El otro día hablaba del chisme y de cómo dañamos la imagen de los demás sin ninguna necesidad.
Creo que tenemos que ser muy cuidadosos frente al chisme.
Todos merecen tener un buen nombre y no hay derecho a que nosotros lo mancillemos por cualquier malentendido.
Te propongo estos criterios:
1.- No puedes dar crédito a todo lo que escuchas. No todo lo que la gente dice es verdad. Un ejemplo claro lo tenemos con las “falsas noticias” que en estos días abundan en las redes sociales, muchos las repiten como loros y quedan muy mal. Siempre hay que tener la certeza de que lo que me dijeron es verdadero.
2.- Tener claro si eso nos importa o no. No todo lo que dicen nos afecta o tiene un impacto en nuestra vida. No podemos meternos en todo ni debemos opinar de todo.
3.- ¿Qué intención tiene la persona que me está contando esa situación? En algunos momentos basta con ver la intención de hacerle daño a la otra persona para no escucharla.
4.- No se puede asumir una posición irresponsable; la dignidad del ser humano es muy valiosa y no se puede pisotear. Creo que lo más importante es no repetir lo que se escucha, no darle cabida al chisme en nuestras relaciones interpersonales. Y si es necesario “frentear” a las personas, que le digan eso a la persona que corresponde, que digan en voz alta lo que están comentando en voz baja. No se puede patrocinar comportamientos que destruyen a los hermanos.
TAREA DEL DÍA:
Evita hablar con odio y resentimiento de la gente; menos en público. No acabes con la dignidad de nadie.
P. Alberto José Linero
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