3°PERDONAR
A TODOS Y SIEMPRE
Cuenta el
evangelio que San Pedro le preguntó a Jesús si a una persona se le podía
perdonar sus ofensas hasta 7 veces y Jesús le respondió que no hay que
contentarse con perdonar 7 veces, sino que hay que perdonar 70 veces 7 a quién
nos trate mal. O sea, siempre y a todos. Añadió Jesús la parábola del empleado
aquel que le debía al jefe del estado 60 millones de denarios, y cuando iba a
ser vendido como esclavo pidió Perdón al jefe y estuvo ser perdonado De toda
aquella inmensa deuda, pero al salir del palacio se encontró con un hombrecillo
que le debía 100 denarios y agarrándolo por el cuello le gritó: "págame lo
que me debes", y el otro le suplicaba diciéndole: "ten paciencia por
unos días más y cuando me pagan quincena Te pagaré", pero el otro no le
quiso dar más plazo y lo mandó echar a la cárcel. Entonces los otros empleados
le contaron aterrados al jefe del Estado lo que había hecho este hombre, y el
jefe lo mandó llamar y le dijo: "hombre malo, con que yo le perdone a
usted 60 millones de denarios y usted no quiso perdonar al otro ni siquiera 100
denarios? Pues usted mismo se decretó su condena. Ya no le perdonó nada".
Y mandó que le decretaran cadena perpetua... Y Jesús termina la parábola
diciendo: "así hará Dios con ustedes y cada uno no perdona De corazón a
los demás". Así que si deseamos ser perdonados por Dios tenemos que
perdonar a los que nos han ofendido. Y una manera muy práctica de demostrar que
sí los hemos perdonado es rezar para que el señor los bendiga, los ayude y los
proteja. Recordemos que es casi imposible odiar a la persona por la cual
rezamos y pedimos bendiciones de Dios. Perdonar es dar un gran paso para
recobrar la paz del alma y la alegría del espíritu.
4°
EMPLEAR EL MEJOR REMEDIO: LA FE
JESÚS
DECÍA: "según sea tu fe, así te suceda". Esto se sigue cumpliendo
siempre y en todas partes. No olvidemos que nuestros éxitos no dependen de
nuestras oportunidades ni de nuestra capacidad, sino de nuestra fe. Ya lo dijo
el libro de los proverbios: "lo que nos consigue éxitos es la bendición
de Dios. Nuestro afán no añade nada".
Si
nuestra fe es débil repitamos de muchas veces a Jesús lo que le decían los
apóstoles: "Señor, aumentamos la fe". Ya veremos que si nos concede
este gran Don.
5°
PIDAMOS PERDÓN Y DEMOS GRACIAS POR HABER SIDO PERDONADOS
TODOS
SOMOS PECADORES. No hay alguien en la tierra que no lo sea. Pero el libro Santo
dice: "un corazón arrepentido y humillado, Dios no lo desprecia".
Mas no nos contentamos con pedir cada día al buen Dios que nos perdone. Démosle
Gracias cada vez que podamos, por haberlos perdonado tan generosamente.
Cuando
Jesús perdonó a la pecadora arrepentida dijo esta impresionante frase: "al
que poco se le perdona, poco ama". Nosotros podemos repetir en cambio:
"a los que se nos ha perdonado mucho, nos obliga amar mucho al buen
Dios". Cuanto más reconozcámoslo mucho que hemos sido perdonados por la
misericordia divina, más y más amaremos a nuestro señor.
No
gastemos el tiempo en deprimirnos por haber pecado. Empleemos lo más bien en
dar gracias alegremente a Dios por habernos perdonado tantas veces.
6°
DEDIQUEMONOS A TRABAJOS ESPIRITUALES EN FAVOR DE OTROS
Una
señora me decía que pasaba los días deprimida y sin ganas de seguir viviendo. Le
pregunté Qué obras de apostolado hacía y me dijo que ninguna. Que sus ratos
libres los dedicaba a descansar y a... No hacer nada. Le insistí en que pocas
cosas hay que lleven tanto a la depresión como al pasar el tiempo sin hacer
nada. Y la invité a que viniera a ayudarnos en nuestra obra social, darles
charlas de religión y de Biblia y de relaciones humanas a los varios centenares
de señoras pobres que vienen a llevar los mercados que repartimos cada semana.
Aceptó y viene una hora cada tercer día a darles charlas alas sencillas y
pobres señoras de nuestro vecindario. Dios le ha concedido que sus palabras
sean bien aceptadas por las oyentes y ya ha conseguido arreglar varios
matrimonios desunidos, aumentar la paz en muchos hogares y llevar el fervor
religioso a gente que antes era muy fría en religión. Hace poco, después de una
de las charlas que le da gratuitamente a esta gente necesitada, le pregunté:
"sigues sufriendo ataques de depresión?" Y me respondió con una
alegre sonrisa: "ya no tengo tiempo para dedicarme a deprimirme y a Auto
compadecerme".
Pocas
labores hay que alejen tanto la depresión Cómo dedicarse a algún trabajo en
favor del bien espiritual de los demás. Esto trae muchas bendiciones de Dios, y
una de esas bendiciones es aquella que San Pablo anuncio: "el espíritu del
señor viene al alma y trae alegría, Paz, bondad y amor". Hagamos el
ensayo. Busquemos en nuestra parroquia alguna asociación que ayude a los
necesitados. Colaboremos allí y ahí la depresión saldrá corriendo con pasos
agigantados, y se alejará.
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