LA IRA Y
LA DEPRESIÓN
LO QUE INFLUYE LA IRA EN LA
DEPRESIÓN
La ira es
una indignación o enojo, hubo un deseo de venganza por un disgusto que se ha
recibido. Lo contrario de la ira es la paciencia, O sea la virtud que impide
que en momentos de contrariedad nos dejemos vencer por la tristeza.
Siempre
que se presenta la depresión, ella tiene una causa que la ha producido.
Aunque no
logremos conocer Cuál es la causa que produjo la depresión, esa causa siempre
existe.
Los especialistas
en enfermedades nerviosas afirman que aún en individuos muy inclinados a la
tristeza y a la melancolía, siempre se presenta la depresión, ella se debe a un
agente agresivo que la hizo aparecer y la desencadenó. Agente desencadenador de
la depresión puede estar dentro de nosotros mismos: enfermedad corporal o
nerviosa, recuerdos amargos, Opuestos por el futuro, o disgusto por el
presente; y puede provenir también de afuera: de personas o cosas o
acontecimientos que nos producen disgusto.
Muchísimas
de nuestras depresiones se deben a una reacción que sentimos frente a una
agresión que nos hacen, a un rechazo o desprecio, o a una humillación. Hay
innumerables depresiones cuya causa es la desilusión que se ha sufrido.
Y nuestra
más frecuente respuesta ante estas agresiones es la ira, Ella lleva encadena
directamente hacia la depresión.
Hay
gentes muy deprimidas que exclaman: "No, yo no soy persona iracunda ni mal
geniuda. A mí la depresión que le busquen otra causa, porque la ira no lo es de
ninguna manera". Pero se dedica uno a examinar detenidamente todos los
pasos que su mente fue dando antes de llegar a la depresión, y saca como
conclusión que sí fue la ira, el disgusto por algo, lo que le llevó a
deprimirse.
Un médico
de fama internacional llegó a afirmar lo siguiente: "La depresión siempre
y en todas partes, incluye la era entre las causas que la provocaron. Ya sea
una ira manifiesta o una oculta, consciente o inconsciente. Ya sea que quién la
padece se haya dado cuenta que, si sintió ira, o ya sea que le parezca que no
llegó airarse".
La ira va
dirigida contra la causa que provoca el disgusto Qué se siente. Puede sentirse ira contra
la mala salud que se tiene, o contra la situación económica crítica que se está
padeciendo o contra los hechos lamentables que han sucedido, por ejemplo: un
accidente, un desastre, una muerte inesperada o sentidísima, un fracaso
espiritual o material, etc. Y muy generalmente la ira se siente contra la
persona que nos ha producido desilusión. Contra quién debería amarnos y no nos
demuestra amor; contra quién debería demostrarnos admiración Y aprecio, y en
cambio nos demuestra desprecio y olvido. Contra quién quiere nuestro amor
propio. Contra quién nos hizo graves daños en lo material o en lo espiritual.
La raíz de toda depresión hay una dosis de ira, contra algo o contra alguien.
Hay seres
espantosamente deprimidos durante toda su vida porque en su niñez fueron brutal
e injustamente tratados por sus padres o por los que estaban encargados de
criarlos. Y esa ira y disgusto que hay en su interior o en su subconsciente
contra tales injusticias y malos tratos, les produce continua de presión. Por
eso hoy en esta boga en todos los países "la sanación de los
recuerdos" que consiste en ir repasando todos los recuerdos tristes de
nuestra infancia y de nuestra vida pasada y en cada caso tratar de dar un total
perdón a quién nos produjo esa ofensa, y escuchar esa agresividad de ellos,
atribuyendo Lamas a debilidad e ignorancia que ama la voluntad. Esto aleja
mucho la depresión (más adelante esperamos explicar bien claramente Cómo se
hace "la sanación de los recuerdos").
En todo
ser humano hay dos emociones sumamente fuertes: el amor y la ira.
El amor bien llevado puede conseguir efectos muy saludables para el espíritu.
Pero la ira es una emoción sumamente dañosa para el alma y para el cuerpo. Es
una emoción verdaderamente destructora y es difícil encontrar en el ser humano
una emoción que le sea más perjudicial y cuyos efectos sean más negativos.
Con razón
el amable San Francisco de sales andaba repitiendo: "preferible que digan
de nosotros que no nos airamos nunca y que no digan que no nos airamos Con
razón"
La ira es
un mecanismo de defensa contra la agresión. Cuando nos sentimos agredidos por desprecio,
el rechazo, la injuria, por el trato injusto, la ira tiende automáticamente a
estallar, ella provoca inmediatamente un deseo de atacar, de lastimar, de
destruir y de hacerle mal al injusto atacante. Un ataque de ira puede producir
una depresión tan violenta que lleva aún hasta la muerte.
La hija
de Stalin contaba que cuando su padre, el terrorífico dictador de Rusia, que no
admitía jamás discusiones a sus órdenes, les voy a decir a sus colaboradores
políticos que lo visitaban, que en adelante él ya no sería el jefe y que tenían
junto a la sala todo un batallón de guardias que los apoyaban, sintió tal
ataque de ira, qué se le reventó una pequeña vena del cerebro y cayó al suelo.
Poco después murió. La depresión había sido totales fatal. Y todo a causa de la
ira.