sábado, 1 de diciembre de 2018

Llegamos a Creer (Cap 9 - Parte 1)

9. PROGRESO ESPIRITUAL

No somos santos.
Lo que importa es que tengamos buena
voluntad para crecer siguiendo
caminos espirituales. Los principios
que hemos anotado son guías hacia
el progreso. Buscamos el progreso
espiritual más bien que la
perfección espiritual.
Bill W.
"Alcohólicos Anónimos", pág. 66


DESTINOS

Sólo Doce Pasos. En estos días cuando se ponen de manifiesto estadísticas fantásticas, una simple docena no parece significar mucho. Pero el contenido de los Doce Pasos establece una gran diferencia.

Puedo recordar la emoción con que mi esposa y yo vimos a nuestros gemelos dar su primer paso a los once meses. Pronto fueron dos paso, luego tres, en seguida cuatro, y muy pronto no podíamos contar los pasos que habían dado. Eran libres - libres para caminar sin cesar.

Ese primer paso es muy importante, ya sea el primer paso de nuestro querido hijo aprendiendo a caminar - o el Primer Paso, dado por un hombre en su camino hacia una nueva vida. Estudiando las caras de mis pequeños, puedo ver las mismas cualidades que necesitamos para dar los Doce Pasos de A.A.: Osadía para arriesgar todo en el intento, un sentido de orientación sin rodeos ni desviaciones; decisión para moverse hacia adelante sin vacilación ni reservas; determinación para llegar hasta el fin. Destino: una vida plena, una vida libre, una vida serena.
Albany, Australia.


TOTALMENTE LIBRE
Después de once años de sobriedad, un día a la vez he llegado a tener una creciente conciencia de cuan increíblemente bendecido he sido. Al principio, todo lo que pude hacer fue permanecer sobrio ese día. Al principio, todo lo que pude hacer fue permanecer sobrio ese día. Nunca me permití una excusa para faltar a una reunión de A.A., y leí toda la literatura de A.A. aprobada por la Conferencia que podía comprar o tomar en préstamo. También leí otras publicaciones, como el libro de William James "Las Variedades de la Experiencia Religiosa" (porque Bill W. lo hizo). Leí varios devocionarios diarios (y aún lo hago, incluido mi preciosa "Reflexiones Diarias"). Asistí a las clases de confirmación en mi

iglesia para repasar las enseñanzas cristianas de mi juventud, de las cuales me había alejado tanto.
El crecimiento y la comprensión llegaron lentamente, pero lo llegaron constantemente. Finalmente, pude sentir gratitud por mi sobriedad - por la gracia salvadora de Dios. Ahora me siento totalmente libre, porque conozco la verdad acerca de mí. Conocí la gente en A.A. y eso me dio un modo de entenderme a mí mismo. Sé que el progreso espiritual es algo grande, amplio, bello y que sólo he subido hasta la puerta abierta.

Yendo a las reuniones y codeándome con los nuevos en A.A. he encontrado que tienen mucho para enseñarme. Sus problemas son un poco diferentes, y no han experimentado el horrible aislamiento, como lo sentimos algunos de nosotros los más viejos. Pero están mejor informados, tienen conocimientos y sospecho que son más listos, porque aprenden más rápido. Quizás no han tenido que ir tan lejos como nosotros, pero su camino es más confuso y no está tan claro. Así que la lucha es aún la misma para todos nosotros, y nos necesitamos mutuamente. Necesitamos la experiencia, la fortaleza de todos los demás, sin importar la edad o el tiempo de sobriedad.

La gracia salvadora de Dios no viene como un rayo salido del cielo. Viene por medio y de otros que sufrieron, y que también han sido rescatados, personas así como tú y yo.

Me siento feliz de ser parte de una comunidad vital y creciente, de un latir del corazón infalible. El poder Divino es el pulso de A.A., y no cambia, no importa que tan equivocados y tontos seamos los mortales.
Bismarck, North Dakota.


