jueves, 6 de julio de 2017

El Control

El control es una ilusión. No funciona.

No podemos controlar el alcoholismo. 

No podemos controlar las conductas compulsivas de nadie: comer en exceso, una conducta sexual exagerada, la apuesta compulsiva, ni ninguna otra de sus conductas. 

No podemos (y no es asunto nuestro hacerlo) controlar las emociones, la mente o las elecciones de nadie. 

No podemos controlar el resultado de los eventos. 

No podemos controlar a la vida. Algunos de nosotros apenas podemos controlamos a nosotros mismos.

A fin de cuentas las personas hacen lo que quieren hacer. 

Se sienten como se quieren sentir (o como se están sintiendo); piensan lo que quieren pensar; hacen las cosas que creen que necesitan hacer; y cambiarán sólo cuando estén listos para cambiar. 

No importa si ellos no tienen la razón y nosotros sí. 

No importa que se estén lastimando a sí mismos.

 No importa que nosotros podríamos ayudarles si tan sólo nos escucharan y cooperaran con nosotros. 

¡NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA, NO IMPORTA!

No podemos cambiar a las personas. 

Cualquier intento de controlarlas es un engaño y una ilusión. 

Se resistirán a nuestros esfuerzos o redoblarán los suyos para probar que no podemos controlarlas. 

Podrán adaptarse temporalmente a nuestras demandas, pero cuando nos demos la vuelta regresarán a su estado natural. 
Y aún más, la gente nos castigara por obligarla a hacer algo que no quiere, o a ser como no quiere ser, 
Ningún control será suficiente para efectuar un cambio permanente o deseable en otra persona. 

A veces podremos hacer cosas que aumenten la probabilidad de que la gente quiera cambiar, pero ni aun eso podemos garantizar o controlar.

Y esa es la verdad. Es una desgracia. 

A veces es difícil de aceptar, especialmente si alguien a quien amas se lastima a sí mismo o a sí misma y a ti. Pero así es. 

La única persona a la que puedes o podrás hacer cambiar es a ti misma. La única persona que te atañe controlar eres tú misma.

Melody Beattie de su Libro Ya No seas Codependiente