EVIDENCIA DE UN MILAGRO
Mi alcoholismo aún no había avanzado demasiado cuando busqué por primera vez la ayuda de A.A., pero los efectos de treinta años de beber estaban ahí, y mi vida espiritual se encontraba por el suelo. Todo deseo de beber me abandonó desde mi primera reunión y, con fe, me di al programa con entusiasmo, haciendo caso de los lemas, asistiendo a las reuniones, haciendo amigos y llevando el mensaje, tal como entonces lo entendía.
Poco después de unirme a A.A., experimenté una conversión religiosa. Había sido una cristiana sólo nominalmente, en general mal informada sobre asuntos espirituales, como se pueden imaginar. Al descubrir verdaderamente el Cristianismo estudié teología en sus muchas ramificaciones y me convertí en un miembro seglar de una orden religiosa, comulgando diariamente. Me sentía segura, así que me aparté de la Comunidad, no participe más en las reuniones. Perdí de vista a mis amigos de A.A., y llegué a estar extraordinariamente "ocupada".
Cuando me tomé un trago, después de trece años de sobriedad, estoy segura que tenía en mente que A.A. aún estaría ahí esperándome, si el resultado evidenciara ser desastroso. Sorprendentemente el whiskey no produjo ningún efecto aparente. Por un par de años después de esto, ocasionalmente me tomaba un trago. La situación de mi vida era completamente diferente de lo que había sido quince años antes, gradualmente, me engañé a mí misma y mañosamente, me llegué a convencer que había estado en un error respecto a mi alcoholismo. Por unos pocos años, me las arreglé para aparentar ser una bebedora social. Había claras señales de lo contrario, pero las ignoraba. Fomentaba mi ilusión de control.
El deterioro de mi vida espiritual fue lento; los efectos físicos y mentales no fueron especialmente notorios durante algún tiempo. Inevitablemente, llegó la hora en que tuve que encarar el hecho de que no podía mermar la considerable cantidad que estaba bebiendo, ni podía dejar de beber. Desesperada, me interné en un hospital. En mi hoja clínica, se leía "alcoholismo agudo", y sufría todos los síntomas, incluyendo las alucinaciones. Sin embargo, al ser dada de alta, continué bebiendo, completamente obsesionada.
Un día, mi doctor sugirió que me hospitalizara otra vez. Le dijo que lo pensaría. Lo comenté con una amiga que vino a tomar el té ese día (el mío tenía más de la mitad de vodka) y dijo, como de pasada, "Tú sabes, querida, que no vale la pena". Sólo eso dijo.
Después que se despidió, las palabras "no vale la pena" continuaron agitándose aceleradamente en mi mente. A la mañana siguiente telefoneé a la oficina intergrupal de A.A. y pedí un horario de reuniones. No he vuelto a tomar una copa desde ese día.- Ahora veo cuan monumental fue mi auto-engaño. Durante esos primeros trece años, mi sobriedad no fue de la alta calidad que parecía ser. Durante los dos años siguientes, realmente me convencí a mí mismo que era un privilegio poder beber. Cuando regresé a A.A., sus preceptos me parecieron completamente nuevos, particularmente el significado pleno del Paso Uno, la "bomba atómica del programa". En lugar de dar los Pasos y luego olvidarme de ellos, esta vez comencé a vivirlos diariamente, encontrando un nuevo significado en cada uno de ellos.
Lo que he llegado a creer es profundo, y mi concepto y modo de ver del programa son enteramente diferentes a lo que fueron antes. Ahora, mi forma de vida A.A. exige acción constante: una auto-honestidad en acción y la necesidad de vivir en comportamientos rígidamente cerrados de un día a la vez. La paciencia debe ser practicada. En reconocimiento, humildemente debo llegar a creer, en cada momento de todos los días. Cada día, debo rendirme y reintegrar mi vida, o perderé todo lo que he ganado. Siempre he creído en Dios, pero nunca debo olvidar cuan fácil es perder el contracto con El y volver otra vez y estar "no cuerda".
"Busqué mi alma, pero no pude encontrarla. Busqué a mi Dios, pero mi Dios me esquivo. Busqué a mi hermano, y encontré a los tres". Encontramos a nuestros hermanos en la Comunidad, y allí dentro reside la fuerza espiritual. Tu idea de Dios puede ser muy diferente a la mía, pero podemos estar de acuerdo, creo, en que hay un Espíritu Santo llenando las reuniones de A.A. y que la sobriedad de todos y cada uno de nosotros es evidencia de un milagro.
Un milagro se define como un suceso que parece inexplicable y por lo tanto se considera de origen sobrenatural: Un acto de Dios. Esto lo acepto yo. David Stewart ha escrito: "Un milagro es un acto asombroso, que nace del esfuerzo concertado de Dios y una persona". Estoy de acuerdo, y en A.A. "una persona" llega a ser mucha gente. A.A. tiene éxito porque, todos y cada uno, tenemos una meta común por la cual trabajamos; el crecimiento mental, emocional y espiritual, por medio del amor y el servicio. Una vez que llegamos a creer, se nos da la oportunidad de trabajar hacia esa meta.
Para mí, llegar a creer no es una experiencia de un momento. Es un acto para hacer realidad diariamente durante todo el tiempo que viva y crezca.
New York, New York.
SOLO UNA RAZON
Creo que todos estamos sobrios y con vida sólo por una razón: Dios tiene un trabajo para que nosotros hagamos. También he llegado a creer que debo primero agradar a Dios, a mí de segundo, y a los demás en tercer lugar. Cuando puedo vivir y sentir de esta manera - y no es así todos los días ni durante todo el día - las cosas parecen funcionar. Cuando trato de dirigir el espectáculo, todo se va al infierno.
Akron, Ohio.
LA EXPERIENCIA CENTRAL
No pretendo conocer a Dios en toda su magnitud. Y ciertamente no siento que comprenda a Dios en alguna forma. Pero que hay un poder más allá del alcance de mi voluntad personal, que puede hacer cosas maravillosas y propicias para mí, que por mí mismo no puedo hacer, esto si lo sé sin sombre de ninguna duda. He sentido actuar este maravilloso poder curativo en mi propio ser, y he visto los efectos milagrosos de este misterioso e indefinible poder en las vidas de miles de adictos en recuperación que son mis amigos en Alcohólicos Anónimos.
