La fuente de nuestro ánimo y de nuestra fuerza en cada una de las batallas que tenemos, es sentir que somos amados por Dios.
Por eso tenemos que poner nuestra vida en las manos de Dios.
Por eso tenemos que poner nuestra vida en las manos de Dios.
Él siempre
responde tomando nuestra vida en sus manos y de esta manera nos bendice.
¿Qué implicaciones tiene que Dios tome nuestra vida en sus manos?
Dios nos toma para darnos vida, no para quitarnos vitalidad; quien siente que su vida está en las manos de Dios siente que tiene la fuerza de Dios para luchar y vencer los problemas que tiene.
De su corazón sale toda la fuerza que requerimos para ser felices.
Nos
toma para librarnos del mal, no para quitarnos lo bueno, es decir, no
tengamos miedo de lo que Dios quita de nuestra vida porque seguro no es
nada bueno.
Él nos da todo. Él nos quiere felices y nos da de su amor y
de su misericordia.
No podemos tenerle miedo a su presencia. Él no es
malo, ni es nuestro enemigo, al contrario, es quien nos puede dar lo que
más necesitamos, pues nosotros mismos por nuestras fuerzas no podemos
alcanzar.
Nos toma para abrirnos posibilidades en el futuro, no para cerrarnos horizontes; siempre que se cierra una puerta en nuestra vida, Dios nos abre alguna ventana.
Nos toma para abrirnos posibilidades en el futuro, no para cerrarnos horizontes; siempre que se cierra una puerta en nuestra vida, Dios nos abre alguna ventana.
Siempre hay una oportunidad.
No podemos ahogarnos
en el problema, sino que debemos encontrar la posibilidad que Dios nos
está mostrando.
En Él siempre hay futuro.
Por eso hoy te invito a poner tu vida en las
manos de Dios, porque en ningún otro lugar podrás estar tan seguro y tan
feliz.
*TAREA DEL DÍA:
No te ahogues en el problema. Esfuérzate por encontrar una salida. Seguro existe.
No te ahogues en el problema. Esfuérzate por encontrar una salida. Seguro existe.