LO MARAVILLOSO DE LOS DESCUBRIMIENTOS

Quise ser el miembro más "exitoso" de mi Grupo de A.A. Pero eso fue mucho antes de que pudiera pensar con claridad. Permanecí sobrio, en gran parte, gracias al miedo y al estímulo de intentar llevar el mensaje. Hablaba frecuente y largamente de lo valioso de "trabajar los Pasos" y de "vivir esta nueva forma de Vida". Desgraciadamente, eso fue todo lo que hice al respecto: sólo hablar. No intenté en realidad practicar los Pasos.

En lugar de esto traté de encontrar ayuda espiritual y par mental por medio de mi iglesia. A cambio de esta actividad me sentí seguro de que sería recompensado con buena salud y felicidad. No funcionó.

Aunque nunca volví a tomar un trago, mi salud general desmejoró. Me volví sumamente nervioso y tenso. Como resultado, una úlcera, la presión arterial alta y una aguda neuritis finalmente me llevaron al hospital, en donde reposé casi ciego, paralítico y medio muerto.

Después que mis doctores diagnosticaron la principal causa de mi enfermedad, pronosticaron que después de todo viviría. Entonces dispuse de mucho tiempo para pensar y meditar. Pasé revista a mi vida entera - los años antes de A.A. y los doce años en A.A. De alguna manera, me sentí atrevido para mirar objetivamente lo que había sido y lo que ha llegado a ser. Por primera vez en mi vida se me reveló con toda claridad que yo era una completa porquería, 100 por ciento despreciable y sin enmienda. Era tan auto-centrado, estaba tan lleno de ego, que sólo me faltaba destruirme a mí mismo. Durante los años en A.A. apenas había aprendido a "mantener el corcho en la botella". Había descuidado el intentar trabajar todos los Doce Pasos del programa.

Pero me sucedió que ahora que Dios me ha salvado dos veces de la autodestrucción, he comenzado a tener un sentimiento de verdadera gratitud, y he tratado de darle las gracias a El. Tengo la intensa sensación que Dios me ha permitido vivir para algún propósito. Para expresar mi gratitud, quisiera pasar el resto de mi vida tratando de ayudar a alguien más, y me di cuenta que uno de los mejores lugares para trabajar, era en la Comunidad de Alcohólicos Anónimos, despojándome de mis viejas y superficiales ideas de "éxito".

Descubrí la satisfacción de ayudar a ordenar las sillas para la reunión y de limpiar ceniceros. Pronto descubrí que la labor de servicio en A.A. puede ser muy gratificante, y me agrada hacerlo. Sí, volví atrás y otros descubrimientos acerca de mí mismo y de mí Poder Superior. Hubiera sentido esto hace años, si sólo hubiera seguido el programa y hubiera estado, como lo expresa el Texto Básico, "dispuesto a hacer cualquier cosa para lograrlo".

A.A. me concede hoy el privilegio de estar a mis anchas en un mundo de gente "normal". Me da la oportunidad de tratar de vivir y trabajar en mi iglesia y en mi comunidad, y quizás en estas áreas, también, ofrece una pequeña contribución para hacer que las cosas sean un poquito mejor para aquellos que están pro venir.
Cordell, Oklahoma.

viernes, 30 de noviembre de 2018

Viviendo Sobrio (Parte IV)

RECORDAR QUE EL ALCOHOLISMO ES UNA ENFERMEDAD INCURABLE, PROGRESIVA Y FATAL

Muchas personas en el mundo saben que no pueden comer determinados alimentos (ostras, fresas, huevos, pepinos, azúcar o cualquier otra cosa) porque si los consumen, inmediatamente adquieren una sensación muy desagradable y aun pueden llegar a enfermarse.

Una persona que tenga una alergia a las comidas puede vivir sintiéndose permanentemente en estado de autocompasión, quejándose de que le ha sido injustamente negado un placer, y reprochándose constantemente por no serle permitido comer alguna sustancia deliciosa.