Por más de veinte años fui un ateo o un agnóstico. Durante ese tiempo, me convertí en un adicto al alcohol y a las anfetaminas sin esperanza y un completo fracaso en todas las áreas de mi vida. Todo mi horrible sufrimiento fue autoinducido. Y durante esos años, lleno de orgullo, a menudo me decía: "Si Dios existe, que me dé una señal". Me había olvidado por completo que fui yo el que había roto todas las comunicaciones con El, cuan do me volví muy listo al cumplir diez y siete años. En esa época, me propuse demostrar que no había Dios, y durante más de veinte años las corroboraciones de mi opinión fluían hacia mí, por lo tanto la primera cosa que comprendí a de Dios es que El es muy cooperador. ¡Me tomó veinte años de sufrimiento aprender esto!.
La segunda cosa que aprendí es que Dios es amor. Uno de los santos dice, "Todo hombre que ama es nacido de Dios". Fue una gran fortuna para mí pasar mi primer día en A.A. con un hombre así: Ese día asistió conmigo a tres reuniones y me invitó a su casa tanto para almorzar como para cenar. Estaba aturdido y confuso; pensaba que si realmente me conociera, no me hubiera llevado a su casa. Su amor y su aceptación pos si solos, no me introdujo en el programa. Amor, ánimo, consejo y comprensión se me había ofrecido anteriormente muchas veces. Pero esta vez respondí. No sanamos solo por el amor, sino por nuestra respuesta al amor. Nuestra comprensión de Dios crece por medio de nuestro deseo de responder a El.
Mi padrino dijo, "Reza si puedes". No teniendo ninguna clase de fe, pensando que la oración debe ser una especia de actuación auto-hipnótica, a solas en mi apartamento, me arrodillé como un niñito y recé a un Dios desconocido. Dijo, "Dios, quítame mi compulsión de beber". Y mi compulsión de beber me fue quitada y no ha regresado desde ese día hasta la fecha. Sin saber cómo lo había hecho, me rendí al Poder, y el Poder hizo por mí lo que no pude hacer por mi propia voluntad.
Fui a una reunión de A.A.; todas las noches, todas las noches rezaba y todas las noches tenía en sueños largas y maravillosas conversaciones con Dios. "La experiencia central", como ahora la llamo frecuentemente, estaba envolviéndome y absorbiéndome tan perfectamente como mi mente desordenada lo podía permitir. Se me han dado grandes dones - el don de la fe y la confirmación de la fe - y llegué a estar tan excitado que no podía decidirme entre fundar una nueva religión o candidatizarme a Papa. Por más de tres meses, asistí a las reuniones, rezaba, soñaba y posponía mi decisión. Se desvaneció la nube rosa, y comencé a sentirme muy molesto a ratos, se me dijo que ya estaba preparado para limpiar la basura del pasado. La siguiente cosa que aprendí de Dios es que "La fe sin obras es cosa muerta".
Gradualmente, comencé a aplicarme los Pasos que van desde el Cuarto hasta el Nueve, y después de unos cuatro años, el poder que tenía el pasado para lastimarme, había sido eliminado en gran parte. Llegué a creer en un Dios que era misericordioso y que perdonaba, pero que no olvidaba. No deseaba olvidar el pasado. Mis recuerdos ya no me llenaban de vergüenza y remordimiento. Por el contrario, me llenaban de gratitud y alegría. Para mí, toda mi historia es una especie de divino misterio. No comprendo cómo un ser humano inteligente pudo alguna vez meterse en tanta confusión y conforme mi cordura va estableciéndose con más firmeza, tanto más me asombro de haber salido de la confusión.
Muy al principio de mi vida en A.A., me di ya cuenta que la experiencia de Dios y el concepto de Dios no habían sido inventados por los miembros A.A. Para mí no era suficiente confiarme meramente en mis propias experiencias y repetir continuamente en las reuniones "Dios tal como yo lo entiendo". Descubrí al Dios de la Biblia principalmente por medio de las técnicas descritas por Norman Vicent Peale, en su libro "El Poder del Pensamiento Positivo". Me convertí a la iglesia de mi preferencia e hice las paces con el Dios de mi infancia. Aprendí que el atemorizante Dios que había imaginado cuando niño era realmente un Dios de amor.
Pero el testimonio de las instituciones religiosas comenzó, en lo general, a parecerse cada vez más al mío: muy lleno de promesas y muy carente de acción. Así llegué a interesarme en el misticismo Cristiano, lo cual me llevó al estudio de las técnicas de la meditación profunda y a la comparación de las religiones. Empecé a darme cuenta que los llamados místicos, de cualquier tradición - Cristiana, Judía, Budista, Hinduísta, Taoísta o Mahometana - todos hablaban a la larga el mismo idioma. En una y otra forma, todos describían el mismo bienaventurado Uno detrás del escenario de los muchos y quien podía ser conocido directamente en la oración profunda y la meditación.
Comencé a meditar mañana y noche, y los resultados fueron tan sorprendentes que sentí la necesidad de guía personal. Los cuasi reales sueños despierto y las extrañas experiencias interiores me hicieron sentirme un poco alarmado acerca de seguir adelante solo. Investigué las organizaciones que en Toronto enseñaban técnicas de meditación, y escogí la sociedad que más me atrajo.
Qué opiniones pueda sostener, qué técnicas pueda usar dentro de uno o cinco años, no tengo forma de saberlo. Pero he notado, durante los últimos siete años, que siempre he estado más feliz cuando mi compromiso con A.A. y sus Doce Pasos ha sido mayor que mi asociación con cualquier otra actividad o grupo.
En mi vida actual de un día a la vez, trato de mejorar mi concepción de Dios respondiéndole a El en tres formas básicas: proyectándome hacia afuera, en una acción positiva, ejercitando mi capacidad para escoger pensamientos positivos, dejándome sumergir en mí mismo dentro de un estado positivo.
