sábado, 30 de septiembre de 2017

Adicción A Los Problemas

Muchos codependientes se vuelven lo que la gente llama adictos al drama o a la crisis. 

Por extraño que parezca, podemos volvernos adictos a los problemas. 

Si vivimos con la suficiente cantidad de desdicha, crisis y disturbios durante un tiempo suficiente, el miedo y el estímulo provocados por los problemas pueden convertirse en una experiencia emocionalmente cómoda. 

Luego de un tiempo, si nos acostumbramos tanto a involucrar nuestras emociones con problemas y crisis que podemos llegar a apropiarnos de problemas que no nos conciernen y permanecer involucrados en ellos.

Incluso podemos comenzar a hacer líos o a hacer los problemas más grandes de lo que son para crearnos una situación estimulante. 

Esto es verdad especialmente si hemos descuidado mucho nuestras propias vidas y sentimientos.

Cuando estamos involucrados en un problema, sabemos que estamos vivos. 

Cuando el problema se resuelve, podemos sentirnos vacíos y sin sentimientos. 

No tenemos nada que hacer. 

Estar en crisis se convierte en algo cómodo, y nos salva de nuestra monótona existencia. 

Es como volverse adicta a las telenovelas, excepto que las crisis diarias se suceden en nuestras vidas y en las de nuestros amigos y familiares.

Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente

viernes, 29 de septiembre de 2017

Como Alejar la Depresión: Cap. X - Lo Que Puede Hacer La Mente Para Detener La Depresión (Parte 6)

ANOTAR NUESTRAS METAS, DEFINIR NUESTROS IDEALES.

Hace poco hicieron una encuesta. De cada 100 personas jóvenes deprimidas, 95 no tenían anotado las metas que deseaban lograr en la vida, y no habían definido Cuáles eran los ideales que anhelaban obtener. Eso es como echar un barco al mar y no ponerle rumbo fijo sino dejar que las olas lo lleven a donde quieran.

El barco de los viejos

En tiempos del paganismo, cuando el cristianismo no había llegado a Roma, los romanos cuando tenían bastantes ancianos sin quien nos atendiera y ayudara, los echaban en un barco viejo y dejaban tal buque sin piloto en pleno mar embravecido a que las olas jugarán con él. El hundimiento de la más que seguro. Así hacen algunas personas con su existencia: la llevan por el mar embravecido de la vida Sin rumbo fijo, sin saber Hacia dónde se dirigen. El hundimiento de la depresión será entonces inevitable.

Un día le pregunté a un pescado Costeño: "Cuál es el ideal, lo que usted desea conseguir para su futuro?, Y con una sonrisa digna de mejor causa me respondió: "Pues... Bailar y tomar ron". ¿A dónde puede llegar una persona con un ideal tan miope? ¿Y si un día ya no puede bailar porque se quedó cojo o ya le hace daño el ron?, Qué le queda Entonces por conseguir? ¿Qué significado puede tener entonces una vida?

En cambio, cuando el Niño campesino pobre llamado Juan Bosco le preguntaban sus compañeros: "Y tú que quieres llegar a ser?" -levantaba la cabeza emocionada y con un brillo de entusiasmo en sus ojos respondía: - "yo quiero ser un gran educador de niños pobres. Y quiero fundar una asociación para recoger niños abandonados de la calle y volverlos buenos cristianos y excelentes ciudadanos". Los demás se le reían y lo creían loco, pero todo esto lo logró llegar a ser y hacer. Es que como decía el padre escriba: "cuando se trate de cosas buenas y provechosas para el alma, podemos pensar y soñar lo más atrevidamente que seamos capaces, y Dios se pasara a uno de estos tintes y nos consideramos de lo que nos atrevemos a pensar o desear". Lo importante es no poner límites al poder de Dios y estar seguro que si Dios nos da un buen deseo, probablemente nos dará también las oportunidades de realizarlo.

Un ideal de juventud

Servicio jesuita le comunicó un día a su maestro de novicios que sentía fuertemente en su corazón el deseo de coleccionar datos para escribir un día una vida de Jesucristo. El superior le dijo que cuando Dios da un buen deseo se compromete a dar las ayudas suficientes para realizarlo. Que se dedicará en sus tiempos libres a coleccionar esos datos que le interesaban. Así lo hizo aquel muchacho, 25 años duró recogiendo cuánto dato interesante puedo conseguir acerca de Jesús y público luego un libro que se ha hecho famoso en todo el mundo: "la vida de Jesucristo, según Gracias". Anotó su meta, definió su ideal, y logró conseguir lo que anhelaba.

