lunes, 20 de noviembre de 2017

Como Alejar la Depresión: Cap. XII - El Temperamento Y La Depresión (Parte 1)

CAPITULO XII
EL TEMPERAMENTO Y LA DEPRESIÓN

No hay temperamentos tan negativos y rebeldes que, con la oración, el estudio y el esfuerzo no se logran convertir en positivos y amables. San Francisco de Sales


LA INFLUENCIA DEL TEMPERAMENTO EN LA DEPRESIÓN

Los que mejor han estudiado el ser humano están de acuerdo en que uno de los elementos que más influyen en la depresión es el temperamento que hemos heredado. Cada uno de nosotros nacimos con un modo de ser totalmente especial, el cual nos acompaña durante toda nuestra vida, y de él dependerá muchísimo nuestro comportamiento.

Hace 25 años el médico Hipócrates definió los temperamentos que existen:
El sanguíneo: extrovertido, apto para negocios y reuniones sociales.
El colérico: Muy atractivo, de fuerte voluntad, hecho especialmente para mandar.
El melancólico: perfeccionista, muy apto para las labores espirituales y para el arte.

Cada persona tiene un 60 o 70% de un temperamento, y el resto de los otros.

Nota: Sheldon lo llamaba el tipo social, el tipo de acciones y el tipo del deber. Y si deseamos conocer muy interesantes detalles acerca del comportamiento y de los defectos y cualidades de cada uno de estos temperamentos no resultará de Gran provecho la lectura del precioso folleto titulado "Cómo reconocer y sacar provecho del propio temperamento "por Sheldon y Salesman. 

EL SANGUÍNEO (O TIPO SOCIAL) Y LA DEPRESIÓN
La gente que tiene predominio del temperamento sanguíneo es cálida, amigable, espontánea y atrae a los demás como un imán. Excelentes charlistas. Optimistas, sin demasiadas preocupaciones. Son el alma de las fiestas sociales. Generosos, sensibles a lo que les rodea, compasivos con los que sufren, y colaboradores, saben compartir el buen humor de los demás.

Pero el sanguíneo tiene también sus debilidades. La dificultad más grave para que logre progresar es su falta de suficiente energía, Su falta de fuerza de voluntad, él no dedicarse a hacer lo que le cuesta, su falta de constancia, y su oposición a lo que sea sacrificio. Por eso, aunque en su juventud lo califican de "seguro triunfador", casi nunca en la edad madura logra los éxitos que se esperaban de él, pues le faltó carácter, o no les dio importancia a los detalles, por su tendencia a la comodidad y por su exagerado gusto en consentir su propio bienestar personal. Y esta falta de éxitos le puede traer depresión.

Por ser tan bondadoso y tan extrovertido es muy inseguro para guardar secretos, y los secretos que hay en divulgar le pueden traer serias contrariedades. En cuanto a la vida espiritual su peligro es contentarse con sentir amor hacia Dios y hacia las almas, pero hacer nada o casi nada por extender el reino de Dios y conseguir la salvación de las almas. "Fe sin obras", Llama a eso del apóstol Santiago. El sociable o sanguíneo es poco inclinado a las obras que cuestan esfuerzo.

Puede quedarse sin conseguir muchos éxitos que le estaban destinados, y esto por su pereza, por su poco esmero en cumplir bien su deber, por su antipatía a lo que exige sacrificio y esfuerzo, por su poca estabilidad en los propósitos que hace, y por no ser capaz de oponerse a tiempo a lo malo que sucede a su alrededor. Puede conseguir también antipatías y enemistades por su inclinación a la murmuración y andar quejándose de lo que no le agrada. Y estás enemistades la pueden traer también un poco de depresión.

Otra causa que le puede producir depresión es ésta: que bajó un exterior de intrepidez y de valor, esconde en su personalidad bastante inseguridad y no poco temor, y además, inclinación al desánimo y a la mediocridad. Parece a ratos que su lema fuera: "dejar al mundo que siga andando como lo está haciendo. Vivir y dejar vivir". Y la mediocridad en sus aspiraciones le puede traer como consecuencia que se quede en realizaciones muy pequeñas por no haber cultivado ideales atrevidos y elevados.

Pero el temperamento sanguíneo o Social es de los que menos depresión sufren. Y si le llega la depresión, está bien Es cuando estás solo. Por eso necesita en caso de dificultades apoyarse en la amistad de otros, y Buscar la simpatía y la comprensión de los demás. en la depresión necesita la compañía de personas comprensivas. La sociabilidad es para él una auténtica necesidad. Si se siente solo, le puede llegar la depresión.

Al sanguíneo lo que le importa es el presente, pasar bien y tranquilamente el momento actual. El pasado le angustia y le remuerde muy poco. El futuro casi no lo afana ni lo asusta. Pero esto que es beneficioso en gran parte, trae también sus peligros, Pues un pasado que no se recuerda con cierto dolor, puede ser que no produzca enseñanzas para evitar el mal en el presente, y si no pensamos en el futuro con cierta intranquilidad nos podrán dar el nombre que le dieron al muñeco Peter Pan: "el que no quiere crecer". He aquí, pues, una causa que produce depresión: llegar a la edad madura sin haber obtenido verdaderas realizaciones en la vida, porque la falta de disciplina y la debilidad de carácter hicieron del individuo un improductivo, y esto trae desilusión y lo hace a uno sentirse mortificado.

