lunes, 31 de julio de 2017

Como Alejar la Depresión: Cap. VIII - La Autocompasión Y La Depresión (Parte 2)

EL CASO DE UNA MUJER SÚPER FLACA

Una mañana llegó una mujer a consultar al psicólogo. Jamás habíamos visto una mujer tan flaca y decaída. Más que un cuerpo humano parecía una radiografía. La gente decía que parecía un frasco de leche con cejas. Tan pálida estaba. En 6 meses había perdido 17 kilos. Sólo pesaba 40 kilos cuando debía pesar 60. Su Historia era muy triste, al oírla narrar sentía como verdaderas ganas de echarse a llorar. Esposo era un aviador de Estados Unidos hizo Dios no había derribado hacia 6 meses los comunistas de Vietnam del Norte, sanguinarios y feroces. Ninguna otra noticia se había vuelto a saber de él. ¿Estaba vivo? ¿Estaba muerto? Ella no le agrada apartar ningún día ni a ninguna hora esas dos preguntas de su mente: ¿está vivo? ¿Lo mataron? Sus hijos se colgaban de sus faldas y mirándola a los ojos le preguntaban día a día: "mamá, patitas para vivo?"

El psicólogo sintió un enorme deseo de darle su sentido pésame a esa Pobre mujer y decirle que la acompañaba en su inmenso dolor, Pero él sabía muy bien que las personas deprimidas ya se han tenido demasiadas lástimas Así mismo y que por eso mismo es que se les ha pegado la depresión, y en vez de ayudarla auto compadecerse más y más, lo que hay que hacer es ayudar a comprender que esa auto conmiseración que están sintiendo les está haciendo muchísimo mayor mal que bien.
Por eso el veterano psicólogo le preguntó: -"¿Ama usted, verdaderamente a su esposo? -"Ah, respondió ella-, mis hijos son, después de Dios, los más grandes amores de mi vida". -Bueno-, -siguió diciendo él-: "¿Y para su esposo y para sus hijos que es más conveniente, usted esté en paz y tranquila, o llena de angustias y muriéndose de nervios?". -Ah, doctor, -exclamó ella paseándose nerviosamente-es que me angustia me ha hecho perder todo control sobre mis pensamientos". "Bueno, bueno, siguió preguntando el psicólogo: ¿Usted que cree más seguro, que su esposo está vivo o está muerto? ¿Qué está haciendo bien tratado o que está siendo torturado?". "Pues..., Yo me inclino más a creer que él está vivo y que está haciendo bien tratado".

Y el consejo que recibió fue este: "en vez de dedicarse a auto compadecerse dediqué sea darle gracias a Dios porque lo más probable es que su esposo está vivo y está siendo bien tratado. El lugar de seguirse enflaqueciendo base de angustias, recupere su buen físico de base de pensamientos tranquilizadores, para que cuando él vuelva no encuentra a su esposa convertida en un carraman y un esqueleto, si no conservada, rebosante de lozanía y juventud. En caso de que su esposo estuviera muerto nada ganaría el conquistar Se pasará la vida lamentándose. ¿Y para qué llorar como muerto al que probablemente está vivo?"

Las circunstancias externas de aquella mujer no cambiaron. En meses no le llegaron noticias de su marido, pero se dedicó a orar por él y a dar gracias al Señor por todo lo que lo estaba cuidando Quiero recuperar su salud perdida, y a su hogar volvió la alegría y cuando los norvietnamitas le devolvieron a su marido la encontró Sana y contenta. Porque había desterrado lejos la autocompasión.

LA FÓRMULA DE LA DEPRESIÓN

Después de estudiar por más de 40 años a centenares iniciales de personas deprimidas hemos logrado sintetizar así la fórmula de la depresión = insulto, injuria o rechazo o desprecio, + ira + auto conmiseración = depresión.

Otros han hecho esta fórmula:

Suceso no deseado + resentimiento + auto conmiseración = depresión.

Esta segunda fórmula se cumple, por ejemplo, cuando una mujer siente que se está esperando un hijo y no deseaba tenerlo, o cuando a alguien se le muere un ser muy querido. Al suceso no deseado le sigue el resentimiento y la autocompasión y entre los tres fabrican la depresión. Al suceso no deseado le sigue el resentimiento y la autocompasión y entre los tres fabrican la depresión

La azafata melancólica
Un día Viajando en un avión al ver que la azafata, Aunque era muy hermosa, demostraba cierta tristeza en el rostro, me atreví a preguntarle: "tiene usted algún problema que le hace sufrir? Es que la veo como algo entristecida". -y ella me respondió: -"es que esta línea aérea es muy despreocupada y muy desconsiderada. Le ponen a uno un montón de oficio y no le ofrecen las debidas comodidades ni saben agradecerle lo que uno hace". Entonces, aunque con un poco de temor de aparecer sermoneador, me atreví a decirle: "si vives sintiendo se lastima hacia usted misma, se va a volver vieja antes de tiempo. Le puedo asegurar que nuestro país hay miles de jóvenes de ciudad que desearían con toda su alma poder hacer las labores que usted tiene que hacer. Yo le aconsejo que cada día piense en los aspectos positivos que tiene su oficio y no tanto en lo negativo y cansón. Y cuando tenga algo que sufrir No sé auto compadezcas sino más bien aprovecha para decirle al buen Dios que usted acepta lo que él permite que le suceda y que lo bendice una y mil veces por su trabajo, por sus sufrimientos y también por los éxitos que le tiene reservados para el futuro".

Cuando después de unos 3 meses volví a emplear aquella compañía aérea para viajar, a mitad de viaje Se me acercó la azafata, ahora con ojos brillantes de optimismo, y mientras me ofrecía la bandeja con sándwich y gaseosa, me dijo al oído: "siga diciendo a otros lo que me recomendó a mí el otro día. Mirar Lo bueno que hay en la vida y no lo malo y triste. Porque de sentirse uno lastima a sí mismo no se consigue sino aumentarse las penas y acabar con la salud". 

¿A qué clase de personas ataca la autocompasión?


La auto conmiseración no deja ninguna clase de persona sin atacarlas. He conocido intelectuales con brillantes doctorados y una inteligencia fuera de lo común, sonidos en la depresión por haber excedido a la desastrosa tentación de auto compadecerse. Y también gente sencilla y de poca instrucción ha llegado hasta los abismos más profundos y obscuros de la depresión porque cuando llegó el deseo de auto compadecerse, en vez de alejar tan espantosa costumbre se dejaron vencer por ella.