lunes, 22 de abril de 2019

Hablar Con Otro


*Hablar con otro, es, ante todo, escuchar; y pocos saben escuchar puesto que pocos están vacíos de sí mismo y su y yo mete ruido.
"Pues, sí, señora, vea: lo mismo me ocurre a mí...". Mientras el otro hablaba, sólo pensaba en sí.

*No interrumpas al otro para hablar de ti. Déjalo que hable de él hasta que quiera. ¿Si te sientes tentado a hablar de ti, no será porque piensas en ti? Y si piensas en ti, no estás para el otro plenamente.

*Si hablas de ti, que sea en relación con el otro, para esclarecerle, tranquilizarlo, enriquecerlo; pero nunca para valorarte, eclipsar, desanimar, aplastar.

*Si el otro se calla en presencia tuya, respeta su silencio, después ayúdalo con dulzura a hablar. Pregunta por su vida, por sus preocupaciones, por sus deseos, por sus molestias, puesto que hablar con otro es también, con frecuencia, preguntar.

*Cuida que el otro no se despida sin haber dicho cuánto quería decir. Si dice: "lo hallé preocupado", indica que no estabas dispuesto. Si suspira: "no insistí, parecía ausente", es que estabas "en otra parte". ¿Volverá?

*Estás inquieto, preocupado por muchos cuidados y se presentará alguien que desea hablar contigo. Toma dulcemente tus molestias, tu mal humor, tu nerviosismo, tu obsesión y ofrecerlo todo al Señor. repítelo cuántas veces haga falta y quedarás pronto libre para escuchar, recibir, comunicar.


Michael Quoist

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