sábado, 12 de mayo de 2018

¿Funcionamos siempre mediante el ego o en algunos momentos nos libramos de él? - Osho

Como el ego es ficticio, en algunos momentos te libras de él. Como es una ficción, solo puede mantenerse si tú lo mantienes. La ficción requiere un mantenimiento, al contrario que la verdad, y de ahí la belleza de la verdad. Pero una ficción hay que pintarla continuamente, apuntalarla aquí y allá, porque se desmorona sin cesar. Cuando consigues apuntalarla por un lado, empieza a desmoronarse por el otro.

Y eso es lo que hace la gente durante toda su vida, intentar que la ficción parezca la verdad. Si tienes más dinero, puedes tener un ego más grande, un poco más sólido que el de un pobre. El ego del pobre es pequeño; no se puede permitir un ego mayor. Si llegas a primer ministro o presidente de un país, tu ego se hincha al máximo y dejas de tener los pies en el suelo.

Nuestra vida entera, la búsqueda de dinero, poder, prestigio, esto y lo otro, no es sino la búsqueda de puntales, de apoyos, para mantener la ficción. Y en realidad sabemos que la muerte se aproxima. Hagamos lo que hagamos, la muerte lo destruirá; pero a pesar de los pesares, seguimos adelante: a lo mejor mueren todos los demás, pero tú no.

Y en cierto modo es verdad. Como siempre has visto morir a otros, pero no a ti mismo, parece que es verdad, y también lógico. Mueren esa persona y la otra, pero tú no. Tú siempre estás allí para lamentarte, para acompañarlas al cementerio y despedirte de ellas, pero después vuelves a tu casa.

No te dejes engañar, porque todas esas personas estaban haciendo lo mismo, y nadie es una excepción. Cuando llega la muerte, destruye la ficción de tu nombre, de tu fama. Cuando llega la muerte, simplemente lo borra todo; no queda ninguna huella. Intentemos lo que intentemos hacer con nuestra vida, no es más que escribir sobre el agua; ni siquiera sobre la arena, sino sobre el agua. No acabas de escribirlo cuando ya ha desaparecido. No te da tiempo ni a leerlo, porque desaparece enseguida.

Pero seguimos intentando construir castillos en el aire. Como se trata de una ficción, hay que mantenerla continuamente, con un esfuerzo constante, noche y día. Y nadie puede mantener semejante vigilancia veinticuatro horas al día. De modo que a veces, sin querer, vislumbras durante unos momentos la realidad sin el ego como barrera.

Sin la pantalla del ego se viven ciertos momentos especiales, aunque tú no lo quieras. Recuérdalo. Todo el mundo experimenta esos momentos de vez en cuando Por ejemplo: cuando alguna noche duermes profundamente, tan profundamente que no tienes sueños, el ego desaparece, desaparecen todas las ficciones. El acto de dormir profundamente, sin sueños, es como una muerte en pequeño.

Cuando se duerme sin soñar, el ego desaparece por completo, porque cuando no se piensa, no se sueña, ¿cómo seguir adelante con una ficción? Pero mientras dormimos pasamos muy poco tiempo sin soñar. En ocho horas de sueño sano ese lapso no sobrepasa las dos horas, pero ese tiempo nos revitaliza. Si dormimos dos horas profundamente, sin soñar, a la mañana siguiente nos sentimos renovados, vivos. La vida vuelve a resultar emocionante, el día parece un regalo. Todo parece nuevo, porque nos hemos renovado. Y todo parece maravilloso, porque estamos en un espacio
maravilloso.

¿Qué ocurre en esas dos horas en las que dormimos profundamente, lo que patanjali y el yoga denomina sushupti, dormir sin soñar? Que desaparece el ego, y con esa desaparición del ego te revitalizas, rejuveneces. Al desaparecer el ego, incluso en un estado de profunda inconsciencia, se nos concede una idea de Dios. Según el patanjali, no existe gran diferencia entre el sushupti, el dormir sin soñar, y el samadhi, el estado último que alcanza Buda. No existe gran diferencia, pero sí existe. Radica en la conciencia. Al dormir sin soñar se está inconsciente; en el samadhi se está consciente, pero es el mismo estado. Nos acercamos a Dios, al centro universal. Desaparecemos de la
circunferencia y vamos al centro, y ese contacto con el centro nos rejuvenece.

