La mayoría de nosotros empezamos a hacer estas cosas por la necesidad de protegernos a nosotros mismos y de satisfacer nuestras necesidades.
Hicimos, sentimos y pensamos estas cosas para sobrevivir – emocional, mental y a veces físicamente-.
Tratamos de entender y de contender con nuestros complejos mundos de la mejor manera.
No siempre es fácil vivir con personas sanas y normales. Pero es particularmente difícil vivir con personas enfermas, atribuladas o perturbadas.
Es horrible tener que vivir con un alcohólico delirante. Muchos de nosotros nos las hemos tenido que ver con circunstancias indignantes, y estos esfuerzos han sido tan admirables como heroicos.
Hemos hecho lo mejor que hemos podido.
Sin embargo, estos recursos de autoprotección ya no nos resultan útiles.
En ocasiones, las cosas que hacemos para protegernos se vuelven contra nosotros y nos lastiman. Se vuelven autodestructivas.
Muchos codependientes apenas logran sobrevivir, y la mayoría no satisface sus necesidades.
Como consejero, Scott Egleston dice que la codependencia es una manera de satisfacer las necesidades que no satisface las necesidades. Hemos hecho cosas incorrectas por los motivos correctos.
¿Podremos cambiar?
¿Podremos cambiar?
¿Podremos aprender conductas más sanas?
No sé si se pueda enseñar la salud mental, emocional y espiritual, pero podemos ser inspirados y alentados.
Podemos aprender a hacer las cosas de otra manera.
Podemos cambiar.
Creo que la mayoría de la gente quiere estar sana y vivir sus vidas lo mejor posible.
Pero muchos de nosotros no sabemos que está bien hacer las cosas de otra manera.
Melody Beattie de su Libro El Lenguaje del Adiós