Obviamente, aun cuando nos sintamos engañados, no es conveniente ignorar nuestra estructura fisiológica. Si ignoramos nuestras limitaciones, podrían resultar serios desajustes o enfermedades. Para permanecer saludables o razonablemente satisfechos, debemos aprender a vivir con los cuerpos físicos que tenemos.

Uno de los nuevos hábitos mentales que un alcohólico en recuperación puede desarrollar, es la observación calmada de sí mismo como alguien que necesita evitar las substancias químicas (el alcohol y otras drogas sustitutas) si realmente desea mantener una buena salud.

Tenemos la prueba de nuestros propios días de bebedores, que suman centenares de millares de años-hombre, para totalizar una gran cantidad de bebida. Sabemos que, a medida que los años de bebedores iban pasando, nuestros problemas relacionados con la bebida continuamente se empeoraban. El alcoholismo es progresivo.

Claro está que muchos de nosotros tuvimos períodos en los cuales, durante varios meses o aun años, llegamos a pensar que habíamos logrado encauzar en alguna forma nuestra manera de beber. Nos parecía que éramos capaces de mantener un fuerte consumo de alcohol en forma razonablemente segura. O aún podíamos permanecer abstemios durante largo tiempo, con borracheras muy ocasionales, y la bebida aparentemente no se iba empeorando, hasta donde podíamos ver. No sucedía nada horrible o dramático.

Sin embargo, ahora podemos ver que, a corto o a largo alcance, nuestro problema alcohólico inevitablemente se fue volviendo cada vez más serio.

Algunos médicos expertos en alcoholismo nos dicen que no existe ninguna duda acerca del hecho de que el alcoholismo se va volviendo cada vez peor a medida que la persona va envejeciendo. (¿Conoce usted a alguien que no esté envejeciendo?).

También estamos convencidos, después de los innumerables intentos que hicimos de probar lo contrario, que el alcoholismo es incurable, así como algunas otras enfermedades. No puede "curarse" en el sentido de que no podemos cambiar nuestra química corporal para regresar al estado de bebedores normales y moderados, bebedores sociales que tantos de nosotros fuimos durante nuestra juventud.

Algunos de nosotros explican esta situación gráficamente diciendo que nos es tan imposible volver a nuestro estado inicial como lo es para una uva pasa volver a ser uva. Ninguna clase de tratamiento médico o siquiatra ha "curado" a nadie del alcoholismo.

Más aún, habiendo observado a miles de alcohólicos que no dejaron de beber, estamos firmemente convencidos de que el alcoholismo es una enfermedad fatal. No sólo hemos visto a muchos alcohólicos bebiendo hasta su muerte, muriendo durante los síntomas de abstención, del delirium tremens, las convulsiones, la cirrosis del hígado y enfermedades directamente relacionadas con el alcohol, sino que también sabemos que muchas muertes que no son oficialmente atribuidas al alcoholismo, son causadas por esa enfermedad. Frecuentemente, cuando se da como causa inmediata de la muerte un accidente automovilístico o ahogamiento, o suicidio, o un homicidio, o un ataque al corazón, o un incendio, o neumonía o infarto, fue un consumo alcohólico exagerado la causa que condujo a la condición o evento fatal.

Ciertamente, la mayoría de nosotros en A.A. nos sentíamos completamente alejados de tales calamidades cuando bebíamos. Y probablemente la mayoría de nosotros nunca alcanzó a llegar a los horribles estados finales del alcoholismo crónico.

Pero nos dimos cuenta que podríamos llegar si continuábamos bebiendo. Si usted se sube a un bus cuyo itinerario alcanza a una ciudad que está a miles de kilómetros, llegará a esa ciudad, a menos que se apee durante el camino y se mueva en otra dirección.

Muy bien, pero ¿qué puede hacer usted si sabe que tiene una enfermedad incurable, progresiva y fatal, ya sea que se trate del alcoholismo o de alguna otra, como un cáncer o una afección cardíaca?
Muchas personas simplemente niegan esa verdad, ignoran su condición, no aceptan el tratamiento, sufren y mueren.

Pero existe otra forma de encarar el problema.

Usted puede aceptar el "diagnóstico", persuadido por su doctor, sus amigos o usted mismo. Luego, averiguar qué puede hacerse, si es que hay algo, para mantener "controlada" esa condición, de manera que pueda vivir todavía muchos años felices, productivos y saludables, mientras y siempre y cuando que usted tome las debidas precauciones. Usted reconoce plenamente la seriedad de su condición, y lleva a cabo todos los puntos necesarios para alcanzar una vida saludable.

Esto, tal como se ha demostrado, es sorprendentemente fácil respecto al alcoholismo, si usted realmente desea la recuperación. Y puesto que nosotros los A.A. hemos aprendido a gozar tanto de la vida, realmente deseamos recuperarnos y permanecer en buen estado.

Tratamos de no perder nunca de vista el hecho imperturbable, inmodificable de nuestro alcoholismo, pero también aprendemos a no meditar demasiado o preocuparnos excesivamente por nosotros mismos, y hablar acerca de eso todo el tiempo. Lo aceptamos como una característica de nuestro cuerpo, así como hemos aceptado nuestra estatura, nuestra necesidad de anteojos o cualquier alergia que podamos tener.

Luego hacemos lo posible confortablemente (no en forma amarga) con ese conocimiento, mientras empezamos por evitar simplemente esa primera copa sólo por hoy.

Un miembro de A.A. que es ciego, dijo que su alcoholismo es muy similar a su ceguera. "En el momento en que yo acepté la pérdida de mi vista, y tomé el entrenamiento de rehabilitación que me fue ofrecido, descubrí que yo puedo ir a todas partes en forma segura, con la ayuda de mi bastón o de mi perro, siempre y cuando no se me olvide o trate de ignorar el hecho de que soy ciego. Pero cuando no actúo con el conocimiento de que me es imposible ver, se me presentan las dificultades y en ocasiones llego a sufrir heridas".

"Si usted desea recuperarse", dijo una mujer miembro de A.A., "lo único que debe hacer es tomar su tratamiento, seguir las direcciones y continuar viviendo. Es muy fácil siempre y cuando recuerde los nuevos hechos que sabe acerca de su salud. ¿Quién tiene tiempo para sentirse "deprimido" o autocompadecerse cuando encuentra que hay tantos placeres conectados con una vida feliz y sin el temor de la propia enfermedad?".

En resumen: Recordamos que tenemos una enfermedad incurable, potencialmente fatal que se llama alcoholismo. Y en lugar de continuar bebiendo, preferimos buscar y utilizar las formas más agradables de vida sin alcohol.

No tenemos por qué avergonzarnos de padecer esa enfermedad. No es una desgracia. Nadie sabe exactamente por qué algunas personas se convierten en alcohólicos mientras otras no alcanzan ese estado. No es culpa nuestra. Nosotros no queríamos convertirnos en alcohólicos; ni tratamos de adquirir esta enfermedad.

No padecimos de alcoholismo porque nos gustara, después de todo. No establecimos deliberada y maliciosamente los hechos de los cuales posteriormente nos sentimos avergonzados. Los hicimos contra nuestro mejor juicio e instinto porque estábamos realmente enfermos, y ni siquiera lo sabíamos.

Hemos aprendido que no se deriva ningún bien de la lamentación inútil y la preocupación acerca de la forma como nos convertimos en alcohólicos. El primer paso hacia una sensación de bienestar, hacia la recuperación de nuestra enfermedad, es simplemente no beber.

Ensaye esta idea. ¿No sería preferible para usted el reconocer que tiene una condición de salud que puede tratarse exitosamente, que gastar una cantidad de tiempo preocupándose miserablemente acerca de lo que está mal en usted.? Hemos visto que ésta es una pintura de nosotros mismos, de mejor apariencia y de mayor sensación, que la antigua representación triste que acostumbrábamos ver. Y es mucho más real, además. Esto lo sabemos. La prueba de ello está en la forma en que ahora nos sentimos, actuamos y pensamos. Quienquiera que lo desee puede tomar "un período de ensayo" de este nuevo concepto de sí mismo. Posteriormente, quienquiera que desee regresar a sus viejos días tiene la completa libertad para empezarlos de nuevo. Usted tiene el pleno derecho de volver a tomar su miseria si realmente la desea.

Por otra parte, usted puede mantener esta nueva imagen de sí mismo, si la prefiere. Esto también le corresponde por derecho.

jueves, 29 de noviembre de 2018

La Mejor Forma De Hacer Una Caridad


Hay muchas formas de hacer una caridad: 
A) Dar con renuencia y pesar

B) dar, pero no en forma proporcionada a las necesidades

C) Dar, pero hasta que se le solicita a uno

D) dar, sin conocer al beneficiado

E) dar sin que se conozca al benefactor.


Pero la mejor forma de hacer una caridad, es anticiparse a la pobreza, previniéndola: 
A) mediante un regalo considerable

B) o un préstamo de dinero

C) o enseñando a comerciar

D) o poniendo al necesitado en camino de hacer un negocio, de modo que pueda obtener una honesta manera de vida y no se vea obligado a la terrible alternativa de extender la mano para pedir limosna o robar.

Este es el culmen de la escalera de oro de la caridad.

Moses Maimonides

miércoles, 28 de noviembre de 2018

Llegamos a Creer (Cap 8 - Parte 4)

DIOS ES BUENO
Antes de A.A., no podía, o no quería admitir que estaba equivocado. Mi orgullo no me dejaba. Y sin embargo, me avergonzaba de mí. Atrapado en este conflicto, eché fuera de mi vida a Dios porque sentí que El me pedía adherirme a un esquema de comportamiento demasiado elevado para un hombre con una fragilidad humana como la mía. En cierta forma, creía que no podía existir perdón para ningún fracasado, que Dios requería de mi que fuera del todo bueno. La moraleja de la historia del Hijo Pródigo me eludía.

Ya que yo pensaba que el intentar no era suficiente, dejé de intentar. Eso me hizo sentir culpable. Por un rato el alcohol borró la culpa. Tuve que ser apaleado hasta convertirme en una masa física, mental y emocionalmente, y llegar a la bancarrota en todas las facetas de mi existencia, antes de poder doblegar mi orgullo y admitir la derrota. Desafortunadamente, la admisión no fue suficiente. Mi situación empeoró hasta que tuve que rendirme por completo. Desde las profundidades de mi infierno, yo gritaba "Dios ayúdame", y El me condujo a un lugar donde pudiera encontrar la salida del laberinto, y me envió un grupo de gentes para que me indicaran el camino.

Eso lo sé ahora. Pero en aquel entonces rechazaba a Dios y proclamaba que no creía en la oración. Le tomó algún tiempo a mis guías el lograr que hablara con Dios por medio de la oración. Antes de esto, yo empleaba a la Comunidad de A.A. y a las gentes en ella como mi Poder Superior. Eran realistas, compasivos y comprensivos, y me hicieron sentir que era bienvenido. Pero mi distorsionado sentido de justicia me decía que no había ninguna razón para que Dios me perdonara, así que me sentía aún avergonzado y culpable cuando era mencionado Su nombre.

Cuando me rendí por completo y acepté la naturaleza de mi enfermedad, lo mismo que el significado completo del Paso Uno, tuve la necesidad de algo más grande a quien unirme. La Comunidad no me era suficiente como Poder Superior. (Aún empleo a A.A. para recordar que Dios existe, pero ya no lo empleo en lugar de Dios). Así, por necesidad, llegué a creer.

Para acompañar a esta creencia en Dios tan profundamente arraigada he desarrollado una enorme fe en Dios. El es bueno. Ahora comprendo que todo lo que El pone en mi camino es para mi beneficio. Pero desarrollar esta convicción ha tomado tiempo, así como también abandonar mi resistencia a cambiar. He necesitado las pruebas y tribulaciones pro las que he pasado, para que pudiera rendirme y renunciar a mi ego. Sólo con la aceptación plena de la derrota total de mi orgullo y de mi ego, pude comenzar a triunfar.

Estoy contra los objetos que pueden ser logrados. Las gentes no se casan y viven felices para siempre. No puedo dejar de beber y vivir en Utopía. Todos los días Dios nos pone delante un nuevo reto. A veces es la prosperidad, otras, la adversidad. La prosperidad me puede llevar a la auto-complacencia; la adversidad a la auto-compasión. Cada una de estas reacciones es un lujo que no puedo brindarme. No siempre acepto completamente mis adversidades como un bien, cuando estoy atravesando por ellas; pero el mero hecho de ser capaz de escribir estas palabras, prueba la lógica de mi fe en que Dios es bueno.

Esta es estrictamente mi opinión, basada en mi experiencia, que uno se vuelve más rico en espíritu en la medida que acrecienta el espíritu. Mientras más acepte a Dios, más me da El. Mientras más agradecido llegue a estar de los beneficios que recibo, con más ahínco trato de mostrar mi agradecimiento. Mi capacidad de estar feliz con la vida tal como es, se ha acrecentado grandemente. Por lo tanto, conforme transcurre el tiempo, me capacito más para estar en paz con el prójimo, con Dios y conmigo mismo.
Deming, Nuevo México.

"LA TOTAL COMPAÑIA DE . . ."
Nací anglicano (Iglesia de Inglaterra), y lo que sigue es un pasaje que se destaca en uno de nuestros servicios religiosos (quizás también en los servicios de otras denominaciones): "Por tanto, con los ángeles y los arcángeles y toda la corte celestial, alabaremos y glorificaremos tu nombre". Como no conozco el cielo o la corte que allí existe, siempre que repito este pasaje de alabanza, sustituyo esas palabras por "y la total compañía de los Alcohólicos Anónimos".

Siendo un A.A. solitario, me he sentido muy alejado de las cosas y dependiendo de mí. Pero creo en el poder del pensamiento colectivo, ya sea para el bien o para el mal. Por tanto creo que el pensamiento colectivo del cuerpo de Alcohólicos Anónimos en todo el mundo, debe producir algún efecto en los alcohólicos, ya sea que se den o no cuenta de ello.
Kenton-on-Sea, Africa del Sur.

PRESENCIA QUE GUIA
En mi primera infancia, recitar "Ahora me voy a acostar para dormir" y aprender a cantar "Jesús me Ama", fueron parte de mi vida cotidiana. Asistir a la escuela dominical y después a la iglesia, llegaron a ser una actividad aceptada de una vez a la semana. Hasta qué grado afectaron estas cosas mi infancia, realmente no lo sé, pero en cualquier momento que experimentaba temor o dificultades, siempre recurría a un adulto en busca de ayuda y tranquilidad.

Sin duda, algunas de estas enseñanzas de la infancia permanecieron en mí a través de los años, aún después de que llegué a depender de la botella para ayudarme en época de dificultades y como una respuesta a mis problemas. Pero con el acrecentamiento de la dependencia de la botella, y de la angustia, congoja y soledad que siguen a ella, parecía existir una dolorosa y total declinación de todas mis creencia y sentimientos espirituales. Me convertí en una paradoja humana; en la desesperación, quería y gritaba a Dios que me ayudara a salid de esta terrible confusión y a continuación, lo maldecía por no ayudarme. Ocasionalmente quería con todo detalle explicar a otros que era un ateo y que no creía que existiera un Dios si lo hubiera, ¿cómo permitía que una de Sus propias creaciones sufriera tanto y viviera en el infierno en que estaba viviendo?