Como el ego es una ficción, a veces desaparece. El momento más importante es cuando se duerme sin soñar, y por eso hay que tenerlo muy en cuenta y no perdérselo por ningún motivo.

La segunda gran fuente de las experiencias carentes de ego es el sexo, el amor. Ha sido destruido por los sacerdotes, lo han condenado, y ha dejado de ser una experiencia tan importante. Lleva tanto tiempo condenado que ha condicionado la mente de los seres humanos. Incluso cuando están haciendo el amor, en el fondo saben que están haciendo algo malo, y la culpa asoma por alguna parte. Es algo que les ocurre incluso a los más modernos, a la generación más joven.

Es posible que superficialmente te hayas rebelado contra la sociedad, que superficialmente no seas conformista, pero las cosas han calado hasta lo más profundo, y no se trata de rebelarse solo en la superficie. Puedes dejarte el pelo largo, pero eso no te va a servir de mucho. Puedes hacerte hippy y dejar de bañarte, pero no te va a servir de mucho. Puedes marginarte de todas las maneras imaginables, pero en realidad no te servirá de nada, porque las cosas han calado demasiado hondo y lo demás no son sino actos superficiales.

Llevan milenios diciéndonos que el sexo es el peor de los pecados, algo que ha pasado a formar parte de nuestro ser, de modo que aunque conscientemente sepas que no tiene nada de malo, el inconsciente te mantiene un tanto alejado, con miedo, cargado de culpa, y no puedes adentrarte en el sexo por completo.

Cuando te internas plenamente en el acto sexual, el ego desaparece, porque al llegar al culmen, al clímax, eres pura energía. La mente no puede funcionar. Se produce tal aumento de energía que la mente se pierde, sin saber qué hacer. Es perfectamente capaz de funcionar en situaciones normales, pero se detiene cuando ocurre algo muy nuevo y muy vital, y el sexo es lo más vital del mundo.

Si puedes profundizar en el sexo, el sexo desaparece. En eso consiste la belleza de hacer el amor, que es otra de las posibilidades de vislumbrar a Dios, como el sueño profundo pero mucho más valioso, porque en el sueño profundo se está inconsciente. En el acto del amor se está consciente, consciente pero sin la mente. De ahí que la gran ciencia del tantra sea posible. El patanjali y el yoga funcionan siguiendo los pasos del sueño profundo; han elegido ese camino para transformar el sueño profundo en un estado consciente para que sepas dónde estás, de modo que sepas que estás en el centro. El tantra elige el sexo como ventana para abrirse a Dios. El camino del yoga es muy largo, porque transformar el acto de dormir inconsciente en conciencia es muy arduo; se pueden tardar varias vidas...

Pero el tantra ha elegido un camino mucho más corto, el más corto, y también mucho más agradable. El sexo puede abrir esa ventana. Lo único que hace falta es destruir los condicionamientos que te han impuesto los sacerdotes. Los sacerdotes te han impuesto esos condicionamientos para poder ser mediadores y agentes entre Dios y tú, de modo que no haya contacto directo con él. Naturalmente, necesitas a alguien para establecer el contacto, y el sacerdote adquiere ese poder que lleva ejerciendo desde hace milenios.

Quien pueda ponerte en contacto con el poder, con el auténtico poder, será poderoso. Dios es el verdadero poder, el origen de todo poder. Los sacerdotes son poderosos desde hace milenios, más poderosos que los reyes. Ahora los científicos han ocupado el lugar de los sacerdotes, porque saben cómo abrir las puertas del poder oculto en la naturaleza. El sacerdote sabía conectarte con Dios, y el científico sabe conectarte con la naturaleza; pero en primer lugar el sacerdote ha de desconectarte, para que no siga en funcionamiento la línea individual, privada, entre Dios y tú. Ha destrozado tus recursos internos, los ha envenenado. Se hizo muy poderoso, pero la humanidad entera quedó sin deseo sexual, sin amor, culpabilizada. Hay que librarse de esa culpa. Mientras hagas el amor, piensa en la oración, en la meditación, en Dios. Mientras hagas el amor, quema incienso, canta, baila. Tu habitación debería ser un templo, un lugar sagrado, y no tienes que apresurarte en el acto del amor. Profundiza en él, saboréalo lo más lenta y amablemente posible. Y te sorprenderás, porque tienes la llave.

