorarse de si están bebiendo o no. La respuesta a esta pregunta es que si un individuo es alcohólico no puede arriesgarse a tomar alcohol en ninguna forma. El alcohol no deja de ser alcohol aunque esté en la forma de un martini, un whisky con soda, un brandy con agua, una copa de champaña o un vaso de cerveza.

Para un alcohólico, una bebida alcohólica en cualquier forma puede ser demasiado, y veinte tragos de licor pueden no bastarle.

Para asegurarse de su sobriedad, el alcohólico tiene que abstenerse totalmente del alcohol, sin que para nada importe la cantidad y sin que influyan la mezcla y el grado de concentración que se crea capaz de soportar.

Claro está, que muy pocos son los que pueden emborracharse con sólo una o dos botellas de cerveza. El alcohólico lo sabe tan bien como cualquiera. Puede hasta convencerse de que apenas va a tomarse dos o tres cervezas y no más durante el día.

En algunas ocasiones puede incluso seguir ese programa durante varios días o semanas. Pero eventualmente llega a la decisión de que ya que está bebiendo más vale "hacer las cosas bien hechas" y va aumentando la cantidad de vino o de cerveza, o se pasa a un licor fuerte y, antes de darse cuenta, vuelve a estar donde había empezado.


Yo puedo dejar de beber por un tiempo entre una y otra borrachera; ¿Cómo puedo saber si necesito a A.A.?

La mayoría de los A.A. dicen que todo está en cómo se bebe y no en la frecuencia con que se bebe. Muchos bebedores pueden pasar semanas, meses y hasta años entre una y otra borrachera. Durante sus períodos de sobriedad puede que hasta ni siquiera piensen en el alcohol. Sin hacer gran esfuerzo mental o emocional, pueden tomar o no tomar, y prefieren no tocar el alcohol.

Luego, por alguna razón inexplicable, o incluso sin razón, se entregan a una borrachera prolongada. Dejan a un lado su oficio, descuidan la familia y demás deberes cívicos y sociales. La borrachera puede durar apenas una noche o prolongarse por días o semanas. Cuando pasa, la víctima se siente débil, llena de remordimiento, resuelta a no dejar que vuelva a ocurrirle semejante cosa. Pero, es seguro que volverá a ocurrirle.

Este tipo de borracho, que pudiéramos calificar de "periódico", sorprende no sólo a quienes le rodean sino que se sorprende él mismo. No puede comprender cómo es que interesándole tan poco el licor durante largos períodos de tiempo, llega el momento en que basta con que empiece a beber para que pierda todo el dominio de sí mismo.

El bebedor periódico puede o no ser alcohólico. Si comienza a beber de seguido y si los períodos de sobriedad entre una y otra borrachera van volviéndose progresivamente más cortos, lo más probable es que llegue el momento en que tenga que ver que se encuentra ante un problema verdadero. Si está listo a convenir en que es un alcohólico, ha dado el primer paso hacia la sobriedad progresivamente constructiva de que disfrutan miles de A.A.


Otros dicen que no soy alcohólico. Pero bebo más cada día. ¿Debería ingresar en A.A.?

A muchos de los miembros actuales de A.A. les habían asegurado sus médicos, amigos y parientes, que no eran alcohólicos. El alcohólico mismo generalmente complica su problema porque siente repugnancia a encararlo seriamente. No siendo totalmente honrado consigo mismo, el borracho consuetudinario le dificulta la tarea al médico que trata de ayudarle. Lo sorprendente es que, en realidad, tantos médicos hayan podido penetrar el engaño de los bebedores típicos y hayan podido diagnosticar acertadamente el problema.

Nunca se recalcará demasiado sobre que, la resolución decisiva —soy alcohólico— tiene que tomarla el bebedor mismo. Sólo él —no su médico, ni su familia, ni sus amigos— puede tomar tal decisión. Una vez que lo haya hecho, habrá ganado la mitad de la lucha para lograr su sobriedad. Si deja que otros resuelvan lo que sólo a él le toca resolver, únicamente habrá prolongado innecesariamente las serias consecuencias de sus intentos de conquistar el alcohol.


¿Puede una persona "por sí sola" lograr la sobriedad leyendo la literatura de A.A.?

