viernes, 23 de agosto de 2019

Dejar las cosas para después: Miedo o Desorden


Nelly Jean es una estudiante brillante, pero en lugar de hacer la tarea de inglés que debería estar haciendo, pasa el tiempo en su cuarto garabateando, hojeando una revista y escuchando música; mientras evita hacer lo que debería. Thé procastinator es un corto de 1952 que ejemplifican esas pequeñas acciones que tomamos para evitar hacer lo que deberíamos.

A menudo nos encontramos con una montaña de cosas por hacer;minutos que se vienen encima y nos empujan al final de un plazo y la sensación de que necesitaríamos que nuestros días tuvieron más de 24 horas. Sin embargo, una vez que analizamos a profundidad, es posible que notemos que algún tiempo se nos escapó con la idea de hacer las cosas "luego", nos damos cuenta de que hubo un momento en que pudimos hacer las cosas con calma, pero algo -no sabemos que- nos distrajo, se robó nuestro tiempo y ahora estamos al borde del estrés, deseando tener más minutos.

Sin embargo, es probable que aumentar horas a nuestro día, sólo lograría que tuviéramos más tiempo para desperdiciar: pues procrastinar no es un simple acto de desidia, debemos entender las razones detrás de nuestra necesidad de dejar las cosas para después.

Phil Stutz y Barry Michaels, psicoterapeutas y autores del libro "El método", señalan que detrás de cualquiera de los pretextos que nos vemos para no hacer las cosas, existe el miedo al dolor. Por ejemplo, los perfeccionistas, que dejan las cosas para después porque dentro de sí mismos, se dicen que si no lo hacen, No hay forma de que salga mal. O quizá lo que abruma sea el tamaño de la tarea,probablemente el miedo al rechazo o quizá una vaga noción de que hacer todo a tiempo y en orden atenta contra la naturaleza creativa.

Sea cual sea el caso,buscamos inconscientemente las actividades que nos permitan desviar la atención de lo que debemos hacer; mientras tanto,la molestia de está latente como un zumbido en nuestro cerebro y nos decimos que lo haremos después, pero el estrés bajen aumento y sólo en el último momento, cuando nos hace evidente que ya no podemos retrasar lo más, nos disponemos a hacer las cosas. Sin embargo, esto puede resultar contraproducente, pues ante el poco tiempo que disponemos, no es raro que las cosas no resultan como hubiéramos deseado.

Es importante ser consciente de estos temores para poder enfrentar la procrastinación. No es sencillo, pero un poco de organización en nuestra vida puede hacer la diferencia. La clave es entender a que tememos.

jueves, 22 de agosto de 2019

¿Eres o Aparentas?

Mucha gente se cree un as, pero no lo demuestra. En la vida no vale tanto lo que uno aparenta ser, sino lo que uno es, en verdad. 

La sociedad que ha hecho de lo estético lo más importante valora mucho la apariencia, pero creo que lo fundamental en la vida es SER. 
Por eso tienes que hacer el esfuerzo por crecer personalmente, por tener un plan de crecimiento personal, por darte cuenta de qué debes mejorar en todos los aspectos de la vida. 
No eres grande si no has ganado nada. Sin triunfos, sin éxitos no puedes pretender ser grande. La grandeza es consecuencia de lo que somos y de lo que hacemos, no de lo que aparentamos. 
Cuando hablo de ganar no estoy refiriéndome a salir en los periódicos en primera plana, sino de alcanzar los objetivos existenciales que cada quien se propone en cada una de las áreas de la vida. 
Para ello hay que tener claro:
1. El objetivo para alcanzar. Que sea concreto y definido. 
2. Los recursos que se requieren para salir adelante y alcanzarlo. 
3. El equipo, las personas con las que uno cuenta. 
4. Las dificultades que se pueden presentar. 

Está claro que no hay ningún camino llano, siempre hay subidas y bajadas, no tengas miedo de enfrentar esas dificultades. 
Sólo cuando ganas puedes decirles a los demás “soy un ganador”. Antes no. 

Conozco muchos deportistas que se han creído vencedores antes de la competencia y, al final, han terminado derrotados. Es en el terreno de juego, en la pista donde se puede demostrar lo que somos, no en nuestros sueños. Ánimo. Da lo mejor de ti y sal a mostrar lo que eres capaz de hacer.

Tarea del día: Da gracias a Dios por todas las cualidades que tienes. Date cuenta de que eres alguien capaz de lograr sus sueños.

Alberto Linero

miércoles, 21 de agosto de 2019

Amigos, Pareja, Amantes, Novios... ¿O qué? (Parte 2)

Amor = Felicidad
Sucede que todos anhelamos ser felices y cuando nos enamoramos, convertimos a la persona amada en el valor supremo, en lo que da sentido a nuestra vida; no se concibe la vida sin esa persona, es una necesidad imperiosa. Y si ese amor es correspondido de la misma manera, el enamorado se convierte también en un "valor supremo" para la otra persona, se deifican mutuamente llegando a decirse "te adoro con toda el alma". Por supuesto ello produce felicidad y el deseo de que ese amor dure para siempre. Por eso se casan los enamorados, para darle a ese estado de felicidad una estructura estable en la que el amor pueda expresarse en su totalidad perpetuamente.

Y entonces debemos preguntarnos el porqué de tantos fracasos matrimoniales. ¿Qué paso con aquel amor maravilloso? ¿Dónde quedaron aquellas promesas de amor eterno? ¿Por qué se extinguieron aquellas ansias de estar siempre juntos, muy juntos? ¿Qué fue de aquellos besos, abrazos y caricias ardientes? Sabemos que por desgracia el número de separaciones, divorcios o de simple convivencia soportada heroicamente, van en aumento alarmante, con todo lo que daña ello a la sociedad entera.

Noviazgos equivocados
Volvamos a los tiempos juveniles. Aquel primer flechazo, aquel primer enamoramiento, aquel primer suspiro, ¿de dónde vinieron? ¿qué los provoco?

Cuando las hormonas empiezan a funcionar en el cuerpo humano, surge lo que los norteamericanos llaman el "sex appeal", o sea la atracción física por el sexo opuesto, el instinto sexual. Los jóvenes pueden confundir esa atracción con el amor. Creen que se aman y lo que pasa es que se están deseando. Todo se confunde. No es que en el amor no deba existir el deseo sexual, pero no solamente lo es todo, si no que puede llegar a ser todo lo contrario al amor verdadero.

Si el amor verdadero busca complacer en todo a la persona amada, en hacerla feliz, aún a costa de grandes sacrificios, en protegerla y cuidarla, lo que se llama "amor de benevolencia", (del latín bene volere = desear el bien), puede suceder que el deseo, por ser tan apasionado, opaca y olvida todo lo demás llegando en realidad como sucede en tantos casos, a arruinar la vida de aquella persona a la cual se creía amar.

El que sólo desea, no piensa que sólo desea, cree estar amando con mucha intensidad. Se mide el amor por la intensidad del deseo. Es un frenesí hormonal demasiado corporal, en donde los otros aspectos, los más importantes de la persona amada, quedan opacados y olvidados, en donde la belleza corporal, hace desaparecer la belleza espiritual y los valores superiores.

El deseo entra avasalladoramente por los sentidos, sobre todo el tacto y materialmente embriaga, hace perder la cordura y tiende fuertemente a la unión sexual a como dé lugar. Es el instinto, aquella fuerza primitiva que lleva a la conservación de la especie. Nace del cuerpo y lleva al cuerpo.

El amor verdadero, por el contrario, se funda más en la belleza del alma y por eso es menos violento, pero más auténtico, más profundo, más satisfactorio. Está lleno de respeto, ternura, admiración, confianza. Por eso no existe eso que llaman "amor a primera vista", porque la que surgió fue el "deseo a primera vista", ya que es la interioridad, los valores de la otra persona, no son visibles a primera vista y hay que descubrirlos poco a poco con el trato respetuoso. el camino al amor tiene que ser al principio una amistad sincera en la que se descubren los ideales, intereses, valores, proyectos y entonces las almas, más que los cuerpos, van sintonizando.

Con el tiempo, ya en la vida matrimonial, en la convivencia cotidiana, la emoción del deseo va disminuyendo como es natural. No experimentamos cotidianamente cuando estrenamos lo que sea: Al poco tiempo ya esa sensación desaparece en la rutina y puede llegar el hastío. Si la atracción por la otra persona se basaba tan sólo en la belleza física, está pronto se desvanece porque el calendario es implacable y buscaremos otras bellezas, otros "estrenos".

el amor verdadero y estable tiene que estar cimentado en algo más durable que la tersura de la piel. El amor mantendrá vivo el deseo, porque se ama al otro por lo que es y no tan sólo por su apariencia. Pero también ojo, por amor hay que procurar no descuidar la apariencia, porque de otra manera se ponen retos al deseo. Sin hacer un ídolo del cuerpo de su arreglo, siempre será más agradable estar con una persona limpia, bien vestida y bella según su edad.

Si, por ejemplo, el marido siempre encuentra a su esposa despeinada, en bata, sandalias y además con cara de pocos amigos, pero en la oficina lo espera la secretaria muy bien maquillada, limpia, amable y sonriente... y qué sucedió con aquel muchacho atlético, atento, “chico de almanaque”, que ahora ha engordado, ¿olvidado las atenciones, que llega a casa siempre de mal humor, etcétera?

martes, 20 de agosto de 2019

Aprende a enojarte


Charlie Baileygates (Jim Carrey) es un agente de policía atento y amable; tal vez demasiado.es incapaz de expresar su enojo y lo reprime tanto que sólo a través de una segunda personalidad, es capaz de sacar sus frustraciones, pero con resultados desastrosos. Irene y yo y mi otro yo, lleva al extremo la idea de lo que pasa cuando reprimimos nuestro enojo.

Enojarse no es agradable,hace sentir mal tanto el que se enoja como el que recibe nuestra ira,puede resultar auto destructivo y llevarnos a actuar irracionalmente. Sin embargo como todas las emociones,tiene una razón de ser en intentar suprimir nuestro enojo, sólo nos hace más daño. En ocasiones, es necesario dejar no sentirlo e incluso, emplearlo para nuestro beneficio.

