EL GRAN INTERROGANTE
¿De
veras, hemos tratado alguna vez de aceptar las cuatro verdades que recordamos
en el párrafo anterior? ¿De Veras, hemos invitado en serio a Jesucristo que
venga a vivir en nuestro espíritu?
Presentamos
dos gráficos. ¿Cuál de los dos es el retrato de nuestra vida
actual? En el primero aparece Cristo por fuera de nuestra vida, y en nuestra
alma reinando el egoísmo, con todas sus desgracias de temor, culpabilidad,
frustración, inutilidad, depresión, etcétera. En el segundo ya Jesucristo ha
sido invitado venir a nuestro espíritu. Y con Él han llegado el perdón, la paz,
el gobierno, la confianza, etc. ¿De veras, ya invitamos a Cristo que estaba
fuera? Si nunca existió ese feliz momento o no estamos muy seguros de que haya
existido, debemos de inmediato inclinar nuestras cabezas de invitarle a venir a
nuestra alma. Él dijo una promesa maravillosa que siempre cumplirá: "si
alguno me ama, mi padre lo amará, y vendremos a él, y haremos en Él nuestra
morada". Podemos para estar más seguros de su perdón y de su amistad
decirle la siguiente oración:
"Jesús,
mi señor y Redentor: yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido
hasta hoy. Me pesa de todo corazón porque en ellos se ofendido a un Dios tan
bueno. Propongo firmemente no volver a pecar. Y Confío en que por tu infinita
misericordia me hace conceder el perdón de mis culpas y me hace llevar a la
vida eterna. Amén". "Misericordia Señor por tu bondad, por tu inmensa
compasión borra mi culpa. Contra ti, contra ti sólo peque, cometí la maldad que
aborreces. Oh Dios: crea en mí un corazón puro y no apartes de mí tu santo
espíritu".
Sí con
toda confianza le vamos a esta oración y otra parecida, Contamos con aquella
formidable Promesa de Dios: "Todo el que invoque el nombre del Señor, será
salvo". Esta es una de las noticias más bellas que se han escuchado en el
mundo. Invoquemos con fe e nombre del señor y estaremos a salvo también hasta
de nuestras tristezas y depresiones, y tendremos garantizada la vida eterna.
No
olvidemos nunca le hermosa Promesa de Dios en la sagrada Biblia: "Un
corazón arrepentido y humillado, Dios nunca lo desprecia"
Si
recordamos aquella hermosa noticia del Profeta Daniel: "Nuestro mejor
regalo para Dios será un corazón arrepentido y humillado que le pide perdón de
sus maldades".
¿QUÉ
VENTAJAS SE OBTIENEN DE UNA VIDA ASÍ?
La vida
puesta está bajo el control de cristo le garantiza al cristiano un dinámico
poder espiritual, que se traduce en ganancias que superan todo lo
imaginable.
El
gráfico anterior muestra las ganancias que obtiene una persona cuando acepta
que Cristo Viva en su alma y debemos grabarlo en nuestra memoria, como si fuera
en Bronce, para que no se borre, porque son ganancias que vamos a conseguir si
perseveramos en tratar de lograrlo.
Las
ventajas que consigue todo el que deja que su vida sea dirigida y controlada
por Cristo, Son 6, según la Biblia:
1.
Perdón. Todos
nuestros pecados son perdonados por la misericordia de Dios, Por medio de su
hijo Jesucristo: "si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestras culpas y purificarnos de toda maldad". ¿Y puede haber
mayor fuente de felicidad Es sentirse uno libre de las maldades que ha cometido
en la vida? Con razón decía un descreído a un buen católico: "Nada les
envidio yo tanto ustedes como esa inmensa alegría que sienten cuando saben que
les han perdonado sus pecados". Al ser perdonados tenemos que es exclamar
con el salmista: "mis culpas eran un peso superior a mis fuerzas. Pero
confesar mis pecados y tú me perdonaste, por eso aclamare por siempre tu
bondad".
Esto lo
han dicho tantos después de un buen acto de contrición o de una confesión bien
hecha. Y lo podremos decir también cada uno de nosotros.
2. Paz. Desde el momento en que nuestros
pecados han sido perdonados, cruzamos de una paz que jamás logrará quién No
logré liberarse de la angustia de sus culpas. San Pablo dijo: "Una vez obtenida
la justificación por medio de nuestro Señor Jesucristo tenemos Paz don
Dios". Aquí se cumple lo que dijo el profeta: "Mucha Paz tienen los
que aman la ley del Señor". "Como un río les llegará la paz". No
será la paz "escapista" del mundo que consigue en evitar problemas de
negarse a enfrentar situaciones o en Buscar salidas en drogas y placeres. Es la
paz como "Don de Dios" que ha dicho: "OS doy mi paz". No
será una paz simplemente conquista nuestro, no será una paz simplemente "conquista"
nuestra, sino regalo del Redentor. Por eso Zacarías hijo de Jesús que perdona
nuestras culpas: "Él guía nuestros pasos por el camino de la paz".
