CAPITULO XII
EL TEMPERAMENTO Y LA DEPRESIÓN
No hay temperamentos tan negativos y rebeldes que, con la oración, el
estudio y el esfuerzo no se logran convertir en positivos y amables. San
Francisco de Sales
LA
INFLUENCIA DEL TEMPERAMENTO EN LA DEPRESIÓN
Los que
mejor han estudiado el ser humano están de acuerdo en que uno de los elementos
que más influyen en la depresión es el temperamento que hemos heredado. Cada
uno de nosotros nacimos con un modo de ser totalmente especial, el cual nos
acompaña durante toda nuestra vida, y de él dependerá muchísimo nuestro
comportamiento.
Hace 25
años el médico Hipócrates definió los temperamentos que existen:
El sanguíneo: extrovertido,
apto para negocios y reuniones sociales.
El colérico: Muy
atractivo, de fuerte voluntad, hecho especialmente para mandar.
El melancólico: perfeccionista,
muy apto para las labores espirituales y para el arte.
Cada
persona tiene un 60 o 70% de un temperamento, y el resto de los otros.
Nota: Sheldon lo llamaba el tipo
social, el tipo de acciones y el tipo del deber. Y si deseamos conocer muy
interesantes detalles acerca del comportamiento y de los defectos y cualidades
de cada uno de estos temperamentos no resultará de Gran provecho la lectura del
precioso folleto titulado "Cómo reconocer y sacar provecho del propio
temperamento "por Sheldon y Salesman.
EL
SANGUÍNEO (O TIPO SOCIAL) Y LA DEPRESIÓN
La gente
que tiene predominio del temperamento sanguíneo es cálida, amigable, espontánea
y atrae a los demás como un imán. Excelentes charlistas. Optimistas, sin
demasiadas preocupaciones. Son el alma de las fiestas sociales. Generosos,
sensibles a lo que les rodea, compasivos con los que sufren, y colaboradores,
saben compartir el buen humor de los demás.
Pero el
sanguíneo tiene también sus debilidades. La dificultad más grave para que logre
progresar es su falta de suficiente energía, Su falta de fuerza de voluntad, él
no dedicarse a hacer lo que le cuesta, su falta de constancia, y su oposición a
lo que sea sacrificio. Por eso, aunque en su juventud lo califican de
"seguro triunfador", casi nunca en la edad madura logra los éxitos
que se esperaban de él, pues le faltó carácter, o no les dio importancia a los
detalles, por su tendencia a la comodidad y por su exagerado gusto en consentir
su propio bienestar personal. Y esta falta de éxitos le puede traer depresión.
Por ser
tan bondadoso y tan extrovertido es muy inseguro para guardar secretos, y los
secretos que hay en divulgar le pueden traer serias contrariedades. En cuanto a
la vida espiritual su peligro es contentarse con sentir amor hacia Dios y hacia
las almas, pero hacer nada o casi nada por extender el reino de Dios y
conseguir la salvación de las almas. "Fe sin obras", Llama a eso del
apóstol Santiago. El sociable o sanguíneo es poco inclinado a las obras que cuestan
esfuerzo.
Puede
quedarse sin conseguir muchos éxitos que le estaban destinados, y esto por su
pereza, por su poco esmero en cumplir bien su deber, por su antipatía a lo que
exige sacrificio y esfuerzo, por su poca estabilidad en los propósitos que
hace, y por no ser capaz de oponerse a tiempo a lo malo que sucede a su
alrededor. Puede conseguir también antipatías y enemistades por su inclinación
a la murmuración y andar quejándose de lo que no le agrada. Y estás enemistades
la pueden traer también un poco de depresión.
Otra
causa que le puede producir depresión es ésta: que bajó un exterior de
intrepidez y de valor, esconde en su personalidad bastante inseguridad y no
poco temor, y además, inclinación al desánimo y a la mediocridad. Parece a
ratos que su lema fuera: "dejar al mundo que siga andando como lo está
haciendo. Vivir y dejar vivir". Y la mediocridad en sus aspiraciones le
puede traer como consecuencia que se quede en realizaciones muy pequeñas por no
haber cultivado ideales atrevidos y elevados.
Pero el
temperamento sanguíneo o Social es de los que menos depresión sufren. Y si le
llega la depresión, está bien Es cuando estás solo. Por eso necesita en caso de
dificultades apoyarse en la amistad de otros, y Buscar la simpatía y la
comprensión de los demás. en la depresión necesita la compañía de personas
comprensivas. La sociabilidad es para él una auténtica necesidad. Si se siente
solo, le puede llegar la depresión.
Al sanguíneo
lo que le importa es el presente, pasar bien y tranquilamente el momento
actual. El pasado le angustia y le remuerde muy poco. El futuro casi no lo
afana ni lo asusta. Pero esto que es beneficioso en gran parte, trae también
sus peligros, Pues un pasado que no se recuerda con cierto dolor, puede ser que
no produzca enseñanzas para evitar el mal en el presente, y si no pensamos en
el futuro con cierta intranquilidad nos podrán dar el nombre que le dieron al
muñeco Peter Pan: "el que no quiere crecer". He aquí, pues, una causa
que produce depresión: llegar a la edad madura sin haber obtenido verdaderas
realizaciones en la vida, porque la falta de disciplina y la debilidad de
carácter hicieron del individuo un improductivo, y esto trae desilusión y lo hace
a uno sentirse mortificado.
