viernes, 21 de julio de 2017

Como Alejar la Depresión: Capitulo VII - LA IRA Y LA DEPRESIÓN (Parte 4)

LOS CINCO REMEDIOS DE DIOS

1. Convencerse de que la ira es un pecado. Algo que no nos conviene de ninguna manera. Y qué es curable. La gente tiende a excusarse diciendo: "Yo soy así, Genio y figura hasta la sepultura". Mi padre era un continuo malgeniado en mi madre murió de úlcera a causa de sus continuas irás... En mi tierra todos sufrimos de mal genio... Donde yo nací no preguntan: "¿De qué mal murió?" Sino "¿De cuántos balazos lo mataron?". ¡A los de mi región parece que los bautizaron a todos con “ácido sulfúrico”, porque ¡estallan por cualquier cosa! He oído afirmar que los volcanes estallan cuando se les hace alguna ofensa. Si yo fuera un volcán no dejaría pasar ningún día sin producir una violenta erupción y un terremoto, etc.

Estos son disculpas muy explicables y que en parte aminora nuestra responsabilidad de malgeniados, pero de ninguna manera nos liberan de nuestra graves responsabilidad de tratar de corregir unos de la malísima costumbre de airarnos. El amabilísimo San Juan Bosco afirmaba: "decir yo soy así, yo soy incorregible, es una blasfemia! Es una blasfemia" es una blasfemia o frase ofensiva contra la bondad y el poder de Dios. "O Es que para Dios puede haber algo que no sea imposible de corregir y enmendar?". Y el santo más amable que ha existido después de Jesucristo, San Francisco de sales, San Francisco de sales andaba repitiendo: "no hay terreno tan árido y tan desagradecido, que si se le riega y se le abona y se le cuida bien, no pueda convertirse en un hermoso jardín. No hay temperamento tan violento e inclinado al aire que, si se le ayuda con frecuente oración, con examen de conciencia diario, un propósito firme de enmienda y con buenas lecturas, no puedo llegar a convertirse en un carácter amable y simpático. Lo digo por mi experiencia de muchos años".

No tratemos de tapar el sol con las manos. No tratemos de tapar el sol con las manos no queremos decir que vivirá airándose y llenándose de rabia y de disgusto por cualquier cosa no es pecado ni es malo. Sí lo es, gusanos o no nos guste esta afirmación. Guste nos o no nos guste esta afirmación y así como él decirle a un alcohólico: "El beber no es pecado y el dedicarse a bebidas alcohólicas no es nada malo ni dañoso", sería un error garrafal que el hundiría irremediablemente en el Abismo de sus borracheras, así él pretender que el vivir de mal genio y llenándose de ira por todo, no es pecado si no sólo debilidad de carácter. No es pecado si no sólo debilidad de carácter eso sería darle certificado de buena conducta al más bestial de los enemigos de La Paz, la ira, el mal genio.

Solamente llamándole pecado, enemigo del alma, saboteador de la paz espiritual, etc. Lograremos ir sintiendo le asco y aversión al hábito de airarnos y de ponernos de mal genio. Sí según San Pablo los que se viven encolerizado y se la pasan rabiando, entristecer al Espíritu Santo no podemos ni imaginar entonces que la ira no es nada malo ni nada dañoso. Sí lo es, y tenemos que tenerle tanto miedo como el que le tendríamos a un perro rabioso que nos quisiera contagiar con la espumeante baba de su boca infectada. El aire contamina de depresión, y esta enfermedad no es nada bonito tener que soportarla. Para muchos, su Liberación puede ser acabar con la depresión. Pero la depresión no se irá nunca si no luchamos para que la vida nos siga viviendo en nuestra personalidad.

2. Confesar y reconocer ante Dios El pecado de la ira. Como cualquier otro pecado, la ira puede ser perdonada por Dios y curada por él, sí humildemente le pedimos perdón y le suplicamos su ayuda para combatirla y alejarla. San Juan decía: "si confesar amor sí reconocemos nuestros pecados, justo y fiel es Dios para perdonarnos las ofensas que le hemos hecho justo y fiel es Dios para perdonarnos las ofensas que le hemos hecho" y la sagrada Biblia añade otros tres pensamientos A cuál más de hermosos acerca de esto: "no te avergüences de confesar tus pecados y de pedir perdón por ellos". "A quien calla y trata de disimular y disculpar sus pecados no le irá bien, pero que no reconoce los aborrece y pide perdón y se esfuerza por evitar los obtendrá la misericordia de Dios". Confesar nuestros pecados y así seréis curados espiritualmente. Así que mientras más le pidamos a Dios que Perdona nuestros pecados de ir y mientras más lo sabe rascamos por ser algo que disgusta a la divinidad y hace mal a los seres humanos, más pronto y bien seremos curados por el señor de nuestra enfermedad espiritual de la ira. Con disculparnos no ganamos nada, pero con pedir perdón si vamos a obtener perdón y curación.

3. Pedirle insistentemente a Dios que alejé de nosotros La mala costumbre de dejarnos dominar por la ira. Jesús decía a sus discípulos: "Hay ciertos espíritus malos que no se pueden alejar sino con la oración".