Me pregunto: ¿qué metas me voy a proponer conseguir? ¿Cuáles son los ideales que más deseo alcanzar? ¿Deberás hago algo serio cada día para poder obtener estos ideales? ¿Puedo decir que cada día doy algún paso para alcanzar las metas que me he propuesto? ¿Confío esas metas a nuestro Señor para que confirmen su poder las acerque más y más hacia mí? ¿Pido al espíritu santo que me ilumine acerca de cuáles son los ideales que más me conviene buscar y conseguir? Podrán decir de mí el elogio que la sagrada Biblia dice acerca del Profeta Daniel: 'tú eres el creyente de los buenos deseos?".

La vida de cada uno de nosotros tiene cumplirse aquello que anuncia la sagrada Biblia: "el señor Dios cumplirá los buenos deseos de tu corazón y dará éxito a los planes tuyos que sean Para mayor bien".

Mientras más concretamente vayamos definiendo qué es lo que deseamos conseguir Y obtener, más encomendemos todo esto en la oración a Dios, y más nos esforzamos Por no dejar jamás de trabajar por conseguirlo, masa irá acercando hacia nosotros ese bien que anhelamos. Lo importante es no dejar ni de desear, ni de orar, ni de actuar.

Propósito: cuando me sea posible conseguir adquiera el bello libro titulado: "100 fórmulas para llegar al éxito", de esta misma colección. Allí voy a encontrar datos y ejemplos sumamente provechosos para aprender a definir y amar mi ideal.

Hace poco alguien que leyó el libro de las 100 fórmulas escribía: "Antes había intentado Vivir mi vida sin un ideal, sin metas fijas para alcanzar, y mi vida se hacía lo más monótono y cansón que se puede imaginar. Ahora me he propuesto alcanzar ideales elevados y llegar a ciertas metas, le digo con emoción que parece como si a mi existencia le hubieran matado a un cohete de los que van al espacio. Siento en una fuerza y un entusiasmo y un gusto por vivir, que antes nunca había experimentado. Es que ahora sí ya tengo algo para conseguir en la vida y un fin determinado por el cual trabajar y esforzarme". 

Adquirir la costumbre de pensar positivamente 

Todo mundo sabe la gran diferencia que una costumbre ejerce sobre nosotros. Todo lo que hacemos repetidamente se va volviendo cada vez más fácil de hacer y lo iremos haciendo aún sin darnos cuenta. Por eso si nos acostumbramos a pensar en forma positiva, por ejemplo: recordar los favores que Dios nos ha dado por las promesas que él ha hecho de ayudarnos en un futuro, y su presencia activa en medio de nosotros, etc., Esos pensamientos se van haciendo una costumbre en nuestro cerebro y llegaremos a ser gente sumamente sana mentalmente.

El pasado: La sagrada Biblia insiste mucho en recordar hechos animados del pasado. En el Antiguo Testamento se va repitiendo 10 y más veces los hechos portentosos que Dios ha obrado en el pasado en favor de los que le tienen Fe. ¿Porque tanta repetidera de los mismos hechos? Porque es necesario que la mente del creyente vaya pensando repetidamente en los maravillosos por puntos de su Dios en favor de los que lo aman, hasta que esto se le convierte en una costumbre.

Si uno lee los sermones de San Pedro y de San Esteban en el Nuevo Testamento comprueba que estos israelitas gozaban de lo lindo recordando los favores prodigiosos que Dios ha hecho en favor de los que le siguen, y los andan contando en todas partes, para que la mente de quien pertenece a la religión llegue a obtener el hábito de pensar positivamente y con esperanza y alegría. Un profeta dejó escrito esta bella frase: "soy viejo y jamás he visto a uno que haya confiado en Dios y que esté abandonado por Él". Noticias cómo está, pasadas repetidamente por el cerebro, van formando la costumbre de pensar en positivo y con optimismo y no el negativo o con pesimismo.

