Si amas a alguien díselo, con palabras, con actitudes claras, con actos de servicio y ayudándolo a ser feliz; es mejor ser acusado de ridículo, de cursi, por decir todo lo que se siente por la otra persona, que dejar que la relación se cuartee por el frío de la indiferencia.
Amar es siempre una militancia. Se nota que amas.
Cuando sólo se trata de palabras no respaldadas con acciones, pronto caerá la relación como caen los castillos de naipes.
Ahora, si no quieres a alguien asegúrate, con asertividad, de que lo sepa.
No vale la pena construir relaciones marcadas por la mentira, las apariencias y el camuflar todo lo que se siente.
Esta aceptación de nuestros sentimientos y saber compartirlos con los demás nos llevará a un mejor control de las emociones y a aprovecharlas en función de la realización de nuestro proyecto de vida.
Esto nos prepara para ser más empáticos y saber captar y aceptar lo que el otro siente.
Cuando se da esa comunicación emocional desde la libertad y la responsabilidad las relaciones interpersonales fluyen sin problemas y son verdaderos espacios de realización.
La experiencia espiritual no puede desconocer la dimensión emocional de las personas.
Quien crece espiritualmente es más consciente de sus emociones, las expresa con mayor libertad y responsabilidad, establece relaciones sanas de solidaridad y autonomía.
El contacto con Dios no nos hace negar lo que sentimos, sino que nos permite alinearlo con el proyecto de vida que hemos decidido desde nuestra relación con Él.
TAREA DEL DÍA
Llama o escribe un mensaje a alguien que amas y hazle saber lo que sientes por él.
Llama o escribe un mensaje a alguien que amas y hazle saber lo que sientes por él.
P. Alberto Linero
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