sábado, 8 de septiembre de 2018

Llegamos A Creer (Cap 3)

3 . ORACION
Dentro de A.A. hemos encontrado que los buenos resultados de la oración son incuestionables.
Estos son temas de conocimiento y experiencia. Todos aquellos que han persistido han encontrado una fortaleza que por lo regular no es la propia. Han encontrado sabiduría más allá de su capacidad normal. Y han encontrado cada vez más una tranquilidad espiritual que puede mantenerse firme a pesar de las circunstancias difíciles.
Bill W.

NECESIDAD INFINITA
En la práctica siempre he encontrado bastante difícil el dejar que la voluntad superior e íntegra de Alá prevalezca en mi vida y gobierne mi voluntad. Sin embargo, cuando hago esfuerzos humildes, aceptando serenamente Su voluntad respecto a mí, en todos los momentos de mi vida, me siento totalmente liberado de la carga que llevaba sobre mis hombros. La mente ya no vaga más sin rumbo, y el corazón se encuentra repleto de felicidad siempre que respiro.
La cosa más maravillosa que he descubierto es que la oración trabaja. Estoy empezando a pensar en Alá como el más amante Creador, que está interesado de un modo especial en mí; de otra forma, El no me hubiera guiado hacia A.A. ni me hubiera dado tantas oportunidades de levantarme de las recaídas. El es pacífico y misericordioso.
Aunque tanto un inventario moral como un inventario diario revelan miles de grietas en nuestros caracteres, aún así, nosotros como seres humanos, no podemos desenredar todas las desviaciones de nuestra personalidad. Y así por la noche, cuando le doy gracias a El por el día de sobriedad, añado una oración: Le pido que me perdone mis fallas durante el día, que me ayude a mejorarme, y me conceda la sabiduría para descubrir en mi aquellas faltas que aún no he podido identificar.
¡En resumen, la necesidad de la oración es infinita!
Karachi, Pakistán.

MAS QUE UN SIMBOLO
En los no lejanos días de mi pasado de borrachera, cuando mis movimientos estaban fallando y la conciencia estaba desvaneciéndose, siempre me las arreglaba para poner cuando menos una rodilla en el suelo antes de derrumbarme en la cama. Este gesto era acompañado por un susurro "Dios mío, estoy marcando tarjeta. Estoy borracha". Estoy diciendo esto, no para obtener aplausos por haber conservado un vestigio externo de la fe que conocí cuando niña, sino porque quiero mostrar lo profundo que se atrinchera un símbolo aún después que ha perdido todo su significado.
Cuando mi vida misericordiosamente giró por completo y eché mi suerte con A.A. - porque no podía hacerlo más que en esa forma para sobrevivir, - una nueva oración reemplazó a la antigua. Monótonamente, casi cada momento que estaba a solas, repetía, "Dios mío, por favor devuélveme la cordura".
Y finalmente la respuesta comenzó a llegar. Un yo cuerdo fue una chispeante revelación. Siendo capaz de mirar a la parte de mi vida "que yo era" con una mirada hacia dentro libre de nubes intermedias, me sentí como si fuera una clarividente. Estaba mirando dentro de la vida de alguien que en realidad nunca había conocido, aunque yo sabía todas las cosas que habían sucedido en su vida. Mi comprensión no es tan profunda como para entender el cómo o el por qué, pero ahora puedo al menos ver los lineamientos de esa vida.
Desde que sucedió mi pacífico milagro, cuando felizmente encontré que no necesitaba ni quería un trago, he continuado orando. Ahora digo divertidas, personales oraciones, como una que es parte de una canción pidiendo que haya paz en la tierra, y que empiece conmigo. La mayoría de mis oraciones son breves acciones de gracias por algún favor y por hacerme detener a que piense antes de que actúe o reaccione. Mis relaciones con Dios han madurado, como las de cualquier niña pueden hacerlo normalmente con su padre terrenal; ahora apareció más Su bondad y sabiduría.
Nasbville, Tennessee.