Dios no te ha traído a este mundo sin llaves, pero hay que utilizar esas llaves, tienes que ponerlas en la cerradura y abrirla.

El amor es otro fenómeno, uno de los que posee mayor potencial, en el que desaparece el ego y eres consciente, plenamente consciente, vibrante, palpitante. Dejas de ser un individuo, te pierdes en la energía del todo.

Debes dejar que, poco a poco, se convierta en tu modo de vida. Lo que ocurre en el momento culminante del amor debe ser tu disciplina, no solo una experiencia, sino una disciplina. Entonces, hagas lo que hagas, te dirijas a donde te dirijas... por la mañana, cuando salga el sol, tendrás la misma sensación, la misma fusión con la vida. Tumbado en el suelo, con el cielo lleno de estrellas, experimenta la misma fusión. Tumbado sobre la tierra, siéntete uno con la tierra.

Poco a poco el acto amoroso te dará la clave para enamorarte de la existencia misma. Entonces el ego se conoce como ficción y se utiliza como tal, y si lo utilizas como ficción no hay peligro.

Existen otros momentos en los que el ego desaparece por sí mismo, en momentos de gran peligro, por ejemplo. Vas al volante de un coche y de repente ves que va a ocurrir un accidente. Has perdido el control del coche y no parece haber ninguna posibilidad de que te salves. Vas a estrellarte contra un árbol o contra un camión que viene en dirección contraria, o vas a caerte a un río: tienes la absoluta certeza. En esos momentos desaparece el ego, repentinamente.
Por eso atraen tanto las situaciones peligrosas. Hay gente que escala el Everest.

Es una meditación profunda, y quizá lo entiendan o quizá no. El montañismo tiene gran importancia. Escalar montañas entraña riesgos, y cuantos más riesgos entraña, más fascinante resulta. En esa actividad se vislumbra la ausencia del ego. Siempre que el peligro anda muy cerca, la mente se detiene. La mente solo puede funcionar cuando no existe el peligro, pero no tiene nada que decir cuando existe. El peligro te vuelve espontáneo, y con esa espontaneidad comprendes de repente que tú no eres el ego.

También, como hay grandes diferencias entre las personas, si tienes sensibilidad estética, la belleza te abrirá las puertas. Solo con ver a una mujer o a un hombre hermosos, con un solo destello de belleza, el ego desaparece de repente. Hay algo que te sobrepasa.

Y lo mismo pasa al ver un loto en un estanque, el crepúsculo o un pájaro en pleno vuelo, cualquier cosa que desencadene tu sensibilidad interna, cualquier cosa que tome posesión de ti tan profundamente durante unos momentos que llegues a olvidarte de ti mismo, que seas y al mismo tiempo no seas, que te abandones... Entonces también desaparece el ego. Es una ficción, que tienes que llevar adelante. Si te olvidas de ella unos momentos, se escapa.

Y es bueno que existan esos momentos en los que se escapa y vislumbras lo verdadero y lo real. Por esos momentos se vislumbra que la religión no ha muerto. No se debe a los sacerdotes; por el contrario, ellos han hecho todo lo posible para matarla. No se debe a las personas religiosas, las que van a las iglesias, las mezquitas y los templos. 

En realidad no son religiosas; son unos farsantes.

La religión no ha muerto gracias a esos escasos momentos que experimentamos casi todos. Toma nota de ellos, absorbe su espíritu, permite que se produzcan más, crea espacios para que ocurran con más frecuencia. Ese es el verdadero camino para buscar a Dios. No vivir en el ego es vivir en Dios

viernes, 11 de mayo de 2018

¿Usted sabía esto sobre la IGLESIA CATÓLICA?

Muchas personas no saben que la Iglesia Católica es la institución caritativa ¡más grande del planeta!

Si la Iglesia Católica saliera de África, el 60% de las Escuelas serían cerradas.

Cuando la epidemia de SIDA estalló en los Estados Unidos y las autoridades no sabían qué hacer, las religiosas de la Iglesia Católica, fueron invitadas a cuidar de los enfermos, porque nadie más quería hacerlo. Y así lo hicieron y así han seguido.

