En casi todas leía una frase que siempre me llamó la atención: “no hay que pedirle peras a un olmo”. Conozco las peras, pero no he visto un olmo.
Con el tiempo supe que esta expresión es usada para referirse a ser realistas para alcanzar las metas. Soñar sí, pero aterrizar también.
Para poder alcanzar nuestras metas hay que tener habilidades, aptitudes.
No se llega a un propósito si no somos capaces de poner todo de nosotros para llegar. Quiero compartir con ustedes tres claves que considero importantes en el momento de alcanzar metas, para poder aplicarlas en la vida.
Primera clave: es necesario tener lucidez sobre las metas que te propones, esto es, analizar si son realmente alcanzables o si son sueños que por tus capacidades y habilidades se van a quedar en el aire.
Uno sabe hasta dónde es capaz de hacer las cosas, por eso, lo primero es reconocer si alcanzaremos la meta, saber si es realizable, esto con el fin de que no se termine convirtiendo en una obsesión y, peor aún, en una de las mayores frustraciones de tu vida.
Segunda clave: tener la capacidad de juntarse con gente que esté dispuesta a trabajar contigo por la consecución de tu meta; debes rodearte de aquellos con los que tienes intereses comunes.
Debes ser consciente de que relaciones tóxicas te pueden llevar al fracaso, pues los tóxicos no creen en el otro, no acompañan mutuamente los procesos, no vale la pena desarrollarlas.
Tienes que ser capaz de juntarte con gente que te quiera ver crecer. Tercera clave: tiene que ver con tu relación con Dios, esto es, tener la capacidad de meter a Dios en tus planes, de saberte acompañado y bendecido por Él, de saber que en la realización de cada proyecto está atento a ti. Sí puedes, pero analiza tu vida en clave de habilidades, sensatez y esfuerzo.
Tarea del Día:
Rodéate de gente que quiera verte crecer.
Por Alberto Linero
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