"¿ COMO REZA USTED ?"
Muchas veces, mientras estaba bebiendo, pedía a Dios que me ayudara . . . y terminé blasfemando con todas las palabras en las que pude pensar y decir. "Si Tú eres tan todopoderoso, ¿por qué permitiste que volviera a emborracharme y meterme otra vez en todos estos problemas?".
Un día estaba sentado en mi cama. Sintiéndome completamente solo, con una escopeta en la mano, estaba dispuesto a dispararla. "Si existe un Dios", grité, "que me de ele valor para apretar el gatillo".
Una voz, suave y muy clara, dijo: "Eche a un lado esa escopeta". Tiré la escopeta por la puerta.
En un momento de calme, caí de rodillas y la voz volvió a hablar "Llame a Alcohólicos Anónimos".
Esto me sobresaltó. Miré alrededor, preguntándome de dónde vendría la voz, y dije en voz alta, "¡Dios mío!" Di un salto y corría al teléfono. Al intentar agarrarlo apresuradamente, lo tiré al suelo. Me senté a su lado y, con temblorosa mano, marqué la Central y le grité a la señorita que llamara a A.A.
"Le comunicaré con información", dijo.
"Estoy temblando a un grado tal, que maldita sea si puedo marcar un número. ¡Váyase al infierno!".
No puedo explicar por qué no colgué. Simplemente permanecí sentado en el suelo, con el auricular en mi oreja. Lo que a continuación oí, fue "Buenas tardes. Alcohólicos Anónimos. ¿Podemos servirle?"
Después de haber estado sobrio dentro de A.A. durante cuatro meses, mi esposa y yo volvimos a juntarnos. Yo siempre había dicho que por su culpa yo bebía tanto: sus quejas, aquellos niños llorones, harían que bebiera cualquiera. Pero después de volver a juntarnos durante tres meses, me di cuenta de la maravilla de esposa y madre que ella era. Por vez primera supe lo que verdaderamente era el amor, en lugar del simple uso de su condición de mujer.
Entonces sucedió. Siempre había tenido miedo de amar. Para mí, amar significaba perder. Yo creía que era la forma en que Dios me castigaba por todos los pecados que había cometido. Mi esposa se puso muy grave y fue internada de emergencia en el hospital. Tenía cáncer. Me lo dijo finalmente el médico. Ella no podría soportar la operación - me dijo - y si no moría en el curso de ésta, sería sólo cuestión de unas horas más.
Me volví y corrí hasta el vestíbulo de abajo. En todo lo que podía pensar era en conseguir una botella. Sabía que si cruzaba la puerta de salida, eso sería exactamente lo que haría. Pero un poder mayor que yo mismo me hizo detenerme y gritas, "Dios mío, enfermera. ¡Llame a Alcohólicos Anónimos!".
Corrí hacia el sanitario de hombres y permanecí ahí gritando, pidiéndole a Dios a gritos que me muriera yo en lugar de ella. Otra vez el miedo hizo presa de mí, y con auto-lástima dije, "¿Es esto lo que obtengo por trabajar esos malditos Pasos?".
Miré a mi alrededor, y el cuarto estaba lleno de hombres parados ahí mirándome. Me pareció como si todos me dieran un apretón de manos y me dijeran sus nombres al mismo tiempo. "Somos de A.A.".
"Grítalo todo", me dijo uno de ellos. "Te hará sentirte mejor. Y nosotros te comprendemos".
Les pregunté, "Por qué Dios me está haciendo esto? He tratado tan arduamente, y esa pobre mujer..."
Uno de los hombres me interrumpió y dijo "¿Cómo reza usted?". Dije que yo pedía a Dios que no se la llevara, que en su lugar me llevara a mí. Y entonces me dijo, "¿Por qué no le pides a Dios que te de la fortaleza y el valor para aceptar Su voluntad? ¡Diga hágase tu voluntad, no la mía!".
Sí, esa fue la primera vez en mi vida que recé para que se hiciera Su voluntad. Cuando miro a mi pasado, veo que yo siempre le pedí que hiciera las cosas a mi manera.
Estaba sentado en el vestíbulo con los hombres de A.A., cuando dos cirujanos entraron y se dirigieron hacia mí. Uno de ellos me preguntó, "¿Podemos hablarle en privado?".
Me oí contestar, "Cualquier cosa que usted tenga que decirme, puede hacerlo entre ellos. Ellos son mi familia".
El primer doctor habló entonces. "Hemos hecho por ella todo lo que podíamos hacer. Aún está viva, y eso es todo lo que podemos decir".
Uno de los A.A. puso su brazo sobre mis hombros y me dijo: "¿Por qué no la cambias ahora al cuidado del más grande Cirujano de todos? Pídele
que le dé el valor para aceptar". Todos nos tomamos de las manos y juntos rezamos la Oración de la Serenidad.
Cuánto tiempo pasó, no lo recuerdo. La siguiente cosa que oí fue mi nombre dicho por una enfermera. Esta me dijo suavemente, "Puede ver a su esposa ahora, pero sólo por un par de minutos".
Mientras subía corriendo al cuarto, agradecí a Dios por darme esta oportunidad de hacer saber a mi esposa que la amaba y que me apenaba mi pasado. Esperaba ver a una mujer moribunda. Para mi sorpresa, mi esposa tenía una sonrisa en su cara y lágrimas de alegría en sus ojos. Trataba de extender hacia mí los brazos; y con voz débil dijo. "No me dejaste sola, no te fuiste a beber".
Esto sucedió hace tras años y cuatro meses. Hoy, estamos juntos aún. Ella trabaja su programa, Al-Anón, y yo trabajo el mí, ambos viviendo hoy, un día a la vez.
Dios respondió a mis oraciones, por medio de la gente de A.A.
Huntington Beach, California.

