sábado, 13 de octubre de 2018

Convivencia Con Las Personas

Somos seres sociales, estamos llamados a convivir con los demás, a hacer equipo, a luchar juntos para sacar adelante nuestro proyecto de vida. 
Creo que cuando aprendemos a vivir en equipo tenemos unas mejores relaciones interpersonales y seremos más felices. Y una pregunta que me hago constantemente es: ¿por qué fallan los equipos? 

Buscando respuestas me he encontrado con muchas reflexiones y quisiera hoy proponerles algunas: Harvey Robbins y Michael Finley, dos autores que trabajan la realidad de los grupos de trabajo, consideran que, entre otras, una de las causas de las fallas de los equipos son los conflictos de personalidad, es decir, cuando los miembros del equipo no se llevan bien por las características de personalidad que cada uno tiene; es muy complicado hacer equipo con quien no nos llevamos bien o simplemente con quien no tenemos posibilidades de entendernos porque hay heridas y experiencias pasadas que no lo permiten. Si quieres hacer equipo con alguien tienes que conocerlo, aceptarlo y quererlo, es la única posibilidad de confiar y de colaborar con otra persona para que el equipo salga adelante.

Otra causa que los autores citan es tener metas confusas y objetivos no claros. Cuando las personas no saben lo que se espera de ellas o no entienden el sentido de lo que hacen, las cosas no marchan y terminan haciéndose mal.

Para poder hacer bien un trabajo en equipo se necesita que las metas y los objetivos estén totalmente claros y definidos. Muchas veces, en la pareja, en la familia, en el trabajo eso es lo que sucede, no tenemos claro para dónde vamos, y todo el mundo termina tirando para donde sus maneras de entender el mundo le dicen, esto ocasiona conflictos y peleas innecesarios.

Quisiera que estas dos causas se revisaran en bien de perspectivas de las diferentes tareas de grupo que realizan, para que traten de comprender por qué no están funcionando. Si no mejoramos nuestro trabajo en equipo no podremos salir adelante, porque la vida toda está construida sobre el relacionarnos con los otros y apoyarnos en conseguir metas. 

TAREA DEL DÍA:
Reflexiona cuál es el estado de tus equipos de vida y de trabajo, y trata de precisar cuáles son las causas de los conflictos que en ellos vienes teniendo.

 POR PADRE ALBERTO LINERO

viernes, 12 de octubre de 2018

El Camino De Las Lagrimas (Cap. 6 - Parte 3)