En el Brasil, hasta 1950 cuando no existía ni una política de salud pública, eran las casas de la Caridad de la Iglesia las  que cuidaban de los personas que no tenían condiciones de pagar un hospital.

La Iglesia Católica mantiene en Asia:
1.076 hospitales;
3.400 dispensarios;
330 leprocomios;
1.685 asilos;
3.900 orfanatos;
2.960 jardines de infancia.

En África:
964 hospitales;
5.000 dispensarios;
260 leprocomios;
650 asilos;
800 orfanatos;
2.000 jardines de infancia.

En América:
1.900 hospitales;
5.400 dispensarios;
50 leprocomios;
3.700 asilos;
2.500 orfanatos;
4.200 jardines de infancia

En Oceania:
170 hospitales;
180 dispensarios;
1 leprocomio;
360 asilos;
60 orfanatos;
90 jardines de infancia

En Europa:
1.230 hospitales;
2.450 dispensarios;
4 Leprocomios;
7.970 asilos;
2.370 jardines de infancia

Independiente de la religión, es preciso reconocer que la IGLESIA CATÓLICA, juzgada por muchos de no hacer nada, vive ayudando siempre a los demás. ¿Sabe por qué es juzgada? Porque no se hace propaganda de tanto que hace, porque no es un valor católico divulgar la caridad. Solo lo sabe quien es parte, quien es Iglesia.

Aún así creo que es importante divulgar.

Pero ¿quiere que le diga más? El  ISIS bombardeó pueblos completos y los dejo convertidos en ruinas, por ser cristianos católicos y ¿sabe quién está levantado nuevamente esas comunidades?, ¡porque no tienen dónde vivir!: Los Católicos, si señor.

Muchas gracias. Hay que defender Nuestra Iglesia Católica.
Dios los bendiga.

jueves, 10 de mayo de 2018

La Idea De Un Centro Separado Constituye La Raíz Del Ego -Oso

La idea de un centro separado constituye la raíz del ego. Cuando un niño nace, llega al mundo sin un centro propio. Durante los nueve meses en el vientre de la madre funciona con el centro de la madre como el suyo propio; no está separado. Después nace. Entonces resulta práctico considerar que se tiene un centro separado, propio; en otro caso, la vida será muy difícil, casi imposible.

Para sobrevivir y para luchar por sobrevivir en la batalla de la vida, todos necesitan cierta noción de quiénes son. Y nadie tiene ni idea. En realidad, nadie puede tenerla, porque en lo más profundo somos un misterio. No podemos tener ninguna idea al respecto. En lo más profundo, no somos individuos, sino universales.

Por eso, si le preguntas a Buda: «¿Quién eres?», guardará silencio y no contestará. No puede hacerlo, porque él ha dejado de ser un individuo, es la totalidad; pero en la vida cotidiana incluso Buda tiene que emplear la palabra «yo». Si tiene sed, dirá: «Tengo sed. Ananda, tráeme un poco de agua; tengo sed». Por eso  sigue empleando la significativa primera persona, el «yo». A pesar de ser ficticia, también tiene sentido, pero hay muchas ficciones con sentido.

Por ejemplo, el nombre que nos ponen a cada uno. Eso es una ficción. Llegaste al mundo sin nombre, no con él; el nombre te lo ponen otros. 
Después, a base de repetirlo constantemente, empiezas a identificarte con él, pero es una ficción. 

Pero decir que es ficticio no significa que sea innecesario. Es una ficción necesaria, porque si no, ¿cómo dirigirse a las personas? Si quieres escribir una carta a alguien, ¿a quién la diriges?

Un niño escribió una carta a Dios. Su madre estaba enferma, su padre había muerto y no tenían dinero; le pedía a Dios cincuenta rupias. 

En Correos se quedaron perplejos cuando llegó la carta. ¿Qué hacer? ¿Dónde enviarla? Estaba dirigida a Dios. Así que la abrieron. Les dio pena el niño y decidieron reunir algo de dinero y enviárselo. No reunieron lo que el niño pedía, cincuenta rupias, sino cuarenta.

Llegó una segunda carta, también dirigida a Dios, y en ella el niño había escrito lo siguiente: «Estimado señor: por favor, la próxima vez mándeme el dinero directamente a mí, no a Correos. Se han cobrado diez rupias de comisión».

