Muchos codependientes se vuelven lo que la gente llama adictos al drama o a la crisis.
Por extraño que parezca, podemos volvernos adictos a los problemas.
Si vivimos con la suficiente cantidad de desdicha, crisis y disturbios durante un tiempo suficiente, el miedo y el estímulo provocados por los problemas pueden convertirse en una experiencia emocionalmente cómoda.
Luego de un tiempo, si nos acostumbramos tanto a involucrar nuestras emociones con problemas y crisis que podemos llegar a apropiarnos de problemas que no nos conciernen y permanecer involucrados en ellos.
Incluso podemos comenzar a hacer líos o a hacer los problemas más grandes de lo que son para crearnos una situación estimulante.
Esto es verdad especialmente si hemos descuidado mucho nuestras propias vidas y sentimientos.
Cuando estamos involucrados en un problema, sabemos que estamos vivos.
Cuando el problema se resuelve, podemos sentirnos vacíos y sin sentimientos.
No tenemos nada que hacer.
Estar en crisis se convierte en algo cómodo, y nos salva de nuestra monótona existencia.
Es como volverse adicta a las telenovelas, excepto que las crisis diarias se suceden en nuestras vidas y en las de nuestros amigos y familiares.
Melody Beattie de su Libro Ya No Seas Codependiente