Estamos acostumbrados a trabajar y trabajar para producir todo lo que queremos y necesitamos.
Nos inventamos nuevas necesidades que nos exigen producir mucho más y no nos dejan tiempo para la familia ni para aquello que es necesario para ser plenamente felices.
Muchos miran con sospecha a aquellos que sacan tiempo para no hacer nada, para descansar, para pensar en la vida y comprender qué decisiones debemos tomar.
Por eso, quiero insistir en que cuidar el cuerpo significa también saber descansar.
Hay que saber detenerse.
No se puede gastar la vida en sólo actividades de producción económica.
Momentos para divertirse, para pasar en familia, para contemplar lo maravilloso de la naturaleza son fundamentales para cuidarse.
Algunas veces me encuentro con amigos que tienen muchas comodidades pero no viven felices, porque no les queda tiempo para nada más que para trabajar.
Recuerdo a un compañero que me decía: “Algunos trabajan como caviar para vivir como sardinas, pero yo prefiero trabajar como sardina y vivir como caviar”.
Esto es, la calidad de la vida no depende de las posesiones que tenemos ni de los títulos que exhibimos, depende de la manera como gozamos a las personas que amamos, a los que están a nuestro lado y todo lo que somos capaces de crear.
No eres un esclavo de la producción y no debes dejar que nada te esclavice.
Muchas veces hay que decir “discúlpame, pero no”.
TAREA DEL DÍA: Saca tiempo para descansar. No tengas miedo de perder tiempo sanamente.
TAREA DEL DÍA: Saca tiempo para descansar. No tengas miedo de perder tiempo sanamente.
P. Alberto Linero
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