Sería complicado que no tuviéramos nombre. Aunque en realidad nadie tiene nombre, se trata de una ficción muy útil. Se necesitan los nombres para que los demás te llamen, se necesita la primera persona, el «yo» para que te llames a ti mismo, pero es simplemente una ficción. Si profundizas en tu interior comprenderás que el nombre ha desaparecido, que ha desaparecido la idea del «yo», no queda más que una simple presencia, la existencia, el ser.

Y ese ser no es algo separador, no es tuyo ni mío; ese ser es de todos. Y en ello están incluidos los ríos, los árboles, las piedras, las montañas, todo. Lo incluye todo, sin excluir nada: el pasado, el futuro, la inmensidad del universo. Cuanto más profundices en ti mismo, más comprenderás que las personas no existen, que no existen los individuos. Lo que existe es la pura universalidad. En la circunferencia tenemos nombres, egos, identidades, y cuando pasamos de la circunferencia al centro desaparecen todas esas identidades.

El ego no es más que una ficción útil. Utilizadla, pero sin dejaros engañar por ella

miércoles, 9 de mayo de 2018

Delegar Parte Del Trabajo Hogareño

Con mucha frecuencia, una madre acaba haciendo las tareas domesticas que otros miembros de la familia deberían estar haciendo.

Delegar esos trabajos domésticos no sólo facilitaría la vida de ella, sino que haría que sus hijos se sintieran valorados.

Aún los más pequeños pueden empatar calcetines o poner su ropa donde deben ponerla y no dejarla tirada debajo de la cama, o en un rincón del closet.

Por supuesto que es mucho más sencillo hacer uno misma todas esas tareas, que andar correteando a los niños para que las hagan.

Solo tome en cuenta que con estas acciones usted forjara a sus hijos para que sean independientes y aprendan que no siempre habrá alguien que les ayude toda la vida a recoger sus cosas.

martes, 8 de mayo de 2018

Para El Examen De Conciencia De Los Esposos

El que esta casado no tiene solamente deberes para con los otros, sino además, de una manera especial, para con su cónyuge. No basta serle fiel, dar lo necesario para los gastos y mostrar algún afecto. Hay otras cosas que deben tenerse presentes:

- ¿Es mi esposo/esposa más feliz ahora que ayer?

- ¿Qué he hecho para lograrlo?

- ¿Qué debí hacer que no hice?

- ¿Que debo de hacer de ahora en adelante para cambiarlo?

- ¿Cuantas veces he preferido mi comodidad, mi tranquilidad, mis gustos a lo que podia haberle dado gusto a mi esposo/esposa?

- ¿He comprendido, como dice Jesucristo e el Evangelio, que "la mayor muestra de amor es dar la vida por aquel a quien se ama"?

lunes, 7 de mayo de 2018

Los Ideales (Parte IV) - Osho

ALEJANDRO MAGNO CONOCIÓ A DIÓGENES, un mendigo que solo poseía una lámpara y la mantenía encendida día y noche. Desde luego, actuaba de una forma extraña, y Alejandro le preguntó:
—¿Por qué tienes la lámpara encendida durante el día?
Diógenes alzó la lámpara, miró a Alejandro a la cara y le dijo:
—Busco al hombre auténtico de día y de noche, pero no lo encuentro.
Alejandro se quedó asombrado al ver que un simple mendigo le decía semejante cosa a él, el conquistador del mundo, pero también comprendió la belleza de la desnudez de Diógenes. Sus ojos eran tan silenciosos, sus palabras poseían tal autoridad, su presencia era tan impresionante y a la vez tranquila que aunque Alejandro se sintió insultado no pudo reaccionar. La presencia de aquel hombre era tan imponente que el propio Alejandro parecía un mendigo a su lado. En su diario escribió lo siguiente:
«He notado por primera vez en mi vida que la riqueza no tiene nada que ver con el dinero. He conocido a un hombre rico».

