miércoles, 6 de marzo de 2019

Iniciando La Cuaresma

Muchas veces he compartido con ustedes acerca de la oración. 
Sobre todo, he compartido sobre las veces en las que sentimos que Dios no nos escucha, en los que sentimos que perdemos el tiempo haciendo oración. 

Hoy quiero que reflexionemos en torno a dejar a un lado esas posiciones mágicas sobre la oración. 

Si de algo estoy seguro es que Dios no nos quiere postrados todo el día frente a Él pidiéndole que las cosas se solucionen, sino que Él quiere que seamos capaces de afrontar la vida y que salgamos a luchar por alcanzar lo que necesitamos. 

No podemos convertir la oración en un espacio en el que solo esperamos respuestas extraordinarias. 

Y, cuidado, tampoco asumamos posiciones fanáticas sobre orar un billón de veces parados de cabeza, reenviando cadenas por whatsApp, a cierta hora, con cierta oración mágica levanta muertos… 

Cuidado con eso, Dios no es mago. Cuando somos capaces de entender que la obra de Dios en nuestra vida está en la capacidad de lucha que tenemos, en la fuerza que nos ha regalado, entonces entendemos que la vida espiritual no es solo oración, sino que hay una parte importante que no podemos pasar por alto, la acción. 

Hay que aprender a trabajar, hay que entender que del cielo no cae nada, que no podemos pasar el resto de la vida esperando a que sucedan las cosas, que tenemos que hacer que sucedan. 

Te invito a que reflexiones en torno a eso, a que seas capaz de entender que Dios te quiere ver orando, pero también actuando. 

Que durante esta época de Cuaresma te propongas ser más orante, pero también más luchador, ora y actúa; clama a Dios, pero también trabaja por cambiar lo que debas cambiar o tomar las decisiones que te ayudarán a superar tus obstáculos. 

Llénate de esperanza en que sí puedes salir adelante.

TAREA DEL DÍA: 
Trabaja y esfuérzate por luchar con la fuerza que Dios te da. Apóyate en la oración

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