ETAPAS DE UN DUELO CRÓNICO


Así como en cualquier lugar que se interrumpa el proceso de cicatrización la herida no se sana, en cualquier lugar que se interrumpa el duelo la cicatriz no se produce y el duelo no sana.
Todo el proceso consiste en que el cuerpo pueda llegar a la retracción del coágulo, ¿recuerdan?. Porque ahí es donde empieza el proceso de regeneración de los tejidos, cuando el coágulo se achica y los bordes de la herida se acercan, el tejido nuevo empieza a surgir desde abajo y el daño va camino a sanar.
Algo que no dijimos es que en este momento la herida pica. Ha dejado de doler, pero cuando el coágulo se empieza a retraer pica. El escozor es un dolor chiquitito, pero un dolor al fin y todos tenemos el impulso de rascarnos.
Pero cuidado. Porque si uno se arranca la cascarita, la herida empieza a sangrar y estamos otra vez atrás.
Este es el duelo patológico, el duelo de las heridas que nunca cicatrizan. En el hospital uno ve hombres y mujeres que vienen con heridas que tienen dos o tres años, y uno no entiende por qué pero pregunta y descubre lo que pasa: cada vez que llegan a la casa se arrancan la cascarita, porque les molesta, porque les pica, porque queda fea. Y vuelven a empezar.
Nunca deja que la herida cicatrice.
Cuidado con escaparse una y otra vez del dolor y la desolación.
Cuidado con no querer vivir esto, porque si para escapar de esta etapa arrancamos la cascarita volviendo atrás, el duelo puede hacerse crónico.
Pasan quince años, veinte y cada vez que uno llega a la desolación, le teme tanto que huye hacia la bronca, escapa a la negación, se vuelve un niño, se queda en la culpa, corre hacia atrás, a cualquier lado con tal de no pasar por esta tristeza infinita, con tal de no enfrentarse con el alma en ruinas. Y si no hacemos algo para que se termine el círculo vicioso volvemos una y otra vez para atrás y cambiamos el dolor por el sufrimiento
y nos instalamos en él.
¿Y qué hay que hacer?
Más bien se trata de lo que no hay que hacer.
No hay que rascarse, hay que animarse a vivir el dolor de la etapa de la tristeza desolada y dejar que el río fluya confiando en que somos lo suficientemente fuertes para soportar el enorme dolor de la pena.
Hablo de seguir peleando hasta llegar al final del camino ...
Yo creo que deberíamos ocuparnos, darnos cuenta, buscar la manera, encontrar los lugares, descubrir el cómo, hallar las personas, buscar los caminos para conectarnos con las mejores cosas que tenemos.
Y las mejores cosas que tenemos son la lucha y el deseo de seguir adelante.
Las ganas de vivir la vida que a pesar de enfrentarnos con dolores y temores, repito, vale la pena ser vivida.
Hemos visto como detrás de un duelo ausente o detrás de un sufrimiento eterno puede esconderse la decisión de no vivir el duelo. La huida negadora y el cambio de dolor por sufrimiento son dos de los tres desvíos en los que uno se puede perder en el camino de las lágrimas. El tercer "rebusque", para no terminar de soltar al que no está, es la idealización.
Este desvío está un poquito después de haber pasado por la desolación y se confunde con el sendero correcto de la identificación. Idealizar al que se murió es creer que nadie hacia esto como él, que en aquello era maravilloso, en lo otro sensacional, y que lo poco que hacía mal no lo recuerdo porque en realidad no tenía importancia. Pero lo que hacía bien era espectacular y cuando no estaba haciendo nada bueno era en realidad porque yo no lo notaba. Como Gardel, que según la leyenda, cada día canta mejor. Esta es la necesidad de eternizar al que murió para que no nos abandone, para no discriminarse, para no soltarlo. Una salida peligrosa, un verdadero escape hacia adelante, porque abre la posibilidad de quedarnos estancados en la idea de que ya no haga falta terminar con el duelo, porque idealizando su memoria puedo mantenerlo vivo.
El desagradable nombre técnico de este proceso es momificación de lo perdido.
Como las películas de terror, embalsamar el cadáver para sentarlo a la mesa y servirle la comida todos los días, para decir acá está. Este es el lugar de papá, de la abuela o del tío Juan y donde nunca nadie más se sentó.
La salida ahora es aceptar que el que se murió era en muchos sentidos maravilloso y en algunos otros una mierda, nos guste o no, estamos dispuestos a admitirlo o no, todos tenemos un aspecto oscuro y un poco "mierdoso" en nuestra manera de ser (si el tuyo es pequeño e insignificante, tus amigos y tu familia son muy afortunados)
Tiene que ver con aceptar que cada uno de nosotros tiene aspectos bárbaros y aspectos siniestros, que cada uno de nosotros tiene tiene una parte buena y una parte jodida. Tiene que ver con darse cuenta de que cada persona, cada cosa, cada situación, cada lugar, tiene cosas que me gustan y cosas que no me gustan.
¿Por qué cuando ya no está pasa a tener nada más que las que me gustaban?
De pronto todos los defectos, todas las cosas horribles que detestaba eran mínimas, todo aquello por lo que puteaba no parece importante, y todo lo bueno es único, espectacular e incomparable...
Bien, eso es idealizar..Idealizar tiene que ver con negar todo lo malo que tenía lo perdido y con sobrevalorizar lo bueno. En las personas de alguna manera se relaciona con no ver lo humano, con endiosar al que se fue.
He visto, de verdad, cosas siniestras respecto a la idealización como negar intensamente algunos aspectos deplorables y nefastos del que se murió. Aspectos por los cuales, esa misma persona deseó que al otro lo pisara un camión.
La idealización funciona desde muchos lugares, poniéndole al otros cosas que en realidad no tenía y sacándole sus peores miserias. Idealizar es deshumanizar, y también, como con los vivos es una manera de no aceptar. Si te acepto, debería despedirte, debería aceptar que no estás.
En cambio si te idealizo, no hace falta, te pongo en un plano superior para poder quitarte lo terrenal y entonces renunciar a separarme momificándote, santificándote, haciendo de tu recuerdo un culto. Y lo que sucede en muchos casos es que la familia entera idealiza. Y aparentemente está todo bien porque finalmente coincidimos, pero la verdad es que tampoco sirve, y tarde o temprano, la mentira de la inmaculada esencia queda al descubierto, o peor aún, se sostiene y nadie podrá nunca relacionarse sin comparar al que llegue a la casa con la imagen perfecta del que murió.
Lamentablemente la muerte no hace nada para mejorar lo que era el que murió y esto es así, más allá de todas las creencias de la elevación del espíritu y la purificación de las almas. Me parece importantísimo poder perdonar al difunto pero no olvidar quién fue en vida. Perdonar en todo caso es cancelar sus deudas, pero no es olvidar que no las pagó.
La idea es seguir luchando y peleando para llegar al lugar de contacto genuino con la imagen real. Al lugar de la aceptación, aunque aceptar la pérdida nos parezca imposible.