Unas cuantas personas han dejado de beber después de leer el "Libro Grande" de A.A., que enuncia los principios básicos del programa de recuperación del alcoholismo. Pero casi todos los que han podido hacerlo, han buscado a otros alcohólicos inmediatamente, para compartir con ellos su experiencia y su sobriedad.

El programa de los A.A. tiene mejores resultados para el individuo que lo reconoce y acepta como programa que incluye a otras personas. Cuando trabaja con otros alcohólicos de su grupo local, el bebedor problema adquiere, al parecer, apoyo y simpatía. Se encuentra rodeado por otros que comparten sus experiencias del pasado, sus problemas del presente y sus esperanzas para el porvenir. Deja a un lado la sensación de soledad que quizás fue uno de los factores importantes que lo llevaron a la bebida.

¿Qué pasa si estamos equivocados?

De todo lo que nos ha sucedido en la vida y de todas nuestras experiencias y encuentros, hemos sacado conclusiones acerca de la vida y de cómo hacerla funcionar. Sacamos nuestras conclusiones para protegernos y para proveernos. Como un albañil construyendo una casa, construimos nuestras creencias ladrillo por ladrillo. Sacamos esos ladrillos de nuestra acumulación de conclusiones. Recurrimos a nuestras experiencias para determinar cómo funciona el mundo, quienes somos en el mundo, cómo evitar el dolor, cuándo promovernos y mucho más. 

Guardamos todos estos momentos y las conclusiones que sacamos de ellos en un lugar precioso, llamado el corazón. 

El corazón de un hombre está ligado a su sistema de creencias sin importar su condición. Ya sea que esté vivo en Cristo o espiritualmente muerto, el corazón siempre corre el riesgo de ser cedido y herido. 

Con razón dos reinos, el de la luz y el de la oscuridad, se disputan un bien tan preciado y vital. ¿Es de extrañar que el corazón de los hombres necesite una renovación constante? En lo íntimo, en el núcleo de nuestro corazón, albergamos las actitudes, creencias y conclusiones que han sido formadas por nuestras experiencias. Éstas necesitan la intervención de Dios porque salimos heridos, lastimados en el núcleo de nuestro ser o nos extraviamos en la Narrativa Épica. 

Con justa razón las Escrituras nos dicen lo siguiente: 
“Cuida tu corazón más que otra cosa, porque él es la fuente de la vida”. – Proverbios 4:23 RVC 
Lo que cada hombre ha dejado indefenso y descuidado por gran parte de su vida ahora necesita que le ponga atención con la ayuda de Dios . Allí hay cosas que están creciendo y dando vueltas que han sido descuidadas por demasiado tiempo. Hay una solución para la vida farsante del que todos sufrimos. Existe otro tipo de vida, otra manera de vivir y es casi demasiado buena para ser cierta. Casi. 

Es la vida de un hijo de Dios, un hijo amado, que sabe cómo combatir y sabe cómo descansar. Uno que sabe cómo ser amado y con tiempo, aprende cómo amar. El día en el que se invita a un hombre a ver las cosas que se necesitan avivar en su interior, para luego presentarlos ante Dios y que Él los trate y los sane, solo es otro gran día de muchos en el entrenamiento del reino. 

Fue Francisco de Asís que dijo: 
“Superior a toda la gracia y dones que Cristo les da a sus amados está el poder de superarse a sí mismo”. 

Esto significa superar nuestro ser impostor, para ser preciso son las facetas externas de un hombre que confunde con su verdadera identidad, tanto lo bueno como lo arruinado y pecaminoso. Los cambios comenzaron en mi vida cuando comencé a observar mi ser impostor. Los cambios continuaron cuando permití que mi ser verdadero, mi identidad auténtica en Cristo, superara a mi ser impostor. Los cambios fueron necesarios. 

¡Darme cuenta de lo que debía superar fue un enorme paso hacia la superación! 
Algunas cosas se necesitaban desaprender.  

Uno de los primeros pasos en nuestro entrenamiento consiste en rastrear lo que ha sucedido en nuestra historia. Si queremos ser verdaderamente libres, requiere que nos enfoquemos y pongamos atención en lo que hemos aprendido a lo largo de la vida y que entendemos como nos hemos convertido en la persona que somos. En las primeras etapas de entrenamiento, visitar a Dios con frecuencia para explorar nuestra historia personal es lo habitual para derribar el ser impostor y convertirnos en verdaderos hombres. 