Todos los que se han sentido perdonado saben que esto es una gran verdad, y
pueden decirle a Cristo que les anuncia el perdón las palabras de Nahum:
"que dicha tan grande trae el que anuncia la paz. Este sí es un mensaje de
buenas noticias". Jesús al perdonarnos nos anuncia y nos concede la paz. ¡Gran
regalo!
En muchos
hospitales de enfermos de úlcera en el estómago o de enfermedades nerviosas se
han conseguido curaciones asombrosas sólo con obtener que la persona enferma se
sienta perdonada por Dios. De ese momento la paz que la inunda es tan grande
que su úlcera empieza a curarse y sus nervios a pacificarse. Un buen acto de contrición
o una confesión bien hecha han logrado lo que no habían conseguido docenas de
frascos de medicamentos: la Paz.
3.
Poder. Desde el
momento en que Cristo empiece a vivir en nuestra alma y le prendemos nuestra
sincera amistad, sentiremos un poder maravilloso que guía y controla nuestra
vida. Y no nos podrá decir en los momentos de angustia lo que dijo a los
apóstoles en la noche de La tempestad: "¿Porque teméis, si yo estoy con
vosotros?".
No
sucederá lo que decía San Francisco de sales del niño pequeñito que viaja en
los hombros de su padre Qué es un fornido campeón: el niño se siente fuerte y
no teme a los peligros del camino, porque sabe que su padre que lo va llevando,
es más fuerte que los obstáculos Y los enemigos que puedan presentarse en el
viaje.
La Biblia
insiste muchas veces que Dios tiene en sus manos todo el poder que necesitamos
y muchísimo más. "Poderoso es Dios para daros muchísimo más de lo que os
atrevéis a pedido desear". El señor Bossa traspasando ese poder a sus
amigos. Jesús al despedirse de los Apóstoles les anuncio: "Recibiréis
poder" y el discutir con los saduceos se quejaba de esto: "no
entendéis el poder que tiene Dios". Ese "poder" que los saduceos
no entendían, pero que los discípulos de Jesús si reciben, es uno de los más
admirables regalos que posee toda persona que acepta que su vida sea dirigida
por las leyes de Cristo en su Evangelio.
Jesús
quiso estar admirable promesa: "Él que crea en mí, hará él también las
obras que yo hago, y hará mayores aun, porque yo voy al padre". "Es
destinado para que produzcáis frutos espirituales y los produzcáis en
abundancia".
El placer
es una experiencia transitoria y pasajera, qué depende más que todo de
circunstancias externas. En cambio, el gozo y la verdadera alegría Son algo
duradero y que depende más que todos del espíritu. Y al espíritu lo que más
gozo y alegría le proporciona es estar en buenas relaciones de amistad con
Dios. San Pablo exclamaba: "desbordó de alegría aún en medio de mis
tribulaciones, porque Amo a Cristo". Jesús prometió a sus amigos:
"transformar nuestras tristezas en alegrías y nadie os quitará vuestro
gozo y alegría". Un salmo recomienda: "servid al Señor con
alegría", Y esto no logran quienes concedan a vuestro señor el puesto
principal y más importante en su vida. Es algo que los amigos de Dios lo
experimentan sin cesar. Nosotros ya lo sabemos muy bien. Ahora Lo importante es
que quien lea estas páginas lo sepas y lo experimente también.
5. Propósito
de enmienda. Este es
uno de los más maravillosos efectos que se consiguen cuando en el alma se le
concede el primer puesto a Jesucristo: proponernos cambiar nuestra vida mala,
egoísta y pecadora, por una vida llena de Caridad, de buenas obras y de pureza.
Dios y el pecado no se entiende nada bien, Y por eso no logran vivir juntos en
una misma alma. Sí traemos a Dios a habitar en nuestro espíritu, necesariamente
nuestros pecados y malas costumbres tienen que irse alejando como se alejan las
alimañas cuando una casa que antes estaba deshabitada llegan a vivir los
señores que la han adquirido.
6. Gran
confianza. Quién
admite a Cristo como amigo y jefe de su vida espiritual, puede repetir con San
Pablo: "sé de quién me he confiado, y por eso avanzó tranquilo".
Jesús nos dijo: "ánimo!: Yo he vencido al mundo" y el apóstol repite:
"pues fiel es Dios, porque no habéis sido llamados a la Comunión con su
hijo Jesucristo, nuestro Señor". "Pues hemos tenido sobre nosotros
mismos la sentencia de muerte, para que no pongamos nuestra confianza y
nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos".