martes, 29 de mayo de 2018

El Problema Mental Del Problema


EL DESEO INTENSO Y LA ANSIEDAD

El problema inmediato de un problema es el problema en sí. Enseguida se piensa en resolverlo, como? Meditando si contiene cosas que no se pueden cambiar y observando sí contiene cosas que sí se pueden cambiar. Sí es lo primero, el mejor camino es la aceptación plena de la situación existente mediante una Serena resignación. Si las cosas motivo del problema si se pueden cambiar, Entonces se hace un proyecto para su resolución y una vez aceptado el mejor camino en lo personal, se inicia la acción inmediatamente surgen el deseo intenso y la ansiedad.

Cuando éstos dos sentimientos no se controlan debidamente, viene el sufrimiento. La mejor forma de controlar el deseo intenso, es la esperanza, esperar pacientemente y actuar en consecuencia, o sea, con paciencia, con la seguridad que dan la calma y la paz del corazón, con decisión, pero una decisión sana, recta, bien encauzada y fortalecida con una razón plena.

La otra situación causa del sufrimiento, es la ansiedad. Esta ansiedad, proviene del deseo de solucionar cuanto antes el problema en cuestión, Pero si arrastrado por la ansiedad se procede con ligereza, es imposible eliminar el sufrimiento. El sufrimiento por la ansiedad puede eliminarse mediante la pasividad en el pensamiento y en la acción.

Pensar despacio suavecito, calmadamente, Cómo se ve la tierra sembrada en la campiña. Accionar despacio, sin prisas, serenamente, caminar moderadamente, ya que bien se sabe, qué Hay más tiempo que vida. El tiempo es infinito, la vida es corta y ya que es corta, no hay que vivirla con sobresalto, ni como un corredor de autos en la pista de Indianápolis. Despacito, Acaso no se es un átomo dentro del vasto mundo? Acaso el mundo no es algo dentro del inmenso espacio? El silencio es un arma poderosa contra la ansiedad, hablar poco, discutir menos, criticar nada, visitar el cine, preferir lo cómico, frecuentar el trato con la gente alegre. El "comer gente" el habitual la mentira también causan ansiedad. Aquí cabe recordar el adagio: "no hables mal de los muertos Y de quién no puede responder, porque es venganza de cobardes la de las palabras". La ansiedad mal dirigida conduce a la ira, y la ira al fracaso, y el fracaso al problema y... Vuelta al problema!. Ya no queda más que la canción del barco chiquito; "volvemos a empezar..."

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