Érase una vez que un monje hindú encontró en sus viajes una piedra preciosa y la guardo. Un día, se topó con un viajero y, cuando iba a abrir su mochila para compartir sus provisiones con él, El viajero vió la joya y le pidió al monje que se la diera. El monje accedió inmediatamente a dársela.
El viajero siguió su camino contentísimo con el inesperado regalo de una piedra preciosa que le daría salud y seguridad por el resto de su vida.
Pocos días después, sin embargo, El viajero le devolvió su regalo al monje y le rogaba: "ahora Dame algo mucho más precioso que esta piedra. Dame lo que te permite a ti dármela".
Miles O'Brien Riley
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