Llegado a la edad de la jubilación puede darse cuenta, aunque ya muy tarde, de Qué hubiera podido conseguir muchísimos triunfos más Si se hubiera sabido sacrificar y si se hubiera exigido un poco más así mismo. Y se cumple en el lo que narra Tagore: "Mirando hacia la vida pasada suspira de tristeza al contemplar el triunfador que él debiera haber sido, pero que por su pereza no lo fue, y en la vejez desearía colocarse a la orilla del camino de la vida y decirle a los jóvenes despreocupados que se pasan la vida sin hacer nada que les cueste sacrificio: "por favor: les pido que me regalen esos minutos que van a perder y no hacer nada, para emplearlos en hacer algo que en verdad valga la pena".; Pero ya es demasiado tarde, y este recuerdo de lo que pudo hacer y no hizo, Y de lo que pudo conseguir y no consiguió, puede traer depresión en los últimos años de vida.

Si el sanguíneo llega a convencerse de que en la vida actuó "como un niño grande", y con la irresponsabilidad de un Marinero borracho, aumenta entonces su inseguridad de la puede llegar la autocompasión. Entonces se pone a la defensiva y se vuelve sumamente sensible a las humillaciones y a las críticas, hasta el punto que puede obsesionarse por la opinión negativa que los demás tienen de él. Y está autoimagen negativa lleva a la depresión.

Cuando el sanguíneo llega a la edad mayor puede ser que se dedique a culpar a otros por su falta de éxitos y de personalidad. Dirá que la culpa la tuvieron sus padres que nunca le exigieron nada en serio y que lo consintieron en demasía. Que la culpa la tienen sus educadores o sus superiores que no la supieron formar la voluntad, etc. Echarles la culpa a otros, hace daño y no trae ningún provecho. Cada uno tiene que juzgarse a sí mismos imponerse a culpar a los demás. En vez de vivir pensando en la culpabilidad de otros tuvieron respecto a nuestros fracasos, lo que sí nos aprovecha mucho es pedirle muchas veces perdón a Dios por nuestros descuidos, explicarle al espíritu santo que nos conceda el don de la fortaleza que es el que nos va a volver fuertes de voluntad. Mientras vivamos en esta tierra Nunca es tarde para pedir perdón al señor y para suplicar al espíritu santo que venga a fortalecer nuestra débil voluntad. No olvidemos la noticia del profeta: "la oración traspasa las nubes y llega hasta el trono de Dios y se vuelve trayendo los regalos del cielo".

El sanguíneo tiene que aprender a no tomar la vida de modo infantil, Ah no enfrentar las situaciones como en broma y a no contentarse con obtener de la existencia humana menos de lo que de ella se puede conseguir. Tiene que alejar de sí mismo la auto conmiseración y no andar echándole a otros la culpa de sus faltas de éxitos. La autocompasión no hace bien sino mucho daño. En cambio, el implorar Al Divino espíritu que llene nuestra alma de valor y de entusiasmo para luchar y conseguir en la vida todos los éxitos que la bondad de Dios nos tiene destinados, Eso sí hace un gran bien. Sí Nacimos para conseguir el 40% o el 60% por uno de lo que hacemos, porque contentarnos con un miserable 10%? Para mayores cosas hemos nacido.

Y no olvidemos que todos los seres humanos tenemos algún tanto por ciento de sanguíneos. Unos tienen el 60 o el 70%. Son los sanguíneos como tales. Otros la proporción de temperamento sanguíneo es del 30 del 20 del 10%. Pero todos tenemos buena parte de este temperamento. Por eso volvemos a leer estos datos anteriores que pueden servirnos mucho para mejorar nuestro comportamiento.


Nota: las características físicas del sanguíneo son: viseras abundantes y muy desarrolladas y extremidades relativamente menos desarrolladas. Por lo general son gordos, pero no siempre. Se mueven lentamente y tienen un aspecto relajado. El individuo desea estar confortablemente a su gusto. Sus respuestas son lentas y sus reacciones emocionales también. Experimenta una gran alegría en comer. Una de sus satisfacciones sociales más intensas es tomar parte de una comida Bien servida y en compañía de amigos de los cuales charlar. Le resulta también muy placentero el poder hacer la digestión cómodamente estirado. Tiene un deseo profundo de estar acompañado y de ser aprobado y animado por los demás. Nada les molesta el sueño. Duerme con la placidez de un niño. Tiene el corazón en la mano y dar rienda suelta a sus afectos de un modo natural y fácil. Siempre encuentro motivos para no imponerse a nadie con el rigor Y ser benigno y tolerante. Su equilibrio emocional le puede conseguir una tranquilidad de espíritu tan grande que le lleve hasta la santidad. Su mayor peligro no consiste en lo poco malo que hace sino en lo mucho y bueno que por su falta de espíritu de sacrificio puede dejar de hacer.