Para mí, la acción positiva significa tratar conscientemente de obrar hacia los demás de acuerdo con las enseñanzas de las escrituras en las cuales creo, sin importar que tenga ganas o no de obrar de esa manera. He encontrado que es mucho más fácil actuar a mi manera hacia la fe, que creer a mi manera hacia la acción. Una de mis diarias trayectorias de acción hacia Dios es el sendero de una comunidad de A.A. La gran tragedia del adicto es que entre todos los tipos de personalidades, la suya es la que probablemente más necesita del amor, pero gradualmente, a través de su adición, llega a ser completamente indigno de ser amado. La amorosa Comunidad de A.A. inició mi recuperación, y me mantengo en contacto diario con aquellos que me aman y me comprenden, porque los necesito ahora casi tanto como cuando asistí a mi primera reunión.
Otra clase de trayectoria hacia Dios que trato de seguir, todos los días, es el proceso del pensamiento positivo y A.A. me enseñó que es realmente posible - aunque no siempre fácil - detener un tren de pensamientos negativos y desesperantes; y por el uso repetido de mi lema, recurra un sentido de gratitud que me permita comenzar un tren de pensamientos positivos. El pensamiento positivo fundamental, por supuesto, es "Dios" la palabra que afirma nuestra fe en que el universo es amistoso con nuestro ser.
Por medio de la oración, tomo el sendero de la fe hacia Dios. Cada mañana pongo mi voluntad y mi vida bajo el cuidado de mi Dios Tal como yo lo entiendo. Su poder integrador dentro de mí me ha llevado gradualmente a un estado de serenidad y felicidad que siempre había considerado imposible.
Por medio de la meditación profunda, tomo el suave camino de la fe en Dios. Medito durante media hora todas las mañanas y noches. El propósito de la meditación trascendental profunda, es permitir que la atención sea llevada a lo profundo de la mente hasta la misma fuente del pensamiento, lo cual se experimenta como un estado de bienaventuranzas y desde el fondo de la mente, traer hacia fuera la naturaleza bienaventurada de ese estado, dentro del marco de una conciencia normal activa para disfrutarla a lo largo de todo el día.
Me he vuelto cada vez más y más consciente de la infinita expansión de la felicidad que es alcanzable desde dentro. El Upanishad, que es una parte de las escrituras Hindúes, concluye: "De la Alegría nacen todas las cosas, todo es sostenido por la alegría; todo regresa a la Alegría". Mientras más completa sea mi rendición a esta proposición, más a fondo disfrutaré de mi vida. Fundamentalmente, mi Dios, tal como yo lo comprendo, es la alegría y la expansión de la alegría.
Toronto, Ontario, Canadá.
sábado, 8 de diciembre de 2018
viernes, 7 de diciembre de 2018
Viviendo Sobrio (Parte V)
VIVIR Y DEJAR VIVIR
El antiguo proverbio "Vivir y dejar vivir" parece un lugar tan común, que es muy fácil que se pierdan sus valores. Naturalmente, una de las razones por las cuales se diga una y otra vez durante tantos años es que ha probado ser muy benéfico de muchas maneras distintas.
Nosotros los A.A. damos algunos usos especiales a ese refrán para ayudarnos a no beber.
Particularmente nos ayuda a llevarnos bien con las personas que alegran nuestros nervios.
Reviviendo una vez más una pequeña parte de nuestras historias de bebedores, muchos de nosotros podemos ver cómo muy frecuentemente nuestro problema alcohólico estaba relacionado en una u otra forma con las demás personas. El experimentar con vino o cerveza en nuestros años de secundaria parecía natural, puesto que tantos otros lo estaban haciendo, y nosotros queríamos lograr su aprobación. Luego vinieron las bodas, las celebraciones, los bautizos, las fiestas, los partidos de fútbol y los cócteles y los almuerzos de negocios, y la lista puede seguir indefinidamente. en todas esas circunstancias, bebimos por lo menos parcialmente, porque todos los demás estaban bebiendo y se esperaba que también nosotros lo hiciéramos.
Aquellos de nosotros que empezamos a beber solos, o a tomar subrepticiamente una copa de vez en cuando, frecuentemente lo hicimos para evitar que otras personas o gentes supieran la cantidad y frecuencia en que estábamos bebiendo. Muy raramente queríamos escuchar que alguien hablara de nuestra forma de beber. Si lo hacían, generalmente les dábamos razones de nuestro comportamiento, como si quisiéramos guardarnos de la crítica o de las quejas.
Algunos de nosotros después de beber nos volvíamos peleadores y beligerantes con los demás. Con todo, otros de nosotros se sentían mucho mejor en medio de la gente después de apurar una o dos copas, ya se tratase de una reunión social, una tensa entrevista de negocios o trabajo o aun haciendo el amor. Nuestra forma de beber ocasionó que muchos de nosotros escogiéramos nuestros amigos en relación con la cantidad que ellos a su vez ingerían. Aún llegamos a cambiar de amigos cuando creíamos que los "sobrepasábamos" en sus tragos. Preferíamos "bebedores reales" a la gente que únicamente se tomaba uno o dos tragos y tratábamos de evitar por completo a los abstemios.
Muchos de nosotros nos sentíamos airados o acomplejados respecto a la forma en que nuestra familia reaccionaba a nuestra bebida. Algunos de nosotros perdimos trabajos porque el jefe o uno de nuestros colegas de trabajo se oponía u objetaba nuestra bebida. Queríamos que la gente se preocupara por sus propios problemas y nos dejara a nosotros con los nuestros.
Frecuentemente, nos sentíamos airados o temerosos aun de las personas que no nos habían criticado. Nuestra sensación de culpa nos hacía ultrasensibles con todos los que nos rodeaban, y alimentábamos resentimientos. En ocasiones, cambiábamos de bar, trabajo o vecindario con el único objeto de evitar vernos con determinadas personas.
Así que un gran número de personas además de nosotros mismos, estaba en una u otra forma involucrada en nuestra bebida, hasta cierto grado.
Cuando dejamos de beber, fue para nosotros un gran alivio encontrar que las personas que conocimos en A.A., alcohólicos recuperados, parecían ser muy diferentes. Reaccionaban hacia nosotros, no con crítica y sospecha, sino comprensivamente y con sincera preocupación.