jueves, 11 de octubre de 2018

Llegamos A Creer (Cap. 7 - Parte 1)

7. ¿COINCIDENCIA?

La fe en un Poder Superior y las demostraciones milagrosas de ese Poder en las vidas de seres humanos es tan antigua como el mismo hombre
Bill W.
"Alcohólicos Anónimos", pág. 61

¿POR QUE? NO LO SE

Cuando llegué a Alcohólicos Anónimos, ya no creía en el Dios de mi juventud, un Dios personal que me ayudaría como a un individuo. Después de estar dentro de A.A. bastante tiempo, traté de practicar los Doce Pasos con mi mejor capacidad, en el orden en que fueron escritos. Fue una senda lenta y dolorosa, pero no me desanime; continué intentando.

El Paso Tres, ahora si lo creo, fue la llave que abrió alguna puerta dentro de mi ser y permitió penetrar a la espiritualidad, no como un torrente repentino, sino como un chorrito y, en ocasiones como una gota tras otra. A medida que progresaba por medio de los Pasos, comencé a percibir cierto cambio en mi manera de pensar y en mis actividades hacia la gente. Al completar el Paso Nueve, ahora lo creo así, tuve un despertar espiritual. Llegué al punto en que, no sólo podía dar amor y compasión a mis hermanos, sino que, aún más importante, podría recibir amor y compasión. Las experiencias espirituales, tal como las comprendo ahora, empezaron a sucederme.

En una reciente convención estatal de A.A., Guillermo se me acercó, se me presentó el mismo, y me dijo que me había oído hablar en una reunión de área en un pequeño pueblo de Tennesse, hacía más de tres años. Esa fue la primera reunión de A.A., para Guillermo. Después de oír mi historial, se decidió a hacer algo acerca de su problema con la bebida y se convirtió en miembro de A.A. Guillermo no se ha tomado un trago desde aquel domingo de verano en la tarde, cuando asistió a su primera reunión. ¿Qué dije? No lo recuerdo. ¿Por qué fue necesario que yo estuviera a 480 kilómetros de mi cada en la tarde de un domingo de verano, para que Guillermo recibiera el mensaje de A.A.? No lo sé . . .

Un sábado por la mañana decidí ir a ver a Fernando. Lo había conocido superficialmente durante veinticinco años, y sabía que tenía un serio problema con la bebida; pero no lo había visto, ni hablado con él durante un buen número de años. Toqué a la puerta de su casa y le pregunté si me recordaba. Me dijo que si y me invitó a entrar. Le pregunté cómo le iba, y me dijo, "perfectamente". Le pregunté cómo se encontraba respecto a su problema con la bebida, y me dijo, "bien, no me causa muchos problemas".