LA RIQUEZA ES LO QUE HAY EN TI DE AUTÉNTICO, de sincero, de verdadero, tu amor, tu creatividad, tu sensibilidad, tu capacidad para meditar: ahí está tu auténtica riqueza.
La sociedad te ha abocado a lo mundano, y te has olvidado por completo de que te han abocado a eso.
Recuerdo una historia que me contaron, una historia real: Un día, en la India, un hombre iba en una moto, y como hacía mucho frío se puso la chaqueta al revés, con la parte de detrás por delante, porque tenía mucho frío y el viento le daba de cara. Un sardar* —Los sardares son muy simples— también venía en su moto por el otro extremo de la carretera, y no daba crédito a sus ojos. Pensó: «Ese hombre tiene la cabeza al revés».
Se asustó tanto que al aproximarse chocó contra el pobre hombre, que cayó al suelo, casi inconsciente. El sardar lo miró detenidamente y dijo: «Dios mío, ¿qué le ha pasado? La ciudad está lejos, el hospital está lejos, pero hay que hacer algo».
Los sardares son las personas más fuertes de la India, y aquel pobre hombre estaba inconsciente. Así que le torció la cabeza para colocarla bien, según como llevaba la chaqueta. En ese mismo momento llegó un coche celular y los policías preguntaron:
—¿Qué ocurre? El sardar contestó:
—Han llegado justo a tiempo. Miren a este hombre: se ha caído de la moto.
Los policías preguntaron. —¿Está muerto? El sardar respondió:
—Estaba vivo cuando tenía la cabeza al revés. Cuando se la puse en su sitio dejó de respirar. Los policías dijeron:
—Solo se ha fijado en la cabeza. ¡No se ha dado cuenta de que lo que está al revés es la chaqueta, no la cabeza! El sardar replicó:
—Somos personas pobres y sencillas. Nunca había visto a nadie con una chaqueta con los botones a la espalda. Pensé que había tenido un accidente. Aunque estaba inconsciente, respiraba. Le torcí la cabeza. Me costó mucho trabajo, pero cuando quiero hacer algo, lo hago. Lo hice, y le enderecé la cabeza hasta que se adaptó perfectamente a la chaqueta. Entonces dejó de respirar. ¡Qué tipo tan raro!

* Sardar: título respetuoso para un sij.

MUCHAS PERSONAS TE HAN TORCIDO LA CABEZA, la mente, de muchas formas, según sus ideas de cómo deberías ser. No tenían mala intención. Tus padres te querían, tus profesores te querían, la sociedad quiere que seas alguien. Tenían buenas intenciones, pero escaso entendimiento. Olvidaron que no se puede convertir un macizo de caléndulas en un rosal, ni viceversa.
Lo único que puedes hacer es contribuir a que las rosas sean más grandes, a que tengan más color y más fragancia. Puedes aportar todos los productos químicos necesarios para transformar el color y el perfume —el abono, la tierra adecuada, el riego conveniente en los momentos oportunos—, pero no conseguirás que el rosal de lotos. Y si empiezas a decirle al rosal que tiene que dar flores de loto —y desde luego, las flores de loto son preciosas y muy grandes—, lo estarás condicionando de mala manera, algo que solo contribuirá a que el rosal jamás de lotos. Además, su energía se canalizará mal, de modo que ni siquiera dará rosas, porque ¿de dónde sacará la energía para producirlas? Y entonces no habrá ni lotos ni rosas, y naturalmente, el pobre arbusto se sentirá vacío, frustrado, yermo, indigno.

Y eso mismo les ocurre a los seres humanos. Con las mejores intenciones del mundo, todos quieren cambiar tu mente. En una sociedad mejor, con personas más comprensivas, nadie te cambiará. Todos te ayudarán a que seas tú mismo, y ser uno mismo es la mayor riqueza que se puede obtener en este mundo. Ser uno mismo proporciona todo lo necesario para sentirse satisfecho, para que la vida tenga significado, para que sea importante. Por el simple hecho de ser tú mismo y de crecer de acuerdo con tu naturaleza se cumplirá tu destino.
Y es que el impulso no es nada malo por sí mismo, sino cuando se desvían los objetivos. Y has de tener cuidado para que no te manipule nadie, por buenas que sean sus intenciones. Tienes que mantenerte al margen de esas personas con buenas intenciones, de las buenas personas que no paran de aconsejarte que hagas esto o lo otro. Préstales atención y dales las gracias, porque no quieren hacerte ningún daño, pero al final lo que ocurre es que sí te hacen daño.

