«Debido a nuestra incapacidad para aceptar las responsabilidades personales, nos creábamos nuestros propios problemas.»
Texto Básico, p. 15
Cuando nos negamos a asumir la responsabilidad de nuestra vida abandonamos todo nuestro poder personal. Debemos recordar que somos impotentes ante nuestra adicción, no ante nuestro comportamiento personal.
Muchos usábamos equivocadamente el concepto de impotencia para evitar tomar decisiones o para aferrarnos a cosas que habían quedado atrás. Alegábamos impotencia ante todas nuestras acciones.
Muchos usábamos equivocadamente el concepto de impotencia para evitar tomar decisiones o para aferrarnos a cosas que habían quedado atrás. Alegábamos impotencia ante todas nuestras acciones.
Culpábamos a otros de nuestras circunstancias en lugar de tomar medidas efectivas para cambiarlas. Si seguimos evitando la responsabilidad afirmando que somos «impotentes», nos disponemos a ir en busca de la misma desesperación e infelicidad de nuestra adicción activa. La posibilidad de pasar años en recuperación creyéndonos víctimas es muy real.
En vez de vivir la vida sin dar la cara, podemos aprender a tomar decisiones responsables y a correr riesgos. Quizás nos equivoquemos, pero podemos aprender de esos errores. Una elevada conciencia de nosotros mismos y una creciente buena voluntad para aceptar las responsabilidades personales nos brindan la libertad para cambiar, elegir y crecer.
En vez de vivir la vida sin dar la cara, podemos aprender a tomar decisiones responsables y a correr riesgos. Quizás nos equivoquemos, pero podemos aprender de esos errores. Una elevada conciencia de nosotros mismos y una creciente buena voluntad para aceptar las responsabilidades personales nos brindan la libertad para cambiar, elegir y crecer.
Sólo Por Hoy:
Mis sentimientos, acciones y decisiones son mías.
Seré responsable de ellos.
(Del libro de las reflexiones diarias "Solo Por Hoy" Copyright © 1995, NA World Services, Inc. All Rights Reserved)
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