El enojo es una fuerza motivadora, nos llena de adrenalina y si sabemos que canalizarlo, nos puede ayudar a lograr cambios en nuestra vida. A diferencia de la tristeza, que nos deja sin ganas de hacer nada,el enojo implica acción y nos puede impulsar para frenar aquello que molesta.

Enojarse es también una herramienta para lograr negociaciones,al menos así lo señala un estudio realizado por la universidad de Amsterdam, pues enfatiza la necesidad de arreglar el problema y facilita la existencia de concesiones para llegar a un acuerdo; sin embargo,esto no significa que el enojar nos podemos esperar ganar cualquier discusión, el enojo puede estar justificado.

expresar nuestra molestia también puede mejorar nuestras relaciones pues hacemos a ver al otro que hay cosas que hay que reparar y podemos trabajar en ello. También ayuda a reducir la violencia,pues es mejor expresar como nos sentimos verbalmente.asimismo puede motivar un cambio interno Pues nos permite mayor auto comprensión y reflexión. Enojarse tiene beneficios, siempre y cuando sepamos Cómo manejarlo.

Cuando hablamos de manejar nuestro enojo, a menudo lo confundimos con esconderlo o reprimirlo,creemos que se trata de fingir que todo está bien; sin embargo, la forma más sana de lidiar con lo que sentimos, es hablarlo.

Debemos expresar nuestro enojo sin ser agresivos, siempre con respeto y recordando que levantar la voz, no nos hace tener la razón.

La ira fuera de control es destructiva tanto para los demás, como para nosotros mismos; en cambio,sí aprendemos a enojarnos de forma asertiva, nos beneficiaremos mucho más. así que la próxima vez que sientas hervir la sangre, respira, cuenta hasta diez y cuestionate: qué es lo que te molestó tanto? Una vez que lo tengas claro expresalo

lunes, 19 de agosto de 2019

¿Qué pasa cuando lloras a tus muertos?


¿Sabes que, cuando lloras a tus muertos, lloras por ti y no por ellos? 

Lloras porque los perdiste, porque no los tienes a tu lado, porque si todo concluye con la muerte, tus muertos ya no están, ni siquiera para sufrir por haber muerto; si la vida continúa más allá de la muerte, ¿Por qué apenarte por tus muertos?

Cuando hayas terminado de aceptar que tu muertos se murieron, dejarás de llorarlos y los recuperarás en el recuerdo para que te sigan acompañando con la alegría de todo lo vivido…

No te mueras con tus muertos, recuerda que donde ardió el fuego del amor y la vida, debajo de las cenizas muertas, quedan las brasas esperando el soplo para hacerse las llamas.

Si dices, que sin tus muertos no podrás seguir viviendo, no digas que porque los amabas tanto, sino por cuanto los necesitabas, (y no es lo mismo amar que necesitar).

Si lo aceptas así tal vez descubras para tu crecimiento que tu vida consiste en ser tu vida… ¡Y no la de los otros!

No frenes tus lágrimas cuando llegan, ni fuerces el llanto cuando se aleja no dejes de llorar, porque alguien lo reprueba, ni te obligues a llorar porque sino: “¿Qué dirán los otros?”

Respeta tu dolor, y tu manera de expresarlo.

No te mueras con tus muertos; ¡déjalos partir, como parten las golondrinas en otoño, para anidar en otros climas y volver más numerosas y crecidas, en otra primavera!

Las lágrimas que ocultas, el dolor que escondes y la protesta que callas, no desaparecen:

Quedan al asecho del momento en el que puedan estallar. Y es mejor que lo vivas todo en su tiempo y en su hora.

Es común que las personas guarden buena cantidad de culpas para reprocharse ante sus muertos. ¡No lo hagas contigo!

Tus muertos no ganan nada, con tus insomnios de remordimientos.

Ámalos ahora; recuérdalos con amor, y, quizás, si ganen algo….

Como otro nacimiento….

Tú y yo solo vemos una cara de la muerte, la del otro lado se nos escapa.

Si desde el seno de tu madre hubieras visto nacer un hermano, creo que lo hubieras llorado como muerto, hasta nacer tu y reencontrarlo.

¿Qué sentirías si miraras la muerte como otro nacimiento?….

A la hora de cosechar…

Tus muertos no están en el cementerio.

Nunca estuvieron ahí, salvo cuando estaban vivos

¿Me preguntas dónde están…?

Y no puedo responder por ti.

Yo sé donde están “para mi” los míos; pregúntate tu a ti mismo donde crees que están “para ti” los tuyos.

El cementerio es como un surco donde se arrojan las semillas.

Ningún sembrador vuelve a remover la tierra para buscar las semillas ya sembradas; regresa al campo a la hora de cosechar espigas.

Autor: Rene J. Trossero

(Reflexión que me compartieron el día que mi padre falleció al compartirles mi sentir y, porque así lo pienso yo...)