viernes, 10 de mayo de 2019

Mis Mejores Regalos Del Día De las Madres

-Mis hijos han hecho más profundo a mi capacidad de amar. Hasta que tuve mi primer hijo, no conociste el sentimiento de amar a un ser humano más que a mí misma.


-Mis hijos me han enseñado a ser compasiva. cuando tuve que pasarme noches enteras sin dormir cuidando a un hijo enfermo, aprendí que no hay nada más difícil que ver sufrir a una persona que amas.


-Mis hijos me han permitido respetar y amar a mi marido como padre suyo. se interesa tiernamente en sus problemas y tiene una chispa de genialidad que cambia un día miserable en un día lleno de alegría.


-Mis hijos me han enseñado a ser humilde. He aprendido que no existe una mamá que lo sepa todo, y que cada día es una oportunidad de aprendizaje y conocimiento.


-Mis hijos me enseñan enseñado a creer en mí misma. porque mis hijos han creído en mí y confían en mí juicio sin ninguna reserva, cada día voy creciendo más y más en mí.


-Mis hijos me han enseñado que nadie puede ser feliz haciendo infeliz a otra persona. Yo sólo puedo asegurar mi propia felicidad salvaguardando la felicidad que mis hijos En cuánto ésta en mi mano.


-Finalmente, mis hijos me han enseñado a seguir los dictados de mi corazón. Después de muchos años, he aprendido, luego de orar y de reflexionar, mi corazón nunca ha hecho que me equivoqué. Es una fuente de sabiduría confiable.


Estoy profundamente agradecida con mis hijos por estos regalos del día de las madres.

jueves, 9 de mayo de 2019

Una Madre Escribe A Su Hijo


Querido hijo:
Naciste un viernes a medio día, sin publicidad, en forma rápida, sin provocarme excesivos dolores.
Tenía los ojos cerrados; tu lengua colgada fuera de la boca.
Al mirarte pensé: "que feo!" Pero no me atrevía a decirlo. Lo que dije fue: "que pequeño!"
Transcurría el tiempo y tú no mejorabas. Todos nuestros vecinos sabían cuál era tu enfermedad y tu sombrío porvenir. Solamente tu padre y yo lo ignorábamos.

nos convencieron de que consultar amos a un famoso especialista, que sin duda te curaría. Al regresar a casa te acomodé en la cunita; me quedé mirándote y le dije a Dios: -Tu, Señor, nos das y nos quitas, llévatelo por favor, ¿para qué sirve su vida inútil?

Hijo mío, perdóname, también entonces te he pedido inmediatamente perdón: Cómo era posible que una vida humana, tu vida, ¿fuera inútil? tú eres mi hijo al igual que los demás hijos, tú no tenías culpa; todos tienen problemas, nada más que los tuyos eran diferentes...

¡Cuando por primera vez me dijiste “mamá!", Rompí a llorar de felicidad, aunque ya tenías tres años de edad.

la primera vez que tambaleando corriste a mí encuentro, aun teniendo 4 años de edad, te apreté en mis brazos y me hiciste feliz. Me habían enseñado a esperar con paciencia 4 años aquel momento.

Más tarde, nadie quiso mirarte en la escuela, nadie te aceptado en la sociedad. Gracias a ti aprendí a ser humilde y sonriente; yo son rodilla para que te sonrieron a ti.

Cuando la gente se percató de tu presencia en este mundo, tú me enseñaste a luchar para que te acogerán. Y cuando otras madres luchaban para que el mundo aplaudiera su hijo de tu misma edad, yo me conformaba con tus primeros pasos. tú me enseñaste a no dar a mis otros hijos dinero y éxitos, sino tan sólo felicidad.

Llegó a vivir con nosotros tu tía. Llevo desesperada por sus fracasos, con un carácter insoportable, rechazada por todo el mundo, incapaz ya de vivir sola aguantándose a sí misma. Tu presencia hijo mío, no fue inútil sino indispensable para tu tía a lo largo de 22 años. Fuiste a tu su único amigo y confidente; soportas te su despotismo y prepotencia; endulzaste sus amarguras, la hacía sonreír con tus disparates. durante 22 años diste un sentido a su amarga vida y endulza hasta sus últimos días.

Cuando tu tía murió, volviste a hacer todo nuestro. tu padre y yo comenzamos a quererte más que nunca. Los tres pasamos juntos nuestras últimas vacaciones.

Sobrevino la última enfermedad de tu padre y su muerte. Cuando desesperada volví al cementerio, sólo a ti te encontré en la casa. Tu nada sabías de lo que había pasado; aún menos entendía su trascendencia. Pero misteriosamente sí "sentías" que algo terrible había sucedido.

Gracias a ti logré sobrevivir, mejor dicho, a "vivir" de nuevo. Seguir trabajando y luchando por ti. Y ahora te has vuelto mi único acompañante. En este mundo Ya nadie me brinda su compañía, ni su mirada, ni una caricia, ni un abrazo o un consuelo.

y sin embargo me siento feliz porque aún puedo hacer feliz a alguien en este mundo infeliz. Ese "alguien" eres tú, aquí en tan poquito basta para que sea feliz.

Tu afectadisima madre.

Una señora vecina de Dormía, Italia

miércoles, 8 de mayo de 2019

Cómo Negociar Conflictos Con Los Adolescentes


Tratar de resolver los conflictos con los hijos adolescentes sólo con autoridad, es una batalla perdida. ¿Qué hacer entonces?

