SEÑALES
EN LAS CUALES SE CONOCE LA PERSONA QUE SE TIENE AUTO APROBACIÓN
Cuando
alguien siente auto aprobación lo da a conocer por las siguientes
señales:
1a. Aceptas
en amargura lo que no puede cambiar y se dedica con valor a tratar de
transformar aquello En lo cual si se puede mejorar. Este es un
lema de los cristianos han tenido ya desde hace más de 18 siglos, pues en una
oración del siglo II ya se encuentra (y como ya lo sabemos, los alcohólicos
anónimos han popularizado por todo el mundo esa bella oración: "señor
Enséñame a aceptar sin amarguras las cosas que no puedo cambiar, y concédeme
valor para transformar aquello que en mi debe mejorar").
El que se
tiene auto aprobación no se felicita por sus debilidades, sino que se traza
programas de acción para compensar esas fallas con una mayor actividad en otros
aspectos, así como el ciego agudiza sus demás sentidos para suplir con una
mayor productividad y el resto de sus capacidades lo que le falta por la
debilidad de sus ojos. A sus debilidades y falta de cualidades en unos aspectos
no responderemos con una resignación fatalista ni con una Rebelión airada, sino
con una mayor actividad en otros Campos con la cual podemos compensar lo que
nos falta en esos puntos más débiles de nuestra personalidad.
Hovard
fue enviado por su padre a estudiar abogacía. Pero el estudio de derecho le
costaba muchísimo y casi no le quedaba nada en la memoria. En cambio, el
desbaratar motores y el armar máquinas que movieran piezas especiales le
agradaba mucho y lo hacía con enorme facilidad. Su padre le dijo
comprensivamente: "ya has descubierto algo para la cual no sirves, pero
también lograste descubrir algo para lo cual si tienes cualidades e
inclinación. Dedícate a ello". Y Hovard llegó a inventar lavadoras
eléctricas Y con esa industria se hizo rico y famoso. No se desanimó por
aquello En lo cual era débil y defectuosa, sino que se dedicó a averiguar en
que sí lograba producir buenos resultados y por allí triunfo.
2a. No
vive envidiando los demás, y acepta a los otros como son. Desde el
momento en el que se tiene auto aprobación empieza ya a disminuir notablemente
la envidia que sentía hacia los que tienen más cualidades o mayores bienes de
Fortuna. La autopromoción lo va llevando a uno invariablemente a contenerse con
lo suficiente sin estar aspirando a lo que no es de primera necesidad. Y Esta
auto aprobación lo lleva a sentir también aprobación por lo que los demás son y
tienen.
Cuando se
auto rechazaba pensaban al ver pasar al vecino en un lujoso Auto: "¿Y,
porque yo no puedo viajar en un auto propio, así como él?", Y se ponía a
rabiar. Pero ahora al ver pasar a su vecino en un flamante último modelo se
pone a pensar: "Y si a mí se me hubiera muerto la mamá, como a él ayer? ¡Mejor
será que no trate de cambiar mi suerte con la de ningún otro!"
3a. Se
ama y se estima a sí mismo. La señal Más negra de quién se tiene
auto rechazo es que ni se aman y se estima a sí mismo. Y qué horrible tener que
viajar y vivir las 24 horas del día con alguien a quien uno no ama ni estima. ¿Y
si ese alguien es uno mismo? ¡Qué vida tan insoportable! Nadie ama lo que no
estima, decía Santo Tomás. Si uno no se estima, ¿Cómo se puede amar a sí mismo?
En cambio,
el que se tiene auto aprobación empieza a estimarse cada día más. Y cuanto
mayor sea la estimación que se tenga A si mismo, mayor será el amor que le va a
tener a su propio ser.
Alguno
dirá: ¿pero no es malo amarse uno mucho a sí mismo? Pues no. Ya que el mismo
Dios en la Biblia nos ordenó que cada uno tiene que amar a los demás cómo se
ama a sí mismo. ¿Y cuánto quiere Dios que amemos al prójimo? ¿Poquito o mucho? ¿No
es verdad que el querer divino es que nuestro amor al prójimo debe ser muy
grande? Pero si cada cual debe amar al prójimo se ama a sí mismo y al prójimo
hay que amarlo muchísimo, eso es señal de que a nosotros mismos también debemos
amarnos enormemente.
Y no lo
olvidemos: para amarnos más, necesitamos estimar nos más. Si vivo diciéndome:
"yo no sirvo para nada!". "Yo no tengo cualidades!".