DIOS ME ENCONTRO
Creo que Dios me encontró, más bien que yo lo haya encontrado. Fue algo similar a observar a un niño caminando; se cae una y otra vez, pero es mejor no intentar ayudarlo hasta que llegue a darse cuenta de que no lo puede hacer solo - y extienda la mano. Yo estaba en una situación en la que no tenía a dónde dirigirme: era un punto de casi total desesperación. Entonces, y sólo entonces, actué honestamente, y con sencillez pedí a Dios que me ayudara. Vino a mí al instante, y pude sentir Su presencia, tal como lo hago en ese momento.
Nashville, Tennessee.

UNA PEQUEÑA TARJETA BLANCA
Cuando llegué a Alcohólicos Anónimos era atea por autonombramiento, agnóstica de tiempo parcial y antagonista de tiempo completo; antagonista contra todos y todas las cosas en general, y contra Dios en particular. (Esto se debía en parte, supongo, a mis intentos de aferrarme al concepto de Dios de mi niñez). Nunca hubo una mujer más descarriada, confusa e impotente como lo era yo. Parecía que había perdido la fe, primero en mí misma, luego en la demás gente, y finalmente en Dios. Sólo había una cosa buena en mi rechazo a creer que yo tenía un Creador: liberaba a Dios ciertamente de una responsabilidad embarazosa.
Aunque ya había tenido una experiencia espiritual la noche que llamé a Alcohólicos Anónimos, sin embargo no me di cuenta hasta después. Vinieron los ángeles trayendo un mensaje verdadero de esperanza, y me hablaron acerca de A.A. Mi padrino se rió cuando negué que había rezado pidiendo ayuda. Le dije que la única vez que había mencionado a Dios fue cuando, en m desesperación al ser incapaz de emborracharme o parar de beber, había gritado: ¡Dios! ¿Qué voy a hacer ?".
El me replicó, "Creo que esa oración fue muy buena como primera vez para una atea. Además tuvo una respuesta". Y así fue.
En un estado más de "rigor mortis" que de severo guayabo fui llevada a mi primera reunión de A.A., a algo más de cien kilómetros de mi pueblo. En el camino visitamos la casa de un A.A., y mira por primera vez la Oración de la Serenidad, en un cuadro colgado en la pared. ¡Fue impactante! Pensé: "Nuevamente estoy metida en otro enredo a causa de mi bebida, como de costumbre. ¡Por amor al cielo! espero que esta oración no tenga que ver nada con A.A." y premeditadamente, evité mirar en esa dirección el resto de la tarde.
Poco podía suponer que, empezando veinticuatro horas después, la Oración de la Serenidad sería mi compañía, esperanza y salvación durante cinco horripilantes días y noches.
Por la noche, después de que llegamos a la reunión cerrada de A.A., toda mi actitud empezó a cambiar, a pesar de mí misma. Estas gentes tenían algo de lo que yo carencia. ¡Y yo lo quería! (Después aprendí que lo que ellos tenían era un Poder que los impulsaba (Power drive) y un Poder que los guiaba (Power steering) y que la fuente de Poder era un Dios amante tal como ellos lo comprendían a El). Ellos actuaban tal como si yo fuera una respuesta a una oración y como si verdaderamente me quisieran ahí. (Maravillosamente, el que estos A.A. creyeran en mi misma, y finalmente en Dios).
Una de las mujeres me entregó una pequeña tarjeta blanca que tenía impresa la Oración de la Serenidad. "¿Qué tal si yo no creo en Dios?", le pregunté.
Se sonrió maliciosamente y dijo, "Bueno, yo creo que El sí cree en usted. ¿No dice usted que esta lista de hacer cualquier cosa para dejar de beber?" y añadió: "¡Simplemente aférrese a esta tarjeta mientras esté viva! Si se siente tentada a tomar ese primer trago, léela. O léela también si se enfrenta con cualquier otro problema demasiado grande, para que pueda manejarlo usted sola".
En la casa, exactamente veinticuatro horas después, comencé a aferrarme a esa pequeña tarjeta "mientras estaba viva". Mi esposo, de veinticinco años, entró en delírium tremens. en su locura, me prohibió telefonear o ir a pedir ayuda. Durante cinco días y sus noches, no dormimos en lo absoluto ninguno de los dos, y hubo ratos en que me convertía en parte de sus pesadillas y mi vida se encontraba amenazada.
Durante todo ese tiempo, nunca permití que la rajeta me dejara. Leí y releí la Oración de la Serenidad. Aunque la casa se encontraba tan bien equipada de licor como un pequeño bar, el milagro de todo esto fue que no tomé un trago ¡Yo! que había resuelto siempre todos mis problemas con tragos fuertes. En su lugar, empuñé esa pequeña tarjeta y murmuré las palabras una y otra vez durante cinco días y noches. No recuerdo haber tomado ninguna decisión de creer. Sólo sentí que el Dios de esa gente de A.A. podía tener compasión de mí y ayudarme. Pero con certeza llegué al convencimiento que Yo era impotente. Como establece nuestro Texto Básico. "Algunas veces el alcohólico no tiene una defensa mental eficaz contra el primer trago. Excepto en muy raros casos, ni él ni ningún otro ser humano pueden proveer dicha defensa. Su defensa debe llegar a un Poder Superior".
Todo esto, ¡tan pronto después de mi primera reunión! La experiencia total causó en mí el que escuchara atentamente a los historiadores de cómo ellos llegaron al convencimiento también me llevó a leer y releer el capítulo "Nosotros los agnósticos" en el Texto Básico, y lo escrito sobre el mismo asunto en el libro "Los Doce Pasos y Las Doce Tradiciones". Por fin, llegué a la conclusión que había "un camino más fácil y placentero", más fácil que cualquier cosa de las que había intentado por mí misma, antes de A.A. Yo llegué a creer.
Para que no se me olvide . . . aún conservo la pequeña, maltratada, borrosa tarjeta con la Oración de la Serenidad, la cual salvó mi cordura y mi sobriedad y devolvió la fe en el Dios de mi comprensión.
Brighton, Colorado.

