viernes, 16 de marzo de 2018

Cuando Mamá Lastima - El Desliz


Los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido los juzgan y, algunas veces, hasta los perdonan.   Óscar Wilde

Ella no es hija de tu padre, es hija de un desliz de tu madre -me dijo la tía Enedina, hermana de mi mamá.
A mis 13 años Escuchar tal declaración me pareció un chascarrillo. Pero el tono de la tía, lleno de intriga, no hizo otra cosa que sembrar el mejor un corazón la duda.
Llegué a casa y fui directo a la escoba de mi madre. Ahi encontré a Doña Refugio tendida sobre su padre en la oscuridad. Otro ataque de migraña la atacaba y lo único que hizo fue pedirme que la dejara sola. Me salí a la calle a pasear mi viejo balón de cuero rojo y en cada palabra imaginado estar pateando trasero de una chismosa tía. Desde ese día la odio. No soporto estar cerca de ella y mentiría si dijera que no le he deseado la muerte más de una vez en mi vida. Al caer la tarde regresé a casa y me encerré en mi habitación. No quise cenar y puso de pretexto un dolor de panza para evitar convivir con mi familia. Por la puerta entreabierta de mi cuarto alcanzaba observar a mi madre sirviendo la cena, a mi padre rebanando el pan con un cuchillo sobre una tabla de madera y mi hermana menor, Julieta, sorbiendo su jarra de leche caliente y jugando con la espuma que se quedaba Colgando de sus labios. Julieta tenía 8 años y según la tía Enedina, no era hija de mi padre.

A la mañana siguiente llegué a la escuela y en el primer recreo me fui directo a la biblioteca. Tom el primer diccionario que me encontré y busca el término "desliz":
1. Acción y efecto de deslizar o deslizarse.
2. Desacierto, indiscreción involuntaria flaqueza en sentido moral con especial referencia a las relaciones sexuales.
3. Entre los beneficiadores de metales, porción de Azogues que se desliza y escapa el tiempo de la operación y limpia de la plata.

Según la Real Academia de la lengua española, mi madre, o se había deslizado por una pendiente, o trabajo con metales, YouTube o una flaqueza moral En referencia a su relaciones sexuales. Y como ni lo dedeslizarse por una pendiente ni lo de trabajar con metales se hizcieron posibles opciones, deduje que la tía Enedina se refería a la moral de mi mamá.

No recuerdo Cuántas tardes pase observando en silencio y con dirección a mi hermana Julieta para después Buscar el espejo y observar que durante unos minutos esperando encontrar algún parecido posible entre los dos. Entonces me di cuenta de que éramos muy diferentes. Julieta rubia, con mejillas que se enrojecieron con el sol y cabellos rizados que le caían sobre los hombros como resortes. Yo en cambio, Moreno cenizo, regordete y con labios gruesos. Muy parecido a mi padre, el buen señor juvenal, dueño de la Ferretera el tambor, herencia de su padre y en la que yo me visualizaba trabajando en un futuro.

2 semanas después volví a la casa de la tía Enedina y le pregunté, por qué me había dicho que mi hermana no era hija de mi padre y ella se encogió de hombros y me dijo que "la agarre en un mal día" y que hablo por hablar. Además me amenazó con decirle a mi madre que le había robado su dedal de oro con el que cosía (cosa que era mentira) si va a contar esas entregas en mi casa. Me quedé callado y con la duda sembrada en mi corazón. Esa duda me persiguió siempre y pasaron los años sin que yo tuviera el valor suficiente para preguntarle a mi madre si lo que la tiene dinah me había dicho era cierto o si se trató de una mentira.
Me quedé con la duda clavada en el pecho y con la sospecha permanente. Transcurrieron los años y me convertí en el ayudante de mi padre de la Ferretera. Los días se me van organizando tornillos de todos tamaños, sacudiendo el polvo de los mostradores y atendiendo a los clientes. Fue entonces cuando sucedió algo inesperado. Una nublada tarde de diciembre en que mi padre me dejó solo a cargo del negocio tuvo que ir a una ciudad vecina a cobrar un dinero, se presentó una mujer de edad avanzada, envuelta en un rebozo gris, preguntando por mi madre.
-buscó a Refugio González -me dijo la mujer volteando hacia el interior del local, Cómo intentando corroborar mi soledad.
-está en la casa, quiere dejarle algún recado? - respondí
-sólo dile que "el chato" ha muerto
Después salió presurosa de la Ferretera como si alguien la persiguiera, Cómo se acabará de arrojar una bomba y no quisiera que se supiera que ella era quién lo hizo. Salté del mostrador y avancé haber que se alejaba envuelta en su rebozo a toda velocidad Calle abajo. No supe qué hacer. Me quedé paralizado y aquella duda que había estado dormida en mi interior se despertó. Tan pronto dieron las 7 de la tarde baje las cortinas del negocio y a zancadas llegué a mi casa. Mi padre regresaría tarde de su viaje y quería encontrar a solas a mi mamá para decirle al recado de la viejecilla. Mi hermana Julieta pasaba unos días en casa de la tía Enedina ayudando con los preparativos de la fiesta del pueblo. Así por fin a solas, enfrente a mi madre, quién Al escuchar el recado de que "el chato" había muerto, 60 de golpe sobre la cama y se persignó. La duda, la rabia, los celos, los más negros pensamientos y la palabra "desliz" pasaban por mi cerebro de 18 años que ya tenía conciencia de las cosas del amor. Mi madre me miró con sus ojos llorosos para entonces sentarse en una silla de la alcoba Y de frente a ofrecerme la verdad y desbaratarme la duda.
-Manuel hijo mío, tarde o temprano lo ibas a saber. "El chato" es el padre de tu hermana Julieta, hijo , hijo un hombre que conocí cuando tu padre se fue a trabajar a los Estados Unidos de bracero y con el cual tuve una relación fugaz.
Me adoras rodilla frente a mi madre ante tal confesión y en ese preciso momento los recuerdos acudieron a mi mente Como una violenta avalancha que arrastra con todo a su paso. De súbito recuerdo cuando era niño de escasos 6 años e IVA agarrado de la mano de mi madre hacia la plaza. Recordar la imagen de un tipo platicando con mi madre mientras yo corría de un lado a otro persiguiendo palomas entre los jardines. La imagen de mi madre tomada de la mano de ese extraño el que se me hacía llamarle "tío". Yo recordé todo con nitidez, como si hubiese ocurrido un día antes, ahí desde las entrañas de mi memoria surgía la imagen de un globo de tres colores amarrado a un largo resorte enredado a mi muñeca, Yo lo hacía rebotar con mi mano Sentado en una banqueta mientras mi madre y el tío se besaban en el resquicio de una puerta. Me dolió el alma, el cerebro, el aliento. Mi madre había engañado a mi padre concebido la hija de otro. Era una traidora.

Entre llanto y gritos le preguntaba porque fue capaz de hacer algo así, le recrimine que me gustara como tapadera para sus encuentros clandestinos. Ella sollozaba y me decía que una vez que me calmara me explicaría todo. Respire aire que olía a rabia y me puse de pie con la mirada llena de odio esperando escuchar sus razones.
Fue entonces cuando mi señora madre Me contó que ella es mi padre se casaron por tu compromiso. Ella tenía 15 cuando él ya rondaba los 30. Los padres de mi mamá pensaron que era el candidato idóneo para esposo por ser un comerciante en ciernes como en futuro y que le daría una mejor vida que la que pudieron darle ellos. Me describió esos primeros años de matrimonio En qué se dedicó a ser una esposa sumisa y fiel, en los que aprendió a cocinar y las tareas de una casa y en los que fue sumamente feliz con mi llegada. Mi nacimiento los unió como pareja y los hizo aprender a amarse, a su manera pero cada día más. Sin embargo, Cuando mi padre hizo un par de malos negocios y tuvo que cerrar la Ferretera por un tiempo, aceptó la invitación de uno de sus hermanos para irse a trabajar al norte en una fábrica. Le prometió a mi madre regresar con las manos llenas de dólares para invertirlos en el negocio familiar y volver a echarlo a andar. Todo sucedió tal cual. Mi padre trabajo de sol a Sol en aquel país lejano y regresó con todo lo ganado para volver a abrir el negocio que su padre le había heredado. Pero cuando regresó encontró a mi madre con 4 meses de embarazo y sus entrañas llenas de pecado. Mi madre por su parte, se encontró con el corazón de mi padre dispuesto al perdón. Así es. Mi padre, al conocer lo ocurrido, cayó en un silencio de 3 días con sus noches, para después salir de su mutismo, tomar un baño caliente y decirle a su mujer: "aquí no ha pasado nada, hay que festejar que vamos a ser padres y voy a querer a ese niño como si fuera mío, lo único que te pido Refugio, es que nunca más vuelvas a ver al desgraciado que te preño".

Nació mi hermana Julieta, blanca con palillos Rubio sobre su cabecilla. Desde que don juvenal la vio, Se enamoró de ella y prometió amarla y cuidarla cada día de su vida. Nunca hizo diferencias entre ella y yo. Incluso a veces llegué a sentir celos de Julieta porque con ella tenía consideraciones especiales, Cómo permitirle sentarse en sus piernas y plantarle besos en la barba o sacarle $1 de la bolsa del pantalón para ir entre risas a comprarse un dulce. Eso hizo mi padre. Perdonar y seguir vivo.
-Y qué pasó con el Chato? Pregunté a mi madre sin perder mi tono de reclamo.
-el chato de la bueno para nada, borracho y con hijos en cada pueblo circunvecino. Nunca se preocupó ni por tu hermana Ni por mí. Cuando se enteró que tu padre regreso al pueblo se fue lejos. La vieja que fue a buscarte la Ferretera seguro era su hermana eduviges, la única que supo de la existencia de la niña. Nunca lo volví a ver hijo, Te lo juro.
Desde el día que tu padre me perdonó me he consagrado a amarlo a él y a ustedes. Son lo más sagrado y valioso que tengo. La culpa con la que vivo nadie me la ha de quitar. Por eso me dan las migrañas hijo, son dolores de culpa que me acompañarán hasta el día de mi muerte.
Mi padre la perdono pero yo no pude. Dicen que un hijo es el más duro juez y en mi caso así fue. No pude soportar seguir viviendo ahí con ella. Julieta me recordaba cada mañana su desliz y su traición. Mi corazón de joven no estaba listo para comprender actos de viejos. Un día cualquiera me levanté muy temprano, empaque mis pocas cosas y le dije a mis padres que me iría a buscar mi propio destino. Mi padre, con lágrimas en los ojos, me recordó que ahí siempre sería mi hogar, y mi madre, junto con mi hermana, se dedicaron a abrazarme Y a llenarme de besos en la cara entre sollozos. Julieta me colgó un escapulario en el cuello y me besó la frente.