Sin embargo, es perfectamente natural que todavía encontramos algunas personas que alteran nuestros nervios, tanto dentro como fuera de A.A. Podemos hallar que nuestros amigos no A.A. compañeros de trabajo o miembros de la familia, todavía nos tratan como si estuviéramos bebiendo. (Puede tomarles algún tiempo el darse cuenta de que nosotros hemos suspendido realmente. Después de todo, ellos nos han visto dejar la bebida muchas veces en el pasado, para luego recaer).
Para empezar a poner en práctica el concepto "Vivir y dejar vivir", debemos encarar este hecho: Hay personas en A.A., y en todas partes, que dicen cosas con las que nosotros no estamos de acuerdo, o hacen cosas que no nos gustan. El aprender a vivir con las diferencias es esencial para nuestra comodidad. Es exactamente en esos casos cuando hemos encontrado la extrema utilidad de decirnos a nosotros mismos, "Vivir y dejar vivir".
De hecho, en A.A. se da mucho énfasis a aprender a tolerar la conducta de los demás. No importa cuán ofensivos o desagradables nos parezcan, ciertamente no vale la pena que nos pongamos a beber por ellos. Nuestra propia recuperación es demasiado importante. El alcoholismo puede matarnos y a veces lo hace. Esto tenemos que recordarlo permanentemente.
Hemos comprendido que vale la pena hacer un esfuerzo muy especial para tratar de entender a las otras personas, especialmente aquellas que nos mortifican. Para nuestra propia recuperación, es mucho más importante comprender que ser comprendido. Esto no es muy difícil si llevamos en mente la idea de que los otros miembros de A.A. están también tratando de comprender, como nosotros lo estamos.
Si a eso vamos, también encontraremos algunas personas en A.A., o en otros lugares, a quienes nosotros no les seremos particularmente agradables. Por eso todos nosotros tratamos de respetar los derechos de los demás para actuar en la forma que escojan o puedan. Y podemos esperar que ellos nos den a nosotros el mismo tratamiento. En A.A. generalmente lo hacen.
Usualmente, las gentes que se buscan unas a otras en un vecindario, una compañía, un club, o en A.A., gravitan hacia los demás. Cuando invertimos el tiempo con personas que nos son agradables, nos sentimos menos afectados por aquellas que no se preocupan particularmente por nosotros.
A medida que el tiempo pasa, vemos que ya no nos atemoriza alejarnos de las personas que nos irritan, en vez de permitirles cobardemente que se introduzcan en nuestras vidas, o en vez de tratar de acondicionarlas para que se ajusten mejor a nuestra idiosincrasia.
Ninguno de nosotros puede recordar a alguien que haya intentado forzarnos a beber alcohol. Nadie nos amarró para vaciar el licor en nuestras gargantas. Así como nadie nos obligó físicamente a beber, ahora tratamos de asegurarnos de que nadie nos obligue mentalmente a beber, tampoco.
Es muy fácil utilizar las actuaciones de otras personas como excusas para beber. Nosotros solíamos ser expertos en eso. Pero en la sobriedad, hemos aprendido una nueva técnica: No nos permitimos llegar a un estado tal de resentimiento hacia otra persona que deje que esa persona controle nuestras vidas, especialmente hasta el grado de causarnos que volvamos a beber. Hemos encontrado que no tenemos el deseo de permitirle a nadie que maneje, o arruine nuestras vidas.
Una antigua leyenda decía que ninguno de nosotros debería criticar a otro hasta cuando hubiésemos caminado un kilómetro con los zapatos de esa persona. Este sabio consejo nos puede dar una mayor comprensión de los seres humanos que son nuestros semejantes. El ponerlo en práctica nos hace sentir mucho mejor que cuando estamos irritados.
"Dejar vivir", sí. Pero algunos de nosotros creemos que es de mucho valor la primera parte del refrán: "Vivir".
Cuando hemos encontrado las formas de gozar completamente nuestra propia vida, tenemos la felicidad de dejar que los demás vivían en la forma que deseen. Si nuestras propias vidas son interesantes y productivas, realmente no tenemos impulso o deseo de hallar las faltas en los demás o preocuparnos de la forma como actúan.
¿Puede usted pensar en este preciso instante en alguien que realmente le molesta? Si es así, ¿por qué no ensaya algo? Posponga el pensar acerca de él o ella o cualquier cosa que sea lo que a usted le molesta de esa persona. Después, si así lo desea, puede explotar. Pero por ahora, ¿por qué no lo deja a un lado mientras lee el párrafo siguiente?
¡Viva! Preocúpese por su propia vida. En nuestra opinión, el permanecer sobrio abre la puerta hacia una vida de felicidad. Vale la pena sacrificar muchos resentimientos y peleas . . . Muy bien, si usted no puede lograr alejar completamente su mente de esa persona, veamos cuánta ayuda le puede proporcionar la siguiente sugerencia.
El antiguo proverbio "Vivir y dejar vivir" parece un lugar tan común, que es muy fácil que se pierdan sus valores. Naturalmente, una de las razones por las cuales se diga una y otra vez durante tantos años es que ha probado ser muy benéfico de muchas maneras distintas.
Nosotros los A.A. damos algunos usos especiales a ese refrán para ayudarnos a no beber.
Particularmente nos ayuda a llevarnos bien con las personas que alegran nuestros nervios.
Reviviendo una vez más una pequeña parte de nuestras historias de bebedores, muchos de nosotros podemos ver cómo muy frecuentemente nuestro problema alcohólico estaba relacionado en una u otra forma con las demás personas. El experimentar con vino o cerveza en nuestros años de secundaria parecía natural, puesto que tantos otros lo estaban haciendo, y nosotros queríamos lograr su aprobación. Luego vinieron las bodas, las celebraciones, los bautizos, las fiestas, los partidos de fútbol y los cócteles y los almuerzos de negocios, y la lista puede seguir indefinidamente. en todas esas circunstancias, bebimos por lo menos parcialmente, porque todos los demás estaban bebiendo y se esperaba que también nosotros lo hiciéramos.