ESCUCHANDO EN LAS REUNIONES
"Mucha gente ora como si tratara de conquistar la voluntad de un Dios reacio, en lugar de asirse a la voluntad de un Dios amoroso".
"Es sabio orar por el futuro, pero no lo es preocuparse por él, ya que no podemos vivirlo hasta que llegue a ser el presente. La profundidad de nuestra ansiedad mide la distancia a la que estamos de Dios".
"Si tenemos la oportunidad de ayudar de alguna manera práctica cuando nuestros seres queridos u otras gentes que nos interesen estén por ellos y crean que, al hacerlo así, estamos ayudando a poner en contacto sus mentes con la influencia de Dios. Pero no esperemos servicio en el mismo día. Lo importante es no cancelar nuestras oraciones por preocupaciones posteriores. (Hay una gran diferencia entre estar interesado y estar preocupado). La fe de larga distancia, incondicional, es la mejor".
Sidney, Australia.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Síntomas de la Borrachera Seca (9° Síntoma)

Noveno síntoma: Negación de su realidad no alcohólica con persistencia de los mecanismos de racionalización y proyección.

El síndrome del avestruz: no veo, no oigo, no hablo.

De nada sirve la aceptación del alcoholismo si se sigue negando la realidad no alcohólica: esas zonas erróneas que giran alrededor de la adicción y que en parte, fueron su causante. Conformarse con dejar de beber y no querer enfrentarse a la realidad de las áreas neuróticas que están provocando la ingobernabilidad emocional, es una pseudorecuperación que sólo lleva a la mediocridad existencial.