El presente: el nombre de Dios en la Biblia: Yahvé, significa: "El que está presente". La seguridad de esta presencia activa de un ser tan poderoso y que tanto nos ama, debe llenar de ánimo y de entusiasmo en el momento presente. No vamos por la tierra Solitarios y abandonados. Dios nos acompaña como la luz y el aire: siempre presente, pero sin que no tenemos muchas veces su presencia, y sin molestarnos ni amargarnos la vida ni asustarnos. Como el aire y la luz: llenándonos de vida y de vigor, pero sin hacer molesta su presencia. 

El futuro: si Nuestro Señor ha dicho varias veces en la sagrada Biblia: "Yo nunca te abandonaré", y si no repite las palabras que el profeta Zacarías dijo al morir: "Dios no abandona al que lo abandona a Él". Podemos repetir con el salmista: "Aunque mi padre y mi madre Me abandonen, mi Dios nunca me abandonará". ¿Entonces, porque no llenarse de pensamientos alegres Y entusiastas acerca del futuro? 

Estos pensamientos optimistas que acabamos de recordar acerca del pasado, del presente y del futuro eran reemplazando poco a poco los pensamientos pesimistas y tristes y llegaremos adquirir el hábito o costumbre de pensar positivamente. Por eso es que la costumbre de leer cada semana (y ojalá cada día si fuera posible, pero si no, al menos cada semana) una página de la sagrada Biblia, Qué es enriquecer maravillosamente la mente e irse llenando de pensamientos e ideas que alejan la depresión y atraen la alegre esperanza y el entusiasmo. Hagamos el ensayo y veremos que si es así. Otros lo han hecho y se sienten muy contentos de esta experiencia. ¿Porque no hacerla También nosotros? ¡A la obra! ¡Desde hoy mismo!

El bellísimo el salmo primero anuncia: "quien medita en la ley del señor cada día, será como un árbol plantado junto a una fuente de agua, el cual produce buenos frutos a su tiempo y sus hojas no se marchitan, Aunque lleguen Los Terribles calores, y lo que hace le resulta bien". Esta es una promesa infalible del mismo Dios que nunca jamás puede dejarse de cumplir, pues Jesucristo prometió que primero se acabaran los cielos y la tierra antes de que una promesa de nuestro señor en su libro Santo deje de cumplirse exactamente.

Qué tal que alguien que está leyendo este libro se propusiera conseguir el bello libro titulado: "los salmos explicados", por Su, y leyera siquiera un salmón cada día (la lectura de un salmo no gasta sino 3 minutos. Y el día tiene 1440 minutos. Nos quedan todavía 1437 para dedicarnos a todo los demás). Puede tener la más absoluta seguridad de que la lectura de los salmos le va a llenar su alma de tal cantidad de pensamientos esperanzadores y entusiasmantes acerca del futuro, y de tantos recuerdos animadores acerca del pasado y de tanta paz en el presente, que no podrá menos de repetir lo que han dicho millones de personas en 30 siglos: "Porque será que la lectura de un salmo me llena de tanta paz? Estos salmos parecen redactados expresamente para mí y para mi situación". Si, Esa es la verdad y no otra: "eso salmos de La Biblia los mandó a redactar Dios pensando en usted, en sus situaciones y en sus angustias, y hasta en sus pecados y proyectos. En usted pensaba el cuándo los fue dictando a los profetas que los escribieron".

¿Pero y si usted nunca le un salmo, entonces para que trabajó el espíritu santo haciéndolos redactar, si a usted no se le da a la bendita gana de leerlos?

No deje de refrescar de vez en cuando la mente con estos mensajes tan consoladores venidos del mismo cielo. Es para su bien y su alegría.

Y no olvide nunca: su gran amigo Dios, no se ha muerto, ni siquiera está enfermo. ¿Entonces, para qué vivir con tantos afanes como si nadie le fuera a ayudar a usted?


jueves, 28 de septiembre de 2017

La Terapia Del Teléfono

Cuando estábamos iniciando nuestra tarea de alcanzar la sobriedad, muchos de nosotros nos encontramos bebiendo sin siquiera haberlo planeado. En ocasiones, nos parecía que eso nos sucedía sin siquiera darnos cuenta. No existía una decisión consciente para beber, ni un pensamiento real acerca de las posibles consecuencias. De ninguna manera habíamos intentado desencadenar todo un episodio de trago.

