sábado, 22 de diciembre de 2018

Llegamos a Creer (Cap 9 - Parte 4)

CAMBIO DE CREENCIAS
Cuando temblando y aterrorizado llegué a mi primera reunión pensaba que ya no creía en nada. Que milagro que después de una charla con mi madrina y una reunión, pudiera tener esperanza en A.A. Esta esperanza me mantuvo viniendo a las reuniones y gradualmente se transformó en una verdadera fe en que A.A. tenía para mi todas las respuestas que, si estaba dispuesta y lo intentaba, permanecería sobria - un día a la vez. Si embargo, encontré que esto incluía el esfuerzo de practicar el programa.

Una vez que mi fe en A.A. se había arraigado me pareció que todos los Doce Pasos eran importantes para mi continua sobriedad. Pero estaba bloqueada en el Paso Tres, en lo referente a "al cuidado de Dios". Así es que tomé un atajo para evadirlo, a sabiendas que tenía que regresar a El, y acometí el Paso Cuatro. Lenta y dolorosamente, llegué a estar consciente de mí misma. Comencé a ver que no era verdad que no creyera en nada. Por el contrario, había creído en cosas erróneas:

Había creído que necesitaba de un trago para tener confianza.

Había creído que no era atractiva.

Había creído que era indigna.

Había creído que nadie me amaba.

Había creído que nunca tuve una oportunidad.

Alguien dijo en una reunión cerrada, "Hay algo bueno en todos nosotros. Búscalo, aliméntalo, cuídalo y florecerá". Así es que empecé a buscar las cosas positivas dentro de mí. Me di cuenta que mi sentimiento de inferioridad era sólo un aspecto del ego, y la arrogancia que proyectaba era el otro. Debía encontrar el justo medio. Así que traté de actuar como si:

A.A. me estuviera dando confianza. Tuviera una atractiva personalidad, a pesar de no ser bonita. Fuera digna, como todos los demás. Me amara a mí misma y por lo tanto pudiera amar a otros. La fe me estuviera liberando del temor que siempre me había dominado.

Ahora creía, al menos, que podría llegar a integrarme, con las herramientas del programa de A.A.: siguiendo los Pasos, leyendo la literatura de A.A., haciendo preguntas en las reuniones, aferrándome a los miembros de A.A. más antiguos que tenían esa misteriosa cualidad de la serenidad. Descubrí que todos aquellos a quienes imitaba y admiraba habían puesto el Paso Tres dentro de sus vidas. Supe que quería hacerlo del mismo modo.

Esto exigía encontrar un Dios de mi comprensión, además de la disposición para rendirme. Me di cuenta que debía decir, "Hágase Tu voluntad". Pero para mi, ¿quién o qué era este Tu?. Empecé a volver atrás, ¿para pasar revista a los hechos que había llegado a creer?

Había llegado a creer en el Programa de A.A.

Había llegado a creer que un poder (A.A.) superior a mí podía restaurarme la cordura.

Había llegado a creer que ya no necesitaba un trago.

Había llegado a creer que podía crecer hasta ser una persona integrada,

Había llegado a creer que la fe podía eliminar el temor.

Había llegado a creer que podía amarme a mí misma y así amar a los demás.

Había llegado a creer que el amor era la clave.

Con un corazón abierto, regresé al Paso Tres y puse mi voluntad y mi vida al cuidado del Dios de mi comprensión.

Fort Lauderdale, Florida.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Viviendo Sobrio (Parte VII)

USAR LA ORACIÓN DE LA SERENIDAD

Sobre las paredes de miles de salones de reunión de A.A., en alguno de por lo menos cinco idiomas, puede verse esta invocación:

Dios, concédenos serenidad para aceptar
las cosas que no podemos cambiar,
valor para cambiar las cosas que podemos,
y sabiduría para reconocer la diferencia.

A.A. no originó esta oración. Parece que durante muchos siglos se han usado diferentes versiones de ella en varias confesiones religiosas, y en la actualidad es ampliamente usada fuera de A.A., tanto como dentro de la comunidad. Bien sea que pertenezcamos a esta o a aquella iglesia, que seamos humanistas, agnósticos, ateos, la mayoría de nosotros hemos encontrado en esas palabras una guía maravillosa para adquirir la sobriedad, mantenernos sobrios y gozar de nuestra sobriedad. Ya sea que miremos la Oración de la Serenidad como una oración real o simplemente como un ferviente deseo, nos ofrece la fórmula simple para adquirir una vida emocional saludable.

Hemos colocado al principio de la lista de "las cosas que no podemos cambiar", nuestro alcoholismo. No importa lo que hagamos, sabemos muy bien que mañana no vamos a amanecer no-alcohólicos, así como tampoco seremos diez años más jóvenes, o veinte centímetros más altos.

No pudimos cambiar nuestro alcoholismo. Pero tampoco dijimos débilmente, "bueno, ya que soy un alcohólico, tendré que resignarme a beber hasta que muera". Había algo que podíamos cambiar. No necesitábamos ser alcohólicos borrachos. Podíamos convertirnos en alcohólicos abstemios. Es verdad que para eso se necesitaba valor. Y necesitábamos también un toque de sabiduría para ver que era una tarea posible, que podíamos cambiarnos a nosotros mismos.

Para nosotros, esa fue solamente la primera y más obvia utilización de la Oración de la Serenidad. Mientras más nos alejamos de la última copa, mayor significado y mayor hermosura adquieren esas pocas líneas. Podemos aplicarlas a situaciones cotidianas, del tipo que antes utilizábamos para evadirnos dentro de la botella.

Por vía de ejemplo: "Odio este trabajo. ¿Tengo qué seguir en él, o puedo renunciar?" Un poco de sabiduría nos dice: "Bien, si renuncio es probable que pase un tiempo difícil las próximas semanas o meses, pero si tengo la decisión suficiente para afrontarlo, 'el valor para cambiar', yo creo que podría hacer un mejor papel en otra parte".

O la respuesta podría ser: "Bueno, encaremos esta situación. Ya no es la época para que yo empiece a buscar trabajo, máxime teniendo una familia que mantener. Además, solo tengo seis semanas de abstención, y mis amigos de A.A. dicen que es mejor no empezar tan pronto a hacer cambios drásticos en la vida, es preferible que me concentre en no beber esa primera copa, y que espere hasta cuando tenga mi cabeza totalmente clara y lúcida, Está bien, yo no puedo cambiar este trabajo por ahora. Pero tal vez pueda cambiar mi propia actitud. Veamos. ¿Cómo lograré aceptar serenamente este trabajo?".

La palabra "serenidad" parecía una meta casi imposible cuando escuchamos por primera vez la oración. En realidad, si por serenidad entendíamos la apatía, o una resignación amarga, o una tolerancia difícil, entonces no era algo apetecible en sí mismo. Pero vimos que la serenidad no significaba tal cosa. Cuando nos llega a nosotros ahora, es más en forma de un pleno reconocimiento, una manera realista y lúcida de ver el mundo, acompañada por la paz y fortaleza interiores. La serenidad es como el giroscopio que nos permite mantener el equilibrio a pesar de las turbulencias que se agitan a nuestro alrededor. Y ese sí es un estado de ánimo por el cual vale la pena luchar.


CAMBIAR LAS ANTIGUAS RUTINAS

Algunos acontecimientos especiales, lugares familiares, y actividades regulares asociadas con la bebida, han permanecido estrechamente entretejidos en el devenir de nuestras vidas.
Así como la fatiga, el hambre, al soledad, la ira y la relación exagerada, esas antiguas rutinas resultan ser trampas muy peligrosas para la sobriedad.

Cuando suspendimos por primera vez la bebida, muchos de nosotros creímos útil revisar los hábitos que rodeaban a nuestra forma de beber, y dondequiera que fuese posible, cambiar muchos de los pequeños eventos conectados con la bebida.

Por ejemplo: muchos que solían empezar el día con un trago en el cuarto de baño, ahora se dirigen a la cocina a tomar un café. Algunos de nosotros cambiamos el orden de las cosas que hacíamos para preparar el día, como desayunar antes del baño y de vestirnos, o viceversa. Un cambio en la marca de dentífrico y enjuague bucal (y con éste hay que tener cuidado respecto al contenido alcohólico) nos dio un sabor fresco y diferente para empezar el día. Tratamos de hacer un poco de ejercicio o algunos momentos de plácida contemplación o meditación antes de sumergirnos en el día.

