El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, nos sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió.
Madre Teresa de Calcuta
Mi madre no conocer los límites en sus actos ni en sus palabras. La prudencia es algo que no se le da. Los años le han reafirmado su derecho a opinar acerca de todo, de política o de cocina, ella siempre tiene comentarios sobre cualquier tema que Escuche. Es una mujer robusta y de cortos cabellos que antaño fueron largos y los tuvo que ser cenar después de que un estilista se los quemó con un tinte. Todavía recuerdo esa tarde en que llegó con una nueva apariencia a la casa. Mi padre, que estaba de pie, se sentó, y mis hermanos y yo, Qué estábamos de parlanchines, nos quedamos en silencio; pero no resistimos nuestras risas, que provocaron el llanto estrepitoso de mi madre. La consola más diciéndole que se veía más joven y se recuperó del todo Cuando mi padre le dijo que se veía más delgada. Se llama Clementina Montoya y le encanta aparentar ante todos que es una buena madre, esposa ejemplar y reparte consejos a su paso. La educaron las monjas de la congregación del Niño Jesús Y aprende a bordar punto de cruz y a tejer con agujas y con gancho. Desde Siempre la recuerdo con su bolsa de triques para bordar o tejer, sentada en su sillón color arena, junto a un montón de revistas de las que sacaba las ideas para sus creaciones. Su cocina olía a sopa de arroz y a caldo de pollo. Ha sido una madre cariñosa a su modo y consentidora con mi hermano Pablo. Con Yadira y conmigo ha sido más exigente. Dice que las mujeres debemos de tener estructurada una moral más rígida y las buenas maneras bien ensayadas porque somos el pilar de la familia.
Yo soy la mayor, me llamó Gloria, mi hermano Pablo es el de enmedio y Yadira la menor. Hay 2 años de diferencia entre cada hermano, lo que explica porque mi madre pasó varios años batallando con chiquillos. Para ella lo mejor de su vida somos sus hijos, y quiero pensar qué es lo que hace y me lastima siempre ha sido sin querer, sin pensar, sin proponérselo. Pero ha dolido.
Mi padre se llama José María y todos lo conocen como Chema. Heredó una mueblería de su padre y la ha hecho prosperar a lo largo de los años. Tiene sobrepeso y se ha quedado calvo, Y eso ha sido motivo de incontables veces para los ácidos comentarios de mi madre. <Si he sabido que te ibas a aparecer pelota de playa, no me caso, Chema>, <sólo te falta el Chavo del 8, porque el barril ya lo tienes>, <hay que ir al baño de vez en cuando mi amor, no te quedes con todo adentro>. Eso y más le dices sin importarle si están a solas o acompañados. Mi padre se pone de mil colores y seguro le reprocha sus palabras cuando están a solas, porque frente a nosotros jamás le ha expresado nada. Su inconformidad la leemos en el color de su piel y en el apretón de labios en su rostro, Pero ha permanecido estoico ante las bromas que mi madre fábrica con su apariencia.
Mi madre ha sido así desde que recuerdo. De todo intenta hacer una broma. A veces le sale lo creativo y logra hacernos reír. Su problema radica en que su Ingenio se centra en ridiculizar a los demás y eso cansa. Tal vez sea simpática una vez, p pero cuando ya se convierte en un discurso continuó, lástima. No se da cuenta de lo mucho que nos ha herido a lo largo de los años. Los a ridiculizar en reuniones familiares, en bodas y en XV años, frente a los amigos del colegio y durante las navidades. Entre risas nos ofende y nos lastima sin siquiera darse cuenta.
<Ya viste el peinado que te cargas Gloria?, Parece bacinica, no se te vaya a ocurrir salir hacia la calle; con ese vestido pareces la mona con patas de Hilos de alambre, heridas de las piernas de mi suegra; Cómo dices que se llama ese chico con el que sales? Ese que tiene la cara de indio Fernández y camina como si anduviera en un caballo; no sé cómo te dieron el papel de princesa en la obra Gloria, con esas fechas en las que siempre andas lo que pareces es mucama; cuando engordas pareces cuerda con nudo, Gloria; sólo se te hace una bolita en la barriga, de todos lados sigues como una espátula...>
Y no se cansa. Le he pedido de Mil maneras que por favor sea más mesurada en sus bromas y en sus comentarios, que una broma de vez en cuando llega un momento por tu no está bien, pero que cuando se convierte en la forma de interacción continua pierde su efecto gracioso. Para todos tiene siempre una frase que a ella se le hace chistosa, Pero qué 9 veces de 10 para los demás es un insulto. Ella se ríe y si nos siente ofendidos le resta importancia y nos dice: "Es broma, no lo tomes tan enserio".
De las bromas pasa a las imprudencias.<pensé que estaba usted embarazada, no sabía que había subido tanto de peso>; <Así que eres tú el chamaco con mal aliento, Gloria me ha hablado mucho de ti>; <me encanta conocer a las amigas de mi hija, Qué bueno que te invito Gloria a la casa, pero te imaginaba más delgada>; y la típica: <quieren que les muestre las fotografías de cuando Gloria era bebé?> Y entonces desparrama sobre la mesa imágenes de cuando yo tenía 6 meses de edad en donde aparezco desnuda y panza abajo sobre una cama.
Mi madre habla poco sobre su pasado. Sus padres murieron en un accidente cuando yo tenía 20 años, Así que no los conocimos ni mis hermanos ni yo. Su hermana mayor, la tía Ofelia, se casó con un gringo y vive en Nueva York. Ella es única pariente cercana con la que hemos convivido. Mi madre se casó con mi padre a los 23 años, después de un breve noviazgo de 6 meses. Conformada una pareja estable a pesar lo que le relato, y ha pesado más en su vida lo dulce que lo amargo.
Así es Clementina, mi madre. Exagerada en su hablar, alegre y entusiasta. Bromista en imprudente. Ahora también yo soy madre. Hace 5 años me casé con Gustavo, mi novio de la universidad. Tenemos dos hermosas hijas, flor de 4 y Fabiana de 2. Tenemos juntos un despacho de contabilidad y muchos sueños por realizar. Ahora que tengo mi familia he tratado de quedarme con lo valioso de mi adorada mamá. Me he quedado con su carácter alegre, con su optimismo continuo. Pero es ido cuidadosa en la forma en la que me Expreso de Gustavo y de las niñas. Tengo miedo de que, sin darme cuenta y sin querer, me sorprenda a mí misma haciendo mofa de mis seres queridos y ofendiendo sin pensar a los demás. Le he pedido a mi madre que con mis hijas y con mi marido cuide sus comentarios, que en mi familia Tenemos una dinámica de comunicación distinta, en donde la broma es oportuna y nunca reímos a Costa de los demás. Ella se ríe y me dice que no lo tomes tan enserio, que lo ha hecho sin querer y que me ama.
Creo que de eso se trata este asunto, de perdonar a mamá por todo lo que me ha ofendido sin querer. Se trata de quedarme con lo valioso y transformar el dolor en una lección de vida que me enseñe a mejorar. Se trata de no sembrar rencores ni sentimientos obscuros. Se trata de soltar lo que no es Útil para tener las manos libres para recibir lo provechoso.
Cuando Mamá lastima - Rayo Guzmán, Ed. Milestone