Ahora hemos aprendido que con posponer simplemente esa primera copa, y colocar algo distinto en su lugar, se nos provee la oportunidad de pensar acerca de nuestra historia de bebedores, la enfermedad del alcoholismo, y los probables resultados de empezar nuevamente a beber.
Afortunadamente, podemos hacer algo más que pensar, y lo ponemos en práctica: llamamos por teléfono a alguien.
Cuando dejamos de beber, se nos dijo repetidamente que apuntáramos los números de teléfonos de nuestros compañeros de grupo y que, cuando tuviésemos deseos de beber, llamáramos a esas personas.

Al principio, la idea de llamar por teléfono a una personas que escasamente hemos conocido, nos pareció extraña, y la mayoría de nosotros no dimos importancia a ese consejo. Pero los A.A. que tenían muchos más días de abstención que nosotros, continuaban sugiriéndolo. Nos decían que comprendían muy bien en la misma forma. Sin embargo, nos aconsejaban que tratáramos de hacerlo, por lo menos una vez.

Y así lo hicimos, finalmente, miles y miles de nosotros. Para nuestro alivio, resultó se una experiencia fácil y agradable. Y mejor aún, funcionó perfectamente.
Tal vez la manera más rápida de comprender esto, antes de que usted lo ensaye, es ponerse a sí mismo mentalmente en el lugar de la persona que recibe la llamada. Es algo muy satisfactorio y compensatorio el que alguien confíe en nosotros hasta ese punto. Por consiguiente quien recibe la llamada, casi invariablemente se muestra cortés y agradecido por haber sido seleccionado, y no se siente sorprendido; por el contrario, se siente feliz de escucharnos.

Pero hay más. Muchos de nosotros hemos visto que cuando deseábamos beber, podíamos telefonear a alguien con mayor experiencia en sobriedad, y que ni siguiera era necesario mencionarle que estábamos pensando en beber. Eso era a menudo comprendido tácitamente. Y ¡realmente no importaba el momento de nuestra llamada, de día o de noche!.

En ocasiones, sin ninguna razón aparente, nos encontramos pasando una repentina e inexplicable racha de ansiedad, terror, temor y pánico, que no tenía sentido . (Esto les sucede a muchos seres humanos, por supuesto, y no solamente a los alcohólicos).

Cuando contábamos la verdad de cómo nos estábamos sintiendo, qué estábamos haciendo y qué deseábamos hacer, vinos que éramos perfectamente comprendidos. Recibíamos no sólo simpatía, sino comprensión completa. todas las personas que llamábamos, es bueno mencionarlo, habían estado en la misma situación en una u otra época, que ellos recordaban vívidamente.

Con mayor frecuencia de la imaginable, con sólo unos pocos momentos de conversación, logró desaparecer nuestra idea de beber. En ocasiones, recibimos información práctica que nos abrió los ojos, o una orientación sutil e indirecta, o un consejo directo y fuerte pero dado de todo corazón. A veces, llegamos inclusive a perdernos reír.

Los observadores de los alcohólicos recuperados han tomado nota de la extensa red de contactos sociales informales entre los miembros de A.A., aun cuando no estemos dentro de reuniones, y en ocasiones cuando ninguna está hablando o pensando acerca del alcohol. Hemos visto que podemos tener tanta vida social con los demás como la deseemos, haciendo en su compañía las cosas usuales que hacen los amigos, como escuchar música, ir a cine o teatro, cenar, hacer excursiones o paseos de pesca, o simples visitas, personalmente, por escrito, o por teléfono, todo ello sin la necesidad del trago.

Estas relaciones y amistades tienen un valor muy definido para quienes hemos escogido no beber. Sentimos la libertad de podernos mostrar tal como somos entre personas que comparten nuestra preocupación por mantener una sobriedad feliz, sin ser fanáticos contra la bebida.
Es muy posible, claro está, permanecer sobrios entre amigos que no son alcohólicos recuperados, y aun entre aquellos que consumen grandes cantidades de alcohol, aunque probablemente sintamos alguna incomodidad en su compañía. Pero estando con otros alcohólicos abstemios, podemos tener la seguridad de que nuestra preocupación es altamente apreciada y profundamente comprendida. Esto tiene un gran significado para ellos, así como su bienestar es muy apreciado por nosotros.