Aquellos de nosotros que empezamos a beber solos, o a tomar subrepticiamente una copa de vez en cuando, frecuentemente lo hicimos para evitar que otras personas o gentes supieran la cantidad y frecuencia en que estábamos bebiendo. Muy raramente queríamos escuchar que alguien hablara de nuestra forma de beber. Si lo hacían, generalmente les dábamos razones de nuestro comportamiento, como si quisiéramos guardarnos de la crítica o de las quejas.
Algunos de nosotros después de beber nos volvíamos peleadores y beligerantes con los demás. Con todo, otros de nosotros se sentían mucho mejor en medio de la gente después de apurar una o dos copas, ya se tratase de una reunión social, una tensa entrevista de negocios o trabajo o aun haciendo el amor. Nuestra forma de beber ocasionó que muchos de nosotros escogiéramos nuestros amigos en relación con la cantidad que ellos a su vez ingerían. Aún llegamos a cambiar de amigos cuando creíamos que los "sobrepasábamos" en sus tragos. Preferíamos "bebedores reales" a la gente que únicamente se tomaba uno o dos tragos y tratábamos de evitar por completo a los abstemios.
Muchos de nosotros nos sentíamos airados o acomplejados respecto a la forma en que nuestra familia reaccionaba a nuestra bebida. Algunos de nosotros perdimos trabajos porque el jefe o uno de nuestros colegas de trabajo se oponía u objetaba nuestra bebida. Queríamos que la gente se preocupara por sus propios problemas y nos dejara a nosotros con los nuestros.
Frecuentemente, nos sentíamos airados o temerosos aun de las personas que no nos habían criticado. Nuestra sensación de culpa nos hacía ultrasensibles con todos los que nos rodeaban, y alimentábamos resentimientos. En ocasiones, cambiábamos de bar, trabajo o vecindario con el único objeto de evitar vernos con determinadas personas.
Así que un gran número de personas además de nosotros mismos, estaba en una u otra forma involucrada en nuestra bebida, hasta cierto grado.
Cuando dejamos de beber, fue para nosotros un gran alivio encontrar que las personas que conocimos en A.A., alcohólicos recuperados, parecían ser muy diferentes. Reaccionaban hacia nosotros, no con crítica y sospecha, sino comprensivamente y con sincera preocupación.
Sin embargo, es perfectamente natural que todavía encontramos algunas personas que alteran nuestros nervios, tanto dentro como fuera de A.A. Podemos hallar que nuestros amigos no A.A. compañeros de trabajo o miembros de la familia, todavía nos tratan como si estuviéramos bebiendo. (Puede tomarles algún tiempo el darse cuenta de que nosotros hemos suspendido realmente. Después de todo, ellos nos han visto dejar la bebida muchas veces en el pasado, para luego recaer).
Para empezar a poner en práctica el concepto "Vivir y dejar vivir", debemos encarar este hecho: Hay personas en A.A., y en todas partes, que dicen cosas con las que nosotros no estamos de acuerdo, o hacen cosas que no nos gustan. El aprender a vivir con las diferencias es esencial para nuestra comodidad. Es exactamente en esos casos cuando hemos encontrado la extrema utilidad de decirnos a nosotros mismos, "Vivir y dejar vivir".
De hecho, en A.A. se da mucho énfasis a aprender a tolerar la conducta de los demás. No importa cuán ofensivos o desagradables nos parezcan, ciertamente no vale la pena que nos pongamos a beber por ellos. Nuestra propia recuperación es demasiado importante. El alcoholismo puede matarnos y a veces lo hace. Esto tenemos que recordarlo permanentemente.
Hemos comprendido que vale la pena hacer un esfuerzo muy especial para tratar de entender a las otras personas, especialmente aquellas que nos mortifican. Para nuestra propia recuperación, es mucho más importante comprender que ser comprendido. Esto no es muy difícil si llevamos en mente la idea de que los otros miembros de A.A. están también tratando de comprender, como nosotros lo estamos.
Si a eso vamos, también encontraremos algunas personas en A.A., o en otros lugares, a quienes nosotros no les seremos particularmente agradables. Por eso todos nosotros tratamos de respetar los derechos de los demás para actuar en la forma que escojan o puedan. Y podemos esperar que ellos nos den a nosotros el mismo tratamiento. En A.A. generalmente lo hacen.
Usualmente, las gentes que se buscan unas a otras en un vecindario, una compañía, un club, o en A.A., gravitan hacia los demás. Cuando invertimos el tiempo con personas que nos son agradables, nos sentimos menos afectados por aquellas que no se preocupan particularmente por nosotros.
A medida que el tiempo pasa, vemos que ya no nos atemoriza alejarnos de las personas que nos irritan, en vez de permitirles cobardemente que se introduzcan en nuestras vidas, o en vez de tratar de acondicionarlas para que se ajusten mejor a nuestra idiosincrasia.
Ninguno de nosotros puede recordar a alguien que haya intentado forzarnos a beber alcohol. Nadie nos amarró para vaciar el licor en nuestras gargantas. Así como nadie nos obligó físicamente a beber, ahora tratamos de asegurarnos de que nadie nos obligue mentalmente a beber, tampoco.
Es muy fácil utilizar las actuaciones de otras personas como excusas para beber. Nosotros solíamos ser expertos en eso. Pero en la sobriedad, hemos aprendido una nueva técnica: No nos permitimos llegar a un estado tal de resentimiento hacia otra persona que deje que esa persona controle nuestras vidas, especialmente hasta el grado de causarnos que volvamos a beber. Hemos encontrado que no tenemos el deseo de permitirle a nadie que maneje, o arruine nuestras vidas.
Una antigua leyenda decía que ninguno de nosotros debería criticar a otro hasta cuando hubiésemos caminado un kilómetro con los zapatos de esa persona. Este sabio consejo nos puede dar una mayor comprensión de los seres humanos que son nuestros semejantes. El ponerlo en práctica nos hace sentir mucho mejor que cuando estamos irritados.
"Dejar vivir", sí. Pero algunos de nosotros creemos que es de mucho valor la primera parte del refrán: "Vivir".