"Yo soy un monstruo!". "Soy un idiota!". "Soy un ser
de segunda clase!", Etc., Qué amor me voy a poder tener? ¿Acaso es que el
corazón se siente inclinado a amar lo monstruoso y lo degenerado? Pero si, por
el contrario, mi auto apruebo y me digo: "Dios me ha dado cualidades para
esto y para lo otro... Soy una obra maravillosa hecha por las manos del Divino
Creador... Dios me hizo Asu imagen y semejanza en mi espíritu, y, por lo tanto,
tengo en mi personalidad muchos rasgos muy semejantes a los del creador... Mi
cuerpo es una obra maestra de las manos de Dios Y si fuéramos a mandar hacer no
nos lo harían por mil millones, etc." ¡Ah!, Entonces sí me amaré a mí
mismo, porque primeramente mi auto aprobé, y después de la estimación viene
necesariamente el amarse verdaderamente.
4a. Tiene
un modo de ser alegre, expresivo, agradable. Porque el que se
autoestima no vive dándose continuamente palizas mentales, Sino más bien
imitando a aquel hombre del Evangelio del cual dice Jesús que "descubrió
un tesoro y se puso muy contento". En su personalidad, en su salud, en su
pasado y en su presente vive hallando y descubriendo cada día nuevos tesoros
que Dios le ha concedido, Y eso le lleva a pasar su vida no entré lamentaciones
y quejas, sino cumpliendo lo que le aconseja San Pablo: "llenar vuestra
vida de cantos de acción de gracias, de himnos de agradecimiento, y de
oraciones continuas de gratitud por todo A Dios".
No hace
mucho, los alumnos de un colegio dirigieron un "pliego de peticiones
a Los Superiores", y ahí les decían: "nos entristece ver
los encerrados, agresivos, malgeniados, porque eso nos hace creer que ustedes
viven en las mismas crisis de adolescencia que nosotros padecemos. En cambio,
quisiéramos verlos comunicativos, alegres, optimistas, con rostro no de
decepcionados, si no de gente realizada. Nos hace sufrir el verlos aparecer con
cara de entristecidos o decepcionados en la vida. Ya son demasiados los que por
la calle vemos pasar con rostro de insatisfacción, y desearíamos que ustedes,
nuestros formadores, aparecieron ante nosotros con una presencia que demuestre
que están contentos de ustedes mismos y de sus realizaciones" (Bogotá
1991). Esa presencia agradable que estos jóvenes deseaban de sus profesores, es
la que adquiere quién siente auto aprobación y se ha logrado convencer de que
lo bueno y positivo que hay en su modo de ver y en su vida es inmensamente más
numeroso y de alto valor, que sus defectos y faltas de cualidades y de bienes
materiales.
5a. Acéptalo
Reproches, las críticas y hasta los regaños. Pocas personas hay
tan sensibles a los Reproches y regaños y críticas como las que se sienten auto
rechazo y desaprobación. Les pasa como a un gato manso al cual encerramos en un
rincón y fingimos que lo vamos a atacar: lanza feroces arañazos, porque se
siente acorralado y sin salida. Así es el que se auto rechaza y se desprecia: a
cada crítica o regañó y observación que recibe exclama que le persiguen, que no
lo comprenden, que lo humillan, y que todo eso es porque él no vale nada; me
sirve para nada, y es por eso que todos le desprecian.
En
cambio, quién siente auto aprobaciones reconoce los valores que tiene en su
personalidad Y en su vida, y en su pasado y en su presente, en vez de
desanimarse por las críticas, repetir a la frase de Aquel famoso rector de la
universidad a quién le criticaban tanto su misericordia: "nadie le
lanza pedradas a un perro muerto. Si me critican es porque les interesó";
o aquellas palabras de Santa Micaela: "me critican quizá más de la cuenta
hasta por cosas que no he hecho, pero menos mal que por muchos errores que he
cometido, no me critican porque no los conocen y así no me pueden criticar ni
desacreditar más de la cuenta".
Shakespeare
decía: "que si a cada uno lo estuvieran que hacer llegar el castigo justo
que merecemos por nuestros errores y pecados, al mejor de nosotros le tendrían
que aplicar una buena paliza". Porque no somos tan buenos como deberíamos
ser. Afortunadamente los criticones nos azotan con sus lenguas, Pero no logran
despellejar nos a palo como Quizá lo mereceríamos. Pero hay uno que califica y
que si paga bien: es el Dios del cielo. Y él sí ve todo lo bueno que hemos
obrado y él no deja nada bueno sin recompensa. Así que, aunque la gente hable
contra nosotros, allá arriba uno que está anotando todos los detalles de
nuestra vida y a su tiempo nos pagará según nuestras obras. Este pensamiento
produce mucha satisfacción y llena el alma de esperanza. ¿Porque deprimirnos
cuando la gente ignorante anda criticándonos y regañándonos llenándonos de reproches,
si el verdadero pagador, ¿Dios Omnipotente, si no sabe comprender muy bien y no
va a dejar ninguna buena ocasión sin su correspondiente premio inmensamente
generoso?