TODOS
SOMOS NATURALMENTE ESPIRITUALES
Viaje a
usted Por cualquier sitio del mundo donde hay excavaciones de civilizaciones
muy antiguas. En todos encontrará que los principales edificios eran templos
para orar a la divinidad.? Es que todo ser humano tiene un instinto natural que
lo mueve a orar a Dios. Ese instinto se lo regaló el mismo creador.
Lea usted
las estadísticas de Rusia, hechos por el mismo gobierno comunista después de
haber durado 70 años tratando de hacer que los hubiera no se olvidarán que
existe Dios. ¿Qué decía en 1985? "De cada 10 niños que nacen en Moscú, 7
son bautizados". ¿Por qué? Es que el hombre es "incurablemente
religioso". En la escuela, en el colegio, en la universidad, en la
televisión, en la radio y prensa decían que Dios no existe, pero en su hogar y
en lo profundo de su alma se decía: "si existe Dios, y toda la creación
está proclamando su existencia".
Todo ser
humano experimenta en su cuerpo hambre y sed. En su espíritu una necesidad
especial de que sí exista Dios.
Aún los
más estrepitosos ateos sienten en ciertos momentos de su vida que sus protestas
que Dios no existe son de labios para afuera más que de su verdadero corazón.
El escritor Calibán narraba que, en su primer viaje en barco a Europa a
principios de este siglo, uno de los pasajeros declaraba, pavoneándose en el
muelle antes de subir al navío, que él era completamente ateo. Pero en pleno
viaje, en medio de la más pavorosa tempestad, cuando las olas tenían casi 100
metros de altura y jugaban con el barco como un muñequito, el antes incrédulo
se arrodillaba y gritaba: "Dios mío, sálvanos". Se le acercó entonces
Calibán y le preguntó: "pero usted lo decía en el puerto que era ateo?
-Sí, respondió el otro: - yo soy ateo, pero en Tierra Firme. En alta mar sí
creo en Dios". Afortunadamente, aún En estos casos se cumple La promesa
del bellísimo salmo 106: "clamaron al Señor en su apuro, y Él los libró de
sus angustias".
Cuando el
terremoto de San Francisco, un hombre junto a una estación de gasolina
exclamaba: "yo soy ateo, Yo no creo en Dios". Pero luego empezó a
temblar horrorosamente y el pobre hombre de rodillas gritaba: "¡Dios mío,
perdóname!". Se le acercaron y le preguntaron: "No decía usted que es
ateo?" Y él respondió: "¡Yo si soy ateo, pero cuando no hay
terremoto!...
Para
cuando llegan los terremotos espirituales que nos quieren llevar a la
depresión, Entonces, sobre todo entonces, es cuando necesitamos demostrar que
no somos ateos y que si creemos en Dios y qué esperamos en su valiosa ayuda.
Quién
descuida su vida espiritual lo hacen daño propio
Dios te
ha dado a cada uno en su naturaleza espiritual para estabilizar, motivar y
animar la mente, el corazón y el cuerpo. Los que prefieren ignorar ese vigoroso
poder que vive en su interior son como un avión de cuatro motores, de los
cuáles funcionan solamente 3. Lo que necesita no es más poder en los tres
motores que ya funcionan, sino poner a funcionar el que está apagado. Hacer
funcionar su vida espiritual.
La vida
espiritual de la persona contiene su voluntad, cualidad que lo distingue de los
demás seres del reino animal. Dios le ha dado a cada criatura humana el libre
albedrío: la Facultad de elegir libremente. Con la libertad puede aceptar lo
que Dios manda o rechazar sus mandatos. Pero hay una verdad de la cual podemos
estar totalmente seguros: la eterna felicidad de cada uno dependerá de la
elección que sepa ser entre obedecer los mandatos de Dios o rechazarlos.