La transición hacia el gozo de la sobriedad empieza frecuentemente cuando, recién abstemios, nos mantenemos en contacto con otras personas igualmente nuevas en el programa. Al principio, parece algo embarazoso comenzar amistades con personas que han estado sobrias durante varios años. Generalmente nos sentimos más cómodos con aquellos que se encuentran en la misma situación nuestra, empezando su camino hacia la recuperación. Esta es la razón por la cual muchos de nosotros hacemos nuestras primeras llamadas telefónicas en procura de nuestra abstención a aquellos miembros "contemporáneos" nuestros en A.A.

"La terapia del teléfono" funciona bien cuando no conozcamos a nadie en particular para llamar. Puesto que en la mayoría de los directorios telefónicos de los Estados Unidos, el Canadá y muchos otros países se encuentra el número de teléfono de A.A., es muy fácil marcar ese número y ponernos instantáneamente en contacto con alguien que comprende sinceramente, a nuestro mismo nivel. Puede ser una persona que nunca hemos conocido, pero siempre obtendremos la misma genuina simpatía.
Una vez que hemos efectuado la primera llamada, es mucho más fácil hacer otra cuando la necesitemos. Finalmente, la necesidad de alejarnos del deseo de una bebida desaparece virtualmente para la mayoría de nosotros. Cuando esto se logra, sin embargo, muchos de nosotros encontramos que hemos establecido el hábito de hacer visitas ocasionales por teléfono y por consiguiente seguimos haciéndolas porque nos agradan.

Viviendo Sobrio

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Apegos

Es más seguro seguir apegados. Por lo menos sabríamos que estamos vivos si reaccionáramos. Al menos tendríamos algo qué hacer si estuviéramos obsesionándonos o controlando. 

Por varias razones los codependientes tienden a apegarse a los problemas y a la gente. 

No importa no solucionar nada al preocuparse. No importa que esos problemas rara vez tengan solución. No importa que estén tan obsesionados que ni siquiera puedan leer un libro, ver la televisión o salir a dar un paseo. No importa que sus emociones estén en constante torbellino por lo que la otra persona dijo o no dijo, de lo que hizo o no hizo, o de lo que hará después.

 ¡No importa que las cosas que estemos haciendo no ayuden a nadie! 

Sin importarnos el costo, persistiremos en ello. Apretaremos los dientes, nos asiremos a la cuerda y nos prenderemos a ella más fuerte que nunca. Algunos de nosotros ni siquiera nos daremos cuenta de que nos hemos estado agarrando tan fuerte. Otros nos habremos convencido de que debemos asirnos así de fuerte. 

Creemos que no existe otra alternativa que la de reaccionar a esta persona o problema de esta manera obsesiva. 

A menudo, cuando le sugiero a la gente que se aparte de esta persona o de este problema, me responden con horror. “¡Oh, no!”, dicen, “nunca podría hacer eso. Yo lo amo, o la amo, demasiado. 

Me importa demasiado para hacerle eso. Este problema o esta persona es demasiado importante para mí. Tengo que permanecer apegado a ella (o a esto)”.

Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente

martes, 26 de septiembre de 2017

Saca Todo

Permítete tener una buena sesión de quejas. 

Woman, sex, and addiction (La mujer, el sexo y la adicción de Dra. Charlotte Davis Kasl).

Sácalo. Prosigue. Sácalo todo. Una vez que iniciamos la recuperación, podemos sentir que no está bien quejarnos y lamentarnos. Podemos decirnos a nosotros mismos que si realmente estuviéramos trabajando un buen programa, no tendríamos necesidad de quejarnos.

¿Qué significa eso? ¿Qué no tengamos sentimientos? ¿Qué no nos sintamos abrumados? ¿Qué no necesitamos echar fuera el vapor o trabajar en partes de la vida que no son tan agradables, no son tan perfectas o no son tan bonitas?

Podemos permitirnos dejar salir nuestros sentimientos, correr riesgos y ser vulnerables con los demás. No tenemos que guardar la compostura todo el tiempo. Eso suena más a codependencia que a recuperación.