Llegado a
la edad de la jubilación puede darse cuenta, aunque ya muy tarde, de Qué
hubiera podido conseguir muchísimos triunfos más Si se hubiera sabido
sacrificar y si se hubiera exigido un poco más así mismo. Y se cumple en el lo
que narra Tagore: "Mirando hacia la vida pasada suspira de tristeza al
contemplar el triunfador que él debiera haber sido, pero que por su pereza no
lo fue, y en la vejez desearía colocarse a la orilla del camino de la vida y
decirle a los jóvenes despreocupados que se pasan la vida sin hacer nada que
les cueste sacrificio: "por favor: les pido que me regalen esos minutos
que van a perder y no hacer nada, para emplearlos en hacer algo que en verdad
valga la pena".; Pero ya es demasiado tarde, y este recuerdo de lo que pudo
hacer y no hizo, Y de lo que pudo conseguir y no consiguió, puede traer
depresión en los últimos años de vida.
Si el
sanguíneo llega a convencerse de que en la vida actuó "como un niño
grande", y con la irresponsabilidad de un Marinero borracho,
aumenta entonces su inseguridad de la puede llegar la autocompasión. Entonces
se pone a la defensiva y se vuelve sumamente sensible a las humillaciones y a
las críticas, hasta el punto que puede obsesionarse por la opinión negativa que
los demás tienen de él. Y está autoimagen negativa lleva a la depresión.
Cuando el
sanguíneo llega a la edad mayor puede ser que se dedique a culpar a otros por
su falta de éxitos y de personalidad. Dirá que la culpa la tuvieron sus padres
que nunca le exigieron nada en serio y que lo consintieron en demasía. Que la
culpa la tienen sus educadores o sus superiores que no la supieron formar la
voluntad, etc. Echarles la culpa a otros, hace daño y no trae ningún provecho.
Cada uno tiene que juzgarse a sí mismos imponerse a culpar a los demás. En vez
de vivir pensando en la culpabilidad de otros tuvieron respecto a nuestros
fracasos, lo que sí nos aprovecha mucho es pedirle muchas veces perdón a Dios
por nuestros descuidos, explicarle al espíritu santo que nos conceda el don
de la fortaleza que es el que nos va a volver fuertes de voluntad.
Mientras vivamos en esta tierra Nunca es tarde para pedir perdón al señor y
para suplicar al espíritu santo que venga a fortalecer nuestra débil voluntad.
No olvidemos la noticia del profeta: "la oración traspasa las nubes y
llega hasta el trono de Dios y se vuelve trayendo los regalos del cielo".
El
sanguíneo tiene que aprender a no tomar la vida de modo infantil, Ah no
enfrentar las situaciones como en broma y a no contentarse con obtener de la
existencia humana menos de lo que de ella se puede conseguir. Tiene que alejar
de sí mismo la auto conmiseración y no andar echándole a otros la culpa de sus
faltas de éxitos. La autocompasión no hace bien sino mucho daño. En cambio, el
implorar Al Divino espíritu que llene nuestra alma de valor y de entusiasmo
para luchar y conseguir en la vida todos los éxitos que la bondad de Dios nos
tiene destinados, Eso sí hace un gran bien. Sí Nacimos para conseguir el 40% o
el 60% por uno de lo que hacemos, porque contentarnos con un miserable 10%?
Para mayores cosas hemos nacido.
Y no
olvidemos que todos los seres humanos tenemos algún tanto por ciento de
sanguíneos. Unos tienen el 60 o el 70%. Son los sanguíneos como tales. Otros la
proporción de temperamento sanguíneo es del 30 del 20 del 10%. Pero todos
tenemos buena parte de este temperamento. Por eso volvemos a leer estos datos
anteriores que pueden servirnos mucho para mejorar nuestro comportamiento.
Nota: las características físicas del
sanguíneo son: viseras abundantes y muy desarrolladas y extremidades
relativamente menos desarrolladas. Por lo general son gordos, pero no siempre.
Se mueven lentamente y tienen un aspecto relajado. El individuo desea estar
confortablemente a su gusto. Sus respuestas son lentas y sus reacciones
emocionales también. Experimenta una gran alegría en comer. Una de sus
satisfacciones sociales más intensas es tomar parte de una comida Bien servida
y en compañía de amigos de los cuales charlar. Le resulta también muy
placentero el poder hacer la digestión cómodamente estirado. Tiene un deseo
profundo de estar acompañado y de ser aprobado y animado por los demás. Nada
les molesta el sueño. Duerme con la placidez de un niño. Tiene el corazón en la
mano y dar rienda suelta a sus afectos de un modo natural y fácil. Siempre
encuentro motivos para no imponerse a nadie con el rigor Y ser benigno y
tolerante. Su equilibrio emocional le puede conseguir una tranquilidad de
espíritu tan grande que le lleve hasta la santidad. Su mayor peligro no
consiste en lo poco malo que hace sino en lo mucho y bueno que por su falta de
espíritu de sacrificio puede dejar de hacer.