Muchos de nosotros también aprendimos a buscar una nueva ruta al abandonar nuestra casa por la mañana, evitando pasar por algún sitio que tuviera algún significado alcohólico especial. Algunos han cambiado el auto para viajar en tren, o el ferrocarril por la bicicleta, o el bus por la caminata. Otros viajan en una línea de buses diferente de la que acostumbraban.

Bien fuese que nuestra bebida se iniciaba en el vagón-restaurante del tren, en la tienda de la esquina, en la cocina, el club campestre o el garaje, todos nosotros podemos localizar muy exactamente cuál es nuestro local favorito. Ya sea que se trate de un bebedor periódico o de un bebedor consuetudinario, cada uno de nosotros sabe por sí mismo cuáles son los días, las horas y las ocasiones que han estado más frecuentemente asociadas con nuestras borracheras.

Cuando usted desea no beber, puede ayudarle el cambiar todas esas rutinas y establecer un nuevo esquema realmente distinto. Hay amas de casa, por ejemplo, que dicen que les ha convenido cambiar las horas y lugares para hacer sus compras y modificar el programa de sus tareas cotidianas. Las oficinistas que acostumbraban escaparse de la oficina a tomar rápidamente algunos tragos durante el descanso para tomar café, ahora se quedan en la oficina y piden realmente la taza de té o café. (Y esta es una magnífica ocasión para llamar a alguien que usted conozca y que también esté dejando de beber. durante las ocasiones en que acostumbrábamos beber, es muy confortante hablar con una persona que ha pasado por las mismas experiencias).

Aquellos de nosotros que empezamos nuestra sobriedad mientras estábamos confinados en un hospital o una cárcel tratamos de cambiar nuestros itinerarios de manera de no volvernos a encontrar con el contrabandista que nos proveía de licor en esas instituciones.
Para muchos de nosotros, la hora de almuerzo era generalmente un período de consumo líquido. Cuando dejamos de beber, en lugar de ir al restaurante o cafetería donde los meseros siempre nos servían antes de que nosotros pidiéramos, es muy saludable encaminarnos en otra dirección para buscar el almuerzo, y es

especialmente conveniente almorzar con otras personas no bebedoras. El ensayar la fuerza de voluntad en un asunto que involucra la salud, es absolutamente insensato cuando no es necesario. Por el contrario, tratamos de hacer que nuestros nuevos hábitos de salud sean los más fáciles posibles.
Para muchos de nosotros, esto también nos ha significado el evitar, por lo menos durante algún tiempo, la compañía de nuestros compañeros de trago. Si ellos son amigos verdaderos, naturalmente se sentirán muy contentos de vernos cuidar nuestra salud, y respetarán nuestro derecho de pedir cualquier cosa que deseemos, así como nosotros respetamos el derecho que ellos tienen de beber si así lo desean. Pero hemos aprendido a cuidarnos de todas aquellas personas que insisten en hacernos beber nuevamente. Aquellos que realmente nos estiman, nos dan ánimo en nuestros esfuerzos por recuperarnos.

A las cinco de la tarde, o a la hora en que termine el trabajo del día, algunos de nosotros aprendimos a detenernos a comer algún emparedado. Luego buscamos una ruta diferente para ir hacia nuestra casa, ruta que en lo posible no nos conduzca por sitios demasiado familiares para nuestra condición de bebedores. En caso de necesitar el tren, evitamos el vagón del bar, y siempre nos apeamos en el lugar de nuestro destino, y no en la estación correspondiente a la taberna de nuestra preferencia.