Le conté parte de mi historia. Cuando me levanté para irme, le dijo, "¿Qué tal si vas esta noche a una reunión conmigo?" Dijo que lo haría, y quedé en pasar por él. Pero cuando regresé esa noche, Fernando había decidido no ir. Le dije, "muy bien. Vendré por ti el lunes por la noche a la misma hora". El lunes por la noche estaba durmiendo, y su hijo me dijo que no quería ir a la reunión. El martes, al salir de trabajo, llamé a Fernando y le dije que pasaría por ahí y lo llevaría a una reunión. Cuando llegué a su casa estaba sentado en el portal esperándome. Cuando estábamos a punto de entrar al local del Grupo, Fernando vio a través de la puerta abierta, a un hombre que había bebido con él durante un buen número de años. Este hombre estaba sobrio desde hacía año y medio. Fernando va ahora a tres o cuatro reuniones a la semana, no ha tomado un trago desde su primera reunión a la semana, no ha tomado un trago desde su primera reunión de A.A., y dentro de poco llegará a su primer aniversario.

¿Por qué decidí aquella mañana de un sábado, ir a ver a Fernando, quien nunca había recurrido a A.A.? No lo sé. ¿Por qué Fernando rehusó ir a las dos primeras reuniones y después estuvo de acuerdo en ir a la tercer, en la que se encontró a un viejo amigo, estableciendo así una relación inmediata con un alcohólico recuperado? No lo sé . . .

No intento explicarme con la razón y la lógica por qué suceden estas cosas. Cuando suceden sencillamente las acepto. Quizás siento que Dios, tal como yo lo comprendo a El, se encontró necesario para que yo sufriera el dolor y la angustia de una adición alcohólica para que pudiera caminar a lo largo del lento, y para mí, difícil programa de recuperación dentro de A.A. para así estar preparado y listo a hacer su voluntad. Estoy reconocido a Dios y le agradezco que me haya dado esto. Quizás es porque practico el Paso Tres cada mañana. Mis esperanzas y
oraciones son porque cada día sea capaz de mantener este contacto consciente con Dios.
Kingsport, Tennessee.

miércoles, 10 de octubre de 2018

DIURNO DOLIENTE

De pasiòn sobrante y sueños de ceniza
un pálido palio llevo, un cortejo evidente,
un viento de metal que vive solo,
un sirviente mortal vestido de hambre,
y en lo fresco que baja del árbol, en la esencia del sol
que su salud de astro implanta en las flores,
cuando a mi piel parecida al oro llega el placer,
tú, fantasma coral con pies de tigre,
tú, ocasiòn funeral, reunión ígnea,
acechando la patria en que sobrevivo
con tus lanzas lunares que tiemblan un poco.

Porque la ventana que el mediodía vacío atraviesa 
tiene un día cualquiera mayor aire en sus alas, 
el frenesí hincha el traje y el sueño al sombrero, 
una abeja extremada arde sin tregua. 
Ahora, qué imprevisto paso hace crujir los caminos? 
Qué vapor de estaciòn lúgubre, qué rostro de cristal, 
y aún más, qué sonido de carro viejo con espigas? 
Ay, una a una, la ola que llora y la sal que se triza, 
y el tiempo del amor celestial que pasa volando, 
han tenido voz de huéspedes y espacio en la espera.

De distancias llevadas a cabo, de resentimientos infieles,
de hereditarias esperanzas mezcladas con Sombra,
de asistencias desgarradoramente dulces
y días de transparente veta y estatua floral,
qué subsiste en mi término escaso, en mi débil producto?
De mi lecho amarillo y de mi substancia estrellada,
quién no es vecino y ausente a la vez?
Un esfuerzo que salta, una flecha de trigo tengo, 
y un arco en mi pecho manifiestamente espera,
y un latido delgado, de agua y tenacidad,
como algo que se quiebra perpetuamente, 
atraviesa hasta el fondo mis separaciones, 
apaga mi poder y propaga mi duelo.


Pablo Neruda

martes, 9 de octubre de 2018

La Silla

La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo.
Cuando el sacerdote llegó a la habitación encontró a este pobre hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas.
Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo.

¿supongo que me estaba esperando? le dijo.
No, ¿Quien es usted?, dijo el hombre enfermo.

-Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando entré y noté la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo.
-Ah si, la silla-.

Le importaría cerrar la puerta?- dijo el hombre enfermo. El sacerdote sorprendido cerró la puerta. El hombre enfermo le dijo:
Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida le he pasado sin saber como orar.

Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, como se debe orar y los beneficios que trae...
...pero siempre esto de las oraciones; no se...! me entra por un oído y me sale por el otro. De todos modos no tengo idea de cómo hacerlo. Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración.

Esto ha sido así en mi hasta hace cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo:
-José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con JESÚS, así es como te sugiero que lo hagas:
-Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía frente a ti, luego con fe miras a JESÚS sentado delante de ti-.
-No es algo alocado el hacerlo pues el nos dijo:
"YO ESTARE SIEMPRE CON USTEDES "
-Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora-.
-Es así que lo hice una vez y me gustó; lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces-.
-Siempre tengo mucho cuidado de que no me vaya a ver mi hija... pues me internaría en el psiquiátrico-.

El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era algo muy bueno lo que venía haciendo y que no dejara de hacerlo nunca.

Luego hizo una oración con él. Le extendió una bendición y se fue a su parroquia.

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó:
-¿Falleció en paz?
-Si, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde, me llamó y fui a verlo a su cama-.
-Me dijo que me quería mucho y me dio un beso.
-Cuando regresé de hacer mis compras una hora después ya lo encontré muerto.
-Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de la cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré.
¿Que cree usted que pueda significar esto?

El sacerdote profundamente estremecido, se secó las lágrimas de emoción y le respondió:
-"Ojalá que todos nos pudiésemos morir de esa manera"

lunes, 8 de octubre de 2018

El Camino De Las Lagrimas (Cap. 6 - Parte 2)


DUELO PATOLÓGICO


Cuando voluntaria o involuntariamente se interrumpe el proceso de duelo normal, la herida nunca llega a cicatrizar.
El duelo patológico siempre se debe a alguna de estas cuatro cosas:

* el proceso de duelo nunca empieza o
* se detiene morbosamente en alguna de las etapas o
* progresa hasta alguna de ellas y rebota infinitamente hacia alguna interior o
* se atasca intentando evitar una etapa

lo que determina diferentes tipos de duelos enfermizos.

Algunos de ellos son:

El duelo ausente: Si el que debe vivir el proceso se defiende tanto o sufre un shock tan grande que no puede salir de la primera etapa
El duelo conflictivo: Cuando el proceso está sirviendo para otra cosa, por ejemplo para no responsabilizarse de la vida que le queda por vivir.
El duelo retrasado: Casi siempre ligado a un conflicto interno emocional. Por ejemplo cuando los sentimientos que tiene frente a esta muerte son tan ambivalentes que no sabe si alegrarse o entristecerse.
El duelo desmedido: Cuando la expresión emocional se desborda, a veces excediendo los límites de la integridad propia o de terceros.
El duelo crónico: Cuando el proceso se recicla infinitamente sin terminar nunca.
Algunos duelos patológicos resultan de la combinación o alternancia de alguno de ellos.
Es necesario dejar establecido que lo enfermizo no aparece POR el duelo sino CON el duelo y es siempre la expresión de una patología previa, es decir hay algo que está complicado desde antes y que sale a la luz con el proceso de duelo.
Todas las reacciones de mala adaptación al duelo requieren una terapia compleja cuando coexisten con trastornos psiquiátricos importantes.
Los trastornos más comunes asociados a complicaciones en el proceso de duelo son:

* depresión grave
* abuso de drogas y alcohol
* trastornos psicosociales de integración.* anormal relación con la pérdida
* ideas recurrentes de la propia muerte
* duración anormal de los síntomas
* ausencia de pena.

Dado que a veces el que está en la situación no puede diagnosticar el desvío del camino adecuado habrá que ocuparse de resolver la dificultad empezando por ayudar a quien padece esta patología, por lo menos a darse cuenta de lo que pasa y a recibir ayuda profesional.
De hecho, las secuelas mencionadas arriba revisten importancia y deben ser tratadas con enfoques psicoterapéuticos y a veces con medicamentos.

