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Proponerse hermosos ideales para el futuro
Jesús
dijo una frase que tenemos que repetirlo muchas veces porque, Aunque parezca
exagerado se cumplía exactamente como todo lo que Él ha prometido: "Os he
destinado para que produzca es muchos frutos. El que crea en mí, hará obras
semejantes a las que yo he hecho y las hará aún mayores". ¿Posible? ¿Hacer
obras maravillosas como las que hizo Jesús? ¿Y hacerlas aún mayores? Sí, señor.
Podemos estar seguros de que Cristo no dice para no cumplir. Si así, lo ha
prometido, así lo hará. Por tanto, si tenemos fe en Él, podremos realizar obras
maravillosas en lo futuro. Esto no es un cuento ni es un sueño, es una promesa
infalible que no puede dejar de cumplirse.
Los que
saben dirigir gente hacia el éxito insiste en que es absolutamente necesario
tener un ideal. Que quien no tiene un ideal fuerte que lo atraiga, Sea
quien fuere, no es una personalidad completa.
El ser
humano se hizo para progresar y no quedarse estático obrando y siendo siempre
lo mismo. Las abejitas y las hormigas y las mirlas construyen sus nidos lo
mismo hoy que desde hace un millón de años. La criatura humana en cambio tiene
hoy unas habitaciones muchísimo más cómodas y mejores que las de hace sólo un
siglo. Porque para el ser humano lo normal es que vivo progresando día a día.
¿Qué es
tener un ideal? Es
dirigir todas las fuerzas y deseos hacia un fin que se desea conseguir. El
ideal es un valor presentado a la inteligencia como algo capaz de apasionar la
voluntad y de impulsar A todo nuestro ser a la conquista de un objetivo en el
que si fuéramos nuestra felicidad y nuestra realización.
Lo
principal del ideal es que es un bien, un valor que atrae a la inteligencia Y
mueve a la voluntad a obrar y enfoca hacia el nuestras aspiraciones y
preferencias.
El ideal
transforma la vida le da una finalidad a lo que hacemos. Hace que el trabajo
ilusione. A Edison se la pasaban las horas y los días como si fueran minutos
trabajando en su laboratorio, tratando de conseguir sus inventos portentosos. A
San Francisco Javier se le hacían pocos todos los miles de kilómetros que
recorría tratando de hacer cristianos a los paganos de la India. A San Juan
Bosco No le interesaba nada lo que lo humillaron y lo persiguieran, con tal de
conseguir ayudas para librar a los niños pobres de la corrupción y hacer los
buenos cristianos y honestos ciudadanos. Cuando un ideal no se emociona nuestro
trabajo se nos vuelve más fácil, y más entusiasmante.
El famoso
filósofo Balmes aconsejaba: "tened siempre ante vuestros ojos un ideal:
contempladlo, estudiadlo, pensad en él, dejaos entusiasmar por él, dejaos
hipnotizar por vuestro ideal, amadlo con pasión, con verdadera emoción.
Entonces sí, desplegadas las velas de vuestro entusiasmo, emprended la
navegación hacia los triunfos que os esperan en la vida".
El
presidente Roosevelt repetía: "una persona que no se propone ideales
importantes para alcanzar y conseguir, seguramente que no va a lograr triunfos
que valga la pena".
Un
antiguo refrán alemán decía: "lo que no conozco no me afecta el
corazón". Y San Agustín y Santo Tomás afirman: "no es posible amar lo
que no se conoce". No es posible entusiasmarse por un ideal que no se
tiene bien claro y bien preciso. Es necesario mostrarle a la voluntad Cuál es
el ideal que ella tiene que proponerse conseguir. Cuando la voluntad conoce el
ideal y se entusiasma por él, trabaja incansablemente por alcanzarlo.
Un gran
sabio afirmaba: "tener un ideal es Tener razón suficiente para
vivir". ¿Porque tanta gente vive una vida insulsa sin entusiasmo y sin
alegría? Es que no se han propuesto ninguna idea lo importante para conseguir.
