viernes, 4 de enero de 2019

44 Preguntas Acerca de "Alcohólicos Anónimos" (Parte 1)

ALCOHOLICOS ANONIMOS ® es una comunidad de hombres y mujeres que comparten
su mutua experiencia, fortaleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar
a otros a recuperarse del alcoholismo.
• El único requisito para ser miembro de A.A. es el deseo de dejar la bebida. Para ser miembro de A.A. no se pagan honorarios ni cuotas; nos mantenemos con nuestras propias contribuciones.
• A.A. no está afiliada a ninguna secta, religión, partido político, organización o institución alguna; no desea intervenir en controversias; no respalda ni se opone a ninguna causa.
• Nuestro objetivo primordial es mantenernos sobrios y ayudar a otros alcohólicos a alcanzar el estado de sobriedad.

Preguntas y Respuestas Acerca de Alcohólicos Anónimos
Probablemente, varios millones de personas han oído hablar o han leído acerca de Alcohólicos Anónimos, desde su iniciación en 1935. Algunos conocen más o menos su programa de recuperación del alcoholismo, que ha ayudado a más de 2,000,000 de bebedores problema. Otros tienen solamente una vaga idea de que A.A. es una asociación que de un modo u otro ayuda a los borrachos a dejar de beber.

Este folleto fue proyectado para quienes están interesados en A.A. para sí mismos, para un amigo o pariente o simplemente porque desean estar mejor informados acerca de esta comunidad poco común. En las páginas siguientes se incluyen las respuestas a muchas de las preguntas específicas que se han hecho en el pasado sobre A.A. Dichas respuestas vienen a formar la historia de esta sociedad más o menos definida de hombres y mujeres que comparten entre sí un gran interés: El deseo de mantenerse sobrios y de socorrer a otros alcohólicos que buscan ayuda para su problema con la bebida.

Los millares de hombres y mujeres que han ingresado a la sociedad de A.A. en los últimos años no son misioneros altruistas. Su empeño y voluntad para ayudar a otros alcohólicos, puede más bien calificarse de interés propio bien entendido. Los miembros de A.A. se dan cuenta de que su propia sobriedad depende en gran parte del contacto continuo con otros alcohólicos.

Después de leer este folleto, puede que usted tenga algunas preguntas que no hayan sido contestadas completamente. Si en su localidad hay un grupo de A.A., sus miembros tendrán mucho gusto en darle información adicional. En caso de no existir un grupo de A.A. cercano a su localidad, no vacile en escribir directamente a: Box 459, Grand Central Station, New York, NY 10163, U.S.A., con la seguridad de que no divulgaremos su nombre.

El Alcoholismo y los Alcohólicos

No hace mucho que el alcoholismo era considerado como problema moral. Hoy en día muchos lo consideran primordialmente como un problema de salud. Para el mismo bebedor problema el alcoholismo seguirá siendo siempre un asunto intensamente personal. El alcohólico que se dirige a A.A., a menudo hace preguntas que se refieren a su propio caso, a sus temores y a sus experiencias de mejorar su vida.


¿Qué es el alcoholismo?

Hay diversas y muy distintas interpretaciones del alcoholismo.

La explicación que parece más sensata a la mayoría de los miembros de A.A. es que el alcoholismo es una enfermedad, una enfermedad progresiva que no puede curarse pero que, al igual que muchas otras enfermedades, puede contenerse. Yendo aún más allá, muchos de los A.A. opinan que esa enfermedad es la combinación de una alergia física al alcohol y una obsesión por la bebida, sin tener en cuenta sus consecuencias, y que es imposible contenerla con sólo la fuerza de voluntad.

Antes de haber sentido la influencia de A.A., muchos alcohólicos que no pueden dejar de beber se consideran moralmente débiles o, en algunos casos, se sienten víctimas de algún desequilibrio mental. A.A. cree que los alcohólicos son más bien enfermos que pueden mejorar de su dolencia siguiendo un programa sencillo y que ha resultado eficaz para más de un millón de hombres y mujeres.

Una vez que el alcoholismo se ha apoderado de un individuo, no puede decirse que la víctima esté cometiendo una falta moral. En ese estado, el alcohólico no puede valerse de su fuerza de voluntad, porque ya ha perdido la facultad de decidir si usa el alcohol o si se abstiene de él. Lo importante, entonces, es hacerle frente a la enfermedad y valerse de la ayuda que se le brinda para combatirla. Debe además existir el deseo sincero de recuperarse. La experiencia ha demostrado que el programa de A.A. resulta eficaz para cualquier alcohólico que tenga sinceros deseos de dejar la bebida; generalmente no produce resultados para el hombre o mujer que no esté absolutamente seguro de querer dejar el alcohol.


¿Cómo puedo saber si soy verdaderamente alcohólico?

Sólo usted puede tomar esta decisión. A muchos de los actuales miembros de A.A. les habían dicho que ellos no eran alcohólicos, que sólo necesitaban más fuerza de voluntad, un cambio de ambiente, más descanso o algunas distracciones nuevas para recuperarse. Finalmente se dirigieron a A.A. porque sentían sinceramente que el alcohol los había derrotado y que estaban dispuestos a probar cualquier cosa que los librara del incontrolable deseo de beber.

Algunos de esos hombres y mujeres sufrieron terribles experiencias a causa del alcohol antes de estar dispuestos a admitir que el alcohol no les convenía. Se volvieron negligentes, robaron, mintieron, estafaron, y hasta mataron en medio de sus borracheras. Abusaron de sus patrones y de sus propias familias. Perdieron toda noción de responsabilidad en sus relaciones sociales. Malgastaron su caudal material, mental y espiritual.

Otros muchos que tuvieron experiencias menos trágicas también se dirigieron a A.A.

No estuvieron nunca presos ni hospitalizados. Sus excesos en la bebida habían sido notados apenas por los miembros de la familia y por los amigos más cercanos. Pero sabían lo suficiente acerca de la bebida para reconocer los síntomas del alcoholismo y saber que se trataba de una enfermedad progresiva. No deseaban participar en esa clase de progreso.

Entre los A.A. se dice que no hay tal cosa como ser un alcohólico a medias, y sólo el individuo mismo puede decir si para él el alcohol se ha convertido en un problema incontrolable.

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