Cuando llegamos a casa, en lugar de dirigirnos a buscar el hielo y los casos, nos cambiamos de traje, calentamos un poco de té o preparamos algún jugo de frutas, tomamos una siesta o vamos a descansar en la ducha, o con un libro, o leyendo la prensa. Aprendimos a variar nuestra dieta para incluir alimentos no asociados estrechamente con el alcohol. Si nuestra costumbre después de la comida era sentarnos a beber mientras veíamos televisión, vimos la necesidad de cambiarnos a otro cuarto para dedicarnos a otras actividades. Si acostumbrábamos esperar a que la familia se fuera a la cama apere empezar a buscar la botella, tratamos ahora de irnos a acostar más temprano por variar, o dar una caminada o leer o escribir o jugar ajedrez.

Los viajes de negocios, los fines de semana o las vacaciones, la cancha de golf, los estadios de fútbol, los juegos de cartas, la piscina o el refugio deportivo frecuentemente significaban mucho alcohol para nosotros. Los navegantes y pescadores gastaban todo su tiempo bebiendo en la bahía o el lago.

Cuando dejamos por primera vez de beber, vimos lo valioso que era programar una clase diferente de viaje o vacaciones durante algún tiempo. El tratar de evitar tomarse un trago en un buque cargado de bebedores de cerveza, adictos al tomcollins, gentes que cargan su propia botella, amantes de la sangría o de los cócteles, es mucho más difícil que dirigirse a otros lugares y, por gracia de la novedad, hacer cosas diferentes que no nos recuerden particularmente la bebida.

Supongamos que fuimos invitados a la clase de reunión donde el principal entretenimiento era beber. ¿Qué pasaba entonces? Mientras bebíamos, éramos muy ingeniosos para inventar excusas, de manera que aplicamos ese mismo ingenio para inventarnos una manera graciosa para decir, "No, gracias". (Para reuniones a las cuales nos sentimos realmente obligados a asistir, hemos elaborado unas nuevas tácticas de seguridad, que explicaremos en la página 99).

Ahora bien, ¿qué sucedió en nuestros primeros días de abstención respecto a mantener el licor que teníamos en casa? A este respecto hay varias contestaciones.

La mayoría de los no bebedores exitosos concuerdan en que es una sólida precaución al principio desechar todas las botellas escondidas que tengamos, si es que las logramos encontrar. Pero las opiniones varían respecto a las botellas que tenemos en nuestra despensa o bodega.

Algunos de los A.A. insisten en el hecho de que nunca la disponibilidad de bebida nos condujo a beber, así como tampoco la falta de ella evitó emborracharnos cuando lo deseábamos realmente. Por eso preguntan: "¿Para qué derramar un buen whisky por el sumidero o regalárselo a otra persona? Vivimos en una sociedad de bebedores y no podemos evitar la presencia de las bebidas alcohólicas. Mantengamos nuestro abastecimiento a mano para atender a los huéspedes que lleguen a nuestra casa, y aprendamos a ignorar el licor el resto del tiempo". Para esas personas, este sistema funcionó.
Otra multitud de entre los nuestros puntualiza que en ocasiones fue increíblemente fácil para nosotros apurar un trago debido a un impulso casi inconsciente, antes de que nos diéramos cuenta. Si no existe alcohol a mano, si tuviéramos que salir a comprarlo, por lo menos nos queda la oportunidad de reconocer lo que nos disponemos a hacer y tenemos algún tiempo para reflexionar. ¡Los no bebedores que tienen esta convicción dicen que es mucho mejor prevenir que curar! Estas personas regalaron o vendieron toda su provisión y no dejaron nada en su hogar hasta cuando su sobriedad les pareció lo suficientemente normal y estabilizada. Aun ahora, compran solamente lo necesario para atender a sus invitados durante una sola fiesta.

Usted hará la elección que más le convenga. Nadie más que usted conoce cuál ha sido su forma de beber y hasta dónde aprecia la abstención que ha ganado hoy en día.