Solo debes hacerle caso a tu corazón: ese es tu único maestro. En el viaje real de la vida, tu intuición es tu único maestro.
¿Te has fijado en la palabra «intuitivo»? Es como «tuitivo», solo que lo tuitivo es lo que ampara o defiende desde fuera, mientras que lo intuitivo viene de tu propia naturaleza, de dentro. Tu guía está dentro de ti, y con un poco de valor nunca te sentirás indigno. Quizá no llegues a ser presidente de un país, ni primer ministro, ni a ser Henry Ford, pero ni falta que hace. Quizá llegues a ser un cantante fantástico, o un pintor fantástico. Y al fin y al cabo, no importa lo que hagas... A lo mejor llegas a ser un gran zapatero.

ABRAHAM LINCOLN LLEGÓ A PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS... Su padre era
zapatero, y en el Senado sentían cierta vergüenza de que el hijo de un zapatero fuera el responsable de los más ricos, de los de clase alta, que se creen superiores porque tienen más dinero, porque vienen de familias de abolengo. Todos los miembros del Senado estaban un poco avergonzados, irritados y enfadados; a nadie le hacía ninguna gracia que Lincoln fuera el presidente.
Un hombre muy arrogante, un burgués, se levantó y dijo lo siguiente antes de que Lincoln pronunciara su primer discurso ante el Senado:
—Señor Lincoln, antes de que comience quisiera recordarle que es usted hijo de un zapatero.
El Senado en pleno se echó a reír. Querían humillar a Lincoln. No podían derrotarlo, pero sí humillarlo. Claro está, no resulta fácil humillar a un hombre como Lincoln.
Lincoln replicó:
—Le agradezco infinitamente que me haya recordado a mi padre, que ha muerto.
Jamás olvidaré que me lo haya recordado, porque nunca seré tan buen presidente como buen zapatero era mi padre. —Se hizo un silencio sepulcral ante la actitud de Lincoln. Y añadió—: por lo que sé, mi padre hizo zapatos para su familia. Si le molestan o tienen algún problema, y aunque yo no soy gran cosa como zapatero, aprendí el oficio con mi padre desde la infancia, puedo solucionarlo. Y lo mismo les digo a todos los miembros del Senado. Si mi padre hizo los zapatos y necesitan algún arreglo, alguna mejora, siempre estaré a su disposición. Pero tienen que tener en cuenta una cosa: que no soy tan bueno como él. Él era un artista. Y se le cayeron las lágrimas al pensar en su padre.

DA IGUAL: ser presidente de tercera clase o zapatero de primera clase. Lo satisfactorio es disfrutar de lo que haces, poner todas tus energías en ello, no desear ser ninguna otra persona, sino desear ser lo que eres, y coincidir con naturaleza en que el papel que se te ha asignado en esta obra es e! papel adecuado, y que no estás dispuesto a cambiarlo ni con un presidente o un emperador. Ese es el auténtico poder, la auténtica riqueza.
Si todos llegamos a ser nosotros mismos, veremos la tierra entera llena de personas con poder, con fuerza, inteligencia, comprensión y satisfacción sin límites, con el gozo de haber llegado a casa

domingo, 6 de mayo de 2018

Personas Exitosas

Las personas exitosas tienen dos cosas en sus labios, "sonrisa y silencio". 

La sonrisa puede resolver un problema , el silencio puede evitar problemas. 

El azúcar y la sal se pueden mezclar pero las hormigas rechazan la sal y se llevan solo el azúcar. 

Seleccione las personas correctas en la vida y haz tu vida mejor y más dulce. 

Si no logras tus sueños, cambia tus caminos, no tu Dios.

 Recuerda, los árboles cambian sus hojas y no sus raíces. 

Nunca llegarás a tu destino si te paras a arrojar piedras a todos los perros que te ladran. 

Los enemigos te verán caminando sobre el agua y dirán que es porque no puedes nadar. 

Incluso si bailas sobre el agua, tus enemigos te acusarán de levantar polvo. 

Haz que tu ambición sea vivir una vida tranquila, ocuparte de tus propios asuntos y trabajar con tus propias manos. 

Recuerda, nunca luches con un cerdo. Ambos se ensuciarán, pero el cerdo lo disfrutará. 

Inspírate y ten un buen día.