Puedes empezar ahora. Toma un momento, agarra papel y un lápiz o siéntate a la computadora y en tu tiempo a sola con Dios, pregúntale lo siguiente: 
Padre, ¿quién envió los mensajes y la información que sirvieron para formar creencias en mi corazón? 

Jesús, ¿qué me sucedió que me trajo desánimo? 

Espíritu Santo, a lo largo de mi vida, ¿quién me causó dolor, culpa, temor o vergüenza? 

¿Cuándo? 

¿Dónde? 

Encuentra con Dios respuestas a estas preguntas y encontrarás a tu ser impostor, lo cual es controlada por el enemigo de tu corazón y se opone a tu vida con Dios.

lunes, 10 de diciembre de 2018

El Amor En El Matrimonio (Parte 2)

(De la exhortación Apostólica "Amorosa Letitia"
R.P. Pedro Herrasti, S.M. 
Folleto EVC)

PACIENCIA
La paciencia es una cualidad de Dios, "es lento a la ira". "tener paciencia no es dejar que nos maltraten continuamente, o tolerar agresiones físicas o permitir que nos traten como objeto.
el problema es cuando exigimos que las relaciones sean celestiales o que las personas sean perfectas, el problema es cuando exigimos que las relaciones sean celestiales o que las personas sean perfectas, cuando nos colocamos en el centro y esperamos que sólo se cumpla la propia voluntad".

SERVICIAL
"La paciencia no es una postura totalmente pasiva, sino que está acompañada por la actividad por una reacción dinámica y creativa ante los demás, el amor no es tan sólo un sentimiento, es hacer el bien".

EL AMOR NO TIENE ENVIDIA
"en el amor no hay lugar para sentir malestar por el bien del otro. y la envidia es mi tristeza por el bien ajeno que muestra que no nos interesa la felicidad de los demás, ya que estamos exclusivamente concentrados en el propio bienestar. El amor acepta que cada uno tiene ganas diferentes y distintos caminos en la vida. Entonces procura descubrir su propio camino para ser feliz, dejando que los demás se encuentra en el suyo"

NO HACE ALARDE
"La vanagloria es el ansia de mostrarle como superior para impresionar a otros con una actitud pedante. El amor no es arrogante. algunos se creen grandes porque saben más que los demás y se dedican exigirles y a controlarlos, cuando en realidad lo que nos hace grandes es el amor que comprende, cuida y protege el débil.
es importante que los cristianos vivan esto en su modo de tratar a los familiares poco formados en la fe, frágiles o menos firmes en sus convicciones. la lógica del amor cristiano no es la de quién se siente más que otros y necesita hacerle su sentir su poder, sino que 'el que quiera ser el primero entre ustedes, que sea su servidor' (Mt 20,27)"

NO OBRA CON DUREZA
"El amor no actúa de modo descortés, no es duro en el trato. Sus modos, sus palabras, sus gestos, son agradables y no son ásperos ni rígidos". Santo Tomás de Aquino nos indica que 'todo ser humano está obligado a ser afectuoso con los que le rodean'.
Octavio paz dice 'cultivar su mente y sus sentidos, aprender a sentir, hablar y, en ciertos momentos, a callar'. Pide el papa "una mirada amable para los demás". Tal vez sucede que nada más destacamos los defectos y los errores de lo que nos rodean para compensar los propios con una especie de complejo de inferioridad.
Por el contrario "el amor amable crea vínculos, cultiva lazos, crea nuevas redes de integración, construye una trama social firme. una persona antisocial cree que los demás existen para satisfacer sus necesidades, Y que cuando lo hacen, solo cumplen con su deber". Esas personas no saben dar las gracias

domingo, 9 de diciembre de 2018

Reflexiones Sobre La No Violencia - Gandhi (6)


Dios se revela cotidianamente

No he tenido ninguna revelación especial de la voluntad de Dios. Estoy íntimamente persuadido de que todos los días se nos revela, pero bloqueamos los oídos para no escuchar esa vocecita calma; cerramos los ojos para no ver ante nosotros esa columna de fuego.

