Señor mío y Dios mío, quiero agradecerte por permitirme experimentar tus bendiciones provenientes de tu amor.
Quiero decirte, mi Señor, que desde que te conocí he aprendido a valorar más a las personas, he aprendido a valorar más el amor; jamás me sentí tan querido y tan importante como desde el momento en que pusiste tu mirada en mí.
Hoy estoy seguro de que no hay nada más sublime, mi Dios, que levantarse sintiéndose amado por Ti, sintiendo esperanza, confianza; por eso todos los días despierto con una sonrisa y entusiasmo, porque siento tu presencia en mi vida y eso es algo que no estoy dispuesto a cambiar por nada.
Hoy es uno de esos días en los que recuerdo todo lo que has hecho por mí, por eso te doy las gracias y me comprometo contigo a contarles a los demás lo que hoy me llena de felicidad, para que ellos también quieran sentir lo mismo que hoy experimento gracias a tu amor, que es grande, que nunca se acaba.
Por eso te alabo y vuelvo a darte gracias.
Amén