Tienes que saber relacionarte con los demás, tienes que saber construir unas relaciones basadas en la bondad, en el servicio, en la amabilidad y en el respeto. Entonces, debes trabajar para ver cómo logras ser una persona que convive sanamente con los demás.
Ahora, no te quejes de lo que tú mismo ocasionas, ya que, si eres una persona con la que uno no se puede divertir, porque siempre está quejándose, hace sufrir, llorar y padecer, te aseguro que nadie va a querer encontrarse o vivir contigo.
Todos queremos estar al lado de seres humanos que nos hagan sentir su amor, que sean cordiales al dialogar, que sean serviciales y, sobre todo, que nos aporten en el proceso de crecimiento.
Otra opción es tomar la decisión de quedarse solos, porque las personas que nos acompañan no nos están haciendo crecer, y preferimos “estar solos que mal acompañados”, también eso es posible y tenemos que ser bien conscientes a la hora de tomar esa decisión. La soledad no es mala ni es una desgracia, es una experiencia que tenemos que aprender a vivir.
En ella también podemos aprender mucho porque podemos interiorizar y reflexionar con total libertad y claridad; en ella podemos ser tal cual somos, sin tener que asumir ninguna pose por tratar de agradar a alguno. Tan cierto que cuando tenemos espacios de soledad los aprovechamos mucho y en los cuales nos sentimos muy bien, porque nos preparan para seguir viviendo.
TAREA DEL DIA: Analiza tu comportamiento y date cuenta si has ocasionado tu soledad. Busca pequeños espacios de soledad para interiorizar
TAREA DEL DIA: Analiza tu comportamiento y date cuenta si has ocasionado tu soledad. Busca pequeños espacios de soledad para interiorizar
Alberto Linero
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