EL CONSEJO DE UN ILUMINADO

Cuando yo era muy joven, en plenos 20 años, ante mis continuos estallidos de ira deseaba mucho saber algún remedio eficaz para lograr contener los ataques traidores de mi temperamento colérico. Y un día supe que llegaba de Italia un sacerdote que tenía el don de consejo (el cual es un regalo que el espíritu santo concede A quiénes le ruegan mucho, y consiste en que se les ocurre muy oportunamente lo que deben hacer y aconsejar se les ocurre muy oportunamente lo que deben hacer y aconsejar). Y me dijeron que lo que aquel sacerdote aconsejaba producía unos efectos admirables. Así que me acerqué a él a pedirle un remedio para calmar mi pasión de la ira. Él me escuchó con atención y solamente me dio este consejo: digo varias veces al día está pequeña oración: "Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo". Y si no deja de decirla bastantes veces, verdad que sí se cumplen también en su vida lo que Jesús prometió: "todo el que pide recibe". Cómo sabía que aquel consejo provenía de un hombre iluminado por Dios me propuse practicarlo a diario repetir la pequeña oración muchas veces cada día. Y el efecto no se hizo esperar. La primera respuesta que Cristo Jesús yo en mis pequeñas pero frecuente oración fue hasta llegar a mis manos el formidable libro "Cómo ganar amigos" de Carnegie, cuya lectura cambio y mejoró por completo Mi trato para con los demás. Luego el señor Dios en buena y bendita hora, hizo que alguien muy amable Me recomendaron leer a San Francisco de Sales, y esta lectura me enseñó a tenerme paciencia a mí mismo, recordándome que el prójimo más cercano que tengo y al que más paciencia debo tener es..., A mí mismo. Después logré leer "La magia de pensar en grande" de Swartz, "El poder del pensamiento Tenaz" de Pealé y las obras de og mandino y un médico que me aconsejó hacer mucho ejercicio físico. Y le doy gracias al Señor porque mi capacidad de vencer y alejar la ira ha ido llegando a unos grados que jamás en mi juventud me imaginé que lograría conseguir. No es que la ira no me llegue. No. Ella siempre llegará a toda persona en todas las épocas de la vida, pero yo puedo repetir las palabras del Gran apóstol de los negros Luther King: "la ira llamó a mi puerta. La fe salió a recibirla, y la ira salió huyendo". Bendito sea el buen Dios por haberme escuchado las pequeñas oraciones que le dirigí pidiéndole su ayuda para lograr dominar la pasión de la ira. En verdad que sí es cierto que todo el que pide recibe.

El apóstol San Juan en su primera carta Afirma: "Esta es la confianza que tenemos en Dios: que, si le pedimos algo que sea según su voluntad, él nos escucha, y si no se escucha podemos estar seguros de que nuestra petición será bien atendida". ¿Y qué le podemos pedir que sea más seguro que la voluntad de Dios, que la gracia de no dejarnos vencer por la ira que entristece el espíritu santo y llena de amargura es nuestra vida y la de los demás?

4. Darle Gracias a Dios por sus innumerables beneficios. Cuando alguien a quien dominan los pensamientos de ira, de disgusto y de tristeza va a consultar acto al Dr. Blanton, psicólogo de fama universal, este gran sabio lo primero que hace es decirle: "por favor: escribe en una hoja de papel 10 cosas por las cuales usted desea darle gracias a Dios". La segunda consulta el famoso psicólogo que vuelve a pedir: "escriba otras 10 cosas por las cuales usted desea darle gracias al buen Dios". Y así a la tercera y cuarta consulta. Estoy casi seguro de que en la quinta vez que venga a su consultorio (si es que viene, Porque cuando uno está curado ya no va a consultar al médico) el paciente ya no le dice que lo dominan pensamientos de tristeza, de pesimismo y de depresión, sino que le confesará con entusiasmo que se siente muy contento al pensar y lo increíblemente poderoso que Dios se ha mostrado con él. Antes era triste porque no recordaba ni agradecía los favores del Señor.

5. Repetir la misma fórmula muchas veces. Aunque mil veces nos trata de llevar la depresión, 1000 veces volver a repetir la misma fórmula. 1. Reconocer que la vida es un pecado que nos hace daño. 2. Pedirle a Dios que nos quite la ira y nos conceda un buen genio. 3. Recordar los favores que Dios nos ha concedido y darle gracias.

Un hombre sumamente inclinado a la depresión y la tristeza nos decía: "me propuse repetir esta fórmula Y aunque seguís siendo tan irascible, por cada diez veces que antes me llenabas de presión y de mal genio, lo veré pronto me verás más de 7 veces me fui disminuyendo el número de mis actos de ira, y ahora casi todo decir que mi costumbre de vivir deprimido y de mal genio es una enfermedad que pertenece al pasado y no al presente de mi vida".


Una vez después de una charla acerca de lo dañosa que es la ira, se me acerco un señor y me dijo: "posible que un hombre que ha sido malgeniada durante 50 años logré volverse de bueno genio y alegre?". -Le respondí: -"eso es cuestión de esfuerzo y de tener fe en Dios. El señor ha dicho en la sagrada Biblia: "todo es posible para el que tiene fe. Nada es imposible para el que cree". Trate de practicar lo que aquí lo recomiendo si tengo una gran fe en Dios y verá resultados admirables". 3 años después, finalizar otra conferencia se me acerco aquel mismo hombre y me dijo: "tengo que contarle que con el esfuerzo por practicar los consejos que usted recomienda para alejar la ira y la evitar la depresión y con una gran fe en el inmenso poder de Dios, Y lograr lo mejor de mi vida la ira y el mal genio de una manera que jamás había imaginado. Y si quieres saber qué tanto es lo que ha mejorado mi carácter, Puedes preguntarle a mi esposa". Enseguida se me acerco la señora y me dijo Llena de alegría: "yo no tengo cómo agradecer al buen Dios que por medio de Sus consejos para vencer la depresión y por medio de nuestra oración llena de fe, alejado de mi marido su imagen y su tristeza de un modo que a veces nos parece que sea solamente un alegre sueño".