Ahora bien, la mayoría de los pequeños cambios de rutina que hemos mencionado en esta sección pueden parecer, por sí mismos, ridículos y triviales. Sin embargo, podemos asegurarle que la suma total de todos ellos nos ha proporcionado un impulso sorprendentemente poderoso hacia una salud nueva y vigorosa. Usted también puede tener ese empuje, si lo desea.

miércoles, 19 de diciembre de 2018

FRASES #74

Jamás tomes decisiones permanentes, sobre emociones temporales.
A veces tenemos que aceptar que hay personas que se quedan en nuestro corazón, aunque no se queden en nuestra vida.
El orgullo atrae una mujer. La valentía la deslumbra. La sabiduría la atrapa. La fuerza la enloquece. Pero, la lealtad la mantiene.
Cuando decides perdonar a los que te lastimaron les estás quitando el poder que tenían sobre ti.
Existen demasiadas personas que sobrevaloran lo que no son y subestiman lo que son.
Hombres: Sean el hombre con quien les gustaría que su hija estuviera.
No se puede ser libre si se le tiene miedo a la libertad de los demás.
Mucho pensar mata la felicidad, la inseguridad mata la autoestima y la mentira mata la confianza.
Trabaja duro, pero nunca te olvides de ser feliz.
Los verdaderos amigos siempre estarán allí para ti. Los amigos falsos sólo aparecen cuando quieren algo de ti.
Solo aquellos que se atreven a tener grandes fracasos terminan consiguiendo grandes éxitos.
No dejes que tus victorias suban a la cabeza, o que los fracasos vayan al corazón.
Algún día te darás cuenta de que yo lo daba todo por ti.
El desvanecimiento de los ideales es triste prueba de la derrota del esfuerzo humano.
Te amo son palabras fuertes. Debes sentirlo, debes valorarlo y nunca traicionarlo.
Cada gallo canta en su gallinero, y el que es bueno, en el suyo y en el ajeno.
Cuando me veas con alguien más, aprenderás a valorar lo que algún día pudiste tener.
La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer bien una vez al año.
No sé si te quiero, no sé si te amo, sólo sé que necesito tenerte a mi lado.
¿Creíste que me movías el piso? ¡Tengo otros que me hacen terremotos!

martes, 18 de diciembre de 2018

Reflexiones Sobre La No Violencia - Gandhi (7)


El poder político

Para mí, el poder político no es un fin, sino uno de los medios que permite a los hombres mejorar sus condiciones de vida en todos los planos. El poder político es lo que permite dirigir los asuntos de un país, por medio de los delegados de la nación. Si las ruedas del engranaje de la vida nacional alcanzasen tal grado de perfección que les permitiese funcionar automáticamente, no sería necesario tener delegados. Sería entonces un estado de anarquía ilustrada. En ese país, cada uno sería su propio amo. Se dirigiría a sí mismo, sin molestar para nada a sus vecinos.

Soy un simple aprendiz. No poseo erudición profunda. Acepto la Verdad donde quiera que se encuentre, y trato de vivir de acuerdo con ella.

En nuestro estado actual somos en parte hombres y en parte bestias. En nuestra ignorancia, que llega inclusive a la soberbia, sostenemos que cumplimos acabadamente el fin de nuestra especie cuando devolvemos golpe por golpe, y desarrollamos la ira requerida por dicho propósito. Suponemos que la represalia es la ley de nuestro ser, pero en ninguna escritura encontramos que la venganza sea obligatoria sino que apenas es permisible. Lo obligatorio es la restricción.



La ley de nuestro ser

Observo con gran temor un incremento del poder político del estado, porque aun cuando aparentemente actúe bien reduciendo la explotación, le causa un enorme daño a la humanidad pues destruye la individualidad que existe en la raíz de todo progreso.

El estado ideal es aquel en que no hay ningún poder político, en virtud de la desaparición del estado. Pero en la vida nunca se realiza por completo el ideal. De ahí la afirmación tan conocida de Thoreau, de que el mejor de los gobiernos es aquel que gobierna menos.

En mi condición del cobarde que fui durante años, yo albergaba violencia; sólo comencé a apreciar la no violencia cuando pasé a despojarme de esa cobardía. Todo hombre que profese la no violencia nada puede hacer excepto por la gracia de Dios. Sin ella, no tendría el coraje de morir sin ira, sin temor, sin ánimo de venganza.

No violencia y cobardía


Para que sea civil, la desobediencia tiene que ser sincera, respetuosa, mesurada y carente de cualquier recelo. Debe apoyarse en principios muy sólidos, no verse jamás sometida a caprichos y, sobre todo, no dejar que la dicte nunca el rencor o el odio.