Los profetas y los avatares predicaron igualmente, más o menos, el valor de la ahimsa. Ninguno de ellos fue pregonero de la violencia... ¿Cómo podría ser de otra manera? La violencia no es de esas cosas que requieren enseñanza. En cuanto animal, el hombre es violento; pero en cuanto espíritu, es no violento. Apenas empieza a despertar a las exigencias de ese espíritu que habita en él, le resulta imposible continuar siendo violento: o bien evoluciona en el sentido de la ahimsa, o camina hacia su destrucción. Por eso, los profetas y los avatares exaltaron los méritos de la verdad, de la armonía, de la fraternidad, de la justicia y de otros muchos atributos de la ahimsa.

Lo que debe prevalecer

La luz que hay en mí brilla con todo su esplendor, sin desfallecer jamás. No hay ninguna salida posible, fuera de la verdad y de la no violencia. Sé que la guerra es un mal, un crimen que no admite excusas. Sé igualmente que debe ponerse todo el empeño en que no reaparezca este azote de la humanidad. Estoy convencido de que una libertad obtenida por medios poco honrados o gracias a la sangre de los demás, no es libertad... Ni la falta de la verdad ni la violencia, sino únicamente la no violencia y la verdad pueden responder a la ley de nuestro ser.

Me siento ligado a la India con todo mi ser. Se lo debo todo. Pero estoy convencido de que tiene una misión que cumplir. No debe imitar a Europa de una manera ciega. Si un día la India se colocara deliberadamente entre los violentos, ese día comenzaría mi calvario. Mi religión no conoce fronteras geográficas; está por encima del amor que siento por la India. Si mi vida está consagrada al servicio de la India es porque esta exigencia deriva de la religión de la no violencia, que está en la fuente del hinduismo.

Ahímsa y himsa

La verdadera moral es inseparable de la auténtica religión. Esta es a aquella, lo que el agua a la semilla oculta en la tierra.

Himsa es causar dolor o matar a cualquier forma de vida, por ira, con fines egoístas o con la intención de dañar. Abstenerse de ello es ahimsa o no violencia.

Ahimsa es un atributo del alma y, por consiguiente, debe ser practicada por todos en todas las instancias de la vida. Si no se la puede practicar en cada uno de los planos vitales, su validez práctica resulta inexistente.

La no violencia es un estado perfecto. Es una meta hacia la cual se dirige la humanidad, de modo natural pero inconsciente. El hombre no se vuelve divino por personificar la inocencia: en tal caso sólo se convierte realmente en hombre.

Poseer armas implica un elemento de temor, y hasta de cobardía. Pero la genuina no violencia es imposible si no se posee una intrepidez inalterable


Las armas y la cobardía

La no violencia y la cobardía se excluyen mutuamente. Imagino con facilidad a un hombre armado hasta los dientes, pero sin valentía alguna. El hecho de poseer un arma supone cierto miedo, por no decir cierta cobardía. Si no hay genuina intrepidez, tampoco hay auténtica no violencia.

Llamarme asceta es un error. Los ideales que regulan mi vida son los que en general acepta la humanidad. Llegué a ellos por una evolución gradual. Cada paso fue pensado, reconsiderado y emprendido con la máxima deliberación. Tanto mi continencia como mi no violencia tuvieron como punto de partida mi experiencia personal y se volvieron necesarias para responder a las exigencias del deber público.

La no violencia tiene éxito solamente cuando tenemos una fe vivida en Dios.

`La vida alimenta a la vida"

La tolerancia está implícita en la no violencia. No somos otra cosa que unos pobres mortales, expuestos a las contradicciones de la violencia. En el dicho "la vida alimenta a la vida" hay un significado muy profundo. El hombre no puede vivir un solo momento sin cometer -consciente o inconscientemente- una violencia física. El hecho de comer, beber, vivir, caminar, lleva necesariamente consigo la destrucción de ciertas formas de vida, por muy pequeñas que sean.

El mayor error es creer que no hay ninguna relación entre el fin y los medios. Esa equivocación ha hecho cometer crímenes innumerables a  personas que eran consideradas como religiosas. Es como si pretendiesen que de una mala hierba brotara una rosa. El único medio para atravesar el océano es un barco. Si, en su lugar, toman un coche, no tardarán en hundirse.

Según una máxima digna de consideración, "el discípulo toma como modelo al Dios que adora". Se ha trastocado el sentido de estas palabras y se ha caído en el error. Los medios son como la semilla y el fin como el árbol. Entre el fin y los medios hay una relación tan ineludible como entre el árbol y la semilla.