Existe una versión popular sobre las avestruces: Cuando se ve amenazada, esconde la cabeza bajo la tierra para forjarse la ilusión de que el peligro no existe y esto queda como anillo al dedo a muchos alcohólicos que ya no beben, que están en aparente recuperación, pero que no quieren saber nada acerca de su realidad no alcohólica, esas zonas erróneas que giran al rededor de su adicción a las cuales no quieren enfrentarse, por que sienten miedo de enfrentar esa amenaza para su autoimagen, escondiendo su cabeza en el agujero representado por los tres mecanismos de defensa psicológicos favoritos del alcohólico que son la negación, la racionalización y la proyección.

Los alcohólicos son maestros de la excusa y campeones del pretexto. Cuando bebían inventaban mil y un pretextos para justificar el por que se emborrachaban. Ahora que ya no beben y que presuntamente se están recuperando siguen fabricando pretextos para justificar su conducta ingobernable. Y es que los pretextos constituyen una de las tres formas principales con las que el alcohólico niega su realidad no alcohólica. Estos pretextos, que muchas veces termina creyéndolos el propio sujeto, constituyen lo que en psicología se conoce como racionalización. Esto quiere decir que el individuo construye una explicación falsa que pretende justificar una conducta inadecuada, como una forma de no ver esa realidad neurótica. 

Cuando un padre golpea a su hijo con ira y desesperación, después quiere justificarse diciendo: "Me duele hacerlo, pero es por su bien". La realidad que ese sujeto no quiere aceptar es: "Soy un individuo impulsivo que no sabe controlar su ira y esto me convierte en un padre golpeador".

En el artículo también se explican ampliamente los otros mecanismos empleados para negar la realidad, los cuales son la negación y la proyección.

por el Doctor José Antonio Elizondo López

jueves, 6 de septiembre de 2018

El Camino De Las Lagrimas (Cap. 2- Parte 1)

El Camino De Las Lagrimas (Jorge Bucay)

UN CAMINO NECESARIO

El Dios en quien yo creo no nos manda el problema, sino la fuerza para sobrellevarlo. Harold S. Kushner. ¿Qué nos viene a la cabeza cuando vemos la palabra escrita aquí abajo?
PÉRDIDA. No importa desacordar en la pertinencia de cada término de la lista de asociaciones que sigue, porque algunas cosas son pertinentes sólo para quien las dice, pero lo cierto es que cada vez que hago la pregunta las palabras que apareen relacionadas con la pérdida son casi siempre las mismas:
muerte, desolación, vacío, ausencia, dolor, bronca, impotencia, angustia, eternidad, soledad, miedo, tristeza, irreversibilidad, desconcierto, nostalgia, desesperación, autorreproche, llanto, sufrimiento. Y yo creo que dando nada más que un vistazo podríamos entender todo lo odioso que resulta cada pérdida a nuestro corazón. Porque fíjense, aunque sea por un minuto, en este listado de palabras. Todos quisiéramos erradicar esta lista de nuestro diccionario. Sólo con estas palabras cada uno puede conectarse internamente con toda la presencia de las cosas que quisiéramos no encontrar jamás en nuestro camino y hasta (si pudiéramos elegir) intentaríamos evitar permanentemente del camino de los que amamos. Y sin embargo lo que yo quiero tratar de demostrar es que estas son las cosas que han hecho de nosotros esto que somos. Estas emociones, estas vivencias, estas palabras sentidas y no solamente pronunciadas, son las responsables de nuestra forma de ser. Porque somos el resultado de nuestro crecimiento y desarrollo y éstos dependen de nuestros duelos. 