Llegó a ser tan doloroso cada día, que al fin me volví, como un niño pequeño y aterrorizado, hacia un ser humano adulto, sobrio, había jurado que nunca iría: a una reunión de Alcohólicos Anónimos. Cuando se inició la reunión con un momento de silencio, me pregunté pro qué estaba impresionado. Al final de la reunión me impactó cuando se pusieron de pie y comenzaron a recitar la Oración del Padrenuestro. Traté de unirme a ellos aunque hacía mucho tiempo que había olvidado las palabras. Y una vez más estaba impresionado. A pesar de haber estado completamente ebrio unas horas antes, regresé a la casa sintiéndome bien. Parecía comprender que, al fin, aquí estaba la esperanza y la ayuda que había estado buscando. Esa noche, mientras trataba de recordar la Oración del Padrenuestro, caí en un sueño profundo y tranquilo.

Ese primer día y durante las siguientes semanas, tuve la reconfortante sensación de nunca estar solo. Durante cada minuto de cada día, esta presencia buena, poderosa, guiadora, parecía estar siempre conmigo. No la podía ver, sin embargo estaba ahí. Nunca le conté a nadie esta experiencia, que estaba teniendo porque estaba seguro que dirían que era sólo una invención de mi imaginación y que, si sólo quisiera ponerla en su lugar, mi cordura regresaría con el tiempo. Yo mismo no estaba tan seguro que algo no anduviera mal en mi mente. Aún así, estaba encantado con lo que me estaba sucediendo y quería que esto continuara. "Si esto era señal de locura - pensé -, déjenme permanecer para siempre en sus garras".

Un día, repentinamente me di cuenta de que este gran invisible, Algo o Alguien, ya no lo sentía a mi lado. Momentáneamente me sentí solitario, hasta que razoné que este Alguien más grande que yo mismo, había decidido que ya era tiempo para mí de enfrentarme a las nuevas realidades de una nueva vida. Pero necesitando alguna ayuda a lo largo del camino, pensé que siempre El estaría en las cercanías, como el niñito que por primera vez cruza solo la calle, sabe que su madre lo está observando desde la ventana. Cuando, a través de estas experiencias personales, llegué a creer que el Divino Arquitecto había diseñado un Plan maestro que me incluía, modestamente, descubrí que tenía un cierto grado de confortante fe para afrontar el diario vivir de una manera cuerda y confiada.
Grand Island, Nebraska.

UNA PARTE VITAL DE A.A.
Dios es una parte vital de A.A. Siento Su presencia cada vez que observo los ojos que me rodean llenos de interés. Su mayor mandamiento es "Ama a tu prójimo como a ti mismo". Este me parece a mí que es todo el propósito de A.A.

martes, 27 de noviembre de 2018

Lucha Por Amor


A raíz de la experiencia que he tenido al encontrarme y dirigir espiritualmente a algunas parejas, me ha nacido un interrogante: ¿valdrá realmente la pena sostener una relación en donde abundan más los problemas que los momentos felices? 

Y claro que no me refiero a los problemas externos que deben ser superados con una lucha mutua, sino a los problemas internos, a esos que van deteriorando la relación desde adentro y que terminan por convertirla en un verdadero infierno. 

Creo en el amor y creo que vale la pena luchar por él, sin embargo, sé que hay personas a las que este tipo de relaciones les hacen daño, y lo que una vez fue amor se convirtió en una relación tóxica cargada de odios y resentimientos que al final terminan aburriendo a la otra persona y, en los casos más riesgosos, pueden terminar en tragedia. 

No podemos volver las relaciones de pareja unas que se limitan solo a pelear, a contar con lo que no se está conforme y a dejar a un lado la oportunidad de ser felices, de tener momentos de intimidad que, más allá de la sexualidad, puedan ser momentos en los que se encuentren las almas.

