Por ello tenemos que aceptar esa realidad y asumir una postura sana frente a aquellos que no nos quieren. Te propongo lo que NO debemos hacer:
1. Dejarnos aplastar por sus comentarios. Si les creemos, comenzaremos a sufrir interiormente.
2. Contestar violentamente y hacerles sentir nuestra ira.
3. Soslayarlos como si no estuvieran diciendo nada importante.
4. Llenarnos de odio y tratar de hacerles daño apenas lo podamos.
Lo que SÍ deberíamos hacer:
1. No quedarnos con la forma de su ataque, tratar de darnos cuenta si tiene algo de razón y ver si podemos corregir lo que hacemos. Si no tienen razón no vale la pena seguir prestando atención; si tienen razón hay que aprovechar sus críticas para crecer.
2. No contestar en el mismo tono. Es importante reflexionar si vale la pena contestar, y si contestamos, entonces hacerlo de manera inteligente, reflexiva y con mucha altura. A algunos les hace más bien nuestro silencio que cualquier palabra que salga de nuestra boca.
3. Evitar todo tipo de reacción violenta. Eso no soluciona nada, sino que genera más problemas.
4. Orar por esa persona que tanto nos está agrediendo. Muchas veces esas críticas son nacidas en la frustración de la otra persona, su amargura lo lleva a criticarnos duramente.
A veces son personas enfermas que no merecen nuestra ira, sino nuestra compasión. No podemos ser esclavos de sus comentarios ni de sus críticas.
Hay que ser libres y vivir en función de los valores que nos definen y de lo que consideramos importante en nuestro proyecto de vida.
Tarea del día: Ora por aquellos que te han hecho daño. Pide bendiciones para ellos.
Tarea del día: Ora por aquellos que te han hecho daño. Pide bendiciones para ellos.
Alberto Linero
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