Estas experiencias son necesarias para determinar nuestra manera de ser en el mundo. Nadie puede evolucionar sin dolor, nadie puede crecer si no ha experimentado antes en sí mismo gran parte de las emociones y sensaciones que definen las palabras de la lista. ¿Eso qué quiere decir, que hace falta sufrir para poder crecer? ¿Estamos diciendo que hace falta conectarse con el vacío interno para poder sentirse adulto? ¿Tengo que haber pensado en la muerte para seguir mi camino? Digo yo que sí. Creo sinceramente que hace falta cada una de estas cosas para llegar a la autorrealización. La lista describe en buena medida parte del proceso NORMAL de la elaboración del duelo y dado que estas experiencias son imprescindible los duelos son parte de nuestro crecimiento. De ninguna de estas palabras yo podría decir "Ésta no debería estar, esto es anormal, aquello forma parte de lo enfermizo o patológico". Puede ser que en algún momento alguien tenga un duelo menos denso, no tan complicado, un proceso que no se desarrolle con tanto sufrimiento ni tanta angustia...puede ser. Pero también podría suceder que otra persona o esa misma en otro momento, transite un duelo que incluya todas estas cosas y algunas más. Este libro quizás dispare algunos recuerdos y desde allí movilice algunas cosas personales, quizás algunos eventos no del todo resueltos, de hecho lo produce en mí el mero hecho de escribirlo. Por eso es que, más que otras veces, te pido que te sientas con derecho a disentir, que te permitas decir "no estoy de acuerdo" o "yo creo justo lo contrario", que te animes a pensar que soy un idiota o putearme por sostener esto que digo. No te dejes tentar por el lugar común de pensar que si lo dice el libro entonces esto es lo que "se debe" o "no se debe" sentir, porque un duelo siempre es algo personal y siempre lo va a ser. Tomemos algunos miles de personas y pintémosle de tinta negra los pulgares. Pidámosle después que dejen su huella en las paredes. Cada una de esas manchas será diferente, no habrá dos iguales porque no hay dos personas con huellas dactilares idénticas. Sin embargo... todas tendrán características similares que nos permitan estudiarlas y saber más de ellas. Cada uno de nuestros duelos es único y además irrepetible y sin embargo, se parece a todos los otros duelos propios y ajenos en ciertos puntos que son comunes y nos ayudarán a entenderlos. Una de estas cosas en común que quiero empezar señalando es que ayudar en un duelo, cualquiera sea su causa, implica conectar a quien lo padece con el permiso de expresar sus emociones, cualesquiera que sean. Todos los terapeutas del mundo (que disentimos en casi todo) estamos de acuerdo en que la posibilidad de encontrar una forma de expresión de las vivencias internas ayudará a quienes están transitando por este camino a aliviar su dolor. El desafío de la pérdida: Para entender la dificultad que significa enfrentarse con una pérdida nos importa entender qué es una pérdida. Cuando, como siempre, busqué en el diccionario etimológico el origen de la palabra, me sorprendió encontrar que pérdida viene de la unión del prefijo per, que quiere decir al extremo, superlativamente, por completo, y de der, que es un antecesor de nuestro verbo dar. Y partiendo de esto pensé que la etimología me obligaba a pensar en la pérdida como la sensación que tiene quien siente que ha dado todo a alguien o a algo que ya no está. ¿La palabra pérdida tiene que ver con haber dado lo máximo? Y entonces pensé: "No, no puede ser. ¿Dónde está el error? Porque cuando uno da, en general, no siente la pérdida, en todo caso lo perdido es lo que alguien, la vida o las circunstancias te sacan". Y me acordaba de Nasrudím... Él anda por el pueblo diciendo: - He perdido la mula, he perdido la mula, estoy desesperado, ya no puedo vivir.

- No puedo vivir si no encuentro mi mula. - Aquel que encuentre mi mula va a recibir como recompensa mi mula. Y la gente a su paso le grita: - Estás loco, totalmente loco, ¿perdiste la mula y ofreces como recompensa la propia mula? Y él contesta: - Sí, porque a mí me molesta no tenerla, pero mucho más me molesta haberla perdido. Porque el dolor de la pérdida no tiene tanto que ver con el no tener, como con la situación concreta del mal manejo de mi impotencia, con lo que el afuera se ha quedado, con esa carencia de algo que yo, por el momento al menos, no hubiera querido que se llevara. Quizás, pienso ahora, AHÍ ESTÁ LA BASE ETIMOLÓGICA DE LA palabra. La pérdida nos habla de conceder mucho más de lo que estoy dispuesto a dar. Quizás en el fondo yo nunca quiero desprenderme totalmente de nada, y la vivencia de lo perdido es tema del "ya no más". Un "ya no más" impuesto, que no depende de mi decisión ni de mi capacidad. Así que este dolor del duelo es entonces la renuncia forzada a algo que hubiera preferido seguir teniendo. ¿Pero cómo podría evitarlo? Ya vimos que las emociones redundan en que yo me prepare para la acción. Y esta acción de alguna manera me va a conectar con el estímulo.

Aunque conexión también puede querer decir salir corriendo,.porque conectarse quiere decir ESTAR en sintonía con lo que está pasando. Dicho de otra manera, hay una relación entre lo que hago, lo que siento, lo que percibí y el estímulo original.