Cuando hemos encontrado las formas de gozar completamente nuestra propia vida, tenemos la felicidad de dejar que los demás vivían en la forma que deseen. Si nuestras propias vidas son interesantes y productivas, realmente no tenemos impulso o deseo de hallar las faltas en los demás o preocuparnos de la forma como actúan.
¿Puede usted pensar en este preciso instante en alguien que realmente le molesta? Si es así, ¿por qué no ensaya algo? Posponga el pensar acerca de él o ella o cualquier cosa que sea lo que a usted le molesta de esa persona. Después, si así lo desea, puede explotar. Pero por ahora, ¿por qué no lo deja a un lado mientras lee el párrafo siguiente?
¡Viva! Preocúpese por su propia vida. En nuestra opinión, el permanecer sobrio abre la puerta hacia una vida de felicidad. Vale la pena sacrificar muchos resentimientos y peleas . . . Muy bien, si usted no puede lograr alejar completamente su mente de esa persona, veamos cuánta ayuda le puede proporcionar la siguiente sugerencia.
jueves, 6 de diciembre de 2018
El Amor En El Matrimonio (Parte 1)
No soy experta en el tema, ni mucho menos quiero imponer algo, lo que comparto es solamente de las cosas que voy leyendo y que se que a alguien le servirá para su vida o sus relaciones, así que aquí les comparto otro mas que sé que puede servir. Quien lo quiera tomar, adelante...
El Amor En El Matrimonio
De la
exhortación Apostólica "Amorosa Letitia"
R.P. Pedro Herrasti, S.M.
Folleto EVC
CAPITULO
CUARTO
la
diputación apostólica que el Papa Francisco no se entregó el 19 de marzo del
año 2016, tiene 9 capítulos que tratan en profundidad aspectos importantes y
más de ese fenómeno humano llamado amor. En el anterior EVC hicimos un esfuerzo
de presentar, resumiéndolo, el amplísimo pensamiento del papa.
El amor
en el matrimonio
Todos
sabemos que la palabra "amor" una de las más utilizadas, es al
mismo tiempo desfigurada, perversamente utilizada al grado de no significar ya
nada.
por ello
mi papá da comienzo a este capítulo citando y comentando el famoso "Himno
al amor" de la carta de San Pablo a los Corintios (1Cor, 13, 4-7)
"El
amor es paciente,
es
servicial,
el amor
no tiene envidia,
no hace
alarde,
no es
arrogante,
no obra
con dureza,
no busca
su propio interés,
No sé
irrita, no lleva cuentas del mal,
No se
alegra de la injusticia,
Sino que
goza con la verdad,
Todo lo
disculpa,
Todo lo
cree,
Todo lo
espera,
todo lo
soporta.
miércoles, 5 de diciembre de 2018
¿CUÁL ES TU MASCARA?
Muchas veces usamos "UNA MÁSCARA" con el fin de protegernos,pero en realidad más que cumplir una función de protección es una evasión, una manera de ajuste creativo.
Cada vez que me pongo una máscara lo hago para tapar mi realidad fingiendo ser lo que no soy, lo hago para atraer la gente; luego descubro que solo atraigo a otros enmascarados alejando a los demás debido a un estorbo: LA MÁSCARA.
Cada vez que me pongo una máscara lo hago para evitar que la gente vea mis debilidades, luego descubro que al no ver mi humanidad, los demás no me pueden ver por lo que soy, sino por LA MÁSCARA.
Cada vez que me pongo una máscara lo hago para preservar mis amistades; luego descubro que cuando pierdo un amigo por haber sido auténtico, realmente no era amigo mío sino de LA MÁSCARA.
Cada vez que me pongo una máscara lo hago para evitar ofender a alguien y ser diplomático; luego descubro que aquello que ofende a las personas con quien quiero intimar, es LA MÁSCARA.
Cada vez que me pongo una máscara lo hago convencido que es lo mejor que puedo hacer para ser amado luego descubro la gran paradoja...
Lo que más deseo lograr con mi máscara es precisamente lo que impido con ella.
martes, 4 de diciembre de 2018
Oración A Santa Bárbara
La oración del artillero es:
-
- «Gracias Señor, gracias te doy porque me diste la gracia de ser de los primeros. Me diste por tu amor ser lo que soy, me diste la aristocracia de ser solamente un artillero. Bombardas, culebrinas, falconetes, morteros, obuses y cañones. ¡Qué importa si iluminan hasta los cielos enteros con sus bellas explosiones! Sin escudos al amparo mi corazón se embarga de los más bellos sones al oír los disparos, descarga tras descarga, de acerados cañones. Un fuerte, una muralla, parapeto, trinchera, un fortín, un abrigo todo el aire es batalla y explosión artillera en el campo enemigo. No importa vivo o muerto ser general, teniente, cabo apuntador o artificiero. Sólo importa, muy cierto, el oficio más bravo de ser solamente hijo de Santa Bárbara y artillero.»
Otra oración de artillería
Artillero!! Postraos de rodillas ante los símbolos patrios porque a ellos tendreis que defender hasta que la muerte os separe.
Santa Bárbara: Todos los triunfos que obtenga la gloriosa artillería serán en homenaje a ti por ser nuestra guía en la guerra!
Artillero!! Llevad en tu memoria la gran hazaña del general Ricaurte que con gran orgullo os legó su lema, ¡¡Deber antes que vida!!
Santa Bárbara tiene otras muchas oraciones, sin embargo la más popular es:
-
- «Santa Bárbara, virgen bendita, grandiosa de inmenso poder, Dios te acompañe, y tú a mí por el camino del bien. Con tu espada vencedora líbrame del mal, de la injusticia, de la envidia y de los malos ojos. Con el poder del rayo protégeme de mis enemigos, glorifica la boca de fuego de mi cañón y permite que salga victorioso. Con el cáliz de tu copa y el vino mantén la fuerza de mi cuerpo y espíritu para la dura lucha y el combate. A mis manzanas y margaritas recíbelas como ofrenda de que te tengo siempre presente en mi pensamiento y en mi hogar, y te ruego no me abandones nunca y acudas a mi cada vez que te reclame para defender mi fe, mi tierra, mi familia y mis luchas; y que al final me lleves siempre a la gloria como tú. Amén.»