En la democracia que imagino -una democracia establecida por la no violencia- habrá idéntica libertad para todos. Cada cual será su propio amor

Si me postro ante Satanás, no hay nada que me autorice a esperar los resultados que Dios concede a quienes lo adoran. Habría que considerar una locura peligrosa la idea de que uno dijera: "Tengo intención de adorar a Dios; poco importa si, para ello, recurro a la ayuda de Satanás. Se recoge exactamente lo que se siembra".

La mejor alianza

La religión de la no violencia consiste en brindarles a todos los demás el máximo de comodidad con el máximo de incomodidad para nosotros, aun a riesgo de nuestras vidas.


Debemos elegir entre aliarnos con las fuerzas del mal o con las fuerzas del bien. Rezarle a Dios no es más que una alianza sagrada entre Dios y el hombre. Alianza por medio de la cual el hombre consigue librarse de las garras del príncipe de las tinieblas.

La auténtica moralidad consiste, no ya en seguir caminos trillados, sino en encontrar por nosotros mismos el verdadero camino que nos conviene y en seguirlo de manera intrépida.

La vida humana es una serie de responsabilidades: no siempre es sencillo llevar a la práctica lo que fue discernido como verdad. No soy más que un humilde pionero de la ciencia de la no violencia. Su profundidad oculta me causa escalofríos a veces, así como hace temblar a mis compañeros de tareas.


Error y verdad
   
Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él. Tampoco una verdad puede convertirse en error cuando nadie adhiere a ella.


En el cielo, el sol llena el universo entero con su calor vivificante; pero, si alguien tratase de aproximarse a él, sería reducido a cenizas. Es lo que ocurre en referencia a la Divinidad: nos volvemos semejantes a Dios a medida que practicamos la no violencia. Pero jamás podemos volvernos totalmente iguales a Dios.

Cuando admiro lo maravilloso de una puesta del sol o la luminosa belleza de la luna, mi alma se expande en la adoración del Creador. Trato de  discernirlo con su perfección en todas sus criaturas. Pero tanto la puesta como la salida del sol me significarían obstáculos si no me ayudasen a pensar en Dios. Todo lo que impide que el alma alce vuelo es ilusión, trampa. Nuestro cuerpo también, muchas veces, resulta un estorbo para nuestro rumbo hacia las alturas.

El mundo de la no violencia

En la autonomía basada en la no violencia, nadie será enemigo de nadie, cada cual contribuirá en su medida al bienestar común. Todos sabrán leer y escribir, y sus saberes aumentarán días tras día. La enfermedad y los males estarán reducidos a un grado mínimo. Nadie será indigente y el trabajador siempre encontrará empleo. Bajo tal gobierno no habrá lugar para el juego por dinero, la bebida, la inmoralidad ni el odio clasista.

Jamás se realizarán suficientes experiencias y sacrificios para alcanzar el grado de perfecta armonía con la naturaleza. Infortunadamente, en nuestros días la corriente va en sentido contrario, con una fuerza tremenda. No se vacila en sacrificar montones de vidas para rodear de comodidades y de obsequios a un cuerpo perecedero, o para prolongar durante algunos instantes su efímera existencia. De este modo, condenamos nuestro cuerpo y nuestra alma a la perdición.

lunes, 17 de diciembre de 2018

El Amor En El Matrimonio (Parte 5)

(De la exhortación Apostólica "Amorosa Letitia"
R.P. Pedro Herrasti, S.M. 
Folleto EVC)


DISCULPA TODO
"El amor disculpa todo, cree todo, espera todo, soporta todo. Tiene en sí una fuerza,un dinamismo capaz de hacerle frente a cualquier cosa que pueda amenazarlo". Disculpar todo "implica limitar el juicio, contener la inclinación a lanzar una condena implacable 'no condene y no serán condenados' (LC 6,37). Es tan fácil soltar la lengua y hablar mal de los otros, tal vez para reforzar la propia imagen".
"Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien del otro, intentan mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores. En todo caso guarda en silencio para no dañar su imagen. El amor convive con la imperfección, la disculpa y sabe guardar silencio ante los límites del ser amado".

TODO LO CREE
Un sentimiento muy desagradable es la desconfianza, cuando no puedo confiar en nadie y nadie confía en mí. Sentimiento presente por desgracia en los medios políticos: alianzas y des alianzas, complots y traiciones donde nadie puede confiar en nadie.

En el amor hay confianza: "qué hace posible una relación de libertad. No es necesario controlar al otro, seguir minuciosamente sus pasos para evitar que se escape de nuestros brazos. El amor confía, deja en libertad, renuncia a controlarlo todo, a poseer, a dominar.

Esa libertad, qué hace posibles espacios de autonomía, permite que la relación se enriquezca y no se convierte en un círculo cerrado sin horizontes. Alguien que sabe que siempre sospechan de él, que lo juzguen sin compasión, que no lo aman de manera incondicional, prefiere guardar sus secretos, esconder sus caídas y debilidades, fingir lo que no es".



El Amor En El Matrimonio (Parte 4)

(De la exhortación Apostólica "Amorosa Letitia"
R.P. Pedro Herrasti, S.M. 
Folleto EVC)




DISCULPA TODO
"El amor disculpa todo, cree todo, espera todo, soporta todo. Tiene en sí una fuerza,un dinamismo capaz de hacerle frente a cualquier cosa que pueda amenazarlo". Disculpar todo "implica limitar el juicio, contener la inclinación a lanzar una condena implacable 'no condene y no serán condenados' (LC 6,37). Es tan fácil soltar la lengua y hablar mal de los otros, tal vez para reforzar la propia imagen".
"Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien del otro, intentan mostrar el lado bueno del cónyuge más allá de sus debilidades y errores. En todo caso guarda en silencio para no dañar su imagen. El amor convive con la imperfección, la disculpa y sabe guardar silencio ante los límites del ser amado".

TODO LO CREE
Un sentimiento muy desagradable es la desconfianza, cuando no puedo confiar en nadie y nadie confía en mí. Sentimiento presente por desgracia en los medios políticos: alianzas y des alianzas, complots y traiciones donde nadie puede confiar en nadie.

En el amor hay confianza: "qué hace posible una relación de libertad. No es necesario controlar al otro, seguir minuciosamente sus pasos para evitar que se escape de nuestros brazos. El amor confía, deja en libertad, renuncia a controlarlo todo, a poseer, a dominar.
Esa libertad, qué hace posibles espacios de autonomía, permite que la relación se enriquezca y no se convierte en un círculo cerrado sin horizontes. Alguien que sabe que siempre sospechan de él, que lo juzguen sin compasión, que no lo aman de manera incondicional, prefiere guardar sus secretos, esconder sus caídas y debilidades, fingir lo que no es".

TODO LO ESPERA
Esta palabra está relacionada con la paciencia: "no desespera del futuro, indica la esperanza de quién sabe que el otro puede cambiar, siempre espera que sea posible una maduración y Dios escriba derecho con las líneas torcidas de una persona y que saqué algún bien de los males que ella no logré superar en esta tierra.
Aquí se hace presente la esperanza en todo su sentido, porque incluye la certeza de una vida más allá de la muerte. Esa persona con todas sus debilidades, está llamada a la plenitud del cielo".

TODO LO SOPORTA
"El amor sobrelleva con espíritu positivo todas las contradicciones", lo cual, "no consiste en tolerar algunas cosas molestas, sino en algo más amplio: una resistencia, dinámica y constante capaz de superar cualquier desafío".
En la vida familiar hace falta cultivar esa fuerza del amor, que permite luchar contra el mal que La amenaza. El amor no se deja dominar por el rencor, El desprecio hacia las personas, el deseo de lastimar o cobrarse algo. El ideal cristiano y de modo especial en la familia, es amor A pesar de todo".