Esta respuesta (Mi respuesta) me conecta DURANTE UN TIEMPO con la situación y la modifica (aunque más no sea, en mi manera de percibir el estímulo). La conexión, en el mejor de los casos, llegado un momento se agota, se termina, pierde vigencia y entonces vuelvo a estar en reposo. Este ciclo, que como dijimos se llama ciclo de la experiencia, se reproduce en cada una de las situaciones, minuto tras minuto, instante tras instante, día tras día de nuestras vidas. También cuando este estímulo es la muerte de alguien. Lo que me pasa a mí en este caso recorre exactamente el mismo circuito: percibo la situación del afuera, me conecto con una determinada emoción, movilizo una energía, que se va a tener que transformar en acción para que establezca contacto con esa situación concreta, hasta que esa situación se agote y vuelva al reposo. De lo que vamos a hablar es acerca de cómo esta elaboración se da, no sólo frente a la muerte de alguien, sino en muchas otras pérdidas, de la enfermiza conexión que no se agota, del apego y del desapego. 

miércoles, 5 de septiembre de 2018

Síntomas de la Borrachera Seca (8° Síntoma)

Octavo Síntoma: Ingobernabilidad sexual y sentimental.

La ingobernabilidad sexual y sentimental es uno de los síntomas de la borrachera seca que con más
frecuencia presenta el alcohólico y el drogadicto en recuperación. 

Estas personas que ya no consumen alcohol o drogas, siguen practicando malos hábitos en cuanto a su conducta sexual o sentimental: siguen siendo mujeriegos, llevan una doble vida, siguen atados a amores imposibles o a relaciones conflictivas con el sexo opuesto o cambian su adición al alcohol y/o a las drogas por una adicción de tipo sexual que los sigue manteniendo encadenados y sin poder alcanzar esa libertad que implica la verdadera sobriedad.

Los borrachos secos son víctimas de ciertos conflictos neuróticos no resueltos, que los llevan hacia una vida sentimental muy conflictiva, pero sobre todo muy insatisfactoria; o han tenido traumas sexuales en su infancia o juventud que los llevan a tener múltiples conflictos en su sexualidad además de que también influyen causas de tipo sociocultural ya que nuestra sociedad tiene una cultura machista, una educación inadecuada y represiva en lo que a aspectos sexuales se refiere.

En el artículo se analizan también los conflictos psicosexuales de los alcohólicos, al adicto codependiente y se explican las características del misógino, que es un tipo de codependiente muy patológico y peligroso.

por el Doctor José Antonio Elizondo López

martes, 4 de septiembre de 2018

FRASES #67

Ok, yo perdí el tiempo contigo, pero tú perdiste a una mujer que te amaba de verdad. Y eso no podrás superarlo hagas lo que hagas

Cuando estás en los brazos correctos, poco importa el lugar dónde te abracen

Nunca te conformes con ser el "algo" de alguien cuando puedes ser el "todo" de alguien más

Hay días que no estás ni bien ni mal, simplemente estás ahí, respirando

cimientos con los ladrillos que otros le lanzan para tratar de derribarle

Un simple "ok" destruye cualquier conversación

Donde hubo celos, dudas quedan.

Tan solo un beso tuyo bastó para cambiar el rumbo de mi vida

Vayas donde vayas, sé muy bien que ya no te voy a perseguir.

La mentira más común es "estoy bien"

Para que una mujer te hable primero significa que le importas, y MUCHO

Eres esa persona que nunca quiero perder

Los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida. No es el fin del mundo, es el inicio de uno nuevo

Toma tus riesgos: si ganas, serás feliz; si pierdes, habrás aprendido

¿¿Qué es la felicidad?? En el cuerpo la salud, en el sexo la satisfacción, en el corazón el amor, en la mente la libertad. ¿¿¿Y Tú eres feliz???

Si vas a dudar de algo, que sea de tus límites.

La psicoterapia es una confrontación con uno mismo, donde más que una lucha, hay una reconciliación.

La tolerancia a la frustración es necesaria para el desarrollo de cada individuo.

No necesitas herir para enseñar y no tienes que ser herido para aprender.

Si va en serio dímelo para no fallarte, si es un juego dime para divertirme.

Es difícil el equilibrio entre el caos y el exceso de orden.

Aprender es siempre un regalo, incluso cuando el dolor sea el maestro.

Amarse no es mirarse el uno al otro, es mirar en la misma dirección.

