viernes, 12 de enero de 2018

Como Alejar la Depresión: APÉNDICE I

APÉNDICE I
DISTINCIONES ENTRE UN BUEN CARÁCTER Y UN MAL CARÁCTER

1. El buen carácter calla cuando debe callar, (Y eso no es ser débil). Calla y espera, cuando una imprudencia podrá echarlo Todo a perder. El contemporizador llega a ser dueño del mundo. No gastes tus energías luchando contra La tempestad sin necesidad, sino que aguarda un poco a que haya calma.

El mal carácter dice abiertamente todo lo que le disgusta: expone con aspereza sus opiniones y hace enojos a la vida a los demás. Se olvida de que la prudencia debe regir la vida de los demás y qué "el que dice todo lo que quiere, oír a también lo que no quiere".

2. El mal carácter es desabrido. Molesto para oírle contestar. Corta las sanas distracciones. Inexorable en la crítica. Destaca las menores faltas con Reproches amargos. Se irrita a la menor contrariedad. Tiene una ironía mordaz. "Cada palabra suya es como una puñalada" (disfraces de la sagrada Biblia, en el libro de los proverbios). Desconoce el placer de dar la razón al contrario y ser complaciente. Es brusco, rencoroso, susceptible. Su mal viene de adentro y produce una doble desdicha; para él y para los demás. Y se va quedando solo y abandonado. Una general oposición es la sanción A un mal carácter.

El buen carácter es alegre: suelta una serie de observaciones placenteras, Aunque la situación actual no sea la más agradable. Gusta del humor, del chiste oportuno. Sabe que lo que no se puede cambiar es mejor aceptarlo y seguir viviendo de la manera más feliz. No se dedica a pensar y pensar en un problema o disgusto que han llegado. Trata de solucionarlos, pero sin amargarse la vida por ello. Mantiene su pensamiento y su actitud lo más tranquilos y joviales posibles.

De la persona de buen carácter nunca se podrá decir lo que de su conyugue dicen algunas personas: "nunca jamás pronuncia una frase alegre".

Cuando una persona conoce que no es necesaria, ni importante, ni deseable, pierde la alegría de vivir. Por eso Quién posee su carácter llena su conversación de expresiones que demuestren a los que viven con él, que si se les aprecia y se les considera importantes.

3. El mal carácter es pesimista. Reduce de tal manera su personalidad que la conduce a la mayor esterilidad. El apostolado y la influencia de muchas personas se quedaron en la mediocridad a causa de la imagen tremendamente pequeña que se hicieron acerca de su propio yo.

Por su pesimismo, el mal carácter carece de ideales y no tiene poderosos sentimientos o deseos de triunfo. El pesimismo los priva de los estímulos que los podrían impulsar al efectuar grandes acciones y los vuelve perezosos, tímidos, agotan la vida en soñar y no se atreven a realizar lo que desean, por temor a los demás.

El buen carácter es optimista. Sabe que no está luchando solo. Sabes que todo el poder y la inmensa bondad de Dios le acompañan todos los días de su vida. Dice como San Pablo: "no luchó al azar como dando puñetazos al viento. Tengo una meta donde me espera el gran premio que Dios tiene destinado a todos los que se esfuerzan. Aunque las dificultades se me presenten tan numerosas y fuertes como un ejército en orden de batalla, nada temo, porque Dios está conmigo y ha prometido no faltar nunca al llamado de los que lo invocan con fe".

Mejor carácter: mejor vida. Para conquistar las personas hay que conquistar ante todo su corazón. Las cosas se solucionan o se complican según el bueno mal carácter de quién las dirige.

Por eso para una vida más feliz Es necesario tener un buen carácter. Para más éxitos: mejorar el carácter.

El físico nadie lo va a cambiar. Sí Nacimos eucaliptos nadie nos va a convertir en Sauces. Pero el espíritu si se logra cambiar. En el carácter se puede obrar el milagro que se efectúen los Llanos del Tolima y en los desiertos de Israel: con un regalito bien llevado Se volvieron fuentes de riqueza lo que antes eran valles de tristeza. El carácter con un poco de esfuerzo, nos puede producir inmensas ganancias de simpatía y triunfos en nuestra vida social.


Hagamos el ensayo. Ni siquiera imaginamos lo que ganaremos mejorando el carácter que tenemos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario