jueves, 4 de mayo de 2017

Espera

Espera. Si no es tiempo, si el cambio no está claro, si la respuesta o la decisión no son consistentes, espera.

Podemos sentir una sensación de urgencia. Podemos querer resolver el asunto haciendo algo, lo que sea, ahora, pero esa acción no es la que mejor nos conviene.

Es difícil vivir con confusión o con problemas no resueltos. Es más fácil resolver las cosas. Pero tomar una decisión demasiado pronto, hacer algo antes de tiempo, significa que tal vez tengamos que volver atrás y hacerlo todo de nuevo.

Si no es tiempo, espera. Si el camino no está claro, no te precipites. Si la respuesta o la decisión parecen turbias, espera.

En esta nueva forma de vivir hay una Fuerza que guía. Nunca tenemos que movernos demasiado pronto ni movernos fuera de la armonía.

Esperar es una acción, una acción positiva, llena de fuerza. A menudo, esperar es una acción a la que Dios nos ha guiado, una acción que tiene tanto poder como la decisión, y más poder que una decisión urgente, forzada, a destiempo.

No tenemos por qué presionarnos insistiendo en saber o en hacer algo antes de tiempo. Cuando sea tiempo, lo sabremos. Llegaremos a este tiempo en forma natural y armoniosa. Tendremos paz y consistencia.

Nos sentiremos con un poder que no sentimos hoy. Lidia con el pánico, con la urgencia, con el miedo; no dejes que ellos te controlen o te dicten decisiones. Esperar no es fácil. No es divertido. Pero frecuentemente es necesario esperar para lograr lo que queremos. No es un tiempo muerto; no es tiempo desperdiciado. La respuesta vendrá. El poder vendrá. El tiempo llegará. Y será a tiempo.

Hoy esperaré si la espera es la acción que necesito para poder cuidarme a mí mismo. Sabré que estoy emprendiendo una acción positiva, llena de fuerza, esperando hasta que sea tiempo. Dios mío, ayúdame a dejar ir el miedo, la urgencia y el pánico. Ayúdame a aprender el arte de esperar hasta que sea tiempo. Ayúdame a conocer el tiempo.

El lenguaje del adiós de Melody Beattie