Es nuestra luz y no nuestra oscuridad la que nos atemoriza.

Todos los sueños que tienes en tu corazón, te serán concedidos en el tiempo correcto, el tiempo divino.

lunes, 3 de septiembre de 2018

Síntomas de la Borrachera Seca (7° Síntoma)

Séptimo Síntoma: Depresión cíclica o permanente con actitudes de pesimismo y desmotivación.

La depresión: esa agonía interminable.

La depresión es la enfermedad de nuestra era; la llaman la enfermedad invisible, pues mucha gente que la ha sufrido permanentemente, jamás se ha enterado de que padece una de las enfermedades crónicas más desgastantes e incapacitantes que existen.

Alrededor de 60% de los adictos presentan alguna forma de depresión, que no se cura con la abstinencia. En este artículo se menciona entre otras cosas, que muchos adictos al alcohol, a la nicotina y otras drogas ilegales iniciaron su consumo para evadirse de ese sufrimiento psicológico que provoca la depresión.

Los diferentes estudios sobre comorbilidad reportan entre 30% y 70% la coexistencia de adicción y
depresión. Muchos alcohólicos o adictos a drogas que tienen propensión a la depresión, cuando finalmente dejan de consumir e inician su recuperación, tienen una alta probabilidad de presentar un episodio depresivo.

Debido a que el alcohol como la mayor parte de las drogas suelen enmascarar la depresión y cuando se logra la abstinencia, que obliga al adicto a enfrentar su realidad y a no evadirse de ella, se provoca un cuadro depresivo por la fuerte predisposición del paciente a esta enfermedad. La depresión es un fenómeno emocionalmente disruptivo, un sufrimiento psicológico que impide en el individuo la plenitud a pesar de la ausencia de alcohol y/o de drogas. Por tanto, la persistencia de la depresión es una forma de borrachera seca.

En el artículo se define a la depresión como un estado mental caracterizado por una baja generalizada en el estado de ánimo, asociada a una disminución y lentificación de la actividad desarrollada por la persona, así como una marcada incapacidad para disfrutar las cosas de la vida, dentro de un marco de tristeza y desmotivación existencial.

Se habla y se explica de las emociones con las que se pueden confundir la depresión, como la tristeza y la angustia. Se proporcionan algunas cifras de la depresión, según el Instituto Nacional de Psiquiatría en México. Se habla de las personas en las que es más probable que se de este tipo de padecimiento, por ejemplo, los altos ejecutivos y empresarios, las viudas y los jubilados, niños y adolescentes.

Se describe y explica cuál es la depresión endógena y cuál es la depresión reactiva, los principales aspectos neurobiológicos de la depresión endógena, los principales síntomas de la enfermedad represiva, las principales señales de la depresión y como se puede tratar la gente que los padece.

por el Doctor José Antonio Elizondo López

domingo, 2 de septiembre de 2018

Procrastinación

Hoy quiero meditar en torno a un tema que a mí me parece fundamental para el desarrollo de la vida. 

Quisiera que reflexionáramos sobre la procrastinación. 

Quizá muchos de ustedes no están familiarizados con esta palabra, es un poco extraña, sin embargo, más de uno ha hablado sobre ella alguna vez sin saberlo. 

Cuando nos referimos a aquel dicho que versa “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, entonces estamos hablando de procrastinar, es decir, de dejar todo para después, de postergar las actividades. 

Éste es un problema serio, porque de él depende muchas veces el éxito de nuestros proyectos, de aquello que nos propongamos.

Conozco muchas personas que no progresan, porque se acostumbraron a dejar todo para después y, al final, todo se les acumuló y no lograron alcanzar lo que querían. 

Por supuesto que es normal que muchas veces sintamos pereza, que muchas veces digamos ‘lo hago después’, sin embargo, debemos entender que cada vez que decimos esto, estamos perdiendo el tiempo, porque una realidad inminente es que el tiempo que no utilizamos para dedicarnos a aquello que queremos lograr, es tiempo perdido; quien procrastina, pierde el tiempo y es propenso a frustrarse por no alcanzar sus propios objetivos. 

Te invito a que medites esto en tu vida, hasta qué punto estás dejando todo para después y si eres consciente de que eso te afectará en el futuro en el momento de querer llegar al objetivo propuesto. 


TAREA DEL DÍA:
No dejes nada para mañana

P. Alberto José Linero