martes, 20 de agosto de 2019

Aprende a enojarte


Charlie Baileygates (Jim Carrey) es un agente de policía atento y amable; tal vez demasiado.es incapaz de expresar su enojo y lo reprime tanto que sólo a través de una segunda personalidad, es capaz de sacar sus frustraciones, pero con resultados desastrosos. Irene y yo y mi otro yo, lleva al extremo la idea de lo que pasa cuando reprimimos nuestro enojo.

Enojarse no es agradable,hace sentir mal tanto el que se enoja como el que recibe nuestra ira,puede resultar auto destructivo y llevarnos a actuar irracionalmente. Sin embargo como todas las emociones,tiene una razón de ser en intentar suprimir nuestro enojo, sólo nos hace más daño. En ocasiones, es necesario dejar no sentirlo e incluso, emplearlo para nuestro beneficio.

El enojo es una fuerza motivadora, nos llena de adrenalina y si sabemos que canalizarlo, nos puede ayudar a lograr cambios en nuestra vida. A diferencia de la tristeza, que nos deja sin ganas de hacer nada,el enojo implica acción y nos puede impulsar para frenar aquello que molesta.

Enojarse es también una herramienta para lograr negociaciones,al menos así lo señala un estudio realizado por la universidad de Amsterdam, pues enfatiza la necesidad de arreglar el problema y facilita la existencia de concesiones para llegar a un acuerdo; sin embargo,esto no significa que el enojar nos podemos esperar ganar cualquier discusión, el enojo puede estar justificado.

expresar nuestra molestia también puede mejorar nuestras relaciones pues hacemos a ver al otro que hay cosas que hay que reparar y podemos trabajar en ello. También ayuda a reducir la violencia,pues es mejor expresar como nos sentimos verbalmente.asimismo puede motivar un cambio interno Pues nos permite mayor auto comprensión y reflexión. Enojarse tiene beneficios, siempre y cuando sepamos Cómo manejarlo.

Cuando hablamos de manejar nuestro enojo, a menudo lo confundimos con esconderlo o reprimirlo,creemos que se trata de fingir que todo está bien; sin embargo, la forma más sana de lidiar con lo que sentimos, es hablarlo.

Debemos expresar nuestro enojo sin ser agresivos, siempre con respeto y recordando que levantar la voz, no nos hace tener la razón.

La ira fuera de control es destructiva tanto para los demás, como para nosotros mismos; en cambio,sí aprendemos a enojarnos de forma asertiva, nos beneficiaremos mucho más. así que la próxima vez que sientas hervir la sangre, respira, cuenta hasta diez y cuestionate: qué es lo que te molestó tanto? Una vez que lo tengas claro expresalo

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