CRECER EN LA CARIDAD CONYUGAL
en el título de la exhortación papal es "La alegría del amor", pero existe una dificultad: ¿qué es el amor? Esta palabra tan frecuentemente usada, esconde un sin fín de significados equivocados muchas veces.
Por eso el Papa Francisco se refiere ahora a la "Caridad conyugal", que por lo pronto nos llama la atención. "La Caridad conyugal es el amor que une a los esposos, santificado, enriquecido e iluminado por la gracia del Sacramento del Mismo". Esto cambia todas las cosas y las enfoca desde otro punto de vista.
"Es una 'Unión afectiva' espiritual y oblativa, pero que recoge en sí misma la ternura de la amistad y la pasión erótica, Aunque es capaz de subsistir cuando los sentimientos y la pasión se debiliten".
Cuando una pareja celebra su matrimonio sacramentalmente, "Dios, por así decirlo, se refleja en ellos, imprime en ellos los propios rasgos y el carácter indeleble de su amor por nosotros".
"Después del amor que nos une a Dios, el amor conyugal es la 'máxima amistad'. Es una Unión que tiene todas las características de una buena amistad: búsqueda del bien del otro, reciprocidad, intimidad, ternura, estabilidad y una semejanza entre los amigos que se va construyendo con la vida compartida.
pero el matrimonio agrega a todo ello una exclusividad indisoluble que se expresa en el proyecto estable de compartir y construir juntos toda la existencia".

CONCLUSIÓN


la frivolidad del mundo moderno y la falta de preparación religiosa previa al matrimonio, han debilitado desde los cimientos aquello de "casarse por la iglesia".
si los novios acuden a su parroquia llevando ya la cabeza la idea de "si me va bien y si no me divorcio", todo es una farsa, una mentira. "Se les olvida que los hijos no sólo quieren que sus padres se amen, sino que también sean fieles y sigan siempre juntos".
Por desgracia las estadísticas nos dicen que más de la tercera parte de los matrimonios terminan divorciándose, causando en la prole un trauma fatal.

"La vida familiar sería mejor si cada día se vivieran las tres sencillas palabras 'permiso', 'gracias' y 'perdón'. cada día experimentamos la fragilidad y la debilidad, y por eso todos nosotros familias y pastores, necesitamos una renovada humildad que plasme el deseo de formarnos, de educarnos Y ser educados, de ayudar y ser ayudados, de acompañar, de discernir e integrar a todos los hombres de buena voluntad".
SS Francisco


domingo, 16 de diciembre de 2018

Alcanzar Metas

Cuando era niño leía muchas historietas, también conocidas como cómics, pero en mi tierra les decíamos paquitos. 

En casi todas leía una frase que siempre me llamó la atención: “no hay que pedirle peras a un olmo”. Conozco las peras, pero no he visto un olmo.


Con el tiempo supe que esta expresión es usada para referirse a ser realistas para alcanzar las metas. Soñar sí, pero aterrizar también.

Para poder alcanzar nuestras metas hay que tener habilidades, aptitudes. 

No se llega a un propósito si no somos capaces de poner todo de nosotros para llegar. Quiero compartir con ustedes tres claves que considero importantes en el momento de alcanzar metas, para poder aplicarlas en la vida. 

Primera clave: es necesario tener lucidez sobre las metas que te propones, esto es, analizar si son realmente alcanzables o si son sueños que por tus capacidades y habilidades se van a quedar en el aire. 

Uno sabe hasta dónde es capaz de hacer las cosas, por eso, lo primero es reconocer si alcanzaremos la meta, saber si es realizable, esto con el fin de que no se termine convirtiendo en una obsesión y, peor aún, en una de las mayores frustraciones de tu vida.

Segunda clave: tener la capacidad de juntarse con gente que esté dispuesta a trabajar contigo por la consecución de tu meta; debes rodearte de aquellos con los que tienes intereses comunes. 

Debes ser consciente de que relaciones tóxicas te pueden llevar al fracaso, pues los tóxicos no creen en el otro, no acompañan mutuamente los procesos, no vale la pena desarrollarlas. 

Tienes que ser capaz de juntarte con gente que te quiera ver crecer. Tercera clave: tiene que ver con tu relación con Dios, esto es, tener la capacidad de meter a Dios en tus planes, de saberte acompañado y bendecido por Él, de saber que en la realización de cada proyecto está atento a ti. Sí puedes, pero analiza tu vida en clave de habilidades, sensatez y esfuerzo.


Tarea del Día:
Rodéate de gente que quiera verte crecer.

Por Alberto Linero