Sacarlo todo no significa que necesitemos ser víctimas. No significa que necesitemos gozar de nuestra aflicción, encontrando un estatus en nuestro martirio. No significa que no vayamos a fijar límites. No significa que no vayamos a cuidar de nosotros mismos.

A veces, echarlo todo fuera es una parte esencial de cuidar de nosotros mismos. Llegamos a un punto de sometimiento para que podamos seguir adelante.

La autorrevelacion no significa únicamente que reportemos con tranquilidad nuestros sentimientos. Significa que ocasionalmente tomemos el riesgo de compartir nuestro lado humano, el lado donde están los miedos, la tristeza, el dolor, la rabia, la ira racional, el hastió o la falta de fe.

Podemos permitirnos mostrar nuestra humanidad. En el proceso, le damos permiso a los demás de ser humanos también. La gente “que esta junta” tiene sus momentos de no-tanta-unión. A veces, desmoronandonos, sacándolo todo, es como nos volvemos a unir.

“Hoy dejare que salga todo si necesito un alivio”.

lunes, 25 de septiembre de 2017

Como Alejar la Depresión: Cap. X - Lo Que Puede Hacer La Mente Para Detener La Depresión (Parte 5)

EL PODER DE LA SUGESTIÓN

Sugestionar es inspirar a la persona palabras o actos involuntarios.

La tristeza, el pesimismo, la autocompasión, inspiran en nuestra actuación muchos comportamientos verdaderamente indebidos. El andar pensando: "yo no soy capaz, yo no puedo, Yo no poseo simpatía, a mí nadie me quiere", etc., Es una sugestión que nos lleva a actuar de manera muy desagradable y derrotista.

Pero no es suficiente crear una imagen alegre de autoestima de uno. Esto vale mucho y ayuda a echar para adelante con más vigor. Pero hace falta también "sugestionarse" de que con el poder de Dios y con nuestro propio esfuerzo somos capaces de conseguir verdaderos éxitos para el futuro. Así como todo pensamiento negativo lleva a hablar o actuar de manera indebida y dañosa, así también el sugestionarse sanamente de que "sí podemos", lleva a la persona a tener palabras y actuaciones sumamente exitosas, y Obra un verdadero cambio en la propia vida. La mayoría de la gente piensa "en pequeño". En cambio la gente de fe, qué sabe confiar en Dios y en sus propias capacidades, piensa "en grande" y, sabiendo que somos hijos de Dios y que, por tanto, tenemos sus enormes poderes a nuestra disposición para hacer el bien, repite con San Pablo: "Dios suplirá lo que nos falta a nosotros".

Un serio peligro: actuar sin motivaciones. Los sociólogos han estudiado las causas de que porque la gente joven de este tiempo tiene tanta inclinación a deprimirse y a dedicarse a las drogas y al alcohol o demás vicios para distraer su ánimo deprimido, y han encontrado una causa muy influyente en la depresión: el actuar sin motivaciones, él no ponerse metas esperanzadoras para alcanzar, él no ponerse metas esperanzadoras para alcanzar y en cambio proyectar metas derrotistas, negativas y pesimistas que llevan a sentirse deprimido, y sin razones suficientes para llevar una vida entusiasta.

El corazón de Jesús le decía a Sor Consolata Bertone, mujer que sufría mucho: "acostúmbrate a vivir con un semblante como el del que está dispuesto a sonreír", y cuando ella se convenció que con sus penas y enfermedades estaba ayudando al Redentor a salvar almas, ya no tuvieron que aconsejarle que tuviera siempre una sonrisa de satisfacción en sus labios. Siempre sonreía de alegría, porque ahora Tenía una fuertísima motivación para estar contenta aún en medio de sus Dolores: estaba ayudando a salvar al mundo y a volverlo mejor.

San Ignacio enseñaba: "es propio de Dios y de sus ángeles llenarnos de pensamientos de alegría al hacernos ver que nuestra vida y nuestros sufrimientos no son inútiles, pero es propio también del diablo y de sus secuaces traernos pensamientos de tristeza y de turbación y de desánimo al querer que nos rebelamos contra lo doloroso y lo desagradable que no sucede".

