sábado, 27 de octubre de 2018

LA MUERTE DE MELISANDA

A la sombra, de los laureles 
Melisanda se está muriendo.

Se morirá su cuerpo leve. 
Enterrarán su dulce cuerpo.

Juntarán sus manos de nieve. 
Dejarán sus ojos abiertos

para que alumbren a Pelleas 
hasta después que se haya muerto.

A la sombra de los laureles 
Melisanda muere en silencio.

Por ella llorará la fuente 
un llanto trémulo y eterno.

Por ella orarán los cipreses 
arrodillados bajo el viento.

Habrá galope de corceles, 
lunarios ladridos de perros.

A la sombra de los laureles 
Melisanda se está muriendo.

Por ella el sol en el Castillo 
se apagará como un enfermo.

Por ella morirá Pelleas 
cuando la lleven al entierro.

Por ella vagará de noche, 
moribundo por los senderos.

Por ella pisará las rosas, 
perseguirá las mariposas 
y dormirá en los cementerios.

Por ella, por ella, por ella 
Pelleas, el príncipe, ha muerto


Pablo Neruda

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