UN GRAN
REMEDIO: LA TERAPIA ESPIRITUAL
Hay pocas
personas que poseen el suficiente vigor mental para dominar sus actitudes
negativas y producir siempre emociones positivas que llevan al cuerpo a un
normal funcionamiento. El número de estas personas es mínimo.
La mayor
parte de la gente necesitan ayuda externa para superar su inclinación a las
actitudes negativas, y para no ser esclavos de su debilidad mental.
Hay
millones de individuos que han tratado su depresión con medicamentos;
muchísimos han recibido la electroterapia, y son incontables los que hacen fila
para recibir psicoterapia de psiquiatras muy costosos. Pero una inmensa
multitud de esos pacientes reconocen que los resultados obtenidos han sido
negativos.
Para esas
personas Sólo queda un remedio: la terapia espiritual.
¿Cree
usted que un campeón mundial de boxeo subiría al ring a defender su título con
un ojo vendado por esparadrapos? Pero ese es gráficamente el espectáculo que se
presenta hoy en la lucha contra la depresión: los individuos se presentan al
combate con un ojo vendado: no han abierto los ojos para ver el enorme poder
que se encuentra en la vida espiritual. Y por presentarse en la batalla mirando
solamente con el ojo de lo material, son noqueado sin compasión por la
depresión, la ira, el temor y todos los demás copartidarios de la tristeza.
Hay un
vacío que complica mucho la victoria en este campo: es el vacío de Dios, de
vida espiritual. Hubo una vez un sabio famoso llamado Pascal, y el repetía:
"en el corazón de todo individuo hay un inmenso vacío; ese vacío ha sido
creado por Dios, y sólo Dios puede llenarlo". Es imposible que alguien
encuentre su paz y tranquilidad perfectamente si no se basa en principios y
espirituales.