¿Siempre la ausencia de duelo es patológica?
"Cuando me divorcié estaba tan satisfecha de haberme separado que no recuerdo haberme sentido de duelo"
"Después de que mi abuelo estuvo en terapia intensiva casi un año, su muerte fue más una bendición que una desgracia"
Frases como estas son usuales en un consultorio psicoterapéutico sobre todo acompañadas de sentimientos de culpa.
Cuando sostienen esa culpa en el tiempo se vuelven:
"LOS QUE SE SIENTEN MAL PORQUE NO SE SIENTEN MAL"
Muchas veces en una separación no hay duelo ostensible y en algunos casos no es una patología, porque el verdadero duelo se hizo antes de la decisión final.
Lo mismo pasa con las agonías prolongadas cuando lo que más se siente muchas veces es el cierre, porque el proceso de duelo se va viviendo mientras el enfermos se muere.
Otra veces el enfermo sufre enormemente y entonces, sin que medie ninguna distorsión en los que quedan, la muerte combina el dolor de la pérdida con una cuota de doble alivio inevitable, alivio por el final del sufrimiento que padecía el enfermo y también del propio dolor al verlo sufrir.
En todos estos casos no se trata de verdaderos duelos ausentes sino de duelos anticipados.
El camino del duelo es siempre el mismo, cambian los tiempos, cambia la intensidad, cambia el acento en alguna de estas facetas pero siempre hay un duelo frente a una pérdida. Si no lo hay y no lo hubo anticipadamente, un mecanismo de defensa está bloqueando la conexión con el dolor.
Es también bastante clásico recibir la consulta de una madre que se lamenta de que su esposo no la acompaña en el dolor de la muerte del hijo de ambos. La verdad es que debo admitir que los hombres siempre estamos intentando defendernos del dolor como podamos y como la sociedad nos avala la dedicación absoluta a nuestro rol de proveedores incansables en general escapamos hacia el trabajo.
Al comienzo una defensa puede ser aceptable; sin embargo si se mantiene reprimido demasiado tiempo, el dolor tenderá a expresarse de otras formas: mal humor, reacciones violentas, somatización, adicciones, etc.
En la otra punta de los que no se animan a entrar están los que no se animan a salir.
Estos dolientes caminantes de las lágrimas no están dispuestos a dejar ir la presencia ausente de lo que no está. Como en muchos casos que no se permiten soltar lo pasado y asumir la sensación de soledad que conlleva la pérdida.

domingo, 7 de octubre de 2018

FRASES #71

Nos conformamos en vez de arriesgarnos, sin pensar que cada día que pasa, no volverá.

No entendemos el valor de los momentos, hasta que se han convertido en recuerdos.

Algunos hombres deberían saber, que a las mujeres les gusta que jueguen con su cabello, no con sus sentimientos.

Un amigo viene a tiempo, los demás, cuando tienen tiempo

Si una persona no te demuestra con hechos lo que dice, no vale la pena creer en sus palabras

No se engañen, lo único que se va y luego regresa, es el hambre.

Hay personas que se alejan y a la vez te acercan a otras.

No es el plan de Dios que vivamos una extrema necesidad para buscarlo; la humanidad lo provoca cuando vive a la distancia y alejado de Él.

Pasar por tristes experiencias nos hace más inteligentes, ya que a través de eso nos convertimos en mejores pensadores.

Si quieres llegar a ser el mejor, comienza hoy mismo. No te pases el resto de tu vida preguntándote si lo podías haber logrado.

Me da risa la gente que sospecha que en la vida real soy una perdedora. A estas alturas ya deberían estar seguros.

La felicidad es como el sol, siempre se ve sobre el techo de los vecinos, pero aunque no parezca también está sobre ti.

La amistad es un don que se consigue con simpatía, hay amigos que no se consiguen todos los días

Ríase solo y el mundo pensara que usted es un idiota

Si quieres reírte de un tonto, no vayas muy lejos, mírate al espejo

El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por olvido.

Dios dile que la amo, Dios dile que la quiero pero no le digas que por ella me muero.

Déjame mirarte bien antes de que la luz de tus ojos me derrita.

Quisiera ser el jabón que te perfuma, para envolverte en mi espuma y besar toda tu piel.

Si alguien es lo suficientemente idiota para alejarse de ti....sé lo suficientemente inteligente para dejarlo ir.

Cuídate de los que saben escribir, pues tienen el poder de enamorarte sin siquiera tocarte

Felicidad es dejar de contar el tiempo que pasan juntos y empezar a contar las sonrisas

"Lo imposible no existe para una mujer, solo le toma tiempo conseguirlo."

Te acordarás de ella cuando ya no te quede nadie, cuando te des cuenta que a pesar de todo, ella estaba ahí, entonces será demasiado tarde.

Me gustan mis errores, no quiero renunciar a la libertad deliciosa de equivocarme.