Ese día empezó mi Calvario. Quién vive con el corazón lleno de rencores termina masticando amargura. Me dicen a los amigos en el camino y llegamos los tres juntos a la capital del país. Vivir con ellos un par de meses hasta que conseguí trabajo como chofer y puede pagar mi propio departamento. Me puse a estudiar mecánica los fines de semana y pude sacar un título que me llevó a conseguir años más tarde un buen empleo en la industria automotriz.
Dice carrera en la empresa hasta ser jefe de taller. Me casé por primera vez a los 25, tuve un hijo que no veo y que el día de hoy andará por los 32 años. En mi segundo matrimonio no tuve hijos, permanecimos juntos tan sólo un año y siete meses. En el tercero aguante un poco más de 5 años, después me divorcié y de ese matrimonio me quedan dos hijos, añade 15 y Alberto de 12. Zona los dos únicos hijos que visita de vez en cuando, en sus cumpleaños Feliz navidad desde llevó regalos costosos para aligerar la culpa de no Sentirme un buen padre.
En cada mujer veo a una traidora. La causa de que mis matrimonios hayan terminado en divorcio siempre ha sido la misma: los celos. Vivo carcomido por un miedo irreverente de que me vean la cara de estúpido, bueno la tradición en cada movimiento y Estoy enfermo de control. No hay mujer que se resista semejante dinámica en una relación y terminan por tirar la toalla. No he sido agresivo con ella es físicamente, pero psicológicamente ni hablar. Cada una de las mujeres que se atraviesan por mi camino tienen que pagar el desliz de mi madre. En cada mujer veo a doña refugio y les hago pagar caro su pecado. Julieta nunca se casó. Vivió soltera una cuidando a mis padres hasta que cayó enferma. Hace 7 años murió de una infección en los pulmones y lloró con los ojos pero en secreto goce con el alma su Partida. Sentí que con ella se iba la sepultura la prueba de la traición de mi madre hacia mi padre. Mi hermana murió creyendo que juvenal fue su padre. Pero mis rencores no se fueron con ella a la tumba. Seguían en mi interior y se hicieron viejos conmigo. Hasta que la Navidad de Hace 2 años, se me ocurrió ir a visitar de sorpresa a mis viejos. Nunca las visita con frecuencia, iba una o dos veces por año al pueblo para averiguar si seguían vivos. Cuando estaba por entrar a la casa, me detuve y observé por la ventana. Ahí estaba en mis padres juntos. Uno abrazado del otro, sentados en el mismo sofá y cubriendo sus piernas con la misma manta, viendo televisión. Mi padre pasaba su cansado brazo por la esqueléticas fondo de mi madre. Después la beso en la frente y ella recargo su blanca cabecita en el pecho de mi papá. Me recargue en la pared y contuvo el llanto. Algo sucedió en mi interior. De golpe me abandonaron los rencores. Entre sin tocar y me arrodille frente a ellos, les pedí perdón por mi egoísmo y mis de los juicios. Me volví a sentir un niño al estar con ellos. Un niño indefenso que requiere cuidados y ternura. Me dijeron que me amaban y me abrazaron. Esa Navidad volví a nacer y desde entonces mi espíritu está en paz.

Don juvenal tuvo la muerte de los justos, apenas cumplidos sus 94 años se fue a dormir después de cenar y nunca volvió a abrir sus ojos. Eso sucedió hace 9 meses. Refugio sigue viva, la visita cada vez con más frecuencia. Ya está sorda y no ve con un ojo, pero con el que le queda Bueno me sigue viendo con amor. Cuando voy al pueblo, vamos juntos a las tumbas de mi hermana y de mi padre, veremos juntos la sepultura si limpiamos el mármol de sus lápidas. Después regresamos a casa y conversamos durante horas. Mi madre me anda consiguiendo novia, dice que la hija solterona de la dueña de la panadería es buen partido para un muchacho madurito y mañoso como yo. Tal vez ahora sí estoy listo para amar de manera sana a una mujer. Y a mi madre ya no le darán migrañas.



Cuando Mamá Lastima - Rayo Guzman, Ed.  Milestone

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