  1. Ponga en claro el problema. Encuentre lo que está mal
  2. Genere posibles soluciones. Los papás y los adolescentes contribuyen a ello.
  3. Pon en claro las necesidades. Envía mensaje en "Yo" escuché activamente.
  4. Póngase de acuerdo en una solución. Uso del estilo autoritario de "da y toma".
  5. Ponga en marcha la solución encontrada. Quizás un día o una semana
  6. Evaluar los resultados. Si la solución funciona, se refuerzos positivos. Si no, saqué las conclusiones lógicas. Envía mensaje en "Yo" y escuche activamente.

martes, 7 de mayo de 2019

¿Se Cree Usted Diferente? (Parte 7)

Me llamo Diana y soy alcohólica (15 años de edad)

Cuando llegué a Alcohólicos Anónimos, no podía ser una alcohólica. ¡Era imposible a la edad de 14 años!

Tomé mi primer trago cuando tenía seis años. Siendo la única niña de tres hijos, y la menor de edad, siempre podía arreglármelas para salirme con la mía. Ahora creo que era una alcohólica desde mi primer trago, ya que desde aquel momento, empecé a organizar mi vida según la pauta alcohólica.

Vivía con temor del día, con mi odio y mis resentimientos, en un mundo de ensueño. Soñaba que tenía seis armarios llenos de ropa, y que todas las muchachas me envidiaban. En la vida real, era una gordita autoritaria y envidiosa de todos los demás. Odiaba a mi madre, porque solía darme azotes, y no me dejaba salir sin camisa, como los muchachos.

Nos trasladamos de aquella ciudad justo antes de que comenzara mi cuarto año de primaria. Me sentía muy sola. No tenía amigos, y no podía hacer amistades. Entonces, conocí a muchachas y muchachas que fumaban, bebían y tomaban drogas. Mis padres me suplicaban, discutían conmigo, me daban repetidas zurras. Pero — ¡Qué diablos! Eran ellos los que me hicieron nacer, los que nunca me quisieron, los que me hicieron pasar años de miseria. Decidí que había llegado la hora de desquitarme.

Comencé a beber y a drogarme. Me fui llenando de lástima por mí misma. La bebida y la droga me aliviaban de todo. ¡Qué extraño! También se volvió muy importante la sexualidad, porque quería amor. ¡Montones de amor!

Creía que el problema radicaba en mi vida familiar, así que comencé a consultar con siquiatras, consejeros, a asistir a servicios religiosos — lo hice todo. No funcionó y me entregué otra vez a la bebida.

Siempre quería formar parte. Hacía cualquier cosa que la pandilla decidía hacer. Pero no me gustaba y quería escapar. No tuve que descender para tocar fondo, éste se levantó para chocar conmigo.
Me puse en contacto con A.A. a través de una amiga metida en drogas. Ella sólo necesitaba tener algo que hacer, y no se quedó mucho tiempo. Yo, sí. Me gustaba el amor que recibía. Necesitaba este amor. Me quedé, borracha, deseando ser “una parte de”, no “un aparte de.”

Por fin, después de once meses comencé a trabajar en el programa. Las cosas empezaron a cambiar y fue maravilloso. La relación que tengo con mis parientes y con otras gentes es tremenda. El amor que recibo, lo paso a los alcohólicos que sufren. Dios —como lo entiendo yo— es muy paciente, por lo que estoy agradecida.

Estoy perdiendo peso y me encuentro bien (antes pesaba 200 libras).

Algunos de los veteranos aún me echan miradas inquisitivas, pero yo sé que soy alcohólica, y eso es lo importante. A veces me siento rechazada, ya que los jóvenes de nuestro grupo están casados y se reúnen a menudo sin mí. Dios mediante, dentro de unos cuantos años yo también estaré casada, y me acordaré de invitar a los solteros a participar en nuestras diversiones.

Mi padre sigue bebiendo, pero tengo que dejar que Dios haga su voluntad. Tal vez un día Dios le encuentre también a él. Soy una alcohólica, y dentro de dos meses cumpliré dieciséis años.

lunes, 6 de mayo de 2019

Hablando En Reuniones De No AA - Parte 2

Mantengamos nuestra condición de aficionados

Al hablar ante grupos no A.A., los miembros de A.A. tienen especial cuidado de mantener su condición de aficionados. No pretenden ser expertos en los aspectos médicos, fisiológicos o psicológicos del alcoholismo. Sin embargo, algunas preguntas sobre el alcoholismo en general, al margen de A.A., se hacen inevitablemente en estas reuniones. Para ser prácticos, los oradores de A.A. tratan de responder de una manera inteligente, sin ser dogmáticos, y satisfacer así la curiosidad de los no alcohólicos. Por esta razón, se incluyen en este folleto algunas preguntas y respuestas sugeridas sobre el “alcoholismo” y los “alcohólicos.”


Hablando ante grupos especializados

Cuando usted tenga la oportunidad de hablar ante grupos especializados (abogados, encargados de hacer cumplir la ley, grupos industriales, médicos, por nombrar unos cuantos) puede que desee remitirse a los folletos dirigidos especialmente a estos profesionales. Por ejemplo: para los miembros del clero, “Los miembros del clero preguntan acerca de A.A.”; para los médicos, “A.A. como recurso para los profesionales de la salud.”

Les puede sugerir que soliciten estos folletos, o puede llevar una provisión de ellos a la reunión. Además de los mencionados anteriormente, debe añadir “A.A. en su Comunidad” (cómo A.A. está preparada para trabajar en cualquier comunidad para ayudar a los alcohólicos), “Encuesta de los Miembros de A.A.” (resumen de los resultados de una encuesta realizada entre los miembros de A.A. de los EE.UU. y Canadá) y “Si usted es un profesional”. También el volante “A.A. de un Vistazo” está disponible gratis para ser distribuido en estas reuniones.