QUINTO PASO
Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestras faltas Si hemos sido honrados y concienzudos con nuestro inventario moral, hemos hecho una relación de nuestros defectos de carácter y los hemos analizado, y tenemos los datos del daño que hemos causado a otros, tenemos una relación de nuestros impedimentos y defectos más grandes, y de los nombres de las personas dañadas como resultado de nuestra vida ingobernables y de nuestra conducta insana.
Estos hechos señalan ciertas faltas que hemos cometido, forman la relación de nuestras sinrazones. Nos hemos cerciorado de nuestros defectos y no solamente nos proponemos corregirlos, sino que además, nos proponemos preparar un plan de acción que significara restitución y felicidad para las personas que han sufrido daños físicos, mentales o económicos a consecuencia de nuestra manera descontrolada de beber.
El Quinto Paso es un paso preparatorio de la restitución que esperamos hacer al cumplir con las disposiciones del Noveno Paso, de acuerdo con el cual es necesario hacer reparaciones, y las hacemos. La naturaleza exacta de nuestros defectos ha sido admitida antes Dios y ante nosotros mismos, y se ha hablado de ello a una tercera persona. Los fundadores de nuestro movimiento sabían el valor de hacer esto; sabían que solo haciéndolo podríamos adquirir humildad, honradez y la ayuda espiritual necesaria para tener buen éxito en vivir el Programa de A.A.
La mayoría de nosotros pensábamos que nuestras valorizaciones eran precisas y como habíamos aceptado ante Dios el error de nuestra manera de pensar y de actuar anteriores, no se veía la necesidad de ir más lejos. Deducíamos que Dios sabía; que nos perdonaría y que el asunto quedaba concluido.
Esta es una manera de pensar alcohólica. Sigue el antiguo patrón y no es más que una simulación, una nueva manera de eludir la responsabilidad. Tenemos que confiar a otra persona nuestros secretos acumulados por tanto tiempo si es que vamos a adquirir tranquilidad mental, estimación propia y recuperación del alcoholismo.
La humildad que nos este paso es necesaria para nuestro futuro bienestar. No tendremos ninguna inspiración espiritual ni liberación del miedo hasta que no nos deshagamos de esos fantasmas que tenemos guardados. Hemos de dejar de esquivar a la gente y empezar a afrontar los hechos y los problemas si es que ha de ser nuestra liberación del pánico y de la tensión.
El Quinto Paso es un Paso cardinal. Requiere la acción que pone en marcha un verdadero despertar espiritual cuando respaldamos nuestra FE en Obras Orales.
Si este Paso le parece difícil a usted (y bien puede parecer que sea así) recuerde que no es usted una excepción. Muchos de nosotros hemos reaccionado así. Esta relación no es más que consecuencia de los reflejos de una personalidad alcohólica moribunda tratando de evitar la realidad; ha transcurrido muy poco tiempo entre nuestro repentino cambio de una manera de racionalizar como alcohólico a la de una conducta receptiva necesaria en nuestro Programa. Sin que nos demos cuenta de ello, estamos siendo dominados por nuestros antiguos pensamientos. Estos no son más que ideas momentáneas de rebelión. Rápidamente dejaran su lugar al poder de sublimación de nuestra nueva Filosofía si mantenemos la mente abierta y tenemos FE en que Dios nos ayudara a encontrar la solución correcta Este Paso delinea específicamente el curso de acción que se ha de tomar. A su debido tiempo, concerté una entrevista con cualquiera que no está en A.A. y que será comprensivo pero inafectado por la narración de usted.
(Véase el Capítulo 6 del Libro “Alcohólicos Anónimos”)
No debemos dar este Paso con alguien que pueda no respetar nuestras confidencias. Por esta razón, el clérigo, el psiquiatra o el médico son los más indicados. La mayoría de estos hombres están calificados para escuchar nuestra historia, pero es preferible el clérigo porque ha dedicado su vida al servicio de Dios y de sus semejantes. No hay momento fijo para dar este Paso, no hay que apresurarse a hacerlo. No lo tenemos como una formula con la que hay que cumplir. Hay un estado de ánimo que se presentara a todos los miembros que están teniendo una vivencia de la Filosofía de A.A., el cual estado de ánimo les indicara con toda claridad cuando están listos a hacerlo. Pero, cuando llegue ese momento, tenemos que actuar inmediatamente.
Posponer el darlo es incompatible con nuestro plan de recuperación.
Si está en duda acerca de cuándo dar el Quinto Paso, hágase inmediatamente. Es mucho mejor darlo antes de cuando creemos que estamos listos para hacerlo, que posponerlo y no darlo luego. Muchos miembros con años de sobriedad en A.A. encuentran que les ayuda a mantener su sobriedad. El Quinto Paso induce a la catarsis mental y espiritual y tal vez deba practicarse periódicamente.
Ahora está usted tratando un asunto con Dios y con otro ser humano. Si su inventario ha sido hecho concienzudamente está usted en situación de poder guardarse su orgullo, de contar una historia que esclarezca cada rasgo de carácter, cada pasaje oscuro del pasado. No tiene usted por qué dudar de los valores psicológicos y espirituales que se le brindan. Será bien recompensado su esfuerzo, y no encontrara palabras para expresar la gratitud que sentirá. La comprensión de tales cosas solo llega con la experiencia.
La interpretación del profundo significado de admitir nuestros defectos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, se resume lógicamente diciendo: “Una vez que hemos dado este Paso sin retener nada, nos sentimos muy contentos. Podemos ver el mundo cara a cara. Empezamos a sentir la proximidad del Creador. Hemos tenido ciertas creencias espirituales, pero Ahora Empezamos a tener una Experiencia Espiritual.
RESUMEN:- La metamorfosis del alcohólico a la Nueva Personalidad de A.A. se hace más evidente al completar el Quinto Paso. Estamos impresionados con la sencillez de este plan espiritual efectivo, que ha sido el medio para que comience a haber en nosotros despertar espiritual. Este Paso es un reto directo a nuestra sinceridad, puesto que se nos ha prometido humildad, una experiencia espiritual y la pérdida del miedo cuando hemos hablado de nuestros defectos con una tercera persona.
Este es el Paso del Programa que nos indica que hacer cuando lo hemos completado. Esta indicación se nos da en el Libro Grande, y dice: “Al regresar a casa nos vamos a alguna parte donde podamos estar tranquilos una hora, examinando detenidamente lo que hemos hecho. Le damos gracias a Dios de todo corazón por conocerlo mejor a Él.
Tomamos este Libro y buscamos las páginas que se refieren a los Doce Pasos. Leemos detenidamente las cinco primeras proposiciones y nos preguntamos si hemos omitido algo, porque estamos construyendo Un arco que, al transponerlo, seremos libres por fin. ¿Ha sido consistente nuestra labor hasta ahora? ¿Han sido colocadas debidamente las piedras? ¿Hemos escatimado el cemento en los cimientos? ¿Hemos tratado de hacer la mezcla sin arena? Si podemos contestar a nuestra satisfacción, podemos ver el Sexto Paso.
(Véase el Capítulo 6 del Libro Grande)