Estoy seguro de que en pareja hay que luchar para vencer las dificultades, pero cuando los problemas abundan más que los momentos de felicidad, cuando una de las dos partes solo quiere satisfacer sus deseos y necesidades, se torna la relación inhabitable, y es ahí donde hay que saber tomar la decisión, que puede ser muy difícil, pero siempre necesaria, de irse o de quedarse. 

Ahora, no estoy promoviendo separaciones; sólo sé que hay casos en los cuales, después de agotar los recursos posibles, es mejor un distanciamiento, esto debido a que la historia y condiciones de uno de los miembros de la pareja, realmente, son dañinas. 

Si eres soltero, esta reflexión también es para ti, pues a veces las relaciones de amistad son tan tóxicas y tan problemáticas en las que no hay amor ni paz ni respeto por el otro.

TAREA DEL DÍA:
Dale momentos de felicidad a la persona que amas.

Por Alberto Linero

lunes, 26 de noviembre de 2018

Confiar En La Mano De Dios

Hay una figura muy hermosa y diciente sobre un atributo de Dios que nos muestra cómo es Él: poderoso; y para ello hablamos de sus manos. 

Sí, en nuestra oración decimos que nos abandonamos en sus manos, que pase su mano sobre nosotros, y, muy bellamente, sabemos que salimos de las manos del Alfarero. 

Viene a mi mente la canción que Dios le inspiró a Jon Carlo, un gran amigo mío. Esa canción se llama La mano de Dios. La primera vez que la escuché se despertó en mí una certeza: Dios tiene el control sobre mi vida. Hay una frase de ella sobre la que quiero que meditemos hoy: “Es la que me sostiene cuando voy a caer, es la que a mí me mueve para obrar con poder, la que me alcanza y nunca falla… es la mano de Dios”. Yo estoy seguro de que esa certeza debería ser fundamental en nuestra vida. Cuando sabemos que Dios nos acompaña y nos bendice, no hace falta que andemos dando tumbos ni saltando de aquí para allá o entregando nuestra vida a otras cosas, ni que andemos pensando que somos fracasados. 
Al contrario, cada vez que suframos una dificultad, deberíamos ser capaces de decir que Dios tiene el control y que su Mano nos hará levantarnos en victoria y nos permitirá salir adelante. 

Vivamos con esa confianza que nos da el sabernos amados por Dios, que nos da el sabernos acompañados en cada momento. 

Por supuesto que en la vida vamos a enfrentar momentos de dificultad, pero ellos no van a ser razón para temer, sino para seguir confiando y esperando en el poder de Dios. 
Confía en que esa mano que abrió el mar en dos, que esa mano que sanó a tantos enfermos y que ha venido obrando a lo largo de la historia, es la misma mano que te sostiene y te da fuerza a ti para que salgas adelante hoy. Ánimo, tú puedes.



Tarea del Día:
Confía en la mano de Dios.

Por Alberto Linero

domingo, 25 de noviembre de 2018

¿Qué Es La Fe?


La fe es, ante todo, una gracia (recibido en germen En el bautismo), es decir, un don de Dios. Esta gracia nos ayuda a encontrar a una persona viviente, Jesucristo,y nos permite adquirir la certeza de que esta persona ha dicho la verdad, y su testimonio -palabra y vida- es fiel.

Fuerte con esta certeza, la fe, consiste pues, en proyector su mirada sobre nosotros mismos, sobre los demás, sobre las cosas, sobre la humanidad,sobre la historia, sobre el universo, sobre el mismo Dios, y entregarse en función de esta mirada.

La verdad, para el Cristiano, antes de ser una doctrina, es una persona. "Yo soy la verdad". En este mundo, la señal de nuestra adhesión a esta persona es nuestra adhesión a la iglesia, puesto que la iglesia es Cristo continuado.