Un hombre que yacía en la cama de un hospital, relata la experiencia que tuvo al estar esperando los resultados de una biopsia.
"Nunca había rezado pidiendo algo para mí. No quería convertir adiós en "pozo de los deseos". Pero esta vez que se para pedir algo para mí y creo que nunca antes había encontrado a Dios en una forma tan real.
Cuando uno está pidiéndole a Dios que lo deje vivir, siente que está hablando con una persona Poderosa. Entonces es cuando uno cae en la cuenta de cuán dependiente es uno de Dios en la vida y en la muerte. Estar pidiendo por mí mismo fue la ocasión en qué he sentido a Dios más cerca de mí.
Rezar para pedir (cosas) no es, Entonces, una forma secundaria de oración. Es una poderosa forma de oración en la que reconocemos que somos limitados y que Dios es infinito y lleno de amor para con uno".
Rafaél F. Ranieri
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