miércoles, 7 de noviembre de 2018

Un Programa De Abstinencia Completa

Si no estamos dispuestos a escuchar a los demás, negamos la necesidad de mejorar. Aprendemos a ser más flexibles y a reconocer cuando los otros tienen razón y cuando estamos equivocados nosotros.A medida que nuevas cosas se revelan, nos sentimos renovados. Necesitamos mantener una mente abierta y una buena disposición para hacer ese pequeño esfuerzo extra, ir a una reunión de más, quedarnos un minuto más contestando el teléfono, ayudar al recién llegado a mantenerse limpio un día más.Este esfuerzo extra es vital para nuestra recuperación.

Por primera vez llegamos a conocernos a nosotros mismos. Sentimos cosas nuevas: queremos y nos quieren, sabemos que la gente se preocupa por nosotros, sentimos interés y compasión por los demás. Nos sorprendemos haciendo y disfrutando cosas que nunca pensamos hacer. Cometemos errores y los aceptamos, aprendemos de ellos. Experimentamos el fracaso y aprendemos a tener éxito. A veces, en recuperación, tenemos que enfrentarnos a algún tipo de crisis, como la muerte de un ser querido, dificultades económicas o un divorcio. Son realidades de la vida y no desaparecen porque estemos limpios. Algunos, incluso tras años de recuperación, nos quedamos sin trabajo, sin casa o sin dinero. Empezamos entonces a alimentar la idea de que estar limpios no valía la pena y nuestra vieja forma de pensar se ocupó de estimular la autocompasión, el resentimiento y la ira. Por muy dolorosas que puedan ser las tragedias de la vida, hay una cosa que está clara: ¡no debemos consumir, pase lo que pase!

Éste es un programa de abstinencia completa. Hay veces, sin embargo, que en caso de problemas de salud que requieran cirugía y/o en casos de lesiones físicas graves, la medicación puede ser válida.Esto no autoriza a consumir. Para nosotros no existe un método seguro de consumir drogas. Nuestro cuerpo no reconoce la diferencia entre las drogas recetadas por el médico para calmar el dolor y las que nos recetamos nosotros para «volar». En situaciones como ésta, el talento de los adictos para auto engañarnos está en su nivel máximo. A menudo nuestra mente provocará más dolor como excusa para consumir. Ponernos en manos de nuestro Poder Superior y recurrir al apoyo de nuestro padrino y otros miembros puede impedir que nos convirtamos en nuestros peores enemigos. Si nos quedáramos solos en una situación semejante, le daríamos a nuestra enfermedad la oportunidad de tomar el mando. Compartir honestamente disipa nuestro temor a recaer.


Texto Básico pag 115 (5ta edición en castellano)

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