De San Romualdo, gran penitente del año 1000, dicen sus biógrafos que tenía siempre un rostro tan alegre que llenaba de alegría A cuántos trataban con él. Y cuando alguien le preguntó Cuál era la causa de su continúa alegría respondió: "Es que yo soy un negociante que vivo consiguiendo enormes ganancias cada día. Todo sufrimiento y trabajo y contrariedad y oración que ofrezco a Dios se me convierte en un tesoro admirable que me pertenecerá para siempre en el cielo". Y aunque era un hombre que casi no comía ni bebía y que dormía sobre el puro suelo con una piedra por almohada y que no tenía ni un solo centavo y que sufría de dolorosas enfermedades y se desgastaba y fatigaba trabajando mucho, vivía totalmente alegre porque actuaba con motivaciones entusiasmantes. Y las motivaciones elevadas llenan el alma de elevadísimos consuelos.

San Francisco se encontró con un pescador entristecido y le dijo: "¿usted para que trabaja y pesca?" "Para vivir", respondió el otro. "¿Y para que vive?" Le volvió a preguntar el santo. Vivo para poder trabajar y pescar. Y San Francisco suspirando exclamó: Qué poquito es vivir solo para trabajar, y trabajar sólo para vivir". Con razón que tanta gente viva tan triste. Es que no tienen motivaciones elevadas que inviten a tener más entusiasmo.


¿Cuánto gana usted? Un médico famoso le preguntó a un sencillo campesino: "¿Cuánto gana usted?" Y el labriego le respondió: "doctor, yo gano lo mismo que usted". Imposible -dijo el médico-yo gano un sueldo que es 20 veces mayor que el salario mínimo. Pues mire doctor -siguió diciendo el campesino: -"los dos ganamos lo mismo: si hacemos cada día bien hecho todo lo que tenemos que hacer y Por amor a Dios y del prójimo, y soportamos con paciencia Los sufrimientos que Dios permite que nos lleguen, los dos ganamos el cielo para siempre. Pero si no hacemos lo que tenemos que hacer y vivimos renegando por nuestras penas, los dos nos ganamos el infierno para Toda la eternidad". El famoso médico Suspiro y emocionado se alejó pensando: "una frase de estas vale más que un sermón". Aquel campesino si vivía motivado, Y seguramente que vivía alegre y lleno de entusiasmo porque la zona motivación produce mucha animación.

domingo, 24 de septiembre de 2017

Termina Relaciones

Se necesita valor y honestidad para terminar una relación, con amigos, con el ser amado, o una relación de trabajo.

A veces, parecería mas fácil dejar que la relación se muera por falta de atención que arriesgarse a darla por terminada. A veces, parecería mas fácil dejar que la otra persona asuma la responsabilidad de terminar con la relación.

Podemos sentirnos tentado a tomar una actitud pasiva. En vez de decir como nos sentimos, lo que queremos o no queremos, lo que tenemos la intención de hacer, podemos empezar a sabotear la relación.

Estas son formas de terminar una relación, pero no son las mas limpias ni las mas fáciles.

Mientras caminamos por este sendero del cuidado de uno mismo, aprendemos que cuando es tiempo de terminar una relación, la manera más fácil es hacerlo con honestidad y siendo directos. No estamos siendo amorosos, gentiles ni amables al evitar la verdad, si sabemos la verdad.

No estamos cuidando los sentimientos de la otra persona al sabotear la relación en vez de aceptar el fin o el cambio de la misma, y de hacer algo al respecto. Estamos prolongando e incrementando el dolor y la incomodidad, para la otra persona y para nosotros mismos.

Si no sabemos, si estamos indecisos, es más amoroso y honesto decirlo.

Si sabemos que es tiempo de terminar una relación, digámoslo.

Los finales nunca son fáciles, pero los finales no se hacen más fáciles con el sabotaje, con ser indirectos y con mentir acerca de lo que queremos y necesitamos hacer.

Di lo que necesites decir, con honestidad y con amor, cuando sea el momento. Si estamos confiando en nosotros mismos y escuchándonos, sabremos qué decir y cuándo decirlo.

“Hoy recordaré que la honestidad y el ser directo incrementará mi autoestima. Dios mío, ayúdame a dejar ir mi miedo de adueñarme del poder que tengo para cuidar de mí mismo en todas mis relaciones”.