lunes, 11 de diciembre de 2017

Como Alejar la Depresión: Cap. XV - Remedios Prácticos Para Combatir La Depresión (Parte 2)

2° CONFIAR EN EL ESPÍRITU SANTO

Hay un libro verdaderamente precioso, que si lo leemos nos va a llenar el cerebro de buenísimas ideas, y el corazón de las más Santas alegrías. Su título es "maravillas del Espíritu Santo". Ojalá lo lograremos conseguir y leer. Su lectura ocupa muy poco tiempo, pero el efecto saludable en nuestro espíritu perdurara por larga temporada.

San Pablo dijo que en uno de los principales efectos o frutos que el divino espíritu trae a el alma de quien lo recibe es una gran alegría y mucha paz. Y esto lo comprueban los que lo invocan y tratan de no entristecerlo cuando mora en su alma. El espíritu santo llena el alma de un santo gozo, y una sana alegría, no un gozo egoísta y orgulloso por haber obtenido triunfos humanos y materialistas, sino una íntima alegría por sentirnos amados y protegidos por Dios, destinados por el a los más atrayentes y Gloriosos destinos eternos. Y una admirable Paz. Pero la paz No significa ausencia de dificultades sino una tranquila serenidad del corazón, proveniente de una gran confianza en Dios aquí en el Espíritu Santo nos hace considerar como nuestro padre y como nuestro más cariñoso amigo y defensor.

Y hay otra cualidad que, según San Pablo, el espíritu santo regala a los que los reciben: "la paciencia". Esa es una virtud que no permite que nos dejemos dominar por la tristeza a causa de lo desagradable que nos sucede. Es un No dejarse llevar por la ira, un saber soportar los defectos de los demás y las incomodidades de la vida diaria, y un sabroso portarse también así mismo con todas las limitaciones y fallas involuntarias.

Es un aceptarlo desagradable que Dios permite que no suceda cada día. Es un saber aguardar a que las cosas se solucionen, pero poco a poco y no con la velocidad que pide nuestra impaciencia. La virtud de la paciencia es irreconciliable con la depresión, y cuando la una llega, la otra se va. Así que, si el espíritu santo nos regala una gran paciencia, automáticamente nuestra depresión tendrá que poner pies en polvorosa e irse a buscar alojamiento en alguien que no posea el divino espíritu.

Tenemos que estar siempre muy agradecidos con el espíritu santo a causa de los enormes regalos que nos vive obsequiando, y sobre todo porque está siempre dispuesto a llenarnos de alegría, de paz y de paciencia. Esto lo afirma la sagrada Biblia, y, por tanto, no puede jamás dejar de cumplirse. Ahora Lo importante es que nos esforcemos por no entristecer al Espíritu Divino con nuestros pecados, porque dice el libro sagrado que lo podemos entristecer.


¿Pido al espíritu santo con cierta frecuencia que me conceda la virtud de la paciencia y una gran alegría? ¿De veras pido alegría? ¿Cuántas veces? ¿Cada cuánto? ¿En esta semana Cuántas veces he pedido a Dios que me conceda paciencia y buen genio?

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