Nuestras
fuerzas son pocas y bastante limitadas. Silas dispersamos en un montón de
actividades inútiles, las perdemos, pero si la hacen causamos hacia la
consecución de un ideal, Hacemos como las empresas de energía: Represa en un
río aunque sea pequeño y lo convierten en fuente de luz para muchas casas y en
riego para muchos Campos. No dejaron Al río dispersarse por la llanura y
convertirse en pantanos inútiles, sino que lo supieron dirigir hacia un fin
determinado y lo hicieron producir mucho fruto.
¿Y cuál
habrá de ser nuestro ideal y cuál habrá de ser nuestro ideal? No puede haber mejor ideal que
esté: "amar a Dios", tratar de tenerlo contento y de vivir en su
amistad y de hacerlo conocer y amar. Llamar con verdadero amor de
Caridad al prójimo y esmerarse por hacer el mayor bien posible. Y
tratar de perfeccionarse uno a sí mismo, viviendo de la manera más
Santa y menos pecaminosa que le sea posible. Estos tres fines se convierten en
el mejor ideal que una persona pueda conseguir en esta tierra, y su consecución
proporciona trabajo suficiente para toda una vida. Y este ideal es tan elevado
y tan santo que logra que nuestro corazón se enamoró de él y no permite que nos
dejemos seducir por el Espejismo de las ambiciones materialistas.
Me
pregunto: "Cuál es mi ideal principal? ¿Qué ideales deseo conseguir? Para
saber cuáles son nuestros ideales basta averiguar hacia donde emprenden vuelo
nuestros tiempos libres, nuestros pensamientos y deseos, nuestro dinero,
nuestras aspiraciones. Jesús decía: "dónde están vuestros tesoros, allá
estará vuestro corazón".
¿Hacia
dónde y hacía que se dirigen más frecuentemente mis deseos y mis aspiraciones?
Solamente me contento con ideales y perfectos, fugaces y caducó que no son
capaces de satisfacer plenamente la sed de perfección del ser humano. Los
ideales que solamente se refieren a esta vida terrena son muy pasajeros y muy
perecederos, no llenan de satisfacción plena, y no logran calmar los deseos de
nuestra alma Inmortal.
Propósito: me voy a proponer ideales
elevados. Hasta
ideales atrevidos, Porque si Dios está con nosotros nada será imposible para
nosotros. Pero mis ideales no serán sólo para el cuerpo: salud, belleza,
deportes, placeres, etc.; Ni sólo para el orgullo: honores, Gloria, celebridad,
prestigio; ni sólo para esta vida terrena: riquezas, artes, comodidades, fama.
Quiero también proponerme alcanzar ideales Que me sirvan para esta vida y la
vida eterna, como la ciencia, la santidad, el lograr extender más mi religión,
el poder hace mucho bien a los necesitados, el ir depositando cada día Una gota
de dulzura en la vida de alguien Y nunca una gota de amargura en la vida de
nadie; el poder enseñar con mi buen ejemplo; el aprender más para poder ser más
y hacer el mayor bien; el irme formando un modo de ser amable, humilde, lleno
de simpatía; el compartir lo más que me sea posible mis bienes con los demás y
así irme ganando un puesto en el cielo donde "a cada uno se le pagará
según hayan sido sus obras".
Y
recordaré lo que decía aquel triunfador y recordaré lo que decía aquel
triunfador: "mientras viajé por la vida sin proponerme ideales definidos
por conseguir, fui un triste fracasado. Pero Apenas empecé a proponerme ideales
altos por alcanzar y a entusiasmarme por mis ideales y a trabajar por
conseguirlos, Entonces sí comencé a sentir que mi vida no era inútil ni
aburrida, y los triunfos me fueron llegando seguiditos, uno tras otro.
Remedio
para alejar la depresión: tener buenos ideales y trabajar por conseguirlos.
Es un remedio que produce excelentes resultados. Lo ha demostrado la
experiencia de muchos en todos los países del mundo.