La recuperación requiere tiempo
¿Qué puede esperar usted cuando un ser querido, después de haber pasado años como bebedor problema, se une a A.A.?
No todos los bebedores problema que llegan a A.A. logran dejar de beber y entrar en una sobriedad cómoda y feliz con la misma facilidad y rapidez. Algunos tienen que ser hospitalizados y puede que aun al acabar su convalecencia se encuentren todavía temblando y poco seguros de sí mismos. Algunos — no acostumbrados a enfrentarse a sus problemas directamente — pueden sentirse abrumados por la responsabilidad. A algunos les atormentarán los remordimientos y la depresión. Otros pueden encontrarse tensos durante algún tiempo, y puede ser difícil vivir con ellos.
Aunque puede tenerse controlado el alcoholismo, casi siempre quedarán otros problemas menos graves por resolver. En su entusiasmo por la nueva vida, los alcohólicos pueden olvidar los sacrificios hechos por los que vivían con ellos en sus días de bebedores. Pueden lanzarse a una serie ininterrumpida de reuniones de A.A. y visitas para ayudar a otros alcohólicos, de manera que dispongan de poco tiempo para pasarlo con usted. Gozando de la recuperación de su salud, algunos pueden volver a su trabajo con nueva fuerza e interés. Otros pueden tener el deseo de reanudar sus estudios para alcanzar algún objetivo profesional, aplazado durante mucho tiempo.
A menudo, este interés ardiente en A.A., en su trabajo o en sus estudios parecerá tan egocéntrico como lo fue en su momento la bebida. Este período en que el alcohólico que se está recuperando muestra un interés en A.A. tan apasionado que desaparecen sus demás intereses y preocupaciones — a menudo se llama en A.A. “estar viviendo en una nube rosada.” Eventualmente pasará. Aunque está sobrio, el alcohólico sufre todavía de la misma enfermedad, y no se puede esperar que los alcohólicos que no beben cambien su excéntrica conducta de la noche a la mañana. Es posible que ciertas formas de pensar estén arraigadas en ellos. No obstante, con el tiempo, la mayoría de los miembros de A.A. logran una mayor estabilidad. El programa de A.A. no fue diseñado como un camino de fuga, sino como puente hacia una vida normal.
Durante sus días de bebedores, muchos alcohólicos agravaron sus problemas mezclando el licor con los sedantes, los tranquilizantes, la marihuana y otras drogas. Puede que se aferren a algunas de las viejas costumbres y sigan tomando píldoras o drogas aun después de dejar de beber. Puede ser prudente también recomendar al alcohólico buscar el consejo médico de un doctor familiarizado con los problemas especiales con los que los alcohólicos en recuperación tienen que enfrentarse. El tomar o dejar de tomar medicamentos sin la indicada orientación médica puede ser peligroso, y tanto lo uno como lo otro puede llevar al alcohólico a tomar el primer trago. (El folleto “El Miembro de A.A. — Los Medicamentos y Otras Drogas” discute el problema con detalle.)
Al haber logrado su sobriedad, los alcohólicos a veces sorprenden a sus seres queridos dando una gran importancia a un sentimiento de espiritualidad recién despierto en ellos. Pueden pasarse de la raya en este respecto. Generalmente, esta etapa no dura mucho, y a menudo se modera, convirtiéndose en una vida espiritual sana y satisfactoria
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