Otra oración de origen acaso andaluz, dice al respecto:
" Santa Bárbara bendita, que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita al pie de la Santa Cruz, padre nuestro, amén Jesús "
lunes, 3 de diciembre de 2018
Aun Puedes Salir Adelante
Uno de los grandes personajes bíblicos que me llaman la atención es Job, aquel hombre del que se nos narra pasó por muchas desgracias y lo perdió todo, menos la fe en su Dios.
Me encanta este personaje; muchos lo asocian con la paciencia, pero, el libro de Job es muy profundo porque muestra la condición humana, refleja la realidad de muchos que de repente se quedan sin nada, pero al final, Dios sí se manifiesta y muestra su poder.
Pienso en aquellos que han perdido un empleo; en aquellos que han perdido sus comodidades, pienso en los desplazados, en los que de repente quedan en la calle debido a los reveses de un negocio.
Hay una canción de Ambiorix Padilla que puede aclarar un poco la idea que quiero compartir, esta canción lleva por nombre “Mi confianza en Él”; en ella hay una estrofa que dice: “sé que he perdido muchas cosas en la vida, menos la vida, porque mi vida está guardada en su amor” y creo que es esa precisamente la certeza que me deja Job, que no importa perderlo todo, que no importa cuánto hayamos perdido en las diferentes batallas que hayamos enfrentado, porque al final solo importa que aún tenemos la capacidad de luchar y de salir adelante.
Qué bueno es saber que aún tenemos vida, que aún podemos respirar, que aún podemos vencer aquello que no nos permite vivir bien.
Esa es también la enseñanza de Job, entender que habrá momentos de pérdidas, momentos en los que sintamos que nos hemos quedado sin nada, que no hay sentido en nada de lo que hacemos y por lo que luchamos, pero también entender que en esos momentos es en los que más firmes debemos estar, porque de nosotros depende salir o no adelante, sabiendo que Dios nos acompaña.
Ten presente siempre que nadie te podrá arrebatar la vida, porque el que te la ha dado te protege.
Tarea del Día:
Toma conciencia de que mientras estés vivo, podrás salir adelante.
Me encanta este personaje; muchos lo asocian con la paciencia, pero, el libro de Job es muy profundo porque muestra la condición humana, refleja la realidad de muchos que de repente se quedan sin nada, pero al final, Dios sí se manifiesta y muestra su poder.
Pienso en aquellos que han perdido un empleo; en aquellos que han perdido sus comodidades, pienso en los desplazados, en los que de repente quedan en la calle debido a los reveses de un negocio.
Hay una canción de Ambiorix Padilla que puede aclarar un poco la idea que quiero compartir, esta canción lleva por nombre “Mi confianza en Él”; en ella hay una estrofa que dice: “sé que he perdido muchas cosas en la vida, menos la vida, porque mi vida está guardada en su amor” y creo que es esa precisamente la certeza que me deja Job, que no importa perderlo todo, que no importa cuánto hayamos perdido en las diferentes batallas que hayamos enfrentado, porque al final solo importa que aún tenemos la capacidad de luchar y de salir adelante.
Qué bueno es saber que aún tenemos vida, que aún podemos respirar, que aún podemos vencer aquello que no nos permite vivir bien.
Esa es también la enseñanza de Job, entender que habrá momentos de pérdidas, momentos en los que sintamos que nos hemos quedado sin nada, que no hay sentido en nada de lo que hacemos y por lo que luchamos, pero también entender que en esos momentos es en los que más firmes debemos estar, porque de nosotros depende salir o no adelante, sabiendo que Dios nos acompaña.
Ten presente siempre que nadie te podrá arrebatar la vida, porque el que te la ha dado te protege.
Tarea del Día:
Toma conciencia de que mientras estés vivo, podrás salir adelante.
Por Alberto Linero
domingo, 2 de diciembre de 2018
Reflexiones Sobre La No Violencia - Gandhi (5)
Paz en la familia
El mejor campo para una operación de no violencia es la familia o la
institución considerada como familia. La no violencia entre los miembros de
tales familias debería ser fácil de practicar. Si eso falla, significa que no
hemos desarrollado capacidad para la no violencia pura.
Existe un prejuicio natural contra el ayuno (huelga de hambre) como
parte de la lucha política. El político común la considera como una
interpolación vulgar, aunque siempre ha sido un recurso de los prisioneros. Mis
propios ayunos estuvieron siempre estrictamente de acuerdo con el programa de
la sathyagraha; bajo ciertas circunstancias, su "arsenal" representa
el arma más grande y más efectiva. No cualquiera está calificado para
emprenderlo sin un curso preparatorio adecuado.
El ayuno no puede ser emprendido mecánicamente. Es algo poderoso, pero
se vuelve peligroso si se maneja incompetentemente. Requiere una purificación
completa de sí mismo, mucho mayor de la que hace falta cuando se enfrenta la
muerte, aunque el impulso de represalia sea mental.
Infalibilidad de la ahimsa
La ahimsa es siempre infalible. Por lo tanto, cuando parece haber
fallado, la falla se debe a la ineptitud del devoto.
Nuestra no violencia continúa siendo todavía un asunto confuso. Sin
embargo, ahí está y sigue funcionando como un fermento, de manera invisible y
silenciosa, poco entendida por la mayoría. Pero es la única manera.
Diariamente pagamos un precio muy elevado por el error inconsciente que
hemos cometido al confundir la resistencia pasiva con la no violencia.
Puede asegurarse que un conflicto fue solucionado según los principios
de la no violencia si no deja ningún rencor entre los enemigos y los convierte
en amigos. Pude experimentar lo en Sudáfrica, con el general Smuts. Enemigo
irreductible al comienzo, actualmente es mi amigo más cordial.
Todo nace de la acción
En este mundo no se ha hecho nunca nada que no se deba a la acción.
Rechazo la expresión "resistencia pasiva" porque no traduce por
completo la realidad y podría verse en ella el arma de los débiles.
La no violencia es mi credo. Jamás lo fue del Congreso hindú. Para el
Congreso fue siempre una política.
La ley de la sathyagraha requiere que un hombre, sin armas y sin ningún
otro recurso para encontrar una solución, cumpla el sacrificio supremo
inmolando su propio cuerpo.
No soy otra cosa que un humilde explorador de esa ciencia que se llama
no violencia. Sus profundidades insondables no dejan de llenarme de confusión y
de maravilla, igual que a mis demás compañeros de investigación.
No violencia no es cobardía
Mi fe en la no violencia me da mucha fortaleza para obrar. Hay que
rechazar por completo toda cobardía y hasta la más pequeña debilidad. No es
posible esperar que un cobarde se convierta en no violento, pero sí cabe
esperar esto de un violento. Por eso, nunca lo repetiré bastante: si no sabemos
defender por nosotros mismos a nuestras esposas y nuestros templos, recurriendo
a la fuerza que brota de la renuncia; o sea, si no somos capaces de no
violencia, debemos por lo menos, si somos hombres, atrevernos a emprender la
lucha para defendernos.
Quien no puede protegerse a sí mismo ni proteger a sus seres más
cercanos y más queridos, o su honor, enfrentando la muerte mediante la no
violencia, debe y tiene que hacerlo encarándose violentamente con el opresor.
Quien no puede hacer una de ambas cosas, resulta una carga.
La no violencia no es una pantalla para la cobardía sino que es la
virtud suprema del valiente... La cobardía es enteramente incompatible con la
no violencia... La no violencia presupone la capacidad de golpear.
No violencia no es cobardía
La ahimsa es un atributo de los bravos. La cobardía y la ahimsa no van
juntos mucho más de lo que van el agua y el fuego.
Permitir que, en nombre de la ahimsa, los cultivos sean comidos por los
animales, mientras existe una hambruna, es por cierto un pecado.
En la sathyagraha, la causa tiene que ser tan justa y clara como los
medios.
Si la gente no está preparada para ejercitar la no violencia de los
valientes, debe estar preparada para el uso de la fuerza como autodefensa. No
tiene que haber disimulo alguno... Jamás debe ser secreta.
En el diccionario de la sathyagraha, la palabra "enemigo" no
existe.
En un punto secreto de mi corazón, estoy en perpetua polémica con Dios
porque permite que prosigan cosas como la guerra. Mi no violencia parece casi
impotente. Pero al final de la discusión cotidiana viene la respuesta: ni Dios
ni la no violencia son impotentes. La impotencia está en los hombres. Debo
seguir intentándolo sin perder la fe, aunque me destroce en el intento.
La falla no está en la no violencia
La violencia de los motines populares no significa que la no violencia
haya fallado. Lo mejor que podría decirse es: no encontré todavía la técnica
requerida para la conversión de la mente masiva.
No tengo deseos de vivir, si la India se sumerge en un diluvio de
violencia, como amenaza hacerlo. Estoy en el medio de las llamas. Que el fuego
no me consuma, ¿es la bondad de Dios o es su ironía ?
Si no tengo nada que ver con la violencia organizada que promueve el
gobierno, tampoco tengo nada que ver con la violencia desorganizada del pueblo.
Antes que verme en la necesidad de elegir entre las dos, preferiría más verme
aplastado por alguna de ellas.
Cuando la ahimsa sea universal
Mi fe es tan poderosa como siempre lo fue. Es bastante posible que mi
técnica tenga fallas... A mis consejeros puedo decirles que deberían tener
paciencia conmigo hasta que compartan mi creencia de que no hay esperanza para
el doliente mundo salvo a través de la angosta y recta senda de la no
violencia. Millones como yo podrían fallar en probar la verdad en sus propias
vidas; ese sería apenas su fracaso, jamás el de la ley eterna.
Cuando la práctica de la ahimsa se vuelva universal, Dios reinará en la
tierra así como lo hace en los cielos.
Tal vez sea un error describir mi actual estado mental como depresión.
No soy lo suficientemente vano como para pensar que el propósito divino sólo
puede realizarse a través de mí. Podría ser que haga falta un instrumento más
eficaz para llevarlo a cabo o que yo no sea lo suficientemente bueno para
representar a una nación débil o a una fuerte. ¿No será que para el propósito
final hará falta un hombre más puro, más corajudo, más visionario? Esto es pura
especulación. Nadie tiene la capacidad de juzgar a Dios. Somos gotas en ese
ilimitado océano de misericordia.
La ley de la especie humana
La no violencia es la ley de nuestra especie, por la misma razón que la
violencia es la ley de los brutos. En el hombre brutal todavía no se ha
despertado el espíritu: no conoce más ley que la fuerza física. La dignidad
humana exige que el hombre se refiera a una ley superior que haga vibrar la
fuerza del espíritu.
No se puede ser genuinamente no violento y permanecer pasivo ante las
injusticias sociales.
Tengo la firme certeza de que la ética constituye la base de todo y
tiene como sustancia la verdad. Por otra parte, asumí la verdad como mi único
objetivo. Día tras día aumentaba su importancia ante mis ojos, mientras le
otorgaba a esa palabra un significado cada vez más profundo.
Resulta imposible identificarse con todo lo viviente, sin una
purificación personal. Si uno no se purifica, es inútil y quimérico observar la
ahimsa. Si uno no es puro de corazón, nunca podrá realizar a Dios. Dicha
purificación debe ejercerse en todos los planos. Y entonces, gracias a su
virtud eminentemente contagiosa, conduce a una purificación de todo lo que nos
rodea.
La ley suprema
Considero que la no violencia no tiene nada de pasivo. Todo lo
contrario: es la potencialidad más activa del mundo... Es la ley suprema. En
los términos de la no violencia nunca encontré alguna situación que me haya
desconcertado por completo. En algún momento, siempre se presentó el remedio.
No me propongo solamente liberar a la India del yugo inglés. Estoy
empecinado en liberarla de todas las formas de esclavitud que pesan sobre ella.
No tengo deseo especial alguno de cambiar un rey inútil por un rey que nos
explote. Por eso he creado el movimiento de swaraj (autonomía), en el que a
cada uno se le exige que se purifique interiormente.
La genuina moralidad consiste, no ya en seguir caminos trillados sino
en encontrar por nosotros mismos el verdadero